
lunes, 30 de septiembre de 2013
domingo, 29 de septiembre de 2013
SÍNDROME DEL APICULTOR
SÍNDROME DEL APICULTOR
Me han pasado una carta por Facebook.
se trata de una enfermedad que es muy común en los
apicultores, y que la mayoría de los médicos
desconocen el tratamiento que mejor responde ante los síntomas de este mal que aqueja a muchos apicultores, acuden a su médico o a
urgencias y se les pone un tratamiento
que realmente no es tan efectivo como el que se necesita de verdad, simplemente
por que el doctor desconoce exactamente como se ha producido la infección , o
la confunden con un problema traumatológico, esta enfermedad si no se trata
adecuadamente puede tener serias repercusiones para el apicultor, incluso tener
que hacer rehabilitación o perder parte
de la movilidad de alguno de los dedos de la mano afectada , y ahora paso
a relataros el escrito de un doctor de
Fuenlabrada de los Montes.
Carta del doctor:
Desde mi incorporación como medico titular a la plaza de Fuenlabrada de los Montes, me
llamo poderosamente la atención una
enfermedad que yo nunca había visto en ningún libro de medicina, ni tampoco se conocía por
parte de los médicos especialistas y que sucedía en una determinada época del año,
y sobre todo a personas relacionadas con la extracción de la miel. Siempre ha sido mi intención saber la causa e intentar de alguna forma tratar esa enfermedad que tantos quebraderos
de cabeza, noches en vela, dolor y deformidad
ha producido en los apicultores.
Hoy ya se empieza a ver cierta luz al final del túnel. Como muchos
de vosotros sabéis en el año 95 se hizo un estudio con veintiséis pacientes de
este pueblo. Dicho estudio se llevó al
congreso de reumatología celebrado en Sevilla
ese año y causó gran expectación entre
los asistentes al congreso. Posteriormente ese mismo estudio fue se admitió en el congreso internacional
celebrado en Holanda, y por fin, en el
año 99, salió publicado en una revista medica internacional llamada Rheumatologíc. Con esto quiero deciros
que es una enfermedad que se conoce
mundialmente y constantemente hay
cartas de médicos especialistas interesándose
por el tema.
Después de muchos años ya sabemos que el origen del "dedo malo" ó artritis de las articulaciones interfalangicas tiene su origen en la picadura de una abeja
pero que solo se produce la artritis cuando por el orificio de la picadura se
produce una infección.
Dentro de muy poco se quiere hacer un nuevo estudio para probar que esa infección la produce una
bacteria llamada pseudomonas y que con
un tratamiento que mata la bacteria se
logra curar la enfermedad.
Como muchos de vosotros sabéis por haber sufrido en propias carnes el "dedo malo" a veces ha tardado en curar meses e incluso ha terminado con la destrucción de la articulación y con el dedo deformado.
Nosotros en este pueblo podemos decir que somos los pioneros
en este campo, y ya desde hace dos años venimos aplicando un tratamiento con antibióticos
que mata a la pseudomona y hemos podido comprobar que la enfermedad se cura en
un tiempo récord, algo impensable hace unos años.
Con esta carta os animo a que cuando notéis una articulación de un dedo inflamado acudáis a
la consulta sin demora, pues cuanto antes se ponga tratamiento más probabilidad
de éxito se tiene.
Esta enfermedad se debe diferenciar de lo que es la mano
hinchada que sucede por exceso de trabajo sobre los dedos y que se trata de
otra forma diferente.
Es esencial para prevenir la enfermedad eliminar la pseudomona del sudor de los guantes, esto es
tan sencillo como aclarar los guantes
cuando se laven (el forro) con un chorro de agua y vinagre, también se deben
desinfectar las manos antes de ponerse los guantes con una mezcla de agua y
vinagre. El vinagre es ácido acético y
mata la pseudomona.
Con estas medidas podrá seguir pasando la enfermedad pero es
más difícil que suceda, y con el tratamiento la curación esta casi asegurada.
Espero que en poco tiempo la temible enfermedad del
apicultor pase a ser una historia pasada.
Un saludo vuestro medico titular
Dr. Gutiérrez
Pseudomonas:
es un género de bacilos rectos o ligeramente curvados, Gram negativos, oxidasa positivosPseudomonas literalmente significa «falsa unidad», derivado del griego pseudo (ψευδο'falso') y monas (μονάς / μονάδα 'una sola unidad'). El término «monada» se usaba en la microbiología antigua para nombrar a los organismos unicelulares.
