domingo, 24 de febrero de 2013

MÉTODOS DE PRODUCCIÓN MASIVA DE ABEJAS REINAS


 MÉTODOS DE PRODUCCIÓN MASIVA DE ABEJAS REINAS

Los métodos para la cría comercial de abejas reinas fueron establecidos por Doolittle en 1888 y han sufrido pocas modificaciones sustanciales desde entonces. Estos métodos consisten de cuatro etapas en las que se efectúan una serie de procedimientos. Las etapas son:
- el traslarve  
- la producción de celdas reales,  
- la cosecha y cuidados de las celdas reales   
- la fecundación y cosecha de las reinas.
Las copa-celdas artificiales
 Las copa-celdas artificiales donde se introducen las larvas seleccionadas pueden ser de plástico o de cera y pueden comprarse en casas comerciales. Otra opción es fabricarlas uno mismo. Para hacerlo, hay que usar cera de la mejor calidad, como la obtenida de opérculos. No es conveniente usar cera obtenida de panales viejos. El diámetro de las copa-celdas debe ser similar al de celdas reales naturales, o sea aproximadamente 8 a 9 mm. También la profundidad de las copas debe tener esta medida. El fondo de las celdas debe ser redondeado y bien liso. Para hacerlas se utilizan moldes de madera, uno de cuyos extremos tenga estas medidas y que además esté marcado (con una muesca circular) a 8-9 mm. de distancia a partir de su punta. La punta del molde para fabricar las copaceldas debe ser muy lisa y redondeada, lo cual se logra con la ayuda de una lija de grano muy fino. Para producir muchas celdas a la vez, se ponen juntos varios de estos moldes y se sumergen al mismo tiempo en cera líquida. Es importante que antes de sumergir los moldes en la cera, estos se remojen en agua jabonosa (unos 15 a 30 minutos), para poder desprender las copa-celdas con facilidad después de que se enfrían. La cera se calienta en baño maría sobre una parrilla eléctrica o de gas, cuidando que no hierva, para que mantenga su calidad. Existen baños maría para este propósito de venta en casas de implementos apícolas. Alternativamente, puede usarse un sartén eléctrico con termostato en lugar del baño maría. El procedimiento consiste en sumergir el o los moldes en la cera líquida hasta la marca de los 8-9 mm. y luego sacarlo y dejar enfriar en el aire la copa-celda por unos segundos. Hay que repetir el proceso de introducir y sacar el molde en la cera por dos a cuatro ocasiones más. Cada vez que el molde se sumerja en la cera, deberá hacerse a un mm. de menor profundidad consecutivamente, para producir copa-celdas de fondo grueso y paredes delgadas. Para desprender las copa-celdas de los moldes, estos se sumergen en agua fría donde se dejan reposar por unos segundos, al cabo de los cuales las copas se desprenden, realizando un ligero movimiento giratorio sobre ellas con los dedos pulgar e índice. Antes de producir la siguiente copa-celda, es necesario volver a remojar el molde en agua por algunos segundos y secarlo para después volverlo a meter en la cera derretida. Cuando se trabaja con un solo molde, pueden fabricarse de tres a cinco celdas por minuto.
 
El marco contenedor de copa-celdas
 Las copa-celdas artificiales se pegan a una tira (listón) de madera en número de 15 a 18 y se instalan dos o tres de estas tiras en un bastidor de medidas estándar, pero con los postes laterales desplazados unos cm más hacia el centro del marco, en relación a un bastidor de cámara de cría. Estos se distancian lo suficiente que permita el desarrollo de las celdas reales entre ellos. El bastidor contenedor debe tener muescas en el interior de sus postes laterales, para poder fijar ahí las tiras de madera que llevan las copa-celdas. Para pegar las copas, primero se vacía cera derretida sobre las tiras y luego se presionan sobre estas con la ayuda de un molde para hacer copa-celdas. Hay que dejar un espacio de 2 a 2.5 cm entre las copas. Otra opción consiste en colocar tiras delgadas de cera estampada sobre los listones de madera, las cuales se fijan por presión con los dedos, luego de exponerlas al sol para calentarlas y suavizarlas un poco. Las copas también se fijan por presión sobre la tira de cera estampada. Finalmente, se agrega más cera líquida (con una cuchara) alrededor de las copas para fijarlas mejor. Algunos criadores de reinas pegan pequeñas bases de madera de forma cilíndrica, o cuadritos de lámina a las tiras, usando cera derretida. Después, pegan las copas a estas bases con cera derretida, para que una vez desarrolladas las celdas reales, se desprendan junto con la base. Estas bases facilitan la sujeción de las celdas reales cuando son introducidas a colmenas o núcleos de fecundación Hay criadores que meten el marco contenedor con las copa-celdas vacías a la colmena criadora 12 a 24 horas antes de realizar el traslarve, con la idea de que las obreras las pulan y les impregnen su olor particular, porque piensan que con esto se mejora la aceptación de las larvas y el número de celdas producidas. Sin embargo, no se ha demostrado que esta práctica en realidad represente una ventaja, en comparación a introducir el marco ya con las larvas transplantadas en el interior de las copas.
 
Las reinas progenitoras
 Es muy importante contar con un método confiable de selección que permita identificar a las mejores reinas madre, para que estas sean las proveedoras de las larvas que serán las futuras reinas de nuestras colonias, ya que ellas son los reservorios de las características que se heredan y como es lógico, se requieren buenas características en nuestras abejas. El número de reinas progenitoras a seleccionar depende del tamaño de la operación. Sin embargo, se recomienda hacer el traslarve de por lo menos cinco madres si los apareamientos de las reinas hijas ocurrirán en el aire y de por lo menos quince si se utiliza un esquema de apareamientos controlado (inseminación instrumental o apareamiento en islas) y en población cerrada (apareamientos entre miembros del mismo tipo de abejas). Este número mínimo de madres es necesario para evitar problemas asociados con la consanguinidad (alto grado de parentesco), como es la baja viabilidad de la cría o una mayor susceptibilidad de las abejas a enfermarse. Las larvas que se transfieran deberán tener menos de 36 horas de eclosionadas (salidas del huevo), de preferencia menos de 24, ya que se busca que estén bien alimentadas con jalea real. Para identificar las larvas de la edad adecuada, se requiere de buena vista y de cierta experiencia, o bien de encerrar a la reina durante cuatro a cinco días en una jaula con malla de criba, conteniendo un panal vacío. Al cabo de este tiempo, se contará con una abundante cantidad de larvas de la edad adecuada para el traslarve. Cualquiera que sea el método que se use, es crucial utilizar larvas de menos de 48 horas de eclosión, porque si se usan larvas de mayor edad, se corre el riesgo de que emerjan reinas antes de tiempo y maten a todas las demás que aún estén en las celdas reales dentro de la colonia criadora. Además, larvas de mayor edad producen reinas de calidad inferior. Una vez que el panal con las larvas de la edad adecuada haya sido seleccionado, hay que llevarlo al sitio donde vaya a realizarse el traslarve.
 
