SUPLEMENTACIÓN PROTEICA
INTRODUCCIÓN
Las abejas evolucionaron a partir
de avispas, gracias al desarrollo de estructuras que le
permitieron obtener las proteínas
de las flores. De ese modo pudieron abandonar el
comportamiento de insectos
parásitos característico de sus ancestros e iniciar la más
coevolución con las angiospermas
(plantas con flor). Se trata de uno de los fenómenos
trascendentes de la historia
evolutiva de los últimos 100.000.000 de años, que dotó a
las abejas de una extraordinaria
adaptación y que explica el éxito de estos insectos en
ese período. Considerando la
historia evolutiva de las abejas, no nos sorprende que en el caso de Apis
mellifera sea precisamente la dinámica de las proteínas la que juega un rol
determinante en la vida de la colonia. Pese a la decisiva importancia de la
nutrición proteica, se trata de uno de los temas más ignorados tanto a la hora
de diseñar estrategias de manejo para la empresa apícola, como en el campo de
la investigación científica. En la primera nota nos referimos a algunos
conceptos básicos de la nutrición y desde donde surge la necesidad de
introducir estos conceptos en un plan de manejo. Ahora haremos referencia
exclusivamente al rol de las proteínas dentro de dicho plan.
PROTEÍNAS EN LA VIDA DE LA COLONIA
Lo primero en que debemos
ponernos de acuerdo es en que no existe para las abejas
ninguna fuente de proteínas de
mejor calidad que el polen de las flores y que el proceso
de transformación de dicho polen
se inicia en el mismo momento en que las abejas lo
recogen. Continúa con una
fermentación dentro de las celdas cercanas al nido de cría y se
completa con un complejo proceso dentro del buche de las abejas. Además, el polen aporta
grasas, vitaminas y minerales. El peso y contenido de nitrógeno de las abejas
al nacer depende del consumo de polen de las nodrizas que alimentaron sus
larvas, y éste de la fluctuación en el ingreso de polen a la colonia (también
de la presencia de varroa dentro de las celdas). Las abejas recién nacidas
deben crecer y desarrollarse y este fenómeno se inicia cuando comienzan a consumir
polen (o más precisamente los productos de la fermentación del polen en los panales
cercanos al nido de cría). En primavera los productos de la digestión del polen
se direccionan principalmente a las glándulas hipo faríngeas y son destinados a la alimentación de la cría;
cuando la colmena se prepara para invernar se reduce el área de cría y pasan a
conformar las reservas corporales de las abejas invernantes. El nivel de reservas
corporales determinará la vida media de dichas abejas y el arranque de la colonia en la salida de
la invernada.
LA SUPLEMENTACIÓN PROTEICA
El objetivo de un plan de
suplementación proteica dentro de la empresa apícola consiste
(conjuntamente con el control de
varroa y la suplementación energética) en lograr una
buena capacidad de invernada y
adecuado arranque primaveral de las colonias. Para lograr dicho objetivo
debemos recordar que un verdadero plan de manejo lo debemos tener planificado
para todo el año, con los insumos a disposición en el momento oportuno y la
mano de obra disponible para llevarlo a cabo.
Calidad de las abejas que invernan:
Fundamentalmente cuando hablamos
de calidad de abejas en la invernada estamos pensando en la cantidad y calidad
de reservas proteicas que las mismas posean en sus 8 cuerpos, ya que estas
proteínas van a determinar en forma directa el tiempo que van a vivir estas
abejas. Entender este concepto es muy importante dado que muchas veces se cree
que lo más importante son las reservas de polen otoñal que pueda tener
almacenada la colmena durante el invierno en los panales, pero este polen
almacenado durante el otoño tiene escaso valor nutritivo para las abejas que
invernan. Puede ocurrir (y de hecho es muy frecuente que suceda) que entramos a
la invernada con buena población de abejas, pero cuando estamos a la mitad de
la misma notamos que las colmenas comienzan a perder población. Esta situación
se genera porque las colonias no acumularon suficientes reservas corporales
para poder vivir todo el invierno.
Calidad de las abejas después de la invernada:
De la calidad de las abejas que
pasan la invernada va a depender el arranque primaveral de la colonia. Es decir
que, si las abejas invernantes cuentan con buen nivel de reservas corporales
seguramente vamos a llegar a la primavera con una buena cantidad de abejas, que
alimentarán muy bien a las primeras tandas de cría utilizando sus reservas
corporales en esta actividad. Si las
reservas corporales están muy disminuidas, lo primero que vamos a notar
es que la capacidad para alimentar cría es muy baja y terminan muriendo una
gran cantidad de estas abejas antes de que comiencen a nacer las crías por
ellas alimentadas. Este es el famoso recambio de abejas que se da cuando las
reinas inician la postura. Debe tenerse en cuenta que si las reservas
corporales y la disponibilidad de proteínas frescas (entrada de polen) son
adecuadas, este recambio de abeja no debería ser notado por el apicultor. De la
cantidad de cría generada en el primer ciclo de postura de la reina, que está relacionada
con la cantidad y calidad de las abejas que pasaron el invierno, va a depender
la población de abejas con la que vamos a llegar al inicio de la cosecha, o la fecha
en la cual vamos a poder partirlas para formar nuevo núcleos de estas colmenas.
