SECUENCIA DE ACTIVIDADES EN LA VIDA DE UNA OBRERA.
Experimentos
realizados por Armbruster, 1920,
Haydak, 1930; Himmer, 1930; Nelson 1927;
Bonnier, 1906; Rosh, 1930; Wiltse, 1882 y Ribbands,
1952), indican que
existe una secuencia de actividades en relación con la edad cronológica de las
abejas, pero que en una colmena puede ser realizada por abejas de diferentes
edades. Es decir, se debería de hablar de una edad fisiológica más que por muchos investigadores (Rosch,
19925-30, Lindauer, 1953, Wenner , 1961), Simplificando los procesos podemos
resumir las secuencia de las actividades de las obreras desde que nacen, en las
siguientes etapas, si bien no siempre todas las abejas siguen este patrón de conducta,
lo podemos tomar como base para describir las etapas de las diferentes
funciones.
1º etapa: LIMPIADORAS.
Nada más
nacer y salir de su celdilla, la limpian de las fundas o exhuvios que han
dejado en el
interior,
por las mudas de su desarrollo larvario, y durante dos o tres días siguen
limpiando las celdillas de sus otras hermanas recién nacidas. De esta manera
esas celdillas quedan preparadas para una siguiente postura de huevos por parte
de la reina. También extraen al exterior los cadáveres de las larvas vecinas
que hayan muerto y abren los opérculos de ninfas muertas y extrayendo sus
cuerpos. Este comportamiento de
limpieza se ha visto que está genéticamente determinado, existiendo en una
misma colmena abejas que abren opérculos y otras que extraen los cadáveres. Si
no existen ambos tipos de abeja la limpieza no tiene éxito. Las colonias que
limpian se defienden mejor contra enfermedades infecciosas de tipo fúngico o
microbiano.
2º etapa: NODRIZAS.
En esta
etapa se simultanea, en parte, con la anterior, pues las abejas de más de 1 día comienzan a alimentar a larvas,
preferentemente de más de 3 días. Al estar hasta tercer día, en los cuadros de cría limpiando celdillas, se
encuentran con celdas sin opercular ocupadas por larvas que demandas con sus feromonas
alimento. Sus glándulas cervicales productoras
de jalea real están comenzando
su desarrollo y éste se alcanza entre los 6 -12 días de edad, entonces, comienzan
alimentar con jalea real a larvas de menos de 3 días. Parte de estas nodrizas
forman la corte real, que
atraídas por la feromona real, alimentarán a la reina, recibiendo feromona real,
ya que la alimentación se produce por intercambio boca a boca por trofalaxia. Para la fabricación de la
jalea real las abejas nodrizas necesitan alimentarse intensamente de polen, de donde
obtienen las proteínas necesarias, ya que la jalea real no es otra cosa que
proteínas de alto valor nutritivo. Esto influye en la reducción de las reservas
de cuerpos grasos de la abeja, lo que a su vez repercute negativamente en su
longevidad, convirtiéndose pronto en abejas
estivales de corta vida.
3ª etapa: VARIABLE.
En la tercera semana de vida, las abejas
realizan variadas actividades en la colmena, que están menos relacionadas con
la edad y se suceden según su estado fisiológico, pero que pueden ser flexibles
y con vuelta atrás. Se alternan las tareas de limpieza de cadáveres, suciedad,
madurando néctar, construcción de celdas, operculando, o almacenando los
productos que las recolectoras traen del campo. Las abejas mayores, llamadas cereras, desarrollan cuatro glándulas
situadas en los esternitos del abdomen que producen una fina película de cera.
Esta secreción es recogida por las abejas con sus patas y amasada con las
mandíbulas. Con la cera estirada construyen las celdillas, de forma de prisma hexagonal,
cuya base es una pirámide hexagonal y el eje está un poco inclinado, lo que
evita que se caiga su contenido. Inyectan una gota de veneno para su conservación,
como las que contienen larvas de más de
6 días que han terminado su periodo de nutrición y reparan los panales que
están rotos. Varios factores regulan la producción de cera y fabricación de celdillas:
1º- Edad de las abejas. Solo las abejas de entre 12 a 18
días tienen glándulas cereras activas. (Roesh);
2º-Temperatura del ambiente de 33 a 36 grados; Durante la noche, cuando todas las
abejas están en el interior de la colmena, las abejas fabrican más panales.
3º- Alimentación copiosa. Para segregar 1
kilo de cera, se consume de 10 a 12 kilos de miel.
4º- Necesidades de la colonia. Se construyen panales mientras quede
espacio libre.
