sábado, 24 de noviembre de 2012

ACTIVIDADES EN LA VIDA DE UNA OBRERA.


SECUENCIA DE ACTIVIDADES EN LA VIDA DE UNA OBRERA.
Experimentos realizados por Armbruster, 1920, Haydak, 1930; Himmer, 1930; Nelson 1927;
Bonnier, 1906; Rosh, 1930; Wiltse, 1882 y Ribbands, 1952), indican que existe una secuencia de actividades en relación con la edad cronológica de las abejas, pero que en una colmena puede ser realizada por abejas de diferentes edades. Es decir, se debería de hablar de una edad fisiológica más que por muchos investigadores (Rosch, 19925-30, Lindauer, 1953, Wenner , 1961), Simplificando los procesos podemos resumir las secuencia de las actividades de las obreras desde que nacen, en las siguientes etapas, si bien no siempre todas las abejas siguen este patrón de conducta, lo podemos tomar como base para describir las etapas de las diferentes funciones.

1º etapa: LIMPIADORAS.
Nada más nacer y salir de su celdilla, la limpian de las fundas o exhuvios que han dejado en el
interior, por las mudas de su desarrollo larvario, y durante dos o tres días siguen limpiando las celdillas de sus otras hermanas recién nacidas. De esta manera esas celdillas quedan preparadas para una siguiente postura de huevos por parte de la reina. También extraen al exterior los cadáveres de las larvas vecinas que hayan muerto y abren los opérculos de ninfas muertas y extrayendo sus cuerpos. Este comportamiento de limpieza se ha visto que está genéticamente determinado, existiendo en una misma colmena abejas que abren opérculos y otras que extraen los cadáveres. Si no existen ambos tipos de abeja la limpieza no tiene éxito. Las colonias que limpian se defienden mejor contra enfermedades infecciosas de tipo fúngico o microbiano.

2º etapa: NODRIZAS.
En esta etapa se simultanea, en parte, con la anterior, pues las abejas de más de 1 día comienzan a alimentar a larvas, preferentemente de más de 3 días. Al estar hasta tercer día, en los cuadros de cría limpiando celdillas, se encuentran con celdas sin opercular ocupadas por larvas que demandas con sus feromonas alimento. Sus glándulas cervicales productoras de jalea real están comenzando su desarrollo y éste se alcanza entre los 6 -12 días de edad, entonces, comienzan alimentar con jalea real a larvas de menos de 3 días. Parte de estas nodrizas forman la corte real, que atraídas por la feromona real, alimentarán a la reina, recibiendo feromona real, ya que la alimentación se produce por intercambio boca a boca por trofalaxia. Para la fabricación de la jalea real las abejas nodrizas necesitan alimentarse intensamente de polen, de donde obtienen las proteínas necesarias, ya que la jalea real no es otra cosa que proteínas de alto valor nutritivo. Esto influye en la reducción de las reservas de cuerpos grasos de la abeja, lo que a su vez repercute negativamente en su longevidad, convirtiéndose pronto en abejas estivales de corta vida.

