viernes, 22 de febrero de 2013

LA CRÍA DE REINAS


 la cría de reinas

  En los últimos años, la producción de reinas en escala comercial esta pasando por un periodo de crisis. Prueba de ello es que apenas alcanza a satisfacer una proporción no mayor del 50% de la demanda por parte de los productores de miel y núcleos.
Criadores nuevos no aparecen, y no pocos de los ya establecidos hace años, abandonan la especialidad para dedicarse a la producción de miel o jalea real, productos ambos de la colmena que en este momento tienen gran demanda a precios muy tentadores.

No tiene nada de extraño que el apicultor se incline por los rubros que le dejen más margen de utilidad con menos esfuerzo. No obstante,   uno de los motivos que conspira para que no haya mas apicultores dedicados a la cría de reinas como ocupación exclusiva, en muchos casos, es la falta de un método de trabajo practico y sencillo, con el cual una sola persona pueda producir de cinco a seis mil reinas por temporada, cantidad que económicamente compensa con creces el esfuerzo exigido.

El equipo de crianza. El equipo necesario para la producción citada, y que será atendido por una sola persona es el siguiente:
Tres o cuatro colonias con reinas seleccionadas. Nos proporcionaran las larvas que una vez desarrolladas serán las futuras reinas.
Veinticinco colonias fuertes que incubaran las celdas reales.
Seiscientos núcleos dobles de fecundación
Aparte de este equipo, necesitamos disponer de las colmenas en producción que nos proporcionaran el material vivo para poblar los núcleos: mil doscientos cuadros de cría y abejas, mas mil doscientos (1.200) cuadros de miel operculada para su alimentación
Debemos tener en cuenta que a la cría y a las abejas las necesitamos a comienzo de primavera cuando las colonias están aun en desarrollo. También que las mismas han de quedar en condiciones de producir miel para pagar los gastos de su propia atención, amortización de intereses del capital invertido en sus colmenas y dejar alguna ganancia. En tal sentido para cubrir las necesidades de crías, abejas y miel, hay que disponer de unas quinientas colmenas pobladas, distribuidas en lugares aptos para su desarrollo y producción.
No creemos en la posibilidad de prescindir de estas colmenas, comprando abejas y miel para poblar el equipo de fecundación. Esto supondría mayores insumos, al tiempo que se complicarían las cosas por tener que depender de lo que hacen otra u otras personas.
Aunque no imprescindible, podemos poner como formando parte del criadero, una casilla cuyas dimensiones de 650 x 270 m., medidas interiores, nos permite instalar 28 colmenas, veinticinco de las cuales utilizaremos como incubadoras. Esta instalación nos facilita considerablemente el trabajo de transferencia de larvas, alimentación, revisaron de las criadoras, etc. Evitándonos las molestias del pillaje en ciertos momentos, así como la pérdida de crías por tiempo lluvioso o frío extemporáneos. La crianza comercial de reinas, con compromisos de entrega en una fecha determinada, es una labor sincronizada en todos sus pasos, de ahí la importancia de esta casilla que además de facilitarnos las operaciones, nos permite salvar algunos inconvenientes relacionados con el clima.
Tal el equipo necesario para que un apicultor pueda criar unas seis mil reinas por temporada. Agreguemos que ese apicultor no es necesario que este dotado de condiciones técnicas extraordinarias. Basta que sea un trabajador, constante, responsable y que sienta verdadera satisfacción por lo que hace.
Las madres: Llamamos madres a las reinas seleccionadas de las cuales utilizaremos sus larvas para efectuar las transferencias. Tres o cuatro son más que suficientes. Deben ser reinas probadas, es decir, deben haber pasado por lo menos un año al frente de una colonia, a fin de conocer su comportamiento. Una vez elegidas, las colonias con las madres deben estar instaladas en cámaras de crías reducidas a cinco cuadros solamente. Mas adelante diremos porque.