El traslarve
 El traslarve es simplemente el paso o transferencia de una larva de una celdilla de un panal, a una copa-celda artificial. El traslarve debe hacerse en un lugar con sombra y donde no peguen corrientes de aire, para evitar que las larvas se enfríen o se sequen. Hay apicultores que lo hacen bajo la sombra de un árbol y hay otros que lo hacen en el interior de una habitación. Siempre hay que tomar en cuenta que tanto temperatura como humedad bajas, pueden afectar considerablemente la sobrevivencia de las larvas. Si la región donde se realiza el  traslarve es muy seca, es mejor poner una toalla humedecida con agua tibia sobre el bastidor, dejando descubierta únicamente la sección del panal donde se estén obteniendo larvas, e ir destapando progresivamente el bastidor, conforme se vayan necesitando más larvas. Se puede usar una lámpara de luz fluorescente o una lámpara de minero para ver bien las larvas en el interior de las celdillas, pero esto puede deshidratarlas un poco. También pueden usarse lentes de aumento o una lupa si esto mejora el trabajo de traslarve. Antes de hacer el traslarve, algunos criadores ponen una gota pequeña de una mezcla a partes iguales de jalea real y agua destilada en el interior de cada copacelda, para ayudar a que la larva se adhiera al líquido y para prevenir la deshidratación de esta. Otros criadores traslarvan en seco con el mismo éxito. Es importante que si se usa jalea, se coloque a la larva flotando en la gota y no se le sumerja en ella para evitar ahogarla. Para efectuar el traslarve, se usa una aguja o herramienta de transplante. Existen muchos tipos de herramientas para el traslarve; algunas pueden ser adquiridas en casas comerciales y otras pueden fabricarse con materiales accesibles. Las trasplantadoras comerciales incluyen agujas, herramientas con una lengüeta que sale por la presión manual de un mecanismo para cucharear a las larvas trasplantadoras automáticas), etc. Dentro de las trasplantadoras   se incluyen agujas fabricadas con un alambre o con plumas, así como el uso de pinceles del número 00. Lo recomendable es que cada apicultor pruebe varias de ellas,   seleccione aquella con la que se sienta más cómodo. Las herramientas trasplantadoras generalmente tienen un extremo plano en forma de cuchara (angulada hacia arriba unos 20º) de 1 mm de ancho por 2 mm de largo. Para hacer una aguja de traslarve, puede usarse alambre de bronce del número 8 (no de cobre, porque este metal puede reaccionar ante la acidez de la jalea real, lo que puede afectar a las larvas) como los electrodos para soldar. Se corta un tramo de unos 15 cm de largo y se redondea uno de los extremos, mientras que por el otro, con la ayuda de martillo, pinza, lima y lija fina, se fabrica la cucharilla para el traslarve.
La técnica del traslarve implica cucharear a la larva entrando con la cucharilla(o lengüeta de una trasplantadora automática) de la aguja por su lado curvo y por debajo de ella. Posteriormente, la cucharilla con la larvita se levanta y se introduce al interior de la copa-celda, tratando de dejar la larva sobre el piso de esta con un movimiento hacia abajo y en la misma posición en que se encontraba dentro de la celdilla; si la volteamos, podríamos lastimarla. Cuando se han hecho los traslarves en todas las copas de una tira, esta se coloca con las celdas dirigidas hacia abajo dentro del bastidor contenedor y se hace lo mismo para todas las tiras. Una vez finalizado el traslarve, se introducen de uno a tres de estos bastidores en una colmena criadora.
 
La producción de celdas reales
Para producir celdas reales a partir de copaceldas conteniendo crías traslarvadas, se requiere de colmenas criadoras, las cuales contienen una colonia de abejas con o sin reina, pero siempre poseen al menos un cubo sin reina (separado de, y montado sobre otro cubo que contiene una reina, por medio de un excluidor de reinas). Estas colmenas sirven para desarrollar y/o incubar celdas reales. Las hay de tres tipos: iniciadora, finalizadora, o iniciadora-finalizadora.
Las colonias criadoras deben contener muchas abejas jóvenes y deben estar bien alimentadas con jarabe de agua y azúcar y con polen o sustituto de éste. Las abejas jóvenes producen más jalea real que las viejas y se requiere de alimento para estimular la producción de este nutritivo alimento, indispensable para alimentar a las larvitas destinadas a ser futuras abejas reinas.

Colmena criadora iniciadora
Una colmena iniciadora huérfana se prepara de la siguiente manera. A una colonia fuerte (en abejas y cría) se le alimenta diariamente con jarabe de agua y azúcar al 50% y con polen, o sustituto de polen, durante uno a tres días consecutivos. Si no se tiene polen, se puede hacer una pasta con harina de soya baja en grasa, humedecida con jarabe. Se proporcionan 200 o 300 gramos de esta pasta sobre los cabezales de los bastidores de la colmena. Terminado este tiempo de alimentación se quita la reina a la colonia. Un día después de quitar la reina, se sacan y reemplazan los panales de cría chica (excepto uno por cada bastidor con copa-celdas que se pretenda introducir) por bastidores con cría operculada procedente de otras colonias. Adicionalmente, se recomienda poner una rejilla excluidora de reinas por debajo del cubo de la cámara de cría y entre el excluidor y el piso de la colmena, poner una alza, con el fin de descongestionar la cámara de cría, para que las abejas más viejas (las pecoreadoras) tengan espacio suficiente y no promuevan el comportamiento de enjambrazón. El excluidor también sirve para evitar que se metan a la colonia criadora reinas o enjambres procedentes de otras colonias. Introducen al centro de la cámara de cría, de uno a tres bastidores conteniendo entre30 y 72 copa-celdas cada uno, hasta un máximo de 140 copas con larvas por colonia criadora, para tener una adecuada aceptación de estas. Las abejas de la colonia iniciadora alimentarán a las larvas e iniciarán la construcción de celdas reales a partir de las copa-celdas. El porcentaje de larvas aceptadas y de celdas reales construidas disminuirá conforme al número de celdas introducidas. Por ello, entre más celdas se metan, el porcentaje de larvas aceptadas y la cantidad de alimento que estas reciban será menor, con lo que se corre el riesgo de producir reinas de tamaño pequeño. Cuando se introducen los marcos con las copa-celdas a las colonias iniciadoras es importante observar que no se utilice mucho humo, para no causar una fuerte desorganización de las abejas de la colonia y favorecer la aceptación de las larvas introducidas. Otra práctica que puede favorecer la aceptación de las larvas, es el rociar un poco de jarabe sobre los cabezales de los marcos recién introducidos, para atraer a las abejas a atender a nuestras larvas. Esta operación debe hacerse rápido y justo antes de cerrar herméticamente la colonia, para prevenir un problema de pillaje. Además de lo anterior, la manipulación e introducción de los marcos que contienen las larvas debe ser muy cuidadosa; no deben agitarse, golpearse, o
sacudirse, ya que esto podría resultar en la pérdida o lesión de las frágiles larvas. Algunos criadores  siguen un calendario la introducción de un marco con copa-celdas cada día, mientras que otros los meten todos juntos. Este escalonamiento obedece  más a adaptaciones en los planes y rutinas de trabajo de los apicultores, que a las capacidades de las abejas y por ello son opcionales. Para atraer a las abejas nodrizas a alimentar a nuestras larvas, cada bastidor con copa-celdas se pone entre un bastidor de cría chica y otro que contenga polen. Estos bastidores se dejan en la colonia iniciadora durante uno a seis días, para luego ser transferidos a una colonia finalizadora. Dependiendo del calendario que se establezca, las colonias iniciadoras pueden estar recibiendo nuevos bastidores cada uno a siete días. Cada vez que se abra una colonia iniciadora, hay que proveerla con cría operculada (uno a dos bastidores), jarabe (2 a 4 litros) y buscar y destruir cualquier celda real que las abejas hayan iniciado a partir de cría que se le haya dado a la colonia con anterioridad. Hacer esto es muy importante para evitar que estas reinas criadas de emergencia, destruyan nuestras celdas reales con larvas seleccionadas y se pierda todo el trabajo hecho.
 
Colmena criadora finalizadora
Una colmena finalizadora es usualmente preparada con dos cámaras de cría. En la inferior se mantiene a una reina con toda la cría operculada, mientras que en la superior (separada de la inferior por un excluidor) se mantiene a la cría chica, bastidores conteniendo alimento (miel y polen), alimentadores y espacio para colocar bastidores con copa-celdas. En estas colmenas se introducen de uno a tres bastidores procedentes de una colonia iniciadora cada uno a seis días, dependiendo del calendario que se siga. Aunque la construcción de las celdas puede ser finalizada aquí, la principal función de estas colonias es la de mantener su temperatura en 32-35º C, por lo que también se les conoce como colonias incubadoras. Eventualmente pueden llegar a incubar hasta 300 celdas (seis a ocho bastidores). El arreglo de los panales en la cámara superior es similar al que se sigue en una colonia iniciadora y puede hacerse cada vez que se metan nuevos marcos con celdas reales, o cada cuatro días, lo que ocurra primero. Las celdas permanecen de cuatro a siete días en estas colonias, o hasta que cumplan 10 u 11 días luego del traslarve. También pueden prepararse colmenas finalizadoras huérfanas, las cuales se manejan de manera similar a las iniciadoras. Cuando se transfieran celdas de una colonia iniciadora a una finalizadora, hay que manejar los marcos con mucha delicadeza, pero con rapidez, ya que un enfriamiento de las celdas puede derivar en un retraso en el desarrollo de las futuras reinas, o peor aún, en un inadecuado desarrollo de sus alas. Las celdas ya operculadas (cinco a seis días después del traslarve) también podrían incubarse en una incubadora eléctrica a 32-35º C, hasta que cumplan 10 u 11 días.
 
Colmena criadora iniciadora-finalizadora  
En el caso de colmenas iniciadora-finalizadora, estas se manejan igual que una iniciadora, pero proveyéndolas de dos a cuatro panales con cría operculada cada 10 a 11 días, para asegurar una constante provisión de obreras jóvenes. Adicionalmente se pueden sacudir abejas procedentes de otras colonias en su interior para mantenerlas fuertes. Desde luego, hay que alimentarlas con jarabe y con polen. La ventaja de estas colonias es el menor tiempo de trabajo y la menor manipulación de las celdas, pero la desventaja es un porcentaje menor de aceptación y producción de celdas reales. Las celdas permanecen 10 a 11 días en estas colmenas y luego se llevan a núcleos de fecundación o a colonias huérfanas. Las colonias criadoras deben ser constantemente tratadas contra varroa y enfermedades de la cría, para evitar que se pierdan muchas celdas por concepto de enfermedades.