SÍNTOMAS:
inflamación de la mano afectada por la infección producida por la pseudomona, no por la picadura de la abeja, inmovilización de uno o varios dedos de la mano por la inflamación de las articulaciónes, fuertes dolores que incluso hacen que no se pueda conciliar el sueño.
Pseudomonas:
es un género de bacilos rectos o ligeramente curvados, Gram negativos, oxidasa positivosPseudomonas literalmente significa «falsa unidad», derivado del griego pseudo (ψευδο'falso') y monas (μονάς / μονάδα 'una sola unidad'). El término «monada» se usaba en la microbiología antigua para nombrar a los organismos unicelulares.
Debido a su amplia distribución en la naturaleza, las Pseudomonadaceae fueron observadas en los inicios históricos de la microbiología. El nombre genéricoPseudomonas creado para estos organismos estaba definida en términos relativamente vagos en 1894, como el género de bacteria gram negativa, bacilos con flagelo polar. Poco después, un gran número de especies eran asignadas al género. Las pseudomonadaceae eran aisladas de un variado número de nichos ecológicos de modo que un grandísimo número de especies recibían el nombre del género. Nuevas metodologías y la aparición de abordajes basados en los estudios de macromoléculas conservadas entre diversos organismos, han reclasificado a muchas especies.
Los miembros de este género generalmente son móviles gracias a uno o más flagelos polares que poseen, son catalasa positivos y no forman esporas. Algunas especies sintetizan una cápsula de exopolisacáridos que facilita la adhesión celular, la formación de biopelículas y protege de la fagocitosis, de los anticuerpos o del complementoaumentando así su patogenicidad.
cultivo de pseudomona |
inflamación de la mano afectada por la infección producida por la pseudomona, no por la picadura de la abeja, inmovilización de uno o varios dedos de la mano por la inflamación de las articulaciónes, fuertes dolores que incluso hacen que no se pueda conciliar el sueño.
TRATAMIENTO PARA LA ENFERMEDAD
OMEPRAZOL / 1 vez al día, es un protector del estomago, por
el fuerte tratamiento de antibióticos.
CIPROFLOSECINO 700 mg.
/ 1 vez al día
DICLOFENACO 50 mg. / 3 veces al día
Este tratamiento es el mas efectivo al día de hoy. Si estáis seguros de padecer esta enfermedad, comunicarle a vuestro medico este tratamiento, evitando así la perdida de tiempo con otros tratamientos menos efectivos.
Este tratamiento es el mas efectivo al día de hoy. Si estáis seguros de padecer esta enfermedad, comunicarle a vuestro medico este tratamiento, evitando así la perdida de tiempo con otros tratamientos menos efectivos.
sábado, 28 de septiembre de 2013
AGENTES CAUSANTES DE ESTRÉS EN LAS ABEJAS
Los agentes causantes de estrés en las abejas
pueden ser de muy variada etiología. Individualmente o en conjunto pueden
debilitar al insecto y producir su muerte, hecho que en los últimos años
preocupa mucho a la sociedad científica.
El problema medioambiental es de bastante gravedad, ya que las abejas tienen un papel muy importante en la polinización de muchas especies de plantas, y sirven de alimento a numerosas especies de vertebrados. Según Albert Einstein: “Si la abeja desapareciera de la Tierra, al hombre sólo le quedarían cuatro años de vida: sin abejas no hay polinización, ni hierba, ni animales, ni hombres…”.
¿Qué
pasa en una colmena mal ventilada cuando hace calor?
Los nidos de cría de las colonias deben mantenerse a una temperatura constante que varía de 34º a 38º C. Lo mismo ocurre con la humedad, que ha de mantenerse constante, en torno al 80%. Las abejas tienen termo receptores en sus antenas que captan los cambios de temperatura en el ambiente y les permiten adaptarse. En este caso, cuando la temperatura de la colmena supera los 35º C las abejas sacuden sus alas para expulsar el aire caliente y así la refrescan. No todas las abejas participan de este movimiento, sólo algunas (Coppa, 2006).
Si el calor sigue aumentando, un grupo de abejas sale de la colmena y se coloca por debajo para refrescarse en la sombra. Si continúa el calor salen más abejas y comienzan a ventilar desde fuera a toda la colmena. Con calores prolongados e intensos ventilan hasta por la noche. Si el calor no disminuye, la temperatura corporal irá subiendo poco a poco hasta “freír” a las abejas por dentro: las proteínas se coagulan por encima de los 45º C y pierden sus funciones.