Las incubadoras: Estas son las colonias encargadas de construir las celdas reales a partir de la transferencia de larvas. Exactamente para nuestro plan de trabajo se precisan veinte colonias, pero utilizaremos veinticinco para prevenir posibles imprevistos. Deben ser colonias fuertes, con abundante cría y abejas de todas las edades que cubran dos cuerpos de colmena Langstroth. No ha de faltarles miel y polen en ningún momento, aparte de la alimentación estimulante con jarabe, siempre necesaria, salvo los días de abundante entrada de néctar. Poco antes de iniciarse la primavera se instalan en la casilla que hemos mencionado.
El equipo y parque de fecundación: Este equipo se compone de seiscientos nucleos de cuarto cuadros con una tabla divisoria al medio, formando así dos ambientes de dos cuadros cada uno, con salida para las abejas en sentido contrario. Van colocados en bancos para dos nucleos, dispuestos en hileras, pero no paralelas sino en distintos ángulos. Un parque con árboles y arbustos es ideal para su instalación.
El descripto, es el equipo necesario que, como ya dijimos, permite a un apicultor activo producir alrededor de seis mil reina en una temporada, todos los pasos del plan de trabajo se repiten cada seis días, lo que nos da cinco tandas de reinas por mes. El promedio de producción de cada tanda es de unas trescientas reinas, lo que nos da mil quinientas mensuales o sea seis mil en los cuatros meses que dura la temporada
El trabajo: Seguiremos nuestro plan de trabajo, comenzando con la transferencia de la larva y terminando con la reina enjaulada. El sistema de crianza empleado es el del celebre apicultor estadounidense DOOLITTLE, insuperado para la crianza comercial de reinas de la mejor calidad. Las celdas artificiales las construimos con el método clásico del bastoncillo sumergido en cera liquida. Las pegamos con la misma cera a un taquito, que en nuestro caso es un trozo de caña de bambú. Este taquito es simplemente para facilitar la manipulación  de las celdas reales. Una vez nacidas las reinas, se recortan las celdas con una cuchilla caliente y se vuelven a usar. Por unas cuantas veces son mejor aceptadas por las abejas que las celdas artificiales, hasta que comienzan a ponerse negras y gruesas, momento en que son rechazadas.

Supongamos que la primer transferencia o traspaso de larvas, lo hacemos  un día determinado. Diez días, las colonias incubadoras ya estarán bien preparadas: muchas abejas, cría de todas las edades en los dos cuerpos, miel y polen en abundancia. Faltando cuatro días para la transferencia de las larvas, se coloca la rejilla excluidora separando la cámara del alza, la reina queda en el cuerpo de abajo, en el alza habrá por lo menos cuatro cuadros de cría. Si no los hay, se suben de abajo, o en su defecto se traen de otras colmenas.

Desde este momento la alimentación estimulante –medio litro de jarabe, agua y miel o agua y azúcar también agua azúcar y fructosa por mitades- debe suministrarse todos los días, excepto cuando hay abundante entrada de néctar. Esta alimentación no debe darse en el momento de transferencia de larvas, sino dos o tres horas antes. No descuidaremos tampoco el uso de antibióticos contra enfermedades de la cría.
Hemos dicho que las reinas madres deben estar en colmenas reducidas a cinco cuadros solamente, ocupados en su totalidad por crías, miel y polen. El motivo es que al darles el cuadro vacío que nos proporcionara las larvas, este sea ocupado inmediatamente por la postura de la reina. Así entonces, cuatro días antes del traspaso, ponemos en el centro de cada colonia madre un cuadro vacío que NO será blanco ni demasiado negro. Tendremos la seguridad que cuatro días después lo hallaremos cubierto de larvas menores de veinticuatro horas de nacidas, edad en que nuestra opinión es la mas adecuada para obtener reinas de muy buena calidad.
Un solo cuadro nos da larvas de sobra para la trasferencia del día, pero normalmente tomamos larvas de dos cuadros por vez. Como es necesario estar a cubierto de posibles sorpresas, tenemos tres o cuatro madres preparadas, en cuyas colmenas cada seis días cambiamos el cuadro del centro por otro vacío. Es increíble el tiempo que se gana el día de transferencia a costa de los pocos minutos ocupados en colocar un cuadro en las colonias madres. Sin esta precaución, en muchas ocasiones ni siquiera encontraremos larvas en edad óptima, con lo cual se nos desbarata el plan de trabajo.
Conforme al esquema trazado el 1° de octubre ya tenemos todo listo para proceder al traspaso de larvas, que hacemos por el referido sistema DOOLITTLE, previo cebado de las celdas con una gótica de jalea real. En el centro del alza, entre los cuadros de cría de cada colonia incubadora colocamos el cuadro porta barras con la primera de ellas, que lleva pegados veintiséis taquitos con sus celdas ya transferidas. Digamos que la barra es un listón de madera de unos tres centímetros de ancho, que nos permite colocar dos hileras de celdas en forma alternada. Obtenemos así más aceptación de celdas que poniendo dos barras simples en el mismo cuadro.