La cosecha y cuidados de celdas reales
Las celdas reales son cosechadas luego de 10 a 11 días de realizado el traslarve. Hay que sacar los bastidores conteniendo las celdas de las criadoras con mucho cuidado y con las precauciones antes descritas. Posteriormente, las celdas se desprenden de las tiras de los bastidores con la ayuda de un cuchillo o navaja filosos. Hay que tener el cuidado de no mantener las celdas mucho tiempo mirando hacia arriba, o de lado, para impedir que las alas de las reinas se adhieran a las paredes o a la base de las celdas y esto les impida salir, o bien salgan sin alas.

Valoración de celdas reales
Luego de ser despegadas, las celdas reales pueden valorarse por iluminación; muchas veces las larvas enferman y mueren dentro de la celda, o bien sus alas quedan pegadas a la pared de esta, o bien no tienen un buen desarrollo. Es posible detectar algunas de estas anomalías por medio de iluminar las celdas con una lámpara que emita una luz potente (de al menos 500 wats). La silueta de la reina se puede ver a contraluz, para determinar si esta tiene un buen desarrollo. La celda puede incluso moverse un poco entre los dedos pulgar e índice o bien puede ponerse de lado, para ver si la reina esta suelta (cambia de posición) o se balancea en el interior de la celda, lo cual es signo de que la reina está viva y sana.
 
Empaquetado y transporte de celdas reales  
Las celdas reales son muy sensibles a golpes, enfriamientos y sobrecalentamientos. Por eso hay que extremar precauciones en su empaque y transporte a los núcleos de fecundación o colmenas. Es importante no exponerlas a corrientes de aire frío, así como a los rayos directos del sol. También hay que cuidar que durante el transporte no vayan golpeando en el vehículo, especialmente cuando se transita por caminos con muchos baches. Las celdas reales pueden transportarse en tiras de madera como las usadas para instalar las copa-celdas, donde son pegadas una detrás de otra, sin espacio entre ellas y estas tiras se colocan en un bastidor contenedor. Este bastidor puede meterse en una caja porta-núcleo (de dos o tres bastidores de capacidad) que contenga abejas sacudidas a fin de mantener una temperatura cálida para las celdas. Cuando no se tienen abejas para mantener la temperatura de las celdas, se pueden poner en un cojinete de hule espuma o esponja que contenga agujeros, o bien en conos para transportar huevos, a los que se les perforan orificios en sus picos, para ahí alojarlas. Estos contenedores con las celdas se meten a una caja para protegerlas de corrientes de aire o de otras condiciones climáticas indeseables. Puede utilizarse una caja de cartón o de poliestireno (como las hieleras) forrada con hule espuma y una tela negra (para que absorba calor). En su interior, la caja es provista con una bolsa o botella con agua caliente (como las usadas en hospitales de color rojo), cuidando que las celdas no entren en contacto directo con ésta. En la caja se meten los conos de huevo, los cojinetes de hule espuma, o el contenedor que se haya utilizado para mantener a las celdas inmóviles y protegidas. Apicultores australianos usan cajas de poliestireno rellenas con algodón o  serrín, para ahí depositar las celdas. Alternativamente, la caja con el aserrín, pero sin la botella de agua caliente, puede meterse por varias horas a una incubadora, o por unos minutos a un horno de microondas, para calentar el aserrín antes de meter las celdas. El
serrín así calentado, mantiene una temperatura uniforme en todas las áreas de la caja. Una manera de saber si la caja lleva la temperatura adecuada (30-36º C), es colocando un termómetro en su interior y  observándolo con cierta periodicidad. Una vez que las celdas han sido adecuadamente empacadas para su transporte, son llevadas a los núcleos de fecundación o a colmenas horfanizadas para ser introducidas. Idealmente no deben transcurrir más de 10 horas entre el empacado de las celdas y su introducción a los núcleos o colmenas. Cuando las celdas se pretendan introducir a colmenas, hay que preparar estas con anticipación, dejándolas huérfanas o haciendo divisiones para recibirlas. Ocasionalmente, celdas empacadas en cajas que guarden bien el calor, pueden mantenerse viables hasta por24 a 36 horas.
 
La fecundación y cosecha de reinas
Para una adecuada fecundación de las reinas, el criadero (apiario con núcleos de fecundación) debe ubicarse en un lugar protegido de vientos, con árboles que den sombra y con diferentes estructuras naturales distribuidas a lo largo del terreno (piedras, árboles, montículos, matorrales, etc.), para ayudar a las reinas a orientarse mejor durante sus vuelos nupciales. Los núcleos de fecundación deben colocarse de una manera no uniforme y si es posible, se les debe pintar la piquera y el techo de distintos colores; todo esto con el fin de ayudar a las reinas y a las obreras a orientarse y a identificar su núcleo para no meterse en otro

La producción y disponibilidad de zánganos
Es importante colocar colmenas que contengan panales con celdas de zángano en las cercanías del criadero. Algunas de estas colmenas pueden ubicarse dentro del criadero, mientras que otras pueden instalarse a distancias de entre uno y cinco km del mismo. Las colmenas productoras de zánganos, deben tener reinas seleccionadas para que produzcan machos de calidad. En general se recomienda instalar una colmena con dos panales con celdas de zánganos por cada 40 a 60 espacios de fecundación. Para que las colonias produzcan muchos zánganos, es importante que tengan panales con celdas para zánganos y que sean constantemente alimentadas con jarabe y con polen. Los panales de zánganos pueden prepararse con anterioridad durante una floración, utilizando cuadros con una sola franja de cera estampada de 2 a 4 cm adherida al cabezal superior de bastidores sin alambre, los cuales son introducidos en colonias fuertemente pobladas para que los trabajen. Las abejas desarrollarán un panal conteniendo más celdas de zángano que de obrera, que pueden luego ser usados en las colmenas productoras de zánganos.

El manejo de los núcleos de fecundación
Las celdas reales se introducen en núcleos de fecundación para que ahí emerjan las reinas, se fecunden y regresen a poner huevos. Entonces son cosechadas. En términos económicos, es preferible trabajar con núcleos chicos, porque se gasta menos en abejas, equipo y alimento. Sin embargo, mantener unidades pequeñas es más complicado que mantener unidades grandes. El tamaño del núcleo siempre será una decisión personal de cada criador. En general, es más fácil mantener núcleos pequeños en lugares calientes que en fríos, porque en lugares fríos se pierden más abejas debido a que las poblaciones pequeñas tienen más dificultades para mantener la temperatura de incubación en el nido de cría. Para echar a andar los núcleos de fecundación, primero hay que llenarlos con abejas. Para ello se necesita traer abejas obreras de otras colmenas. Bastidores de colmenas bien pobladas se sacuden en el interior de una jaula de malla metálica ("canasta") con la ayuda de un embudo grande, o bien, primero se sacuden en el interior de una lata alcoholera y después las abejas se vacían en la canasta. Para impedir que las abejas vuelen mucho, hay que rociarlas con agua antes de pasarlas a la canasta. Una canasta puede contener las abejas sacudidas de hasta 60 o 70 bastidores. Se recomienda que a cada colmena de las que se sacudan, se les dejen al menos tres a cuatro bastidores cubiertos con abejas, para no debilitarlas mucho.
Antes de sacudir cada bastidor, es importante asegurarse que la reina no esté presente. Cuando se le encuentra, puede encerrársele temporalmente en una jaula y luego soltarse en su colmena, una vez concluida la operación. Las colonias que provean obreras, deberán ser alimentadas frecuentemente (de preferencia cada semana). Estas colmenas pueden proveer abejas (sacudirse) cada tres a cinco semanas. Las abejas en el interior de la canasta deben alimentarse con jarabe, para que cuando se sacudan en los núcleos, caigan fácilmente por su peso. Un núcleo Morelos se llena con aproximadamente 1,200 a 1,500 abejas (150 gramos o un cucharón). Para calcular cuantas abejas llevar al criadero y por lo tanto, cuantos bastidores sacudir, se estima que un bastidor de cámara de cría puede contener alrededor de 3,000 a 4,000 obreras, pero considerando que muchas de las abejas vuelan y se regresan a su colmena, debemos estimar alrededor de 2,500 abejas, lo que sería suficiente para llenar dos de estos núcleos. Luego de que un núcleo es provisto con abejas, su alimentador se llena con jarabe denso (dos partes de azúcar por una de agua) y se coloca una celda real al centro del núcleo, sujeta entre los cabezales de dos bastidores, o entre los panales de cera, con el fin de protegerla cuando el lugar en que esté ubicado el criadero tenga un clima templado o frío. Posteriormente, el núcleo se cierra herméticamente y se le pone un tapón de madera o de cartón en la piquera, para impedir que las abejas sacudidas se salgan. Las abejas se dejan encerradas durante cuatro días, al cabo de los cuales la reina ya debió haber emergido y estará lista para sus vuelos nupciales, mientras que para las obreras, el tiempo de encierro les sirve para reconocer a la reina y a su nuevo hogar, para no salir y perderse. El problema de núcleos vacíos debido a la pérdida de obreras por evasión, es mayor cuando se trabaja con abejas de origen africanizado.
 