3ª etapa: VARIABLE.
En la tercera semana de vida, las abejas realizan variadas actividades en la colmena, que están menos relacionadas con la edad y se suceden según su estado fisiológico, pero que pueden ser flexibles y con vuelta atrás. Se alternan las tareas de limpieza de cadáveres, suciedad, madurando néctar, construcción de celdas, operculando, o almacenando los productos que las recolectoras traen del campo. Las abejas mayores, llamadas cereras, desarrollan cuatro glándulas situadas en los esternitos del abdomen que producen una fina película de cera. Esta secreción es recogida por las abejas con sus patas y amasada con las mandíbulas. Con la cera estirada construyen las celdillas, de forma de prisma hexagonal, cuya base es una pirámide hexagonal y el eje está un poco inclinado, lo que evita que se caiga su contenido. Inyectan una gota de veneno para su conservación, como  las que contienen larvas de más de 6 días que han terminado su periodo de nutrición y reparan los panales que están rotos. Varios factores regulan la producción de cera y fabricación de celdillas:
1º- Edad de las abejas. Solo las abejas de entre 12 a 18 días tienen glándulas cereras activas. (Roesh);
2º-Temperatura del ambiente de 33 a 36 grados; Durante la noche, cuando todas las abejas están en el interior de la colmena, las abejas fabrican más panales.
3º- Alimentación copiosa. Para segregar 1 kilo de cera, se consume de 10 a 12 kilos de miel.
4º- Necesidades de la colonia. Se construyen panales mientras quede espacio libre.
5º- La cantidad feromona real que tienen en su linfa. La presencia de la feromona real en la linfa de las cereras regula la velocidad de confección de panales, así como el tipo de celdillas construidas. Se ha comprobado experimentalmente que, cuando existe una reina fuerte en la colonia, 50 obreras construyen un panal en sólo 6 días. Mientras que si la reina  ha muerto, pero aún tienen presencia de feromona real, son precisas 200 abejas para construir el panal. Por último en caso de colmena huérfana con obreras ponedoras son necesarias 5.000 obreras para la misma tarea. La concentración elevada de feromona real en la linfa de las obreras cereras inhibe la construcción de realeras, fabricándose celdillas pequeñas para hembras. Cuando la concentración de feromona real desciende se construyen celdas de mayor diámetro para machos y se fabrican realeras. Se llaman ALMACENERAS a las abejas que están prestas a recoger el néctar que traen en el buche las abejas pecoreadoras y llevarlo a las celdillas de reservas. Junto con el néctar regurgitado cada abeja aporta enzimas digestivos que intervendrán en la fermentación del néctar y fabricación de la miel. Esta es la penúltima tarea de las abejas domésticas (las que están dentro de la casa), después pasarán a vigilar la entrada, aunque también pueden aventurarse fuera de la colmena y comienzan vuelos de orientación a la entrada de la colmena, llamados vuelos de juego. La última función dentro de la colmena que las abejas realizan es la de la vigilancia y defensa de la colonia. Sólo a finales de la tercera semana, la bolsa del veneno está repleta del mismo y algunas abejas se hacen GUARDIANAS. Situándose en la piquera vigilan la entrada para evitar que abejas de otras colonias o insectos extraños entren en la colmena que pretendan robar la miel. Las abejas son reconocidas, fundamentalmente, por su olor propio, segregado por la glándula de Nassanof, por eso, los machos, que carecen de ella, pueden entrar libremente en todas las colonia. 

Las abejas pecoreadoras de otra colonia que se equivocan de camino y regresan a colonia ajena cargadas de néctar o polen, son admitidas por las guardianas. Son también las abejas de la piquera las que ventilan su glándula de Nassanof, para reclamar a pecoreadoras extraviadas o a la reina de regreso del vuelo nupcial. Si bien las abejas aisladas no regulan su temperatura, considerando el conjunto de la colonia como superorganismo, este puede mantener una cierta independencia térmica del ambiente. La colmena como superorganismo es capaz de mantener la temperatura del centro del nido entre unos 20º a 35 º C. Para el desarrollo de las larvas es preciso que en la zona de cría mantenga una temperatura casi constante comprendida entre los 32º y 36 ºC, siendo el óptimo para su desarrollo los 34,8ºC. En verano, aunque la temperatura exterior sea superior a 40ºC, el centro de la colmena se mantienen de34 a 35ºC y en el invierno con temperaturas exteriores de -20ºC, en el interior de la colmena no bajan de20ºC. Para producir calor durante el invierno las abejas lo obtienen del calor 
metabólico, con consumo de miel, haciendo que sus músculos torácicos se contraiga y relajen y mantengan la misma actividad que durante el vuelo, aunque las alas permanezcan inmóviles (Ciclo de Lambert con consumo de miel) Además, para evitar la pérdida del calor por disipación del mismo por la superficie, las abejas se apiñan formando bolas y reduciendo la superficie de enfriamiento. El racimo invernal presenta dos zonas, una periférica de abejas apiñadas entre sí, y otra central, donde está la reina. Este último ofrece espacio a las abejas y les permite el movimiento. Cuando la temperatura externa disminuye más, el racimo se contrae, aumentando la temperatura del núcleo desde donde se transmite rápidamente el calor a la periferia, gracias a un mayor contacto entre las abejas a causa de la contracción. De este conjunto de razones se desprende la norma práctica de no molestar por ningún motivo a la colonia cuando la temperatura del medio es baja, pues se corre el peligro de romper el equilibrio existente en el racimo por la disgregación del mismo, con consecuencias fatales para las colonias.