Con exactitud matemática, nunca sabemos lo que ha de ocurrir cuando hacemos un trabajo en la colmena. Esta resulta muchas veces una verdadera "caja de sorpresa" desagradable casi siempre. Las abejas a menudo están con excelente disposición para jugarnos bromas pesadas, como demostrándonos que dudan de nuestra inteligencia. De ahí que la previsión sea un arma inapreciable en manos del apicultor. Debemos prever los imprevistos, así  en vez de dos, tenemos cuatro madres preparadas, en lugar de veinte, usamos veinticinco incubadoras, etc.

Al día siguiente de la transferencia de larvas se hace una revisada para constatar el resultado obtenido. Normalmente si las cosas se hicieron bien, en esta primera revisada habrá más de cuatrocientas celdas que vamos a necesitar al poblar la primera tanda de nucleos. Si así no fuera, ya hemos tenido un ligero traspié. En ese caso, inmediatamente hacemos otro traspaso para completar el número de celdas necesario.
Aquí cabe hacer una advertencia que es la siguiente: en algunas oportunidades, temprano en la primavera especialmente, a pesar de nuestros esfuerzos, las abejas se muestran reacias a aceptar una buena cantidad de celdas reales. En estos casos, un buen recuso para salvar la situación, es el siguiente: un día antes de la trasferencia, en horas de la tarde, se separa la cámara del alza por medio de una entretapa de tejido, quedando de este modo las abejas del alza  huérfanas. A la misma mañana se realiza el traspaso, dos o tres horas mas tarde se retira el tejido, con lo cual se normaliza la colonia que seguirá cuidando las celdas que ya han sido aceptadas.
Bien, supongamos que todo ha resultado bien. El 2/10 hemos realizado la primera revisada de las celdas reales. La segunda revisada toca hacerla el 4/10, esta vez con el objeto de retirar aquellas que no son de óptima apariencia en cuanto a la cantidad de alimento, tamaño de la larva, etc. Las elegiremos parejas, bien alimentadas y de buen aspecto. Como conocemos la edad de las larvas que hemos transferido, no tenemos porque elegir las de menor tamaño al cumplir el tercer día. Por el contrario, esas larvas que al tercer día están mas chicas que las demás –no sabemos el motivo- alguna vez dan buenas reinas, pero generalmente, no. Si son demasiado chicas es seguro que, o no nacerá la reina o esta será de inferior calidad

Junto con las celdas de descarte, sacaremos todas las que excedan el numero de cuatrocientas veinte, estas son distribuidas en veinte colonias incubadoras a razón de veinte celdas mas de las que vamos a necesitar. Son para salvar inconvenientes como podría ser e paso de una reina a través de la rejilla excluidora. Las celdas de descartes, así como las sobrantes son aprovechadas para extraerles la jalea real