Esta situación provoca además que las abejas defensoras o sanitarias, al tener que colaborar con la ventilación, abandonen sus tareas habituales, dejando a la colonia expuesta al acoso de parásitos, bacterias, hongos o virus.
Si a pesar del gran esfuerzo desplegado por la colonia no se logra rebajar la temperatura, la cría muere deshidratada, la reina corta la puesta, se derriten los panales y se paraliza la colonia.
¿Qué
pasa en una colmena mal ventilada cuando hace frío?
Las abejas son expertas en mantener la temperatura más alta que el medio ambiente en épocas de mucho frío. El frío minimiza su actividad hasta provocar la muerte. Algunas razas suspenden la puesta, ya que las crías requieren de más calor y humedad para sobrevivir que una abeja adulta.
Como mecanismo de regulación, las abejas cuando perciben el descenso de temperatura (de 14-12º C) se agrupan en racimos, con la reina en el centro, formando un “bolo invernal” que se irá compactando a medida que ésta siga descendiendo (Mendizábal, 2006). De esta manera, con pequeñas vibraciones, liberan calor manteniendo la temperatura; sin embargo, les es más difícil controlar la humedad, que tiende a condensarse dentro de la colmena. Ésta se genera por el consumo de miel que hacen las abejas. Por cada litro de miel consumida se produce un litro de agua. Esta humedad, en época de actividad, sale de la colmena mediante el mecanismo de ventilación que desarrollan. Pero en invierno las abejas arracimadas no utilizan el batido de alas para ventilar, de manera que la colmena en sí debe estar dispuesta para que se favorezca la ventilación sin la intervención de las abejas (Coppa, 2006).
Si la colmena está en la sombra en lugares de poca ventilación y alta concentración de humedad la combinación es explosiva, derivando en una permanente situación de estrés de la colonia y un ambiente muy favorable para el desarrollo de algunas enfermedades como la ascoferosis (micosis producida por Ascosphaera apis), nosemosis (parasitosis causada porNosema apis) o loque europea (enfermedad bacteriana por Melissococcus pluton) (Llorente, 2003).
Disponibilidad
de agua
Otro elemento imprescindible para la supervivencia es el agua. Si falta agua en el organismo éste intenta recuperarla de donde sea. El primer efecto es el espesamiento de la hemolinfa, que provoca la salida de agua de los tejidos hacia la sangre y afecta al sistema nervioso y al respiratorio. En estas condiciones las abejas se debilitan y se hacen muy sensibles ante cualquier otro proceso patológico.
Disponibilidad y/o calidad de alimento
El polen provee a la colonia de toda la proteína necesaria para el desarrollo del cuerpo y su normal funcionamiento.
Cuando tienen suficientes reservas las abejas mantienen un comportamiento relajado y no se sobrecargan de trabajo en invierno, pero si la colmena se queda sin reservas (esto es, sin miel operculada en una cámara melaria), salen desesperadas a buscar alimentos, y si pueden, a robarle a otra colmena su reserva (pillaje). Y es que cuando les falta miel, falla el suministro de hidratos de carbono, no pueden producir energía, sobre todo calorífica, y disminuye su capacidad de mantener la temperatura constante, circunstancia especialmente grave en la zona de cría, que acaba paralizada. Esta situación es especialmente dramática cuando además hay una baja temperatura ambiental.
Por otro lado, el exceso de néctar tampoco implica una mejora en la calidad de vida. Cuando esto sucede, y sobre todo si concurren épocas de calor, de alta humedad ambiental o poca ventilación del colmenar, se produce una sobrecarga de trabajo de día y de noche que agota a las abejas haciéndolas muy agresivas, por lo que en tal situación llega a ser muy peligroso manipular las colmenas. Además, debido al estrés, se produce un descenso en la tasa de proteína corporal, por la elevada demanda, con la consecuente disminución de su longevidad.
