lunes, 30 de septiembre de 2013
domingo, 29 de septiembre de 2013
SÍNDROME DEL APICULTOR
SÍNDROME DEL APICULTOR
Me han pasado una carta por Facebook.
se trata de una enfermedad que es muy común en los
apicultores, y que la mayoría de los médicos
desconocen el tratamiento que mejor responde ante los síntomas de este mal que aqueja a muchos apicultores, acuden a su médico o a
urgencias y se les pone un tratamiento
que realmente no es tan efectivo como el que se necesita de verdad, simplemente
por que el doctor desconoce exactamente como se ha producido la infección , o
la confunden con un problema traumatológico, esta enfermedad si no se trata
adecuadamente puede tener serias repercusiones para el apicultor, incluso tener
que hacer rehabilitación o perder parte
de la movilidad de alguno de los dedos de la mano afectada , y ahora paso
a relataros el escrito de un doctor de
Fuenlabrada de los Montes.
Carta del doctor:
Desde mi incorporación como medico titular a la plaza de Fuenlabrada de los Montes, me
llamo poderosamente la atención una
enfermedad que yo nunca había visto en ningún libro de medicina, ni tampoco se conocía por
parte de los médicos especialistas y que sucedía en una determinada época del año,
y sobre todo a personas relacionadas con la extracción de la miel. Siempre ha sido mi intención saber la causa e intentar de alguna forma tratar esa enfermedad que tantos quebraderos
de cabeza, noches en vela, dolor y deformidad
ha producido en los apicultores.
Hoy ya se empieza a ver cierta luz al final del túnel. Como muchos
de vosotros sabéis en el año 95 se hizo un estudio con veintiséis pacientes de
este pueblo. Dicho estudio se llevó al
congreso de reumatología celebrado en Sevilla
ese año y causó gran expectación entre
los asistentes al congreso. Posteriormente ese mismo estudio fue se admitió en el congreso internacional
celebrado en Holanda, y por fin, en el
año 99, salió publicado en una revista medica internacional llamada Rheumatologíc. Con esto quiero deciros
que es una enfermedad que se conoce
mundialmente y constantemente hay
cartas de médicos especialistas interesándose
por el tema.
Después de muchos años ya sabemos que el origen del "dedo malo" ó artritis de las articulaciones interfalangicas tiene su origen en la picadura de una abeja
pero que solo se produce la artritis cuando por el orificio de la picadura se
produce una infección.
Dentro de muy poco se quiere hacer un nuevo estudio para probar que esa infección la produce una
bacteria llamada pseudomonas y que con
un tratamiento que mata la bacteria se
logra curar la enfermedad.
Como muchos de vosotros sabéis por haber sufrido en propias carnes el "dedo malo" a veces ha tardado en curar meses e incluso ha terminado con la destrucción de la articulación y con el dedo deformado.
Nosotros en este pueblo podemos decir que somos los pioneros
en este campo, y ya desde hace dos años venimos aplicando un tratamiento con antibióticos
que mata a la pseudomona y hemos podido comprobar que la enfermedad se cura en
un tiempo récord, algo impensable hace unos años.
Con esta carta os animo a que cuando notéis una articulación de un dedo inflamado acudáis a
la consulta sin demora, pues cuanto antes se ponga tratamiento más probabilidad
de éxito se tiene.
Esta enfermedad se debe diferenciar de lo que es la mano
hinchada que sucede por exceso de trabajo sobre los dedos y que se trata de
otra forma diferente.
Es esencial para prevenir la enfermedad eliminar la pseudomona del sudor de los guantes, esto es
tan sencillo como aclarar los guantes
cuando se laven (el forro) con un chorro de agua y vinagre, también se deben
desinfectar las manos antes de ponerse los guantes con una mezcla de agua y
vinagre. El vinagre es ácido acético y
mata la pseudomona.
Con estas medidas podrá seguir pasando la enfermedad pero es
más difícil que suceda, y con el tratamiento la curación esta casi asegurada.
Espero que en poco tiempo la temible enfermedad del
apicultor pase a ser una historia pasada.
Un saludo vuestro medico titular
Dr. Gutiérrez
Pseudomonas:
es un género de bacilos rectos o ligeramente curvados, Gram negativos, oxidasa positivosPseudomonas literalmente significa «falsa unidad», derivado del griego pseudo (ψευδο'falso') y monas (μονάς / μονάδα 'una sola unidad'). El término «monada» se usaba en la microbiología antigua para nombrar a los organismos unicelulares.
SÍNTOMAS:
inflamación de la mano afectada por la infección producida por la pseudomona, no por la picadura de la abeja, inmovilización de uno o varios dedos de la mano por la inflamación de las articulaciónes, fuertes dolores que incluso hacen que no se pueda conciliar el sueño.