El 7/10 hacemos la segunda transferencia, repitiendo al pie de la letra lo que hicimos en la primera. Para ello, el 3/10 habremos dado el cuadro vacío a las madres. Transferidas las larvas se coloca la barra en el cuadro, debajo de la anterior, cuyas celdas ya operculadas solo necesitan calor para completar su ciclo.
Se acerca la fecha de efectuar la población de la primera parte del equipo de fecundación. Aquí es imprescindible la ayuda. Necesitamos traer de los colmenares que estén en el campo, cuatrocientos cuadros de cría bien cubiertos de abejas. Cuadros que son retirados de las colmenas, previa localización de la reina y colocados en alzas para ser trasladados al criadero. Tres o cuatro días antes de necesitarlas –previendo inconvenientes del mal tiempo- se empieza a traer las abejas. El traslado lo hacemos en alzas con un tejido clavado debajo y otro arriba. Se colocan ocho cuadros en cada alza utilizando un separador para que no se amontonen. Si hace calor se moja con agua, cuidando mientras se hace el trabajo, que no queden al sol. De esta manera son trasladadas al criadero colocándolas a lo largo de las filas que vamos a poblar, distribuidas a razón de un alza por cada cuatro nucleos.
Al día siguiente en la mañana, a cada alza con abejas, previo levantado del tejido, se le coloca encima otro cuerpo con ocho cuadros de miel operculada y se cubre con un techo. Así preparadas pueden estar sin inconveniente, tres o cuatros días hasta el momento de poblar los nucleos de fecundación. Repetimos que en el trabajo de poblar el criadero trayendo las abejas de los colmenares que están en el campo, es donde forzosamente necesitamos la ayuda de por lo menos una o dos personas. Es obvio que la posterior atención de las colmenas que nos suministraron las abejas para el criadero, es tarea que no compete al criador en este plan de trabajo.
A nucleus hive overflowing with bees.
Todo listo, al décimo día de efectuada la transferencia se procede a poblar la tanda de nucleos: las celdas reales se encuentran el la barra de arriba del cuadro que tiene cada incubadora. Se retira la barra y en su lugar se pone la que se encuentra debajo (este proceso se repite cada vez que retiramos una barra con celdas maduras). Despegamos los taquitos con sus celdas, que colocamos en un cajoncito abrigado con géneros de lana y marchamos a poblar los nucleos.
Cada alza con sus abejas y miel se halla colocada frente a cada nucleo, destapamos estos y en cada división ponemos un cuadro de miel operculada, acto seguido junto al cuadro de miel ponemos uno de cría cubierta de abejas. Debajo de su cabezal incrustamos suavemente el taquito con la celda real. Cerramos el nucleo con su entretapa, colocamos el techo y así seguimos hasta terminar la tanda. Cinco horas de trabajo son más que suficiente para dar término a la tarea de distribuir cuadros de cría y abejas, cuadros con miel y las cuatrocientas celdas en sus respectivos nucleos.
La operación de poblar de poblar los nucleos realizada en horas de la mañana, es un trabajo fácil, agradable, que se hace muy rápido, porque a esa hora las abejas están mansas y tranquilas. Si nos vemos obligados a realizarlo después de medio día, las cosas cambian fundamentalmente: Las abejas se encuentran nerviosas y se lanzan a volar desordenadamente. Para evitarlo recurrimos al agua, mojándolas con una regadera antes de levantar el tejido.

Los nucleos de fecundación llevan dos alimentadores en forma de batea que va colocados arriba, haciendo a la vez de entretapa, raramente son utilizados. Un cuadro de miel operculada que guardamos de la temporada anterior, es el "alimentador" más económico que hemos encontrado. Colocado al poblar el nucleo como se indico –salvo raras excepciones- alcanza para toda la temporada, ahorrándonos el fatigoso y oneroso trabajo de alimentación en momento de escasez. Nunca nos cansaremos de ponderar la excelencia de este cuadro de miel, usado como alimentador.

Aquí es necesaria una aclaración, nuestro trabajo se desarrolla en una zona de poca producción nectarífera, pero muy pocas veces de escasez total. En zonas de escasez total en ciertos periodos, el cuadro de miel no alcanzaría para la temporada. Por otro lado en zonas de gran flujo, esta el inconveniente de que los panales del núcleo se llenan de miel que hay que cambiar el cuadro lleno por uno vacío, haciéndose el trabajo engorroso y lento, culminando con la des organización del trabajo.
Los nucleos de fecundación van colocados en hileras de distinto largo, orientadas en ángulos diferentes, en un parque con árboles y arbustos que sirven de punto de referencia para la orientación de las abejas. Su sombra hace agradable el trabajo del apicultor en horas de sol fuerte.
Aunque las filas de los nucleos no corren paralelas, permiten al apicultor empezar su trabajo por un extremo del criaderos y terminar por el otro sin tener que andar en marchas y contra marchas volviendo sobre sus pasos, lo que ocurriría si el equipo estuviera instalado sin orden alguno, como a veces se aconseja
El techo de los nucleos se pinta con cuatro franja de distinto color, rojo, amarillo, azul y blanco. Cuando hacemos una transferencia de larvas, además de anotaciones básicas como ser: fecha de traspaso, madre utilizada, día que toca la distribución de celdas y fecha en que se realiza el enjaulado de las reinas, anotamos el color donde colocaremos la señal al distribuir las celdas.