La cosecha y cuidados de reinas
 El criadero de reinas debe visitarse cada dos a tres semanas, dependiendo de los calendarios que establezca cada criador. Entre más corto sea el tiempo, se tendrá una mayor eficiencia en la producción de reinas, pero también se invertirá una mayor cantidad de abejas sacudidas. En cada visita deben llevarse abejas obreras para sacudir (en núcleos vacíos, débiles, o en aquellos en que la reina no pegó), celdas reales, alimento y jaulas para cosechar a las reinas fecundadas. Luego de abrir un núcleo, el apicultor deberá buscar huevos. Si los encuentra, esto es signo de que la reina fue fecundada. Entonces deberá buscar a la reina e introducirla en una jaula de confinamiento (jaula Benton) junto con 10 obreras acompañantes, 
procedentes del mismo núcleo. Antes de introducir la reina a la jaula, podría pintarse su tórax y cortárle una ala. Para ello hay que sujetar a la reina entre los dedos pulgar e índice, colocados entre su tórax y abdomen. Existen también sujetadores de reinas que se venden en las casas de implementos apícolas. Luego de hecho esto, se introduce otra celda real y se alimenta y cierra el núcleo. Si le hicieran falta abejas, se le sacuden algunas de acuerdo al criterio del apicultor. Es preferible que en todos estos manejos se utilice poco humo y se trabaje rápido, para no tener los núcleos abiertos durante mucho tiempo. También es importante cuidar de no regar jarabe fuera de los núcleos, para prevenir el pillaje. El pillaje es el principal problema en los criaderos y puede influir mucho en reducir la productividad de los mismos.
 Las reinas cosechadas pueden guardarse temporalmente en un banco de reinas, que es una colonia huérfana fuertemente poblada y bien alimentada y que tiene un excluidor entre el piso y la cámara de cría, para evitar que se metan enjambres o reinas procedentes de otras colonias. Los bancos de reinas pueden guardar varios cientos de ellas si se les provee con dos bastidores de cría operculada cada semana y se les alimenta frecuentemente. Las reinas que se metan a un banco deberán ir sin obreras acompañantes y sin candy (pasta de azúcar glass y miel que llevan las jaulas Benton). Existen contenedores especiales, o marcos adaptados para contener a las jaulas de reinas en el interior de una alza que se coloca sobre la cámara de cría del banco. Aunque las reinas pueden permanecer muchas semanas en un banco, no es recomendable que se mantengan en este por más de un mes, ya que el confinamiento prolongado lleva a la involución de sus ovarios, lo cual puede afectar su postura posterior. Cuando se vayan a vender o a transportar, las reinas deberán transferirse a jaulas que contengan obreras acompañantes (del banco) y candy.

Ernesto Guzmán Novoa

PRODUCCIÓN NATURAL DE ABEJAS REINAS


 Producción natural de abejas reinas

 Para criar reinas de calidad, hay que imitar las condiciones naturales en las que se forma una nueva reina y para ello hay que entender la biología de las abejas. Una nueva reina es producida en una colonia en forma natural solamente bajo tres condiciones:
1) cuando la reina ha muerto orfandad,
2) cuando la colonia se dispone a enjambrar  
3) cuando la reina va a ser reemplazada porque no pone bien, es vieja, o no produce suficientes feromonas.

Para diferenciar cada uno de estos casos, primero hay que buscar huevos en las celdillas y también hay que buscar a la reina. En caso de no encontrarlos, se trata de orfandad. Cuando la colonia se prepara para enjambrar, esta se encuentra por lo general muy poblada y el número de celdas reales es mayor a seis. Cuando las obreras de una colonia quieren reemplazar a la reina, la colonia por lo general está débil y el número de celdas reales construidas es menor de seis. Las tres castas de abejas que existen en una colonia: obreras, reinas y zánganos, se desarrollan a partir del mismo huevo puesto por una reina. Los zánganos surgen de un huevo no fertilizado (por partenogénesis), mientras que las reinas y obreras surgen de un huevo fertilizado. Los factores que diferencian el desarrollo de una reina o de una obrera del mismo huevo, son el tipo de celda y la alimentación. Una futura reina se desarrolla en una celda real, que es más grande que una celda de obrera y su alimentación es exclusivamente a base de jalea real, mientras que las futuras obreras reciben una papilla elaborada con polen y néctar, que es menos nutritiva. Las mejores reinas son las que se desarrollan a partir de larvas recién eclosionadas, ya que reciben una mayor cantidad de jalea real, lo que trae como consecuencia que sean de mayor tamaño y con ovarios más grandes, por lo que potencialmente pueden poner más huevos. Para que esto suceda, las larvas que serán futuras reinas, deben recibir abundante cantidad de jalea real en forma constante desde el momento en que salen del huevo. Una reina se desarrolla en solo15 a 16 días, mientras que una obrera tarda de 20 a 21. Esto se debe a la mejor y mayor alimentación que la reina recibe. La metamorfosis (cambio de forma) de la futura reina incluye las etapas de huevo (tres días), larva (cinco y medio a seis días) y pupa (seis y medio a siete días). Pasadas estas etapas, la reina emerge como individuo adulto. Después de emerger de su celda, una reina virgen es alimentada por las obreras y posteriormente se desplaza por la colmena en busca de otras posibles celdas reales o reinas. Cuando lo hace, en muchas ocasiones emite un sonido parecido a un silbido de corta duración que se cree sirve para intimidar a otras reinas que pudieran ser sus rivales potenciales. Si encuentra otras celdas reales, hace un hueco con sus mandíbulas en una pared de estas y clava su aguijón en las reinas en desarrollo. Posteriormente las obreras destruyen las celdas y retiran los cadáveres. De encontrarse con otra reina ya emergida, se entabla una lucha hasta que una de las dos reinas muere. Las reinas pueden picar a sus rivales sin perder el aguijón, ya que este es curvo y liso.
La joven reina efectúa su primer vuelo de apareamiento o vuelo "nupcial” al cabo de cuatro a 10 días de emergida. La reina continúa realizando vuelos nupciales durante dos a siete días, dependiendo de las condiciones ambientales externas. Si las condiciones son malas, puede tardar más tiempo en su etapa de apareamientos.

En total la reina efectúa entre uno y cinco vuelos nupciales durante este periodo de su vida y nunca más lo vuelve a hacer. Cada vuelo dura entre cinco y treinta minutos y los apareamientos ocurren en el aire, a una distancia de entre uno y cinco Km. de la colmena de la reina, en las llamadas zonas de congregación de zánganos. En estas zonas, las reinas se aparean con uno a 17 zánganos. Las reinas almacenan semen de todos los machos con los que se aparean en un órgano de reserva que se llama espermateca y que tienen en el abdomen. De esta manera, las reinas aseguran la fertilización de huevos hasta por varios años. Las reinas empiezan a poner huevos dos a cuatro días después de su último vuelo de apareamiento. Las reinas son alimentadas por las obreras exclusivamente con jalea real por el resto de sus vidas, lo que asegura una buena postura. Las reinas pueden poner entre 500 y 2,500 huevos al día, dependiendo de varios factores, entre los que se encuentran la época del año, la fortaleza de la colonia, el origen genético de la reina, la afluencia de alimentos, etc. Las reinas africanizadas ponen más que las europeas.