Cuando se da un periodo de bajo ingreso de polen (porque no haya o porque el que hay no tiene los nutrientes adecuados -sequía, polen de eucalipto, gramíneas o pino-), las abejas nodrizas no pueden desarrollar correctamente las glándulas hipofaríngeas y por tanto no pueden alimentar a las larvas con jalea real. En estos casos son las abejas viejas las que las alimentan. La falta de polen también provoca en el organismo de las abejas “hambre de proteínas”, que tratan de solucionar extrayendo proteínas de donde las haya, fundamentalmente del músculo y los intestinos. Esta situación puede provocar daños celulares en estos tejidos, con la consiguiente disminución del peso corporal. Paralelamente a ese proceso orgánico hay un aumento del instinto de recolección de polen, lo que hace que, si no lo encuentran, recolecten cualquier cosa que se le parezca (harina, polvo de paja, polvo de los piensos para ganado, etc.).
Influencia
del cambio climático sobre la actividad de la colmena
Las abejas tienen actividades anuales que van asociadas a las condiciones climáticas. Lo que está ocurriendo con el cambio climático es que determinados árboles adelantan su floración porque se adelanta la primavera, sin embargo, las abejas no salen debido al frío y se mueren de hambre. El tiempo las engaña.
En nuestro país, el año 2005 fue especialmente nefasto en este sentido (Hernández, 2006), pues a los bajos precios derivados del aumento en las importaciones de miel se sumaron las nefastas condiciones climatológicas por la sequía y la sorprendente y extraña muerte de millones de abejas (síndrome de desabejación).
Aunque no se conozca la causa exacta de tal misterio, el cambio climático que está sufriendo el planeta influye en el despoblamiento.
¿Y
las radiaciones?
Las abejas utilizan los cristales de magnetita como magnetorreceptor. Jungreis (1987) investigó la habilidad de los insectos para viajar estacionalmente largas distancias, lo que requiere la utilización de algunos mecanismos hereditarios para encontrar la dirección adecuada. Se hallaron partículas de magnetita biológicamente sintetizadas tanto en especies migradoras, que las utilizan como una brújula en el campo magnético terrestre, como en las especies no migrantes, para las que tienen una función todavía desconocida.
Desde hace meses se viene hablando de la misteriosa desaparición de enjambres enteros de abejas en distintos lugares del mundo, en especial en EE. UU. y determinados países europeos (España incluida).
Hay sospechas de que la radiación electromagnética podría interferir en los sistemas de navegación de las abejas, aunque no existen estudios concluyentes. Varios medios de comunicación han publicado con cierta regularidad noticias relacionadas con la crisis del sector apícola, producida entre otras razones, por las mortandades de abejas y despoblamiento de las colmenas de origen desconocido. Teniendo en cuenta los efectos conocidos de las microondas sobre los insectos y en particular sobre las abejas, y habida cuenta de la proliferación de estaciones base en el campo, es necesario investigar si las radiaciones de telefonía están incidiendo de alguna manera en estas mortandades. Los resultados deben ser considerados por los apicultores españoles con el fin de prevenir posibles pérdidas económicas (Balmori, 2006).
Varios autores (Ramirez et al., 1983) han demostrado la agitación, inquietud y el comportamiento agresivo que muestran las abejas expuestas a los campos electromagnéticos de las líneas de alta tensión.
En una interesante revisión, Balmori (2006) destaca entre otros, los estudios llevados a cabo por Ferdinand Ruzicka, investigador de la Universidad de Doz (Austria) y apicultor aficionado, quien explica cómo los problemas de sus abejas comenzaron tras la instalación de varias antenas de telefonía en las cercanías de sus colmenas (a 50 metros de una estación base y a 150 metros de otras tres más). El investigador no encontró explicación a este comportamiento ni por enfermedades, ni por envenenamiento, culpando del mismo a la radiación de las antenas (Ruzicka, 2003).
En ese mismo artículo, se cita también las observaciones realizadas en 1997 por A. Firstenberg, relativas a la desaparición de abejas en la proximidad de antenas de telefonía en Nueva Zelanda señalando que las que recibían directamente el haz de radiación morían sin razón aparente.
Por el contrario, en dos estudios financiados por la NASA, de Westerdahl y Gary (1981a, b) no se encontraron diferencias en la mortalidad ni en el consumo de azúcares ni variaciones en la orientación del vuelo o la memoria en abejas que fueron irradiadas con microondas.
Conclusión
Como conclusión, podemos decir que son muchas las causas que producen estrés en estos insectos, y seguramente gran parte de la responsabilidad de tantas alteraciones está en el ser humano. Nuestro papel, como futuros veterinarios es ser conscientes de esta realidad y ayudar al sector implicado.
Adriana Grille y María Calviño.
Estudiantes de segundo
ciclo. Facultad de Veterinaria de Lugo.
Universidad de Santiago de
Compostela.
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