5º- La cantidad feromona real que tienen en su
linfa. La presencia de
la feromona real en la linfa de las cereras regula la velocidad de confección
de panales, así como el tipo de celdillas construidas. Se ha comprobado
experimentalmente que, cuando existe una reina fuerte en la colonia, 50 obreras
construyen un panal en sólo 6 días. Mientras que si la reina ha muerto, pero aún tienen presencia de
feromona real, son precisas 200 abejas para construir el panal. Por último en caso
de colmena huérfana con obreras ponedoras son necesarias 5.000 obreras para la
misma tarea. La concentración elevada de feromona real en la linfa de las
obreras cereras inhibe la construcción de realeras, fabricándose celdillas
pequeñas para hembras. Cuando la concentración de feromona real desciende se
construyen celdas de mayor diámetro para machos y se fabrican realeras. Se
llaman ALMACENERAS a las abejas
que están prestas a recoger el néctar que traen en el buche las abejas
pecoreadoras y llevarlo a las celdillas de reservas. Junto con el néctar
regurgitado cada abeja aporta enzimas digestivos que intervendrán en la
fermentación del néctar y fabricación de la miel. Esta es la penúltima tarea de
las abejas domésticas (las que están dentro de la casa), después pasarán a
vigilar la entrada, aunque también pueden aventurarse fuera de la colmena y
comienzan vuelos de orientación a la entrada de la colmena, llamados vuelos de juego. La última función
dentro de la colmena que las abejas realizan es la de la vigilancia y defensa de
la colonia. Sólo a finales de la tercera semana, la bolsa del veneno está
repleta del mismo y algunas abejas se hacen GUARDIANAS. Situándose en la piquera vigilan la entrada para
evitar que abejas de otras colonias o insectos extraños entren en la colmena
que pretendan robar la miel. Las abejas son reconocidas, fundamentalmente, por
su olor propio, segregado por la glándula de Nassanof, por eso, los machos, que
carecen de ella, pueden entrar libremente en todas las colonia.
Las abejas pecoreadoras
de otra colonia que se equivocan de camino y regresan a colonia ajena cargadas de
néctar o polen, son admitidas por las guardianas. Son también las abejas de la
piquera las que ventilan su glándula de Nassanof, para reclamar a pecoreadoras extraviadas o a la reina de regreso del
vuelo nupcial. Si bien las abejas aisladas no regulan su temperatura,
considerando el conjunto de la colonia
como superorganismo, este puede mantener una cierta independencia térmica del ambiente. La colmena como
superorganismo es capaz de mantener la temperatura del centro del nido entre
unos 20º a 35 º C. Para el desarrollo de las larvas es preciso que en la zona
de cría mantenga una temperatura casi constante comprendida entre los 32º y 36
ºC, siendo el óptimo para su desarrollo los 34,8ºC. En verano, aunque la
temperatura exterior sea superior a 40ºC, el centro de la colmena se mantienen
de34 a 35ºC y en el invierno con temperaturas exteriores de -20ºC, en el
interior de la colmena no bajan de20ºC. Para producir calor durante el invierno
las abejas lo obtienen del calor
metabólico, con consumo
de miel, haciendo que sus músculos torácicos se contraiga y relajen y mantengan
la misma actividad que durante el vuelo, aunque las alas permanezcan inmóviles
(Ciclo de Lambert con consumo de miel)
Además, para evitar la pérdida del calor por disipación del mismo por la
superficie, las abejas se apiñan formando
bolas y reduciendo la superficie de enfriamiento. El racimo invernal
presenta dos zonas, una periférica de abejas apiñadas entre sí, y otra central,
donde está la reina. Este último ofrece espacio a las abejas y les permite el
movimiento. Cuando la temperatura externa disminuye más, el racimo se contrae,
aumentando la temperatura del núcleo desde donde se transmite rápidamente el
calor a la periferia, gracias a un mayor contacto entre las abejas a causa de
la contracción. De este conjunto de razones se desprende la norma práctica de no molestar por ningún motivo a la
colonia cuando la temperatura del medio es baja, pues se corre el peligro de
romper el equilibrio existente en el racimo por la disgregación del mismo, con
consecuencias fatales para las colonias.
Durante
el verano, rebajar la temperatura de la colonia resulta más complejo para las
abejas. Así, cuando en la zona de cría se superan los 36º C, las abejas se
colocan de forma que con el
movimiento
de las alas, producen corrientes de aire dirigidas (aire acondicionado) y ventilan la colmena rebajando su temperatura.