Los zánganos en la reproducción
 Los zánganos proceden de huevos no fertilizados debido al fenómeno de la partenogénesis, por lo que son solo hijos de la reina y no tienen padre. Los zánganos llevan la mitad de los cromosomas (material genético) que tienen las hembras. Por eso puede pensarse en ellos como gametos masculinos de otra reina. Los zánganos emergen luego de 24 días de desarrollo y alcanzan la madurez sexual entre los 10 y 14 días. A partir de esa edad, los zánganos realizan vuelos de aproximadamente 30 minutos de duración, en busca de reinas vírgenes que visiten las zonas de congregación. Tienen ojos grandes y un buen olfato para detectarlas, ya que estas liberan feromonas, que son sustancias olorosas (“perfumes”) que tienen la función de atraer a los machos. Los zánganos mueren luego de aparearse porque sus genitales se fracturan y quedan alojados en la vagina de la reina. Estos genitales son visibles a simple vista y se les denomina “signo de apareamiento.” En ocasiones, es posible observar reinas regresando de vuelos nupciales, entrando a su núcleo o colmena con una estructura blanquecina saliendo de la cámara del aguijón (el signo de apareamiento). 

El número de zánganos presentes en las colmenas es mayor cuando hay floración y es menor durante las épocas de escasez. Por ello la mayor parte de los apareamientos ocurren en épocas cercanas a las floraciones. Los zánganos buscan zonas de congregación localizadas a una distancia de entre uno y siete Km. de su colmena. Este conocimiento es fundamental, para ubicar colmenas productoras de zánganos seleccionados en sitios estratégicos en la periferia de los criaderos de reinas.

Ernesto Guzmán Novoa

sábado, 23 de febrero de 2013

ALMACENAMIENTO DE ABEJAS REINAS


  ALMACENAMIENTO DE ABEJAS REINAS
En todos los establecimientos productores de abejas reinas, la colmena banco pasa a ser una herramienta más dentro del plantel de colmenas dedicadas a cumplir este objetivo. La continua demanda de reinas, tanto en primavera temprana como a fines de temporada, nos ha llevado a investigar los diferentes métodos de almacenamiento ya existentes, adaptarlos, determinar su eficacia y su eficiencia para nuestras zonas apícolas y su posterior adopción.
Principalmente en los países de climas templados, tratan de desarrollar este sistema para invernar reinas fecundadas y poderlas ofertar a principios de temporada a países o regiones con climas más rigurosos en donde se hace muy difícil invernar colonias completas.
 
Cuando se analiza esta alternativa se deben tener en cuenta las distintas posibilidades de almacenamiento, la calidad de las reinas y el factor económico. Poder adaptar esta forma de trabajo trae aparejado ventajas muy significativas que se describirán a lo largo de este artículo.

MÉTODOS DE ALMACENAMIENTO
Entre las distintas posibilidades de almacenamiento, en experiencias realizadas en nuestro establecimiento se ensayaron con colmenas de un cuerpo con 100 abejas reinas fecundadas y con colmenas de dos cuerpos con 200 reinas cada una. En ambos casos con jaulas individuales para cada una, a diferencia que en uno de los ensayos las abejas tenían la posibilidad de entrar y salir de la jaula y estar en contacto con las reinas a través de una rejilla excluidora.

Este trabajo nos permitió analizar:
1° Cantidad de abejas reinas por colonia.
2° Comportamiento de las abejas obreras que tienen contacto con las reinas.
3° Tiempo de almacenaje.
 
No hay una cantidad determinante de abejas para una cantidad de reinas fecundadas. Las cantidades ensayadas se comportaron bien tanto para 100 y 200 abejas reinas, mayor cantidad de reinas también fueron bien mantenidas analizadas en un menor rango de tiempo.
En el comportamiento de las abejas sí se ha notado diferencia. Cuando las abejas tienen la posibilidad de estar en contacto con las reinas (por medio de la rejilla excluidora) se produce una mayor agresión produciendo la muerte de muchas reinas enjauladas. En las reinas con tela metálica, que impide el contacto, solamente se puede observar en algunas la falta de trozos de antenas y patas.

Con tiempos de almacenaje de períodos cortos es sumamente exitosa la conservación de reinas, con porcentajes muy altos. Cuando se almacenan fundamentalmente en época invernal la supervivencia de las reinas es más dificultosa y el porcentaje es menor.
Cuando se analizan estos parámetros debemos tener en cuenta la perturbación que sufren los individuos en una colonia al incorporar un gran número de abejas reinas. Es condición fundamental mantener el estado juvenil de las obreras con la finalidad que demuestren la mínima agresividad.
 
Las feromonas de las abejas tienen un papel muy activo en las diferentes actividades de la colonia. Tienen potencial para una larga serie de mensajes. Entre estos están los que más nos interesan para el ensayo de la colmena/banco, que son:

Mantener una colonia con estado juvenil y reinas fecundadas capaces de estimular obreras a atraerlas hacia ellas para su posterior alimentación (las obreras lastiman y dejan de alimentar mucho más a las reinas vírgenes).

Teniendo en cuenta este comportamiento de las obreras en la colmena/banco, se debe iniciar y mantener un alto porcentaje de abejas jóvenes (característica básica, esencial para mantener su supervivencia).
Para crear y sostener esta característica se pueden agregar cuadros de cría abierta (huevos recién eclosionados), cría cerrada próxima a nacer y paquetes de abejas de cámaras de cría. Generalmente se utilizan estos tres aportes de población cuando la colonia se desequilibra por cualquier eventualidad, ya sea ambiental o poblacional. Teniendo la población equilibrada para una colonia de dos cuerpos es necesario agregar entre cuatro y seis cuadros de cría abierta cada seis u ocho días entre los porta reinas.
Además se debe alimentar cada vez que agregamos cría con jarabe de azúcar o de maíz, más sustituto de polen.  
Para la época invernal se hace necesario un plantel de colmenas de apoyo, comprimidas y estimuladas para el aporte de cuadros con cría.
 
Otro aspecto de la colmena/banco, es el tiempo que las abejas permanecen arracimadas, sin atención a las abejas reinas. Mientras está formado el racimo invernal no hay un buen acceso a la alimentación, no hay circulación de obreras para proteger del frío y se producen períodos de inanición. Es recomendable que las colmenas/banco se mantengan en invernáculos para que el período de almacenamiento sea menor.

El ensayo de estos métodos de trabajo con colmenas/banco nos dice que es posible conservar abejas reinas fecundadas durante varias semanas teniendo los siguientes factores bien controlados como son: población, características de la misma, mantenimiento, alimentación y sanidad.

RESULTADOS
Los resultados de los porcentajes de supervivencia son dispares cuando comparamos época de almacenamiento otoño/invierno en oposición primavera/verano. Lo mismo ocurre cuando comparamos la relación reinas en jaulas con tela metálica vs. rejilla excluidora, siendo esta última no recomendable principalmente para uso comercial. La supervivencia no es nunca mayor al 35%. Hay una alta mortandad cuando se permite entrar y salir a las abejas donde están excluidas las reinas fecundadas.
En el período estival la supervivencia fue del 92%, con un 5% de pérdida de reinas muertas y un 3% restante de reinas descartadas por ausencia de trozos de antenas, tarsos y pretarsos.
La supervivencia de abejas reinas en invierno es menor, obteniéndose porcentajes de alrededor del 60%. En diferentes ensayos para esta temporada nunca supera el 65% de supervivencia de abejas reinas. De todas maneras debemos considerarla a esta herramienta como un método viable.

 
CALIDAD DE REINAS
Los resultados referidos a la calidad de las reinas almacenadas están relacionadas en medición de capacidad de postura y morfología de las mismas. Estos también deberían relacionarse con el tamaño de los ovarios y cantidad de ovariolas.
Las reinas almacenadas durante unas 20 semanas no mostraron consecuencias luego de un almacenamiento prolongado y el nivel de postura y desarrollo de la colonia fue semejante a las reinas fecundadas en esta temporada.

FACTOR ECONÓMICO
En la actual coyuntura por la que atraviesa la situación económica, es sumamente difícil determinar el costo de invernar reinas fecundadas en colmenas/banco. Pero sí podemos enumerar los costos que inciden en su formación y mantenimiento, determinar el valor zonal y elaborarlo.
Cuando analizamos los costos de invernada de reinas en colmenas/banco debemos relacionarlo en este caso con otra alternativa que es invernar las reinas fecundadas en sus nucleos de fecundación. En nuestro caso las reinas provienen de núcleos de fecundación tipo babys o nucleos de 2 cuadros. En cualquiera de las dos alternativas se hace imposible invernar por poca población. En aquellos productores que utilizan nucleos de mayor capacidad (4 ó 5 marcos) se puede contemplar esta posibilidad.
 
Para analizar los costos de invernar reinas en colmena/banco tenemos que identificar los componentes que la forman:
1) Porcentaje de supervivencia.
2) Cuadros de cría abierta.
3) Cuadros de cría próxima a nacer.
4) Alimento de colmena / banco y colmenas de apoyo.
5) Mano de obra.