Así, a la primera tanda corresponde señales en la franja roja, la segunda en la amarilla y la tercera en la azul. En la franja blanca se coloca la señal que nos indica que allí no hay reina ni celda real.
Cada banco lleva dos cajones nucleos, uno se trabaja del lado derecho y el otro del izquierdo. Los bancos están distanciados entre si, setenta y cinco centímetros, distancia que nos permite movernos alrededor de ellos y también cuando estamos trabajando en uno, ocupar el otro para poner el cajoncito con las celdas, o las reinas o el ahumador. Al ir a revisar un nucleo, colocamos el techo sobre el de al lado, quedándonos así, a la vista y al alcance de la mano las señales del cajón que estamos revisando. Si retiramos una reina automáticamente corremos la señal al color blanco. Si ponemos una celda real, corremos la señal al color correspondiente a la tanda. Un ultimo detalle: los techos de los nucleos deben ir colocados siempre de la misma forma. Nosotros ponemos uno de los colores mirando siempre en la dirección norte o lo más aproximado, dada la distinta orientación de las hileras.

Sigamos con nuestro plan de trabajo. Hemos poblado la primera tanda de doscientos nucleos dobles el 11/10. En ellos hemos distribuido cuatrocientas celdas reales que corresponden al color rojo. Las reinas de ese color estarán listas para enjaular, 15 días mas tarde. Hasta entones no volvemos a tocar los nucleos de esa tanda.
Todas las operaciones del plan se repiten cada seis días. En otra época las repetíamos cada cinco días, pero el periodo resultaba demasiado ajustado, por cualquier imprevisto se rompía el esquema con los consiguientes trastornos. Con la escala a seis días se obtiene una tanda menos de reinas por mes. Es preferible aumentar él número de nucleos para compensar esa merma y trabajar con tranquilidad. Esto es muy importante para el criador de reinas.
La tercera transferencia o sea la del color azul toca hacerla el 13/10, repitiendo lo que hicimos en las anteriores. El 17/10 están maduras las celdas de la segunda transferencia. Toca poblar la segunda tanda de nucleos, donde serán distribuidas, colocando las señales en la franja amarilla.
El 19/10 hacemos la cuarta transferencia, el 23/10 están listas las celdas que corresponden al color azul. Poblamos la tercera tanda, distribuyendo las celdas correspondientes, colocamos la señal en la franja azul, con lo que queda en marcha todo el equipo de fecundación.
Al llegar aquí hemos terminado un trabajo que no repetiremos en el resto de la temporada: la población de los nucleos. Y empezara otro que se repetirá cada seis días durante todo el periodo de crianza: enjaulado de las reinas fecundadas
El 27/10 tendremos la primera tanda de reinas en postura y listas para enjaular. Serán las correspondientes a la tanda que va señalada en el color rojo. De ahí en más, repetimos, cada seis días tendremos una tanda similar de reinas en postura, hasta terminar la temporada.
Es casi seguro que el 26/10 ya las reinas de la primera tanda, estarán en postura, pero como tienen que llenar por lo menos un cuadro de cría para mantener la población del nucleo, y además, de acuerdo al esquema preparado, las celdas para reemplazo de reinas estarán maduras recién el 29/10, la enjaulada la iniciamos el 27 y la terminamos el 28/10 cómodamente.
Enjaulado de reinas:
El 26/10 lo dedicamos entre otras cosas a preparar las trescientas jaulas que más o menos vamos a necesitar al día siguiente. El candy colocado y el tejido abrochado, listas para introducir la reina con sus acompañantes

El 27/10 en horas de la mañana, con las jaulas preparadas en un cajoncito, empezamos a revisar todas las divisiones de la primera tanda, que son las que llevan la señal en el color rojo. El techo del nucleo a revisar, lo colocamos sobre el techo del otro que esta en el mismo banco. Así, a parte de quedar a la vista las señales del nucleo que hemos abierto, nos tapan las del vecino, que en ese momento no nos interesan. Su vista solo servirá para confundirnos.