Para ello, algunas abejas situadas en la entrada, se alinean una tras otra en
la piquera y baten sus alas creando corrientes de aire fresco del exterior que
ventilan la colmena y favorecen la evaporación del néctar. Estas son las VENTILADORAS. También pueden abandonar
el interior de la colmena, saliendo en gran cantidad y quedándose pegadas a la
piquera y colgando de la misma, a lo que se llama hacer la "barba". Pero cuando la
temperatura es excesiva y no baja lo suficiente con estos dos mecanismos, las abejas
traen agua que esparcen y con la
que rocían las paredes, o evaporan directamente
de su lengua, para con la evaporación disminuir la temperatura. Hay abejas
rociadoras que extienden con su probóscide pequeñas gotitas de agua, que se
evapora. Se ha visto que cuando la temperatura el nido de cría se eleva,
las abejas nodrizas demandan, por trofalaxia, el contenido del buche de las abejas pecoreadoras, para evaporar su agua. De esta manera, las pecoreadoras que traigan el néctar más diluido serán, en este caso, seleccionadas en esta demanda y se incrementará el número de abejas que traigan néctar poco dulce, e incluso agua, lo cual resulta un hecho muy notable relacionado con el desarrollo social, ya que la abeja rechaza el líquido azucarado (innatamente apreciado) a favor de las necesidades de la colmena.El agua en la colmena es necesaria, no solo para la termorregulación, si no también para la preparación, por las nodrizas, de la papilla de polen y néctar con el que alimentan a las larvas de más de tres días, el llamado pan de abeja. Esto nos indica la importancia de situar las colmenas en las proximidades de abrevaderos para las abejas, que les evita un gran esfuerzo a la hora de localización y acarreo de la misma a la colmena La última etapa de las abejas adultas, a la que llegan al cabo de unas 3 semanas, la de recolectoras. En ella realizan la tarea más agotadora de todas las que una obrera realiza. La recogida del néctar y polen se realiza en su última fase de la vida. Se les llama PECOREADORAS, y tras un periodo de actividad incesante suelen morir por agotamiento. Para darnos cuenta del esfuerzo y desgaste que la pecorea supone, baste con decir que para que una abeja llene su budhe de néctar, es necesario que visite de 1000 a 1500 flores. La actividad cooperativa de la colmena es tal que en la época de cosecha una colmena puede almacenar hasta 1 k de miel al día, lo que significa que las abejas recolectoras deberán de hacer un promedio de 5 millones de viajes diarios.
las abejas nodrizas demandan, por trofalaxia, el contenido del buche de las abejas pecoreadoras, para evaporar su agua. De esta manera, las pecoreadoras que traigan el néctar más diluido serán, en este caso, seleccionadas en esta demanda y se incrementará el número de abejas que traigan néctar poco dulce, e incluso agua, lo cual resulta un hecho muy notable relacionado con el desarrollo social, ya que la abeja rechaza el líquido azucarado (innatamente apreciado) a favor de las necesidades de la colmena.El agua en la colmena es necesaria, no solo para la termorregulación, si no también para la preparación, por las nodrizas, de la papilla de polen y néctar con el que alimentan a las larvas de más de tres días, el llamado pan de abeja. Esto nos indica la importancia de situar las colmenas en las proximidades de abrevaderos para las abejas, que les evita un gran esfuerzo a la hora de localización y acarreo de la misma a la colmena La última etapa de las abejas adultas, a la que llegan al cabo de unas 3 semanas, la de recolectoras. En ella realizan la tarea más agotadora de todas las que una obrera realiza. La recogida del néctar y polen se realiza en su última fase de la vida. Se les llama PECOREADORAS, y tras un periodo de actividad incesante suelen morir por agotamiento. Para darnos cuenta del esfuerzo y desgaste que la pecorea supone, baste con decir que para que una abeja llene su budhe de néctar, es necesario que visite de 1000 a 1500 flores. La actividad cooperativa de la colmena es tal que en la época de cosecha una colmena puede almacenar hasta 1 k de miel al día, lo que significa que las abejas recolectoras deberán de hacer un promedio de 5 millones de viajes diarios.
Es
preciso añadir, que estas secuencias no son seguidas inexorablemente por todas
las abejas, así como que hay abejas que llegan a pecoreadoras sin haber
realizado las actividades anteriores. Algunas, parecen madurar prematuramente,
al igual que otras pueden, en determinadas condiciones, rejuvenecer. Se ha
visto en colonias de pequeño tamaño mantenidas artificialmente en las que
existía cría y las abejas de 75 días podían alimentar a la cría.El 70 % de las
abejas viejas tenían las glándulas hipofaríngeas activas. (Milojevic, 1939 en
Dadant). Experimentalmente se acelera la maduración y envejecimiento de la
abeja, si la tratamos con dióxido de
carbono durante varios minutos.
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