Durante el verano, rebajar la temperatura de la colonia resulta más complejo para las abejas. Así, cuando en la zona de cría se superan los 36º C, las abejas se colocan de forma que con el
movimiento de las alas, producen corrientes de aire dirigidas (aire acondicionado) y ventilan la colmena rebajando su temperatura. Para ello, algunas abejas situadas en la entrada, se alinean una tras otra en la piquera y baten sus alas creando corrientes de aire fresco del exterior que ventilan la colmena y favorecen la evaporación del néctar. Estas son las VENTILADORAS. También pueden abandonar el interior de la colmena, saliendo en gran cantidad y quedándose pegadas a la piquera y colgando de la misma, a lo que se llama hacer la "barba". Pero cuando la temperatura es excesiva y no baja lo suficiente con estos dos mecanismos, las abejas traen agua que esparcen y con la que rocían las paredes, o evaporan directamente de su lengua, para con la evaporación disminuir la temperatura. Hay abejas rociadoras que extienden con su probóscide pequeñas gotitas de agua, que se evapora. Se ha visto que cuando la temperatura el nido de cría se eleva, 

las abejas nodrizas demandan, por  trofalaxia, el contenido del buche de las abejas pecoreadoras, para evaporar su agua. De esta manera, las pecoreadoras que traigan el néctar más diluido serán, en este caso, seleccionadas en esta demanda y se incrementará el número de abejas que traigan néctar poco dulce, e incluso agua, lo cual resulta un hecho muy notable relacionado con el desarrollo social, ya que la abeja rechaza el líquido azucarado (innatamente apreciado) a favor de las necesidades de la colmena.El agua en la colmena es necesaria, no solo para la termorregulación, si no también para la preparación, por las nodrizas, de la papilla de polen y néctar con el que alimentan a las larvas de más de tres días, el llamado pan de abeja. Esto nos indica la importancia de situar las colmenas en las proximidades de abrevaderos para las abejas, que les evita un gran esfuerzo a la hora de localización y acarreo de la misma a la colmena La última etapa de las abejas adultas, a la que llegan al cabo de unas 3 semanas, la de recolectoras. En ella realizan la tarea más agotadora de todas las que una obrera realiza. La recogida del néctar y polen se realiza en su última fase de la vida. Se les llama PECOREADORAS, y tras un periodo de actividad incesante suelen morir por agotamiento. Para darnos cuenta del esfuerzo y desgaste que la pecorea supone, baste con decir que para que una abeja llene su budhe de néctar, es necesario que visite de 1000 a 1500 flores. La actividad cooperativa de la colmena es tal que en la época de cosecha una colmena puede almacenar hasta 1 k de miel al día, lo que significa que las abejas recolectoras deberán de hacer un promedio de 5 millones de viajes diarios.
Es preciso añadir, que estas secuencias no son seguidas inexorablemente por todas las abejas, así como que hay abejas que llegan a pecoreadoras sin haber realizado las actividades anteriores. Algunas, parecen madurar prematuramente, al igual que otras pueden, en determinadas condiciones, rejuvenecer. Se ha visto en colonias de pequeño tamaño mantenidas artificialmente en las que existía cría y las abejas de 75 días podían alimentar a la cría.El 70 % de las abejas viejas tenían las glándulas hipofaríngeas activas. (Milojevic, 1939 en Dadant). Experimentalmente se acelera la maduración y envejecimiento de la abeja, si la tratamos con dióxido de carbono durante varios minutos.

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