Pseudomonas:
es un género de bacilos rectos o ligeramente curvados, Gram negativos, oxidasa positivosPseudomonas literalmente significa «falsa unidad», derivado del griego pseudo (ψευδο'falso') y monas (μονάς / μονάδα 'una sola unidad'). El término «monada» se usaba en la microbiología antigua para nombrar a los organismos unicelulares.
Debido a su amplia distribución en la naturaleza, las Pseudomonadaceae fueron observadas en los inicios históricos de la microbiología. El nombre genéricoPseudomonas creado para estos organismos estaba definida en términos relativamente vagos en 1894, como el género de bacteria gram negativa, bacilos con flagelo polar. Poco después, un gran número de especies eran asignadas al género. Las pseudomonadaceae eran aisladas de un variado número de nichos ecológicos de modo que un grandísimo número de especies recibían el nombre del género. Nuevas metodologías y la aparición de abordajes basados en los estudios de macromoléculas conservadas entre diversos organismos, han reclasificado a muchas especies.
Los miembros de este género generalmente son móviles gracias a uno o más flagelos polares que poseen, son catalasa positivos y no forman esporas. Algunas especies sintetizan una cápsula de exopolisacáridos que facilita la adhesión celular, la formación de biopelículas y protege de la fagocitosis, de los anticuerpos o del complementoaumentando así su patogenicidad.
cultivo de pseudomona |
inflamación de la mano afectada por la infección producida por la pseudomona, no por la picadura de la abeja, inmovilización de uno o varios dedos de la mano por la inflamación de las articulaciónes, fuertes dolores que incluso hacen que no se pueda conciliar el sueño.
TRATAMIENTO PARA LA ENFERMEDAD
OMEPRAZOL / 1 vez al día, es un protector del estomago, por
el fuerte tratamiento de antibióticos.
CIPROFLOSECINO 700 mg.
/ 1 vez al día
DICLOFENACO 50 mg. / 3 veces al día
Este tratamiento es el mas efectivo al día de hoy. Si estáis seguros de padecer esta enfermedad, comunicarle a vuestro medico este tratamiento, evitando así la perdida de tiempo con otros tratamientos menos efectivos.
Este tratamiento es el mas efectivo al día de hoy. Si estáis seguros de padecer esta enfermedad, comunicarle a vuestro medico este tratamiento, evitando así la perdida de tiempo con otros tratamientos menos efectivos.
sábado, 28 de septiembre de 2013
AGENTES CAUSANTES DE ESTRÉS EN LAS ABEJAS
Los agentes causantes de estrés en las abejas
pueden ser de muy variada etiología. Individualmente o en conjunto pueden
debilitar al insecto y producir su muerte, hecho que en los últimos años
preocupa mucho a la sociedad científica.
El problema medioambiental es de bastante gravedad, ya que las abejas tienen un papel muy importante en la polinización de muchas especies de plantas, y sirven de alimento a numerosas especies de vertebrados. Según Albert Einstein: “Si la abeja desapareciera de la Tierra, al hombre sólo le quedarían cuatro años de vida: sin abejas no hay polinización, ni hierba, ni animales, ni hombres…”.
¿Qué
pasa en una colmena mal ventilada cuando hace calor?
Los nidos de cría de las colonias deben mantenerse a una temperatura constante que varía de 34º a 38º C. Lo mismo ocurre con la humedad, que ha de mantenerse constante, en torno al 80%. Las abejas tienen termo receptores en sus antenas que captan los cambios de temperatura en el ambiente y les permiten adaptarse. En este caso, cuando la temperatura de la colmena supera los 35º C las abejas sacuden sus alas para expulsar el aire caliente y así la refrescan. No todas las abejas participan de este movimiento, sólo algunas (Coppa, 2006).
Si el calor sigue aumentando, un grupo de abejas sale de la colmena y se coloca por debajo para refrescarse en la sombra. Si continúa el calor salen más abejas y comienzan a ventilar desde fuera a toda la colmena. Con calores prolongados e intensos ventilan hasta por la noche. Si el calor no disminuye, la temperatura corporal irá subiendo poco a poco hasta “freír” a las abejas por dentro: las proteínas se coagulan por encima de los 45º C y pierden sus funciones.
Esta situación provoca además que las abejas defensoras o sanitarias, al tener que colaborar con la ventilación, abandonen sus tareas habituales, dejando a la colonia expuesta al acoso de parásitos, bacterias, hongos o virus.
Si a pesar del gran esfuerzo desplegado por la colonia no se logra rebajar la temperatura, la cría muere deshidratada, la reina corta la puesta, se derriten los panales y se paraliza la colonia.