CONCLUSIÓN
La continua demanda de reinas hace posible la aplicación de este método de trabajo teniendo diferentes tipos de ventajas de acuerdo al momento de ponerlo en práctica. La colmena/banco de abejas reinas es biológica y económicamente viable. Aún se debe trabajar más para aumentar el porcentaje de supervivencia en época invernal.
Se ha determinado el método de trabajo, descartando todos aquellos donde hay posibilidades de que las obreras lleguen a las reinas, se debe mantener el estado juvenil de la colonia y ofrecer una buena alimentación.
Para nuestra zona el intervalo de almacenamiento de invernada corresponde a unas 24 semanas. Este período puede ser menor si retrasamos el enjaulado de las reinas.


Ventajas
*Disminuir el intervalo de reinas fecundadas por núcleo.
*Obtener reinas en forma temprana para zonas primicia.
*Disponer reinas para colocarlas en colmenas huérfanas.
 *Disponer de stocks para grandes entregas.
*Preservar stocks libres de enfermedades.
*Eficiencia y eficacia en períodos cortos (10 semanas).

Existen otras observaciones dentro de una colmena/banco que necesitan más seguimiento para poder confirmarlos, como por ejemplo:

-Selección y eliminación de reinas mal fecundadas o enfermas.
-Eliminación de reina vírgenes.
-Cortejo obreras individualizadas para cada reina fecundada.
-No hay diferenciación de celdas reales cuando se mantiene el estado juvenil.
-.Líneas madres con capacidades para invernar.

 Ing. Agr. Osvaldo Atela

viernes, 22 de febrero de 2013

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LA CRÍA DE REINAS


 la cría de reinas

  En los últimos años, la producción de reinas en escala comercial esta pasando por un periodo de crisis. Prueba de ello es que apenas alcanza a satisfacer una proporción no mayor del 50% de la demanda por parte de los productores de miel y núcleos.
Criadores nuevos no aparecen, y no pocos de los ya establecidos hace años, abandonan la especialidad para dedicarse a la producción de miel o jalea real, productos ambos de la colmena que en este momento tienen gran demanda a precios muy tentadores.

No tiene nada de extraño que el apicultor se incline por los rubros que le dejen más margen de utilidad con menos esfuerzo. No obstante,   uno de los motivos que conspira para que no haya mas apicultores dedicados a la cría de reinas como ocupación exclusiva, en muchos casos, es la falta de un método de trabajo practico y sencillo, con el cual una sola persona pueda producir de cinco a seis mil reinas por temporada, cantidad que económicamente compensa con creces el esfuerzo exigido.

El equipo de crianza. El equipo necesario para la producción citada, y que será atendido por una sola persona es el siguiente:
Tres o cuatro colonias con reinas seleccionadas. Nos proporcionaran las larvas que una vez desarrolladas serán las futuras reinas.
Veinticinco colonias fuertes que incubaran las celdas reales.
Seiscientos núcleos dobles de fecundación
Aparte de este equipo, necesitamos disponer de las colmenas en producción que nos proporcionaran el material vivo para poblar los núcleos: mil doscientos cuadros de cría y abejas, mas mil doscientos (1.200) cuadros de miel operculada para su alimentación
Debemos tener en cuenta que a la cría y a las abejas las necesitamos a comienzo de primavera cuando las colonias están aun en desarrollo. También que las mismas han de quedar en condiciones de producir miel para pagar los gastos de su propia atención, amortización de intereses del capital invertido en sus colmenas y dejar alguna ganancia. En tal sentido para cubrir las necesidades de crías, abejas y miel, hay que disponer de unas quinientas colmenas pobladas, distribuidas en lugares aptos para su desarrollo y producción.
No creemos en la posibilidad de prescindir de estas colmenas, comprando abejas y miel para poblar el equipo de fecundación. Esto supondría mayores insumos, al tiempo que se complicarían las cosas por tener que depender de lo que hacen otra u otras personas.
Aunque no imprescindible, podemos poner como formando parte del criadero, una casilla cuyas dimensiones de 650 x 270 m., medidas interiores, nos permite instalar 28 colmenas, veinticinco de las cuales utilizaremos como incubadoras. Esta instalación nos facilita considerablemente el trabajo de transferencia de larvas, alimentación, revisaron de las criadoras, etc. Evitándonos las molestias del pillaje en ciertos momentos, así como la pérdida de crías por tiempo lluvioso o frío extemporáneos. La crianza comercial de reinas, con compromisos de entrega en una fecha determinada, es una labor sincronizada en todos sus pasos, de ahí la importancia de esta casilla que además de facilitarnos las operaciones, nos permite salvar algunos inconvenientes relacionados con el clima.
Tal el equipo necesario para que un apicultor pueda criar unas seis mil reinas por temporada. Agreguemos que ese apicultor no es necesario que este dotado de condiciones técnicas extraordinarias. Basta que sea un trabajador, constante, responsable y que sienta verdadera satisfacción por lo que hace.
Las madres: Llamamos madres a las reinas seleccionadas de las cuales utilizaremos sus larvas para efectuar las transferencias. Tres o cuatro son más que suficientes. Deben ser reinas probadas, es decir, deben haber pasado por lo menos un año al frente de una colonia, a fin de conocer su comportamiento. Una vez elegidas, las colonias con las madres deben estar instaladas en cámaras de crías reducidas a cinco cuadros solamente. Mas adelante diremos porque.

Las incubadoras: Estas son las colonias encargadas de construir las celdas reales a partir de la transferencia de larvas. Exactamente para nuestro plan de trabajo se precisan veinte colonias, pero utilizaremos veinticinco para prevenir posibles imprevistos. Deben ser colonias fuertes, con abundante cría y abejas de todas las edades que cubran dos cuerpos de colmena Langstroth. No ha de faltarles miel y polen en ningún momento, aparte de la alimentación estimulante con jarabe, siempre necesaria, salvo los días de abundante entrada de néctar. Poco antes de iniciarse la primavera se instalan en la casilla que hemos mencionado.
El equipo y parque de fecundación: Este equipo se compone de seiscientos nucleos de cuarto cuadros con una tabla divisoria al medio, formando así dos ambientes de dos cuadros cada uno, con salida para las abejas en sentido contrario. Van colocados en bancos para dos nucleos, dispuestos en hileras, pero no paralelas sino en distintos ángulos. Un parque con árboles y arbustos es ideal para su instalación.
El descripto, es el equipo necesario que, como ya dijimos, permite a un apicultor activo producir alrededor de seis mil reina en una temporada, todos los pasos del plan de trabajo se repiten cada seis días, lo que nos da cinco tandas de reinas por mes. El promedio de producción de cada tanda es de unas trescientas reinas, lo que nos da mil quinientas mensuales o sea seis mil en los cuatros meses que dura la temporada
El trabajo: Seguiremos nuestro plan de trabajo, comenzando con la transferencia de la larva y terminando con la reina enjaulada. El sistema de crianza empleado es el del celebre apicultor estadounidense DOOLITTLE, insuperado para la crianza comercial de reinas de la mejor calidad. Las celdas artificiales las construimos con el método clásico del bastoncillo sumergido en cera liquida. Las pegamos con la misma cera a un taquito, que en nuestro caso es un trozo de caña de bambú. Este taquito es simplemente para facilitar la manipulación  de las celdas reales. Una vez nacidas las reinas, se recortan las celdas con una cuchilla caliente y se vuelven a usar. Por unas cuantas veces son mejor aceptadas por las abejas que las celdas artificiales, hasta que comienzan a ponerse negras y gruesas, momento en que son rechazadas.

Supongamos que la primer transferencia o traspaso de larvas, lo hacemos  un día determinado. Diez días, las colonias incubadoras ya estarán bien preparadas: muchas abejas, cría de todas las edades en los dos cuerpos, miel y polen en abundancia. Faltando cuatro días para la transferencia de las larvas, se coloca la rejilla excluidora separando la cámara del alza, la reina queda en el cuerpo de abajo, en el alza habrá por lo menos cuatro cuadros de cría. Si no los hay, se suben de abajo, o en su defecto se traen de otras colmenas.