Abierta la división correspondiente, retiramos la celda nacida y mientras buscamos la reina comprobamos la calidad de la postura. Encontrada aquella, la enjaulamos, agregamos 6 o 7 obreras para compañía y ponemos el tapón de corcho a la jaula, hecho lo cual, repetimos la operación en la otra división, cerramos el nucleo y corremos la señal al color blanco.
Si la reina fallo o no  tiene puesta, se elimina y junto a la señal en blanco, ponemos un terrón que tomamos del suelo con la punta de la palanca. Esta señal quiera decir que al darle la celda real, también le tenemos que poner un cuadro con postura, que sacaremos de una división que tenga dos, a la cual al sacar la reina, habremos marcado   apretado contra el techo. Así seguimos hasta terminar la tanda. Evitamos, como se ha visto, cualquier clase de anotaciones, que en el trabajo apícola son siempre engorrosas, se pierde tiempo para hacerlas y para consultarlas.
Al terminar la temporada y sacar la ultima tanda de reinas de cada color, se procede a levantar el equipo de fecundación. Por cada cuatro nucleos dejamos una reina. Tomamos los cuadros de los nucleos y los vamos colocando en una cámara, agregando un cuadro de miel para completar los nueve que esta lleva. No hay necesidad de enjaular las reinas al hacer las reuniones. Simplemente se pasan los cuadros y las abejas de los cuatro nucleos a la cámara, incluyendo los de la división donde esta la reina. Como se ve al levantar los nucleos de fecundación se recupera en gran parte la cría y abejas utilizadas para poblar el equipo. Llevadas estas colmenas pobladas a buenos lugares en el campo, volverán a proveernos de abejas en la próxima temporada.
Sucintamente, las operaciones fundamentales a realizar se pueden ejemplificar en el siguiente esquema para un mes.
Supongamos  1 de abril
1-4. Primera transferencia de larvas.
Tiempo a ocupar: 4 horas
2-4. Primera revisión de celdas
Tiempo a ocupar: 2 horas
4-4. Segunda revisión de celdas
Tiempo a ocupar: 2 horas
7-4. Segunda transferencia de larvas
8-4. Primera revisión de celdas
10-4. Segunda revisión de celdas
Tiempo a ocupar: 5 horas de trabajo
11-4. Población de la primera tanda de núcleos
13-4. Tercera trasferencia de larvas
14-4. Primera revisión de celdas
16-4. Segunda revisión de celdas
17-4. Población de la segunda tanda de núcleos
19-4. Cuarta transferencia de larvas
20-4. Primera revisión de celdas
22-4. Segunda revisión de celdas
23-4. Población de la tercera tanda de núcleos
25-4. Cuarta trasferencia de celdas
26-4. Primera revisión de celdas
28-4. Segunda revisión de celdas
27-4. Enjaulado de la primera tanda de reinas.
Tiempo a ocupar: 10 horas de trabajo

Estos son los días de trabajo obligados –digamos- de los cuales –salvo el enjaulado- ninguno nos ocupa todo el día. Hay otros de menor cuantía como ser: alimentar   a las criadoras, subir cría al alza de las mismas, preparar celdas, preparar jaulas, matar hormigas,   atender correspondencia, despachar remesas de reinas, etc... Tareas que prácticamente nos llevan todo tiempo disponible.
Queda así descrito a grandes rasgos un plan de trabajo por medio de un método sencillo y practico que permite al apicultor la producción de una cantidad de reinas por temporada, que económicamente hace muy rentable al renglón.

Jacinto Naveiro 

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