Los apicultores creen que habrá que convivir con la avispa asiática
Más efectivos para retirar los nidos de avispa asiática e
incrementar la instalación de trampas a finales del invierno, para impedir así
que aniden. Esa fue la reivindicación y principal conclusión a la que llegaron
más de doscientos apicultores gallegos, que se reunieron en la localidad
pontevedresa de Tomiño esta semana para poner en común uno de los problemas que
trae en vilo al sector: la avispa invasora que ataca sus colmenas.
"La avispa asiática va a quedarse aquí, vamos a tener que
convivir con ella, así que a largo plazo también dará problemas al sector
vitivinícola y al de las frutas",
La variante de avispa asiática presente en España (Vespa velutina nigritorax) mide entre
2,5 a 3 centímetros -"no es de las más grandes entre los avispones" y
muestra una coloración "muy característica y reconocible", con un
abdomen completamente negro que evoluciona al naranja en la punta y unas patas
también negras o marrones oscuras en la parte próxima al cuerpo pero naranjas
en el extremo exterior.
Las actuales trampas que marcan los protocolos de actuación son
"insuficientes" y "poco efectivas" en opinión de expertos, que abogan por reforzar la
instalación de estas trampas a finales de invierno y cerca de "las
camelias japónicas", para evitar así que las avispas realicen sus nidos;
es decir capturaría a las reinas fundadoras de los avisperos. Habrá que ponerse de acuerdo en la utilización algunos de los líquidos atrayentes o venenos
domésticos que los apicultores usan en sus trampas. En el programa de
vigilancia y control contra la avispa asiática asesoran sobre la
elaboración de trampas caseras y se refieren sobre todo a líquidos atrayentes,
como aguas azucaradas, vino o cerveza negra.
Trampas con feromonas
Sin embargo, un técnico vasco del Instituto Vasco de
Investigación y Desarrollo Agrario, Jesús Félix Barandika, consultado ayer por
posibles estrategias para combatir la expansión de la avispa asiática se
refirió al uso, ya propuesto anteriormente, de una feromona sintética con la
que atraer grandes cantidades de esta especie y poder así reducir sus números.
Barandika considera que "los pequeños apicultores, que a
diferencia de los más profesionales, "no practican la trashumancia"
durante el verano son quienes se exponen de forma mayor a ataques de la avispa
asiática, son "mucho más vulnerables".
Con respecto a la expansión de ejemplares se ha referido al
ejemplo de la provincia de Guipúzcoa, donde los primeros nidos aparecieron en
2010 en torno a San Sebastián e Irún. Desde allí, la avispa asiática se
expandió de forma "rapidísima", llegando a cubrir la mitad de la
provincia en 2011 y la provincia al completo en 2012, cuando fueron retirados o
destruidos cerca de 1.000 nidos.
En la comunidad gallega, la avispa asiática afecta
principalmente a la zona de la mariña lucense y las Rías Baixas aunque también
se han visto y retirado nidos en la comarca de A Coruña. Los apicultores
alertaban esta semana de que una de cada cuatro colmenas de abejas que existen
en la comunidad ya habrían sido atacadas por esta especie de avispa.
En algunas playas, como las que se enmarcan en las Rías Baixas,
el número de picaduras por avispa se ha cudruplicado en sólo un año mientras
que, sin embargo, en las playas de A Coruña ciudad y el área metropolitana las
picaduras de insecto a bañistas bajaron un 40% durante este verano. El daño
de las picaduras de la avispa asiática es similar a la de la de otras especies.
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