domingo, 11 de noviembre de 2012

EL EFECTO POLINIZADOR DE LAS ABEJAS

Polinización

LA MIEL, SE PUEDE IMPORTAR
EL EFECTO POLINIZADOR DE LAS ABEJAS EN LA NATURALEZA
"NO"
Para la mayoría de las personas, las abejas son unos insectos molestos que aparecen en la primavera, que tienen una organización interna curiosa, que pican, que producen miel y a veces se las ve en las flores alimentándose. 

En nuestros recuerdos infantiles, nos aparecen imágenes de la abejita real
izando la acción de posarse en la flor y colocando polen en la parte femenina de la misma. Los maestros y maestras trataban entonces de explicarnos el maravilloso acto de la procreación humana con este ejemplo tan bucólico.
De la misma manera, este ejemplo ha servido siempre para explicar como todas las especies vivas del planeta tierra necesitan siempre de la conjunción de dos elementos, macho y hembra para la perpetuación de la especie.
La polinización es un servicio vital dentro de los ecosistemas que depende en gran parte de la simbiosis entre las especies, es decir, polinizador y polinizado. La reducción o pérdida de uno u otro influirá en la supervivencia de ambas partes.

La polinización es el proceso de transferencia del polen desde los estambres hasta el estigma o parte receptiva de las flores, donde germina y fecunda los óvulos de la flor, haciendo posible la producción de semillas y frutos.
La polinización se confunde a menudo con la fecundación, aunque son dos procesos distintos, si bien el primero es casi siempre condición necesaria del segundo. El transporte del polen lo puede realizar un agente físico como el viento, plantas anemófila, o un agente vivo, plantas zoofilias.
Las abejas son los insectos polinizadores indispensables de las plantas entomófilas y más concretamente melito filas.
Las características físicas y fenológicas de las flores , así como de su polen, suelen ser marcadamente diferentes. Las plantas entomófilas deben llamar la atención de las abejas con colores y olores atrayentes, así como recompensarlas con alimento, sea néctar o polen.
En las relaciones de polinización, la desaparición de un vector no acarrea necesariamente la extinción de la planta polinizada, pero conlleva a una degradación del número de ejemplares que pondría en peligro su existencia llegando en casos extremos a la desaparición de la especie si el ecosistema no se equilibra con nuevos polinizadores.
Las abejas son los vectores polinizadores del 85 % de las plantas de polinización entomófila.
Todas las frutas, las legumbres y las verduras son plantas entomófilas y por tanto necesitan de las abejas para producir sus frutos.

En la agricultura, el deseo de obtener frutos o semillas abundantes ha llevado la mayoría de las veces a emplear plantas que no dependan de vectores externos para la polinización, híbridos, partenogénesis, aplicación de hormonas, etc.. Estos métodos van siempre en detrimento de la calidad de los frutos y además corren el riesgo de contaminación química por residuos de los tratamientos.
Las gramíneas, cereales, son aerófilas, polinizadas por el viento, lo mismo que las coníferas, juncos, nogales, encinas, olivos y otras que son poco conocidas a nivel popular. Estas plantas para su polinización deben producir gran cantidad de polen y que sea el aire quien consiga llevarlo hasta las flores femeninas de su especie.
Si al medio ambiente se le priva de insectos polinizadores como las abejas, entra en regresión, degradándose y perdiendo biodiversidad hasta el punto de que solo proliferarían las plantas aerófilas, aquellas que son polinizadas por el viento o aquellas que son polinizadas por pequeñas aves, murciélagos o pequeños mamíferos.
Es un error pensar que la polinización es un "servicio ecológico gratuito" de la naturaleza.

Una polinización entomófila efectiva necesita refugios de vegetación natural prístina y hábitat adecuados para los polinizadores en estado salvaje y en nuestro caso para los enjambres de abejas. Cuando estos se reducen o se pierden, se limita la actividad de los mismos y se necesitan prácticas de gestión alternativa como la APICULTURA para mantener la viabilidad de los ecosistemas naturales y de la agricultura tradicional o industrializada.
En todo el mundo la agricultura y los ecosistemas naturales afrontan el peligro de la extinción de los enjambres salvajes. En muchas zonas agrícolas se tienen que importar abejas melíferas de otros lugares para asegurar la polinización y cosechas de sus cultivos.
Muchas de las colmenas patrocinas por abejasmundi.com, se desplazan hasta las fincas agrícolas en las épocas de floración para polinizar los árboles frutales, y conseguir así frutos de una calidad extraordinaria. Posteriormente se retornan a sus asentamientos situados en montes, para polinizar la flora autóctona. Otras se mantienen todo el año en asentamientos de montes de utilidad pública y privados.

Los principales causantes de este problema entre otras serían:
La Varroosis, que desde la década de los 80 los enjambres de abejas melíferas están siendo atacados por un ácaro, "Varroa Jacobsoni " que alimentándose de la sangre de las abejas o hemolinfa, provoca la muerte de las colmenas o enjambres en muy poco tiempo.

Las abejas sufren mas enfermedades como la "loque americana o europea", la "nosemosis ceranea", enfermedades producidas por hongos y bacterias, además de otras virales que atacan a la cría de la abeja y a su sistema inmunológico.

Para poder controlar estas enfermedades que matan a las abejas, la APICULTURA se convierte en la herramienta imprescindible para la conservación de la especie.
La fragmentación de los hábitat naturales, cada vez hay menos ecosistemas naturales donde proliferen las colmenas y mas terrenos dedicados a las grandes explotaciones agrícolas.
La utilización de sustancias químicas agrícolas e industriales y fundamentalmente la masiva aplicación de pesticidas, en concreto de insecticidas sistémicos neurotóxicos que con muy pocas ppb (partes por billón) eliminan a todos los insectos existentes, útiles o menos útiles y además persisten en el ecosistema durante años provocando los mismos efectos.
El deterioro constante del medioambiente por los asentamientos humanos, el cambio climático con sus efectos sobre las estaciones anuales, la sequía pertinaz en algunas zonas, etc.
Por estos problemas y algunos mas que sería largo de enumerar, los enjambres naturales no tienen viabilidad en ecosistemas desequilibrados.

LA APICULTURA, PODRÍA PALIAR ESTOS DESEQUILIBRIOS, CONSIGUIENDO MANTENER A LAS ABEJAS COMO INSECTO UTIL PAR
A EL MEDIOAMBIENTE POLINIZANDO LA FLORA, ALIMENTANDO A SUS
DEPREDADORES NATURALES QUE TAMBIÉN LOS TIENE Y APROVECHANDO SUS MARAVILLOSOS PRODUCTOS, MIEL, POLEN, JALEA REAL, PRÓPOLIS, VENENO Y CERA, QUE DESDE TIEMPO INMEMORIAL EL HOMBRE HA SABIDO APRECIAR Y UTILIZAR COMO

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