¿Qué
pasa en una colmena mal ventilada cuando hace frío?
Las abejas son expertas en mantener la temperatura más alta que el medio ambiente en épocas de mucho frío. El frío minimiza su actividad hasta provocar la muerte. Algunas razas suspenden la puesta, ya que las crías requieren de más calor y humedad para sobrevivir que una abeja adulta.
Como mecanismo de regulación, las abejas cuando perciben el descenso de temperatura (de 14-12º C) se agrupan en racimos, con la reina en el centro, formando un “bolo invernal” que se irá compactando a medida que ésta siga descendiendo (Mendizábal, 2006). De esta manera, con pequeñas vibraciones, liberan calor manteniendo la temperatura; sin embargo, les es más difícil controlar la humedad, que tiende a condensarse dentro de la colmena. Ésta se genera por el consumo de miel que hacen las abejas. Por cada litro de miel consumida se produce un litro de agua. Esta humedad, en época de actividad, sale de la colmena mediante el mecanismo de ventilación que desarrollan. Pero en invierno las abejas arracimadas no utilizan el batido de alas para ventilar, de manera que la colmena en sí debe estar dispuesta para que se favorezca la ventilación sin la intervención de las abejas (Coppa, 2006).
Si la colmena está en la sombra en lugares de poca ventilación y alta concentración de humedad la combinación es explosiva, derivando en una permanente situación de estrés de la colonia y un ambiente muy favorable para el desarrollo de algunas enfermedades como la ascoferosis (micosis producida por Ascosphaera apis), nosemosis (parasitosis causada porNosema apis) o loque europea (enfermedad bacteriana por Melissococcus pluton) (Llorente, 2003).
Disponibilidad
de agua
Otro elemento imprescindible para la supervivencia es el agua. Si falta agua en el organismo éste intenta recuperarla de donde sea. El primer efecto es el espesamiento de la hemolinfa, que provoca la salida de agua de los tejidos hacia la sangre y afecta al sistema nervioso y al respiratorio. En estas condiciones las abejas se debilitan y se hacen muy sensibles ante cualquier otro proceso patológico.
Disponibilidad y/o calidad de alimento
El polen provee a la colonia de toda la proteína necesaria para el desarrollo del cuerpo y su normal funcionamiento.
Cuando tienen suficientes reservas las abejas mantienen un comportamiento relajado y no se sobrecargan de trabajo en invierno, pero si la colmena se queda sin reservas (esto es, sin miel operculada en una cámara melaria), salen desesperadas a buscar alimentos, y si pueden, a robarle a otra colmena su reserva (pillaje). Y es que cuando les falta miel, falla el suministro de hidratos de carbono, no pueden producir energía, sobre todo calorífica, y disminuye su capacidad de mantener la temperatura constante, circunstancia especialmente grave en la zona de cría, que acaba paralizada. Esta situación es especialmente dramática cuando además hay una baja temperatura ambiental.
Por otro lado, el exceso de néctar tampoco implica una mejora en la calidad de vida. Cuando esto sucede, y sobre todo si concurren épocas de calor, de alta humedad ambiental o poca ventilación del colmenar, se produce una sobrecarga de trabajo de día y de noche que agota a las abejas haciéndolas muy agresivas, por lo que en tal situación llega a ser muy peligroso manipular las colmenas. Además, debido al estrés, se produce un descenso en la tasa de proteína corporal, por la elevada demanda, con la consecuente disminución de su longevidad.
Cuando se da un periodo de bajo ingreso de polen (porque no haya o porque el que hay no tiene los nutrientes adecuados -sequía, polen de eucalipto, gramíneas o pino-), las abejas nodrizas no pueden desarrollar correctamente las glándulas hipofaríngeas y por tanto no pueden alimentar a las larvas con jalea real. En estos casos son las abejas viejas las que las alimentan. La falta de polen también provoca en el organismo de las abejas “hambre de proteínas”, que tratan de solucionar extrayendo proteínas de donde las haya, fundamentalmente del músculo y los intestinos. Esta situación puede provocar daños celulares en estos tejidos, con la consiguiente disminución del peso corporal. Paralelamente a ese proceso orgánico hay un aumento del instinto de recolección de polen, lo que hace que, si no lo encuentran, recolecten cualquier cosa que se le parezca (harina, polvo de paja, polvo de los piensos para ganado, etc.).
Influencia
del cambio climático sobre la actividad de la colmena
Las abejas tienen actividades anuales que van asociadas a las condiciones climáticas. Lo que está ocurriendo con el cambio climático es que determinados árboles adelantan su floración porque se adelanta la primavera, sin embargo, las abejas no salen debido al frío y se mueren de hambre. El tiempo las engaña.