Desde este momento la alimentación estimulante –medio litro de jarabe, agua y miel o agua y azúcar también agua azúcar y fructosa por mitades- debe suministrarse todos los días, excepto cuando hay abundante entrada de néctar. Esta alimentación no debe darse en el momento de transferencia de larvas, sino dos o tres horas antes. No descuidaremos tampoco el uso de antibióticos contra enfermedades de la cría.
Hemos dicho que las reinas madres deben estar en colmenas reducidas a cinco cuadros solamente, ocupados en su totalidad por crías, miel y polen. El motivo es que al darles el cuadro vacío que nos proporcionara las larvas, este sea ocupado inmediatamente por la postura de la reina. Así entonces, cuatro días antes del traspaso, ponemos en el centro de cada colonia madre un cuadro vacío que NO será blanco ni demasiado negro. Tendremos la seguridad que cuatro días después lo hallaremos cubierto de larvas menores de veinticuatro horas de nacidas, edad en que nuestra opinión es la mas adecuada para obtener reinas de muy buena calidad.
Un solo cuadro nos da larvas de sobra para la trasferencia del día, pero normalmente tomamos larvas de dos cuadros por vez. Como es necesario estar a cubierto de posibles sorpresas, tenemos tres o cuatro madres preparadas, en cuyas colmenas cada seis días cambiamos el cuadro del centro por otro vacío. Es increíble el tiempo que se gana el día de transferencia a costa de los pocos minutos ocupados en colocar un cuadro en las colonias madres. Sin esta precaución, en muchas ocasiones ni siquiera encontraremos larvas en edad óptima, con lo cual se nos desbarata el plan de trabajo.
Conforme al esquema trazado el 1° de octubre ya tenemos todo listo para proceder al traspaso de larvas, que hacemos por el referido sistema DOOLITTLE, previo cebado de las celdas con una gótica de jalea real. En el centro del alza, entre los cuadros de cría de cada colonia incubadora colocamos el cuadro porta barras con la primera de ellas, que lleva pegados veintiséis taquitos con sus celdas ya transferidas. Digamos que la barra es un listón de madera de unos tres centímetros de ancho, que nos permite colocar dos hileras de celdas en forma alternada. Obtenemos así más aceptación de celdas que poniendo dos barras simples en el mismo cuadro.

Con exactitud matemática, nunca sabemos lo que ha de ocurrir cuando hacemos un trabajo en la colmena. Esta resulta muchas veces una verdadera "caja de sorpresa" desagradable casi siempre. Las abejas a menudo están con excelente disposición para jugarnos bromas pesadas, como demostrándonos que dudan de nuestra inteligencia. De ahí que la previsión sea un arma inapreciable en manos del apicultor. Debemos prever los imprevistos, así  en vez de dos, tenemos cuatro madres preparadas, en lugar de veinte, usamos veinticinco incubadoras, etc.

Al día siguiente de la transferencia de larvas se hace una revisada para constatar el resultado obtenido. Normalmente si las cosas se hicieron bien, en esta primera revisada habrá más de cuatrocientas celdas que vamos a necesitar al poblar la primera tanda de nucleos. Si así no fuera, ya hemos tenido un ligero traspié. En ese caso, inmediatamente hacemos otro traspaso para completar el número de celdas necesario.
Aquí cabe hacer una advertencia que es la siguiente: en algunas oportunidades, temprano en la primavera especialmente, a pesar de nuestros esfuerzos, las abejas se muestran reacias a aceptar una buena cantidad de celdas reales. En estos casos, un buen recuso para salvar la situación, es el siguiente: un día antes de la trasferencia, en horas de la tarde, se separa la cámara del alza por medio de una entretapa de tejido, quedando de este modo las abejas del alza  huérfanas. A la misma mañana se realiza el traspaso, dos o tres horas mas tarde se retira el tejido, con lo cual se normaliza la colonia que seguirá cuidando las celdas que ya han sido aceptadas.
Bien, supongamos que todo ha resultado bien. El 2/10 hemos realizado la primera revisada de las celdas reales. La segunda revisada toca hacerla el 4/10, esta vez con el objeto de retirar aquellas que no son de óptima apariencia en cuanto a la cantidad de alimento, tamaño de la larva, etc. Las elegiremos parejas, bien alimentadas y de buen aspecto. Como conocemos la edad de las larvas que hemos transferido, no tenemos porque elegir las de menor tamaño al cumplir el tercer día. Por el contrario, esas larvas que al tercer día están mas chicas que las demás –no sabemos el motivo- alguna vez dan buenas reinas, pero generalmente, no. Si son demasiado chicas es seguro que, o no nacerá la reina o esta será de inferior calidad

Junto con las celdas de descarte, sacaremos todas las que excedan el numero de cuatrocientas veinte, estas son distribuidas en veinte colonias incubadoras a razón de veinte celdas mas de las que vamos a necesitar. Son para salvar inconvenientes como podría ser e paso de una reina a través de la rejilla excluidora. Las celdas de descartes, así como las sobrantes son aprovechadas para extraerles la jalea real

El 7/10 hacemos la segunda transferencia, repitiendo al pie de la letra lo que hicimos en la primera. Para ello, el 3/10 habremos dado el cuadro vacío a las madres. Transferidas las larvas se coloca la barra en el cuadro, debajo de la anterior, cuyas celdas ya operculadas solo necesitan calor para completar su ciclo.
Se acerca la fecha de efectuar la población de la primera parte del equipo de fecundación. Aquí es imprescindible la ayuda. Necesitamos traer de los colmenares que estén en el campo, cuatrocientos cuadros de cría bien cubiertos de abejas. Cuadros que son retirados de las colmenas, previa localización de la reina y colocados en alzas para ser trasladados al criadero. Tres o cuatro días antes de necesitarlas –previendo inconvenientes del mal tiempo- se empieza a traer las abejas. El traslado lo hacemos en alzas con un tejido clavado debajo y otro arriba. Se colocan ocho cuadros en cada alza utilizando un separador para que no se amontonen. Si hace calor se moja con agua, cuidando mientras se hace el trabajo, que no queden al sol. De esta manera son trasladadas al criadero colocándolas a lo largo de las filas que vamos a poblar, distribuidas a razón de un alza por cada cuatro nucleos.
Al día siguiente en la mañana, a cada alza con abejas, previo levantado del tejido, se le coloca encima otro cuerpo con ocho cuadros de miel operculada y se cubre con un techo. Así preparadas pueden estar sin inconveniente, tres o cuatros días hasta el momento de poblar los nucleos de fecundación. Repetimos que en el trabajo de poblar el criadero trayendo las abejas de los colmenares que están en el campo, es donde forzosamente necesitamos la ayuda de por lo menos una o dos personas. Es obvio que la posterior atención de las colmenas que nos suministraron las abejas para el criadero, es tarea que no compete al criador en este plan de trabajo.
A nucleus hive overflowing with bees.
Todo listo, al décimo día de efectuada la transferencia se procede a poblar la tanda de nucleos: las celdas reales se encuentran el la barra de arriba del cuadro que tiene cada incubadora. Se retira la barra y en su lugar se pone la que se encuentra debajo (este proceso se repite cada vez que retiramos una barra con celdas maduras). Despegamos los taquitos con sus celdas, que colocamos en un cajoncito abrigado con géneros de lana y marchamos a poblar los nucleos.
Cada alza con sus abejas y miel se halla colocada frente a cada nucleo, destapamos estos y en cada división ponemos un cuadro de miel operculada, acto seguido junto al cuadro de miel ponemos uno de cría cubierta de abejas. Debajo de su cabezal incrustamos suavemente el taquito con la celda real. Cerramos el nucleo con su entretapa, colocamos el techo y así seguimos hasta terminar la tanda. Cinco horas de trabajo son más que suficiente para dar término a la tarea de distribuir cuadros de cría y abejas, cuadros con miel y las cuatrocientas celdas en sus respectivos nucleos.
La operación de poblar de poblar los nucleos realizada en horas de la mañana, es un trabajo fácil, agradable, que se hace muy rápido, porque a esa hora las abejas están mansas y tranquilas. Si nos vemos obligados a realizarlo después de medio día, las cosas cambian fundamentalmente: Las abejas se encuentran nerviosas y se lanzan a volar desordenadamente. Para evitarlo recurrimos al agua, mojándolas con una regadera antes de levantar el tejido.

Los nucleos de fecundación llevan dos alimentadores en forma de batea que va colocados arriba, haciendo a la vez de entretapa, raramente son utilizados. Un cuadro de miel operculada que guardamos de la temporada anterior, es el "alimentador" más económico que hemos encontrado. Colocado al poblar el nucleo como se indico –salvo raras excepciones- alcanza para toda la temporada, ahorrándonos el fatigoso y oneroso trabajo de alimentación en momento de escasez. Nunca nos cansaremos de ponderar la excelencia de este cuadro de miel, usado como alimentador.

