El veneno de abejas
La apitoxina o 'veneno de abejas' es el segregado por las hembra de la mayoría de las especies de
abeja, que utilizan lo que sería su primitivo ovipositor para inocularla como
medio de defensa contra predadores y otras abejas intrusas: el ovipositor de
las obreras ha ido evolucionando hasta transformarse en un aguijón barbado. Si
bien no sólo las obreras disponen de ella sino también las reinas, por ser
éstas de importancia vital para la vida y reproducción de la colmena, solamente
se utilizan las obreras para la apiterapia.
El aparato inyector, aguijón, o lanceta posee una estructura
compleja. Básicamente esta formada por cuatro segmentos. El veneno es inyectado
a través del canal central. Las lancetas aserradas suben y bajan
alternativamente deslizándose sobre el estilete. Este movimiento impulsa al aguijón
más profundamente en la piel o cuerpo de la victima, a la vez que permite el
paso del veneno.
El veneno es bombeado continuamente por la acción de los
músculos que controlan el movimiento de dichas lancetas aún después de que el
aparato inyector ha sido separado de la abeja.
Además de los tejidos secretores ubicados en la sección
tubular, las abejas poseen un segundo grupo secretor, llamado glándulas
sinuosas, que en algunas especies aparece morfológicamente integrado.
Las glándulas principales secretan un líquido fuertemente
alcalino compuesto en un 52% por melitina, apamina (una neurotoxina), adolapina
(un analgésico), fosfolipasa (una enzima que destruye la membrana celular
atacando los fosfolípidos que la componen, inactiva la tromboquinasa e inhibe
la fosforilación oxidativa), hialuronidasa (un vasodilatador y hemolítico, que
ayuda en la dispersión del veneno), histamina, dopamina y noradrenalina.
La apitoxina o veneno de abejas es una sustancia compleja.
Aunque sus efectos suelen atribuirse a la acidez del
compuesto, en realidad el ácido fórmico está presente sólo en una de las dos
glándulas implicadas en la secreción del veneno. No obstante, la aparentemente
más activa de dichas sustancias resulta ser un líquido fuertemente alcalino
formado por una mezcla de proteínas, principalmente el polipéptido citotóxico
melitina.
Algunos de los componentes del veneno de abeja (apitoxina) y
sus efectos conocidos y por lo que se emplea en la apiterapia, son:
- Enzimas
- Polipéptidos
- Componentes no péptidos de bajo peso molecular
- Otros componentes
macrofotografia del aguijón de abeja |
En algunos tejidos del organismo humano sano, la fosfolipasa
A2 contribuye a la renovación de las membranas celulares, ya que los
fosfoglicéridos debilitados de la estructura de la bicapa son lisados y
reemplazados por nuevas moléculas sintetizadas por la propia célula.
Se han reportado que la fosfolipasa A2 tiene especial
afinidad por las membranas de células tumorales y sobre los lípidos que
integran los virus. (acción antiviral).
-Mellitina:
-Inhibe la síntesis de interleuquinas I y II en macrófagos y
linfocitos T actuando como un inmunosupresor local abarcando solo en un radio
reducido alrededor de la picadura.
- Estimula la síntesis de cortisol en las glándulas
suprarrenales actuando vía sanguínea
y produciendo una cascada hormonal que involucra la
hipófisis y la elevación de los neurotransmisores en el cerebro.
En cantidades de nanogramos tiene una acción analgésica, ya
que bloquea loa canales de calcio dependientes de K+ que son los responsables
de la repolarización de las membranas en conducción eléctrica en los axones
neuronales.
Inhibe la catálisis de la cicloxigenasa 1 (COX 1) que
transforma el ácido araquidónico en prostaglandinas, iniciadoras de los
procesos inflamatorios. La COX 1 es la enzima que se activa en los neutrófilos,
primera línea de defensa del sistema inmunológico.
También se le atribuye una acción hipotensora y la de
incrementar la permeabilidad de los vasos sanguíneos.
También se piensa que tiene una acción antiinflamatoria
inhibiendo la COX 2 enzima que existe en las plaquetas humanas.
-Histamina:
ANTIINFLAMATORIO, porque estimula el eje hipotálamo,
hipófisis y glándulas suprarrenales e induce a la producción de corticoides
endógenos.
el veneno de abeja posee una gran capacidad para estimular el colágeno y la producción de elastina para suavizar, levantar y tensar la piel. |
La apitoxina se emplea medicinalmente en la apiterapia,
además de por el alivio sintomático que produce, como tratamiento para diversas
“enfermedades” -tipificadas en unas 1.000- , ayudando bioquímicamente en la
recuperación de la salud y predisponiendo energéticamente al cuerpo para
reaccionar y recobrarla eficientemente, comenzando su acción por su potente
efecto antiinflamatorio, analgésico (y antibiótico local, 500.000 veces más
potente que cualquier otro conocido), sin ningún efecto secundario iatrogénico
salvo la posible reacción alérgica, en contraposición a los fármacos, siempre
tan peligrosos.