En nuestro país, el año 2005 fue especialmente nefasto en este sentido (Hernández, 2006), pues a los bajos precios derivados del aumento en las importaciones de miel se sumaron las nefastas condiciones climatológicas por la sequía y la sorprendente y extraña muerte de millones de abejas (síndrome de desabejación).
Aunque no se conozca la causa exacta de tal misterio, el cambio climático que está sufriendo el planeta influye en el despoblamiento.
¿Y
las radiaciones?
Las abejas utilizan los cristales de magnetita como magnetorreceptor. Jungreis (1987) investigó la habilidad de los insectos para viajar estacionalmente largas distancias, lo que requiere la utilización de algunos mecanismos hereditarios para encontrar la dirección adecuada. Se hallaron partículas de magnetita biológicamente sintetizadas tanto en especies migradoras, que las utilizan como una brújula en el campo magnético terrestre, como en las especies no migrantes, para las que tienen una función todavía desconocida.
Desde hace meses se viene hablando de la misteriosa desaparición de enjambres enteros de abejas en distintos lugares del mundo, en especial en EE. UU. y determinados países europeos (España incluida).
Hay sospechas de que la radiación electromagnética podría interferir en los sistemas de navegación de las abejas, aunque no existen estudios concluyentes. Varios medios de comunicación han publicado con cierta regularidad noticias relacionadas con la crisis del sector apícola, producida entre otras razones, por las mortandades de abejas y despoblamiento de las colmenas de origen desconocido. Teniendo en cuenta los efectos conocidos de las microondas sobre los insectos y en particular sobre las abejas, y habida cuenta de la proliferación de estaciones base en el campo, es necesario investigar si las radiaciones de telefonía están incidiendo de alguna manera en estas mortandades. Los resultados deben ser considerados por los apicultores españoles con el fin de prevenir posibles pérdidas económicas (Balmori, 2006).
Varios autores (Ramirez et al., 1983) han demostrado la agitación, inquietud y el comportamiento agresivo que muestran las abejas expuestas a los campos electromagnéticos de las líneas de alta tensión.
En una interesante revisión, Balmori (2006) destaca entre otros, los estudios llevados a cabo por Ferdinand Ruzicka, investigador de la Universidad de Doz (Austria) y apicultor aficionado, quien explica cómo los problemas de sus abejas comenzaron tras la instalación de varias antenas de telefonía en las cercanías de sus colmenas (a 50 metros de una estación base y a 150 metros de otras tres más). El investigador no encontró explicación a este comportamiento ni por enfermedades, ni por envenenamiento, culpando del mismo a la radiación de las antenas (Ruzicka, 2003).
En ese mismo artículo, se cita también las observaciones realizadas en 1997 por A. Firstenberg, relativas a la desaparición de abejas en la proximidad de antenas de telefonía en Nueva Zelanda señalando que las que recibían directamente el haz de radiación morían sin razón aparente.
Por el contrario, en dos estudios financiados por la NASA, de Westerdahl y Gary (1981a, b) no se encontraron diferencias en la mortalidad ni en el consumo de azúcares ni variaciones en la orientación del vuelo o la memoria en abejas que fueron irradiadas con microondas.
Conclusión
Como conclusión, podemos decir que son muchas las causas que producen estrés en estos insectos, y seguramente gran parte de la responsabilidad de tantas alteraciones está en el ser humano. Nuestro papel, como futuros veterinarios es ser conscientes de esta realidad y ayudar al sector implicado.
Adriana Grille y María Calviño.
Estudiantes de segundo
ciclo. Facultad de Veterinaria de Lugo.
Universidad de Santiago de
Compostela.
sábado, 21 de septiembre de 2013
LAS FEROMONAS RESPONSABLES DE LA VIDA SOCIAL DE LA COLMENA
Las “feromonas”
Responsables de la vida social de la colmena
Responsables de la vida social de la colmena
Si dejamos huérfana a una colmena, a las pocas horas se notan algunas celdas de larvas muy jóvenes, agrandadas y con gran cantidad de jalea real. Son las incipientes celdas reales que están formando las obreras ante la ausencia de la reina. Por el contrario, si en una colmena que está criando celdas reales, colocáramos una reina fecundada en plena postura, inmediatamente las obreras destruyen todas las celdas y no vuelven a formarlas. (Son las denominadas “celdas de emergencia”).
Ocurre con mucha frecuencia que una colmena con una reina en postura, prepare dos o tres celdas reales de buen tamaño, casi siempre, en el centro de uno de los panales de cría. Se notó que la reina había declinado en el rinde de la postura, ya sea por ser vieja, mal fecundada, con daños físicos o problemas sanitarios. (Solas “celdas de reemplazo”).