Aquí es necesaria una aclaración, nuestro trabajo se desarrolla en una zona de poca producción nectarífera, pero muy pocas veces de escasez total. En zonas de escasez total en ciertos periodos, el cuadro de miel no alcanzaría para la temporada. Por otro lado en zonas de gran flujo, esta el inconveniente de que los panales del núcleo se llenan de miel que hay que cambiar el cuadro lleno por uno vacío, haciéndose el trabajo engorroso y lento, culminando con la des organización del trabajo.
Los nucleos de fecundación van colocados en hileras de distinto largo, orientadas en ángulos diferentes, en un parque con árboles y arbustos que sirven de punto de referencia para la orientación de las abejas. Su sombra hace agradable el trabajo del apicultor en horas de sol fuerte.
Aunque las filas de los nucleos no corren paralelas, permiten al apicultor empezar su trabajo por un extremo del criaderos y terminar por el otro sin tener que andar en marchas y contra marchas volviendo sobre sus pasos, lo que ocurriría si el equipo estuviera instalado sin orden alguno, como a veces se aconseja
El techo de los nucleos se pinta con cuatro franja de distinto color, rojo, amarillo, azul y blanco. Cuando hacemos una transferencia de larvas, además de anotaciones básicas como ser: fecha de traspaso, madre utilizada, día que toca la distribución de celdas y fecha en que se realiza el enjaulado de las reinas, anotamos el color donde colocaremos la señal al distribuir las celdas.

Así, a la primera tanda corresponde señales en la franja roja, la segunda en la amarilla y la tercera en la azul. En la franja blanca se coloca la señal que nos indica que allí no hay reina ni celda real.
Cada banco lleva dos cajones nucleos, uno se trabaja del lado derecho y el otro del izquierdo. Los bancos están distanciados entre si, setenta y cinco centímetros, distancia que nos permite movernos alrededor de ellos y también cuando estamos trabajando en uno, ocupar el otro para poner el cajoncito con las celdas, o las reinas o el ahumador. Al ir a revisar un nucleo, colocamos el techo sobre el de al lado, quedándonos así, a la vista y al alcance de la mano las señales del cajón que estamos revisando. Si retiramos una reina automáticamente corremos la señal al color blanco. Si ponemos una celda real, corremos la señal al color correspondiente a la tanda. Un ultimo detalle: los techos de los nucleos deben ir colocados siempre de la misma forma. Nosotros ponemos uno de los colores mirando siempre en la dirección norte o lo más aproximado, dada la distinta orientación de las hileras.

Sigamos con nuestro plan de trabajo. Hemos poblado la primera tanda de doscientos nucleos dobles el 11/10. En ellos hemos distribuido cuatrocientas celdas reales que corresponden al color rojo. Las reinas de ese color estarán listas para enjaular, 15 días mas tarde. Hasta entones no volvemos a tocar los nucleos de esa tanda.
Todas las operaciones del plan se repiten cada seis días. En otra época las repetíamos cada cinco días, pero el periodo resultaba demasiado ajustado, por cualquier imprevisto se rompía el esquema con los consiguientes trastornos. Con la escala a seis días se obtiene una tanda menos de reinas por mes. Es preferible aumentar él número de nucleos para compensar esa merma y trabajar con tranquilidad. Esto es muy importante para el criador de reinas.
La tercera transferencia o sea la del color azul toca hacerla el 13/10, repitiendo lo que hicimos en las anteriores. El 17/10 están maduras las celdas de la segunda transferencia. Toca poblar la segunda tanda de nucleos, donde serán distribuidas, colocando las señales en la franja amarilla.
El 19/10 hacemos la cuarta transferencia, el 23/10 están listas las celdas que corresponden al color azul. Poblamos la tercera tanda, distribuyendo las celdas correspondientes, colocamos la señal en la franja azul, con lo que queda en marcha todo el equipo de fecundación.
Al llegar aquí hemos terminado un trabajo que no repetiremos en el resto de la temporada: la población de los nucleos. Y empezara otro que se repetirá cada seis días durante todo el periodo de crianza: enjaulado de las reinas fecundadas
El 27/10 tendremos la primera tanda de reinas en postura y listas para enjaular. Serán las correspondientes a la tanda que va señalada en el color rojo. De ahí en más, repetimos, cada seis días tendremos una tanda similar de reinas en postura, hasta terminar la temporada.
Es casi seguro que el 26/10 ya las reinas de la primera tanda, estarán en postura, pero como tienen que llenar por lo menos un cuadro de cría para mantener la población del nucleo, y además, de acuerdo al esquema preparado, las celdas para reemplazo de reinas estarán maduras recién el 29/10, la enjaulada la iniciamos el 27 y la terminamos el 28/10 cómodamente.
Enjaulado de reinas:
El 26/10 lo dedicamos entre otras cosas a preparar las trescientas jaulas que más o menos vamos a necesitar al día siguiente. El candy colocado y el tejido abrochado, listas para introducir la reina con sus acompañantes

El 27/10 en horas de la mañana, con las jaulas preparadas en un cajoncito, empezamos a revisar todas las divisiones de la primera tanda, que son las que llevan la señal en el color rojo. El techo del nucleo a revisar, lo colocamos sobre el techo del otro que esta en el mismo banco. Así, a parte de quedar a la vista las señales del nucleo que hemos abierto, nos tapan las del vecino, que en ese momento no nos interesan. Su vista solo servirá para confundirnos.

Abierta la división correspondiente, retiramos la celda nacida y mientras buscamos la reina comprobamos la calidad de la postura. Encontrada aquella, la enjaulamos, agregamos 6 o 7 obreras para compañía y ponemos el tapón de corcho a la jaula, hecho lo cual, repetimos la operación en la otra división, cerramos el nucleo y corremos la señal al color blanco.
Si la reina fallo o no  tiene puesta, se elimina y junto a la señal en blanco, ponemos un terrón que tomamos del suelo con la punta de la palanca. Esta señal quiera decir que al darle la celda real, también le tenemos que poner un cuadro con postura, que sacaremos de una división que tenga dos, a la cual al sacar la reina, habremos marcado   apretado contra el techo. Así seguimos hasta terminar la tanda. Evitamos, como se ha visto, cualquier clase de anotaciones, que en el trabajo apícola son siempre engorrosas, se pierde tiempo para hacerlas y para consultarlas.
Al terminar la temporada y sacar la ultima tanda de reinas de cada color, se procede a levantar el equipo de fecundación. Por cada cuatro nucleos dejamos una reina. Tomamos los cuadros de los nucleos y los vamos colocando en una cámara, agregando un cuadro de miel para completar los nueve que esta lleva. No hay necesidad de enjaular las reinas al hacer las reuniones. Simplemente se pasan los cuadros y las abejas de los cuatro nucleos a la cámara, incluyendo los de la división donde esta la reina. Como se ve al levantar los nucleos de fecundación se recupera en gran parte la cría y abejas utilizadas para poblar el equipo. Llevadas estas colmenas pobladas a buenos lugares en el campo, volverán a proveernos de abejas en la próxima temporada.
Sucintamente, las operaciones fundamentales a realizar se pueden ejemplificar en el siguiente esquema para un mes.
Supongamos  1 de abril
1-4. Primera transferencia de larvas.
Tiempo a ocupar: 4 horas
2-4. Primera revisión de celdas
Tiempo a ocupar: 2 horas
4-4. Segunda revisión de celdas
Tiempo a ocupar: 2 horas
7-4. Segunda transferencia de larvas
8-4. Primera revisión de celdas
10-4. Segunda revisión de celdas
Tiempo a ocupar: 5 horas de trabajo
11-4. Población de la primera tanda de núcleos
13-4. Tercera trasferencia de larvas
14-4. Primera revisión de celdas
16-4. Segunda revisión de celdas
17-4. Población de la segunda tanda de núcleos
19-4. Cuarta transferencia de larvas
20-4. Primera revisión de celdas
22-4. Segunda revisión de celdas
23-4. Población de la tercera tanda de núcleos
25-4. Cuarta trasferencia de celdas
26-4. Primera revisión de celdas
28-4. Segunda revisión de celdas
27-4. Enjaulado de la primera tanda de reinas.
Tiempo a ocupar: 10 horas de trabajo

Estos son los días de trabajo obligados –digamos- de los cuales –salvo el enjaulado- ninguno nos ocupa todo el día. Hay otros de menor cuantía como ser: alimentar   a las criadoras, subir cría al alza de las mismas, preparar celdas, preparar jaulas, matar hormigas,   atender correspondencia, despachar remesas de reinas, etc... Tareas que prácticamente nos llevan todo tiempo disponible.
Queda así descrito a grandes rasgos un plan de trabajo por medio de un método sencillo y practico que permite al apicultor la producción de una cantidad de reinas por temporada, que económicamente hace muy rentable al renglón.

Jacinto Naveiro 

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