Si logramos salir de la invernada
con 7 a 8 cuadros cubiertos con abejas con buenas reservas corporales, desde el
momento en que comience una buena entrada de polen esa colmena en 40 a 45 días
tendrá entre 7 y 8 cuadros de cría. Si estamos de acuerdo en que necesitamos al
menos ocho cuadros de abejas para que las colmenas arranquen bien en la
primavera, entonces lo primero que tenemos que definir es con qué cantidad de
material vamos a invernar. También es importante el manejo de los espacios en
la carga de reservas proteicas de las abejas. Si reducimos las colmenas a
cámara de cría y todavía existe algo de entrada de néctar se producirá un
bloqueo de la postura, con lo cual todas las abejas que nazcan en la última
tanda de cría antes del invierno tendrán una buena carga proteica, dado que al no
tener larvas para alimentar, pueden almacenar este alimento en sus cuerpos.
En los casos en que dicho bloqueo
no se dé en forma natural tendremos que producirlo
nosotros a través de la
utilización de jarabe de azúcar (2 azúcar/1 agua) en dosis grandes
y en pocas aplicaciones ( Ej.:
dos aplicaciones de 5 Kg. con 7 días de intervalo ) y hacia fin de verano o temprano
en el otoño, momento en el cual todavía existe algo de ingreso de polen y las
abejas pueden utilizarlo para cargar sus reservas corporales. Sin entrar en
detalle, solamente mencionaremos
cuál es la relación entre la cantidad de reservas corporales de las abejas que
van a invernar y la oportunidad en el tratamiento contra varroa. En el cuadro
de la izquierda se grafica una situación donde el tratamiento se realiza
solamente en el otoño, es decir uno o dos meses después de finalizada la cosecha.
El cuadro de la derecha muestra los resultados con un tratamiento realizado ni bien
se retira la última alza melaria. Seguramente este tratamiento deberá complementarse
con otro de otoño.
Dentro del marco general
anteriormente explicado, la suplementación con proteínas es
importante en dos momentos de la vida de las colmenas: en
el otoño, para ayudar a cargar las reservas corporales de las abejas que van a
invernar, y en primavera para evitar baches producidos por escasez de
floraciones o temporales largos, ya que las abejas recolectan polen para no más
de 5 o 6 días, por lo cual cualquier temporal que dure más que este tiempo,
genera una caída importante de las proteínas dentro de las colmenas, hasta
incluso muchas veces llega a observarse canibalismo. Siempre que hablamos de
suplementación con proteínas debemos considerar que el objetivo es una adecuada
nutrición de larvas y abejas recién nacidas, que son las que realizan el gran
consumo de proteínas, si tenemos en cuenta que estas abejas no se ponerlo lo
más cerca posible del nido. Los ingredientes con agua y logrando una masa de
consistencia suficiente como para que no se desparrame una vez puesta en la
colmena. Con esta masa se arman tortas similares a hamburguesas. Pueden
utilizarse las maquinitas que usan las carnicerías para hacer hamburguesas, e
incluso el mismo film de polietileno que utilizan para separar las hamburguesas.
La colocación de estas tortas se realiza sobre los cabezales de la cámara de
cría bien arriba de donde se encuentre el nido de cría.
En el Otoño: lo
recomendable es dar al menos dos o tres tortas de 200 g un par de meses antes
de que se corte la cría, tratando de que la última cría que nace antes del
invierno cargue sus reservas corporales con las proteínas aportadas. Una torta
de este tamaño la van a consumir en 7 a 10 días. En la primavera: cada
apicultor debe evaluar en conjunto con su Técnico la necesidad de utilizar un
sustituto proteico durante la primavera, ya que cada zona es distinta a la
otra. Tener en cuenta que en una zona con primaveras muy inestables, es
recomendable la suplementación proteica por más que las floraciones
primaverales sean buenas, porque estrés proteico aún con buenas floraciones. Lo
recomendable en la primavera, en los casos que se identificó el problema por la
experiencia de otros años, es utilizar tortas en forma permanente, lo que puede
llevar a un consumo por colmena de unas 3 a 4 tortas de Características que
deber reunir un buen sustituto proteico: debe tener como mínimo un 23 % de
proteínas, con una buena biodisponibilidad de las mismas, es decir proteínas de
buena calidad desde el punto de vista de la digestión y asimilación por parte
de las abejas. Tradicionalmente se utilizan en apicultura una serie de insumos
para preparar sustitutos proteicos. Estos son Harina de Soja, Levadura de
Cerveza y Proteínas de Leche. En cuanto a la calidad, las proteínas de la leche
son las de mejor calidad, las de la levadura son intermedias y las de la harina
de soja son las de más baja calidad. También se debe tener en cuenta que la
levadura de cerveza cuenta con muchas de las vitaminas que son imprescindibles
para el funcionamiento de las colmenas. No existe una única receta para
preparar un sustituto de polen, una de las más difundidas es la realizada por
Haydak, hace ya 50 años, la misma está
formulada con 3 partes de harina de soja, 2 partes de levadura de cerveza, 1
parte de leche en polvo descremada y 4 partes de azúcar, a esta mezcla hay que
agregarle agua hasta que se forme la masa y luego preparar las tortas.