sábado, 24 de noviembre de 2012

LA POLINIZACIÓN


LA POLINIZACIÓN
La polinización es el transporte del polen producido por los estambres de una flor al estigma de los carpelos, bien sea de la misma flor que produjo el polen, bien de una planta
diferente. Según esto se pueden considerar dos modelos de polinización:
autopolinización (autogamia) y polinización cruzada (alogamia). Según los agentes externos que llevan a cabo el transporte del polen (agentes de la polinización), podemos diferenciar entre angiospermas zoidiófilas, anemófilas e hidrófilas. La zoidiofilia o zoogamia es el tipo de polinización que se produce cuando el polen es transportado por animales; en el caso de que sean insectos, se habla de entomogamia, y si son los pájaros de ornitogamia

Para favorecer la visita de los animales polinizadores, las flores zoidiófilas deben presentar ciertos atributos que las hagan atractivas para aquéllos. Así, suelen poseer características morfológicas de naturaleza óptica (color, tamaño, etc.) o propiedades químicas (secreción de sustancias aromáticas), que resulten llamativas y les sirvan de reclamo, además de elaborar productos atractivos por su valor alimenticio para el animal como es el néctar o el polen. En las flores de las angiospermas más primitivas el principal atractivo fue el polen, cuya riqueza en proteínas, grasas, glúcidos y vitaminas lo convierten en altamente nutritivo. Los insectos primitivos, con aparato bucal masticador, podían acceder con relativa facilidad a estas flores que se encuentran, por ejemplo, en magnólidas como Victoria, Papaver o Anemone. En el curso de la evolución fueron formándose productos y tejidos especiales para la nutrición de los animales. Pronto apareció el néctar, que hizo posible una producción de polen menos abundante, con el consiguiente ahorro energético. En un principio las flores nectaríferas presentaban un néctar más o menos libre que resultara fácilmente accesible a animales de órganos bucales cortos; posteriormente van formando recipientes especiales (por ejemplo, espolones de Viola, Linaria, etc.) donde producen el néctar, que ya sólo resulta accesible a los insectos dotados de una larga trompa. La formación de néctar por parte de las flores polinizadas por animales es casi general en las angiospermas actuales. Las cuales poseen diversas estructuras que actúan como nectarios.

 Así, por ejemplo, en el receptáculo floral de rutáceas y aceráceas se encuentran formaciones disciformes productoras de néctar. Tienen también carácter nectarífero determinadas piezas periánticas como el labelo de las orquidáceas y otros elementos florales, como sucede con los estambres productores de jugos azucarados (foseta nectarífera de la base del filamento de Tulipa, nectarios estaminales de leguminosas ) o porciones determinadas de carpelos en umbelíferas y primuláceas, etc. A veces las flores, para asegurar la polinización, se valen del instinto y características reproductoras de los animales. Es el caso, por ejemplo, de la “higuera”, Ficus carica y los himenópteros Blastophaga grossorum y Blastophaga psenes, o de las orquidáceas del género Ophrys cuya morfología y olor florales inducen a copular a ciertos himenópteros, que así llevan a cabo la polinización. Estas últimas son de las llamadas flores engañosas, que provocan la visita de los animales sin dar a éstos ninguna compensación y a cuyo fenómeno dedicaremos un apartado especial. También relacionadas con la biología floral relativa a la polinización se encuentran las llamadas flores trampa como las del género Arum, provistas de unos tricomas especiales y dispuestas en unas inflorescencias de tipo espádice, cuya polinización es llevada a cabo por dípteros atraídos por el fuerte olor desagradable que aquéllas desprenden.

 Se diferencian diversos tipos de flores zoidiófilas en relación al grupo de animales que lleva a cabo la polinización: Flores cantaridófilas: El transporte de su polen es realizado por coleópteros, cuyo aparato masticador destruye parte de los órganos florales. Sus corolas son rotáceas o asalvilladas, robustas, poco vistosas, verdosas o blancas, casi siempre fuertemente olorosas, y en las que el polen se produce en abundancia (por ejemplo, las magnoliáceas). Flores miófilas: Son polinizadas por dípteros; se trata en general de corolas rotáceas, pequeñas, más o menos inodoras, que liberan néctar. Flores melitófilas: Las polinizadas por abejas. Sus corolas son frecuentemente amariposadas o labiadas, cuya morfología ofrece una superficie para posarse el animal, provistas de olor suave, y ricas en néctar que se produce y almacena en nectarios más o menos profundos

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