El efecto fundamental del veneno es citotóxico, destruyendo
las membranas celulares e induciendo a los receptores de dolor a percibir un
daño mayor del que realmente se ha infligido. Las glándulas sinuosas, a su vez,
producen una toxina ácida.
En estado puro, la apitoxina es un líquido incoloro, amargo
y ácido (pH 4,5 a 5,5), con un peso específico de 1,1313. Es hidro- y
ácidosoluble, pero insoluble en alcohol.
Las toxinas liberadas por la abeja provocan dolor (escozor)
e irritación, pero no daño sustancial. Sin embargo, las pequeñas
concentraciones de histamina pueden verse amplificadas por la secreción de la
misma en las células afectadas del individuo atacado. Esto puede desencadenar
un shock anafiláctico, sea instantáneamente o hasta 24 horas después de la
picadura; los síntomas incluyen el ahogo, asma, taquicardia, cianosis y pérdida
de conciencia. En individuos particularmente sensibles o afectados por
numerosas picaduras puede provocar la muerte. Alrededor de un 2% de la
población es sensible a la apitoxina, pero sólo un 0,05% se estima que sufre
sensibilidad extrema.
Para evitar dicha reacción, siempre se hace un 'test de
alergia' previo en la consulta del apiterapeuta: normalmente se aplica un poco
de crema/pomada preparada con una base de apitoxina y si no produce eritema apreciable,
se continúa aplicando una 'semipicada' de abeja: entre la abeja y la piel del
paciente se interpone un dispositivo con una red finísima metálica que, nada
más picar la abeja, se separa del paciente arrastrando el aguijón y el grueso
de la apitoxina en él existente: de esta forma solo una pequeñísima dosis de
apitoxina es inoculada, sin poder llegar a producir el improbable, pero
posible, shock anafiláctico. Se aplica a continuación arcilla medicinal para
minimizar al máximo el efecto del apitox.
Si todo ha ido con normalidad, se repite este último proceso
a los dos días, pero ya sin aplicar arcilla y dejando un par de minutos el
aguijón: si no hay reacción, existe la certeza absoluta de no padecer alergia
alguna..
Tratamiento pormenorizado de urgencia ante una reacción
alérgica al veneno de las abejas
y a un posible shock anafiláctico:
- Aplicar una presión con el pulgar contra la parte
superior del 'philtrum', sujetando con la otra mano la cabeza del paciente por
la zona cervico-occipital:
esta práctica ha sido
suficiente para tratar el shock anafiláctico desde un primer momento, sin haber
tenido necesidad de pasar a los tratamientos con preparados farmacéuticos que
más abajo se indican. Puede completarse esta sencilla manipulación de
acupresión, -y si ha mejorado el estado de la persona afectada-, con acupuntura
en el Meridiano de la Vejiga, en el punto BL 52.
.- Si aún así continuase la manifestación alérgica,
administrar al paciente:
- una pastilla de
antihistamínico, tipo 'clorfenamina' de 4 mgr.
- dos comprimidos masticables (uno, en el caso de un niño)
de 'carbonato de calcio' de aprox. 1.250 mgr
- En el caso de que
se manifestase una clara sintomatología de shock anafiláctico, el paciente
precisaría una inyección intramuscular profunda (o mejor, intravenosa):
- un 'corticoide' del
tipo del 'fosfato de sodio', 4 mgr./1 ml. -siguiendo las indicaciones del Dr.
- 'antiserotonínico'
asociado a un corticoide, tal como la ‘ciproheptadina + dexametasona’'
Conviene llegado a este último presupuesto evacuar a la
mayor brevedad posible a la persona afectada hacia un centro médico bien
equipado, dotado con personal cualificado y eficaz, con el fin de supervisar
también cualquier otra complicación añadida que pudiera presentarse por un
posible fallo del sistema cardiorrespiratorio -u otros- de la persona afectada.
El tratamiento para un caso agudo en que se utilizase
adrenalina/epinefrina al 1:1.000 debería llevarse a cabo únicamente por un profesional
médico cualificado y dotado de un desfibrilador, dada la posibilidad existente
de inducción, por parte de esta sustancia, a la fibrilación ventricular del
enfermo.
-Hay que volver a recalcar que tan sólo alrededor del 2% de
la población es alérgica al veneno de las abejas, y sólo el 0,5% es propenso a
producir un shock anafiláctico, si bien hay que tener en cuenta que la alta
ingesta actual de preparados farmacéuticos aumenta considerablemente esta
posibilidad, produciendo graves incompatibilidades con la apitoxina que de otra
manera no existirían.
Sin olvidar que hay preparados en farmacia con dispositivos
de auto inyección para personas alérgicas expuestas a riesgo, p.ej. en sus
salidas al campo.