La importancia de los zánganos en la colmena
Brindan el carácter de
mansedumbre a la colonia de abejas. Su período de vida ronda los tres meses.
Los zánganos son las abejas machos
de una colmena; se desarrollan en celdas más grandes que las obreras, de 8
milímetros de diámetro y proceden de huevos sin fecundar (partenogénesis). Este
es el sistema característico de muchos himenópteros, llamado haplodiploidía,
para determinar el sexo de sus descendientes, en el que los machos tienen la
mitad de los cromosomas que las hembras. Nacen a los 24 días de la puesta; la
celda operculada es fácilmente reconocible ya que sobresale por ser más
abultada que la de una obrera.
Cuando se permite estirar panales a las obreras
sin cera estampada es factible que construyan panales zanganeros, en los cuales
la reina depositará huevos no fecundados que darán origen a zánganos. Es
importante que el apicultor no lleve marcos con celdas zanganeras a la cámara
de cría, en virtud de que la reproducción de estos resulte inversamente proporcional
a la producción de miel. Naturalmente, en la práctica apícola destinada a la
producción de miel, las abejas mantienen elevadas proporciones de zánganos con
respecto a la necesaria.
Los zánganos aparecen normalmente
en primavera, perdurando en toda la estación reproductiva de la colonia,
primavera-verano-comienzo de otoño, siempre que existan reinas sin fecundar;
siendo el tiempo de vida de aproximadamente tres meses. Si el flujo de alimento
es escaso las abejas obreras expulsan a los machos, muriendo de frío o hambre
fuera de la colmena. Las colmenas con reinas vírgenes los toleran hasta la
fecundación de las mismas.
La fecundación de la abeja reina
se produce en el vuelo de fecundación o vuelo nupcial, que normalmente las
reinas repiten en dos, tres y hasta en cinco oportunidades. Copulando en pleno
vuelo para caer al pasto muchas veces juntos. Después de la cópula el zángano
muere dado que se desprende su aparato genital. Las reinas copulan con hasta 15
zánganos. La reina guarda en el interior de su abdomen el esperma de los
diferentes machos con que copuló. Los zánganos no poseen aguijón, ya que el
aguijón es en realidad un ovipositor modificado.
Las funciones del zángano
en la colmena
Fecundar a la reina: entre los 12
y 24 días de su eclosión, están maduros para el apareamiento, las aletas que
sujetan el aparato genital de la reina deben estar anaranjadas, realizan grandes
recorridos en busca de colmenas con una reina virgen. En el vuelo nupcial, el
zángano más fuerte fecundará a la reina, en virtud que es el que la alcanza más
fácilmente, en su vuelo vertical. Suelen tener lugares específicos donde se
posan en el día a la espera de un vuelo de fecundación, y si no consiguen
fecundar una reina, vagarán de colmena en colmena.
Este comportamiento los
convierte en importantes transmisores de enfermedades.
Producir calor: Se coloca sobre los hexágonos con cría
reemplazando a las obreras nodrizas para producir calor y calentar la cría,
liberando a las nodrizas para otras funciones.
Repartir néctar: Los zánganos realizan tambien la trofalaxis
que es la conducta de repartir alimento entre las obreras, proveyendo alimento
hasta a 50 obreras. El néctar con gran porcentaje de agua, debe pasar varias
veces por el buche de las obreras para llegar a ser miel, de esta forma, los
zánganos contribuyen a la elaboración de la miel.
Elegir zánganos que uno quiere que
fecunden una reina
Si uno ha seleccionado una colmena
mansa y quiere que este carácter (trasmitido por los zánganos) prevalezca, se
puede establecer una zona de fecundación. Para ello las colmenas que uno
pretende que aporten los zánganos deben estar saturados de ellos. El apicultor
deberá instalar marcos con celdas zanganeras en la cámara de cría de estas
colmenas, al menos 60 días antes de la fecundación de las reinas. Nacidos los
zánganos a los 24 días, y madurados sexualmente en un tiempo similar, estaremos
en condiciones de saturar con los ejemplares elegidos una zona de fecundación,
teniendo de esta manera mayor probabilidad de apareamiento.
Otro método para la elección de la
genética de los zánganos es la inseminación artificial de la abeja reina con
semen de estos. El semen se obtiene con una jeringa de fecundación especial,
apretando el abdomen de los zánganos sexualmente maduros.
La importancia en la mansedumbre
Tiempo
atrás se pensaba que el carácter de mansedumbre de una colonia de abejas era
transmitido en partes iguales por la “madre” y el “padre”, pero en los últimos
años diversos estudios teórico-prácticos desestimaron esta versión y
comprobaron que esta virtud es aportada casi exclusivamente por el zángano.