Sabemos que en momentos de plena postura, el nido se agranda empujando las reservas hacia arriba, pero cuando estamos en plena mielada aumenta el ingreso de miel, que empuja hacia abajo la postura de la reina. Cuando la colmena tiene muchas abejas y gran ingreso de néctar, la reina no tiene casi lugar para depositar sus huevos, declinando así la postura. En esta circunstancia se produce el fenómeno conocido como “enjambrazón” y se forman una gran cantidad de celdas reales en los bordes de los panales. (Denominadas “celdas de enjambrazón”).
En todos los casos mencionados hay un denominador común: Falta el estímulo que producen una o más sustancias elaboradas por la reina que, -con su presencia-, inhibe la formación de celdas reales y el desarrollo de los ovarios de las obreras. Estas sustancias fueron definidas como “feromonas” por Karlston & Lüsber (1959), partiendo de las raíces griegas ferein (transportar) y horman (excitación). La definición que ellos han dado es la siguiente: "Las feromonas son unas sustancias secretadas por los individuos y que percibidos por otros individuos de la misma especie, provocan una reacción específica, un comportamiento o una modificación biológica.
Una reina que ve suspendida la postura por varios días, como puede ser el caso de reinas compradas de un criadero, normalmente son rechazadas por las obreras, a pesar de estar huérfanas, prefiriendo a las celdas reales criadas por ellas. Este fenómeno es otro ejemplo de la falta de sustancia real o feromona. Todos los métodos utilizados para introducir una reina de esas características, tratan de obligar a las abejas a aceptar a una madre que no les agrada. La reina a cambiar, libera más feromonas que la nueva a introducir, por lo tanto, al retirar la reina para cambiarla por la nueva, las obreras prefieren las celdas reales propias. Para que las obreras no puedan quedarse con estas celdas proponen destruirlas y obligar a las abejas a recibir a la reina nueva. Algunos criadores proponen camuflar a la reina nueva con los olores de la vieja, frotando la jaula de transporte con el cuerpo de ésta o dejándola muerta dentro de la colmena. A pesar de todos estos métodos se corre un gran riesgo de perder la soberana nueva, al pretender introducir una reina de estas características en una colmena grande y con muchas abejas , ya que las reinas nuevas son muy nerviosas y asustadizas, lo que produce la reacción de las obreras que atacan a la reina y la asfixian. (es probable que por el miedo la reina nueva libere feromonas de alarma que son tomadas como una señal de agresión por las obreras y maten a la reina por eso). Todos los criadores manifiestan que es más fácil introducir las reinas recién fecundadas en un núcleo o en un paquete de abejas. Esto es lógico ya que los núcleos y los paquetes se confeccionan con abejas nodrizas que no son agresivas. Mejor en un paquete en el que no se pueden criar celdas reales, tan preferidas en estos casos por las abejas.
Cuando confinamos a una reina en un sector de la colmena, al poco tiempo aparece una que otra celda real en el sector en que no transita la reina, si colocamos celdas abiertas estas son alimentadas y si injertamos celdas cerradas, no son destruidas por las obreras. Aquí también falta la sustancia real, y se explica por el hecho de que no es solo olor sino que hay un contacto corporal con la sustancia que se trasmite de abeja en abeja y al dificultarse ese contacto aparece el reflejo en las abejas mas alejadas. Algo parecido ocurre en la enjambrazón, pero más contundente ya que en este caso construyen gran cantidad de celdas. La enjambrazón se produce corrientemente en momentos en que se inicia la gran mielada, momento en que hay gran cantidad de abejas que calientan el nido y dificultan el desplazamiento de la reina, las obreras pecoreadoras introducen gran cantidad de néctar que compite por lugar con la postura de la reina , la que al no poder poner con la misma frecuencia disminuye la liberación de feromonas, este fenómeno se incrementa en colmenas con reinas viejas ya que éstas de por sí, liberan menos feromonas . Por consiguiente disminuye la sustancia real de la reina y de larva, al disminuir la postura, ya que ésta también libera feromonas (BP o Brood Pheromone) que inhiben el desarrollo de las celdas reales.( se descubrió además que el 40 % de las obreras al momento de enjambrar , tiene desarrollado los ovarios). Además, el contacto entre abejas se hace difícil ya que hay muchas abejas en poco espacio, Para poder mantener la temperatura muchas abejas salen fuera del nido formando una especie de barba hecho que hace más difícil aún la trasmisión de la feromona. Este conjunto de factores hace que las obreras construyan gran cantidad de celdas reales en los bordes de los panales ya que es el último lugar que tuvo acceso la reina para aovar. Si retiramos cuadros con miel y en su lugar colocamos cuadros vacíos para postura de la reina, si además colocamos más alzas vacías, es probable, - si el proceso no está muy avanzado- que las abejas destruyen las celdas reales y vuelva todo a la normalidad. Manuel Ocksman solucionó en parte este problema, adicionando una media alza a la cámara de cría en forma permanente, de manera que nunca falte espacio para el nido. En realidad no se conocen con certeza y precisión todos los factores que contribuyen a desencadenar el proceso de enjambrazón pero la explicación que acabo de describir es la que más me convence. Se cree también que la enjambrazón se desencadena por recalentamiento del nido y se sugiere no exponer a las colmenas al sol durante mucho tiempo para evitar la enjambrazón, con dos mieladas cortas al año, una en primavera temprana y otra a fin de verano, esto no se cumple ya que hay proliferación de enjambres tanto en primavera temprana con tiempo fresco, como en verano con temperaturas muy altas. De acuerdo con nuestra experiencia un flujo intenso e inesperado de néctar, puede desencadenar el proceso hasta en los núcleos fuertes. Como medida preventiva, siempre dejamos mucho espacio para el nido y si observamos colmenas con barbas de abejas bajo la piquera las revisamos y si es necesario y se está a tiempo,-con celdas reales abiertas- las descongestionamos agregando cuadros vacíos a la cámara de cría.
Las feromonas son producidas por las glándulas exocrinas de la reina ubicadas en la cabeza, tórax y abdomen. Las abejas perciben las feromonas a través de su sistema olfativo, que está ubicado en las antenas, y se trasmite entre las abejas del sequito real y las demás obreras de la colmena, en el roce corporal producido por la trasmisión de alimentos entre las abejas (trofalaxia).
No solo la reina producen feromonas, las abejas, por medio de las glándulas de Nassanov liberan un olor que marca un rastro que es fácilmente identificado a lo lejos por sus congéneres favoreciendo la aglutinación de los individuos, y la ubicación de la colmena etc..
Las abejas obreras adultas también producen una feromona EO (de Ethyl Oléate) que inhibe la madurez de las abejas mas jóvenes, de tal manera que si hay muchas pecoreadoras , las nodrizas tardan más en madurar y en salir a recolectar. Esta feromona EO se transmite de boca en boca por “trofalaxia” En el caso contrario cuando la mielada llega antes de que la colmena evolucione lo suficiente y tengan pocas pecoreadoras , las nodrizas maduran antes y salen a recolectar. Este fenómeno se nota y mucho en las colmenas ya que disminuye la postura y la colmena junta algo de miel pero no se desarrolla lo suficiente.
Además no debemos olvidarnos que el veneno de abeja está acompañado de una feromona de alarma que induce a las demás abejas al ataque.
Las feromonas de la reina, y la presencia de las feromonas de la cría abierta, (BP o Brood Pheromone) inhiben la formación de celdas reales, inducen a las obreras a cuidar de los huevos de la abeja reina e inhiben el desarrollo de los ovarios en las abejas obreras. Pero al poco tiempo que desaparece la reina y las larvas se transforman en pupas , algunas obreras comienzan a desarrollar los ovarios y antes de un mes, si no aparece una reina , una obrera comienza a poner huevos (óvulos) no fecundados, dando como resultado el nacimiento de zanganitos (colmena zanganera) haciendo imposible el desarrollo de la colonia. Se sabe que las reinas zanganeras liberan mucho menos feromonas que una reina bien fecundada. También se descubrió que las reinas vírgenes liberan menos feromonas que las reinas fecundadas, y que las reinas inseminadas liberan menos que una fecundada a campo.
“Muchos apicultores introducen las reinas sin ningún sistema de protección si aún no han empezado a poner. Lo mismo sucede con las reinas vírgenes que nacen en incubadora: se confían a un enjambre artificial realizado 3 horas antes. Pero con las reinas que han estado varios días en una jaula de expedición debemos actuar de otra manera”(Cría de reinas por Gilles Fert).
Es probable que las reinas vírgenes sean fácilmente aceptadas por liberar una feromona en las heces que reduce el nivel de agresividad de las abejas obreras adultas.
Otras feromonas de las abejas reinas:
Feromonas de las glándulas dorso abdominales. Fueron descubiertas por VELTIUS determinando las siguientes funciones:
-inhibidor del desarrollo de los ovarios de las obreras y de la formación de celdas reales.
Feromonas de la glándula de Koschevnicov. Esta glándula está asociada a la cámara del aguijón actuando como aglomerante de obreras dentro de la colmena y durante la enjambrazón.
Footprints o huellas de las patas: Mientras la reina se desplaza dentro de la colmena va dejando una secreción viscosa que inhibe la construcción de celdas reales.
La cantidad de feromonas que liberan las reinas disminuye con la edad de la reina y con la disminución de la postura.
Las feromonas pueden permanecer en la reina muerta durante varios días.
Todas las feromonas actúan en forma conjunta, siendo las responsables del orden y de la sociabilidad de la colmena.
La sustancia real atrae a las obreras, se tranquilizan con su presencia, no importa de que colmena sea , si dejamos una colmena huérfana cerca de otras que tienen reina, muy pronto se comprueba que muchas abejas se pasan a la colmena con reina.
La feromona de las glándulas mandibulares está compuesta por una mezcla de cinco compuestos, tres compuestos ácidos y dos compuestos aromáticos. Actualmente son sintetizados en EEUU y pueden tener utilidad práctica en el manejo de las colmenas en casos de: Envío de paquetes de abejas, evitar la enjambrazón, cazar enjambres, mejorar la fecundación de reinas, introducción de reinas, etc.
Orlando Valega
LA POLINIZACIÓN ENTOMOFILA
LA POLINIZACIÓN ENTOMOFILA, UN
CASO ESPECIAL DE MUTUALISMO
En ecología el término MUTUALISMO, puede definirse como un tipo de asociación interespecífica en la que las dos especies implicadas obtienen beneficios mutuos y los individuos de cada una de sus poblaciones, crecen, y/o sobreviven, y/o se reproducen, con una tasa superior cuando se hallan en presencia de individuos de la otra especie mutualista. Y evidentemente los beneficios que aportan a cada socio superan los costes que pudieran ocasionar la mencionada asociación. A parte de los mutualismos asociados a la agricultura y ganadería del Homo sapiens, uno de los mutualismos ecológicos más espectaculares que existen en la naturaleza, es el mutualismo de polinización. Así es, la mayoría de las flores polinizadas por animales ofrecen néctar y/o polen como recompensa para sus visitantes.
La polinización cruzada es el transporte del polen desde las anteras de una planta, hasta el estigma del pistilo de otra planta distinta. En variedades compatibles se produce la fecundación y ese grano de polen en contacto con el estigma, emite el tubo polínico y penetra en el ovario, transformándose el ovario en fruto y el óvulo fecundado en semilla.
Al parecer el néctar, las formas, los colores y los aromas no tienen otro valor para la planta que el de atraer a los animales, y representa un coste que la planta hubiera podido utilizar para otros menesteres, sin embargo el beneficio que obtiene es el de la polinización a través de un vector animal del polen. En plantas cultivadas y silvestres la polinización provoca un incremento de la producción, (aumentando el número y el tamaño de los frutos) y el incremento de su diversidad genética. Así mismo provoca un aumento importante del número de frutos cuajados y de la calidad del cuajado, y también produce una mejora de la calidad de los frutos obtenidos.
Las presiones evolutivas reciprocas han desembocado, en algunos casos, en una COEVOLUCIÓN en la que los mutualismos son tan estrechos que la interacción se ha dirigido hacia vías de especialización cada vez más restringidas y el mutualismo pasa a ser obligado, al menos para una de las dos especies implicadas. Los polinizadores de vida más prolongada, como son los murciélagos, los roedores, o las abejas con sus colonias de vida larga, es más probable que sean generalistas, visitando las flores de diferentes especies durante las distintas estaciones, o bien tomando alimentos diversos cuando no existe néctar disponible.
Diversos animales han establecido relaciones de polinización con las plantas en flor; entre ellos se encuentran los colibríes, los murciélagos e incluso algunos pequeños roedores y marsupiales. Sin embargo, los polinizadores por excelencia son indudablemente los insectos y por ello merece la pena profundizar en las características de su mutualismo su importancia y su problemática.
LA ABEJA DE MIEL, POLINIZADOR MAYORITARIO
Actualmente en nuestro
planeta hay descritas más de un millón de especies de insectos y dentro de
ellos, los que pueden considerarse como mutualistas de polinización pertenecen
a los grupos siguientes: Coleópteros, Lepidópteros, Dípteros e Himenópteros. Es
precisamente en este último grupo de insectos donde se encuentran los
polinizadores más eficaces y con adaptaciones especiales. En las zonas de clima
templado se ha estimado que el 70-95% de los insectos polinizadores son
himenópteros. Cabe mencionar a las abejas solitarias, los abejorros y sobre
todo a la abeja de la miel.
Resulta indiscutible que el beneficio en polinización, llevado a cabo por las abejas y el resto de polinizadores, favorece la fecundación y fructificación, por lo que contribuye directamente en la conservación de especies amenazadas (animales y vegetales) y la diversidad biológica. De ese modo se garantiza la renovación y mantenimiento de la cubierta vegetal, reduciendo el riesgo de erosión, constituyendo una medida activa de protección. Desgraciadamente, no existen suficientes estudios científicos sobre el tema y sería necesario el desarrollo y puesta en marcha de programas de investigación que permitan evaluar y cuantificar los efectos beneficiosos producidos por los polinizadores en los ecosistemas.
Las conclusiones de los estudios de las últimas décadas, nos alertan de la tendencia creciente a la desaparición de los polinizadores y de las graves consecuencias que su déficit provoca. La causa principal de este crítico descenso se puede atribuir, directa o indirectamente, a la intervención de la especie humana. La aplicación de insecticidas de uso agrícola, las incesantes transformaciones de terrenos forestales en agrícolas y la urbanización intensiva, provocan la destrucción continua de los hábitats naturales de los polinizadores. Muchos de ellos anidan en el suelo, bien para reproducirse o para hibernar, y todas las operaciones que implican el movimiento del suelo eliminan inevitablemente una gran cantidad de individuos. Por otra parte, si se reducen las zonas con flora autóctona, también lo hacen las fuentes de polen y néctar, que son la base de la dieta de la mayoría de los polinizadores. Los incendios repetidos, la sequía prolongada, la pérdida de suelo a causa de las lluvias torrenciales, han acelerado el proceso de desertización de nuestras tierras.
La abeja mellifera, es el principal insecto polinizador que existe en la naturaleza, su abundancia puede variar entre el 60 y el 95 % de todos los polinizadores. Esta reconocido a nivel de la comunidad científica mundial, que la miel y el resto de productos procedentes del colmenar, son insignificantes en comparación con el principal beneficio que reporta la apicultura: la polinización de cultivos y especies vegetales silvestres. Este hecho, muchas veces ignorado, es de importancia crucial en un contexto general de deterioro ambiental. Según estimaciones de la F.A.O y de la Unión Europea, el valor de la polinización de las abejas, es de 20 a 30 veces superior el valor de la miel y el resto de productos apícolas. En un reciente sobre la importancia de los polinizadores en la Comunidad Valenciana, editado por La Unió de llauradors i Ramaders-COAG, se pone de manifiesto que el beneficio generado por los polinizadores supera los 100.000 millones de pesetas anuales, sólo en el sector agrario (el 30-40% de la producción final agraria). Y la parte correspondiente a la abeja de la miel ronda los 80.000 millones de pesetas.
Las colonias de la abeja melífera se encuentran, en la actualidad, casi
exclusivamente en las colmenas que mantienen los apicultores, por lo tanto, la
abundancia de este importante polinizador va ligada a la cabaña apícola
existente en cada zona. Es por tanto, absolutamente necesario garantizar una
cabaña apícola suficiente para cubrir la demanda en polinización de cultivos y
en los ecosistemas naturales.
La apicultura valenciana, ocupaba el primer puesto de la apicultura española hasta hace pocos años. Actualmente, ocupa el 2º lugar en producción de miel y censo de colmenas. Hay unos 1600 apicultores que se reparten unas 350.000 colmenas. De ellos, buena parte son profesionales que viven en gran parte de la venta de la miel, polen y cera. La producción de miel oscila entre los 7-8 millones de Kg., la de cera en torno a los 250.000, la de polen, que es muy variable, podríamos situarla en unos 150.000 Kg.. Esto supone un aporte a la producción final agraria de unos 15 millones de euros, pero como decíamos anteriormente, esta cantidad hay que multiplicarla por 30 para, en justicia, añadir el valor generado por la polinización de las abejas melíferas.
Pero la amenaza también se cierne sobre la abeja melífera, cuya población también disminuye. Las 8.800.000 colmenas europeas están acosadas por patologías cada vez más difíciles de tratar, también existen graves problemas de intoxicación y pérdida de colmenas por la aplicación de ciertos productos fitosanitarios, además hay que añadir los efectos que sobre los apicultores profesionales tienen las mieles de importación (el precio medio de las importadas es de 1,11euros/kgr, frente a 2,05 euros/kgr de las europeas ). En estas condiciones, el aumento de los costes de producción, la disminución del rendimiento y la dificultad de recuperar las colmenas perdidas, el desánimo hace mella entre los apicultores europeos, esta actividad ya no atrae a los jóvenes y el número de ellos que se incorporan ha disminuido drásticamente, a pesar de que constituye una alternativa para el delicado tejido rural y de que está bien integrada en el medio natural. La producción de miel europea cubre sólo el 50% de su demanda interna, pero aún siendo ésta una buena causa, la razón principal para garantizar la pervivencia de la apicultura es la de mantener una población mínima de polinizadores, antes de que resulte imposible solucionar los problemas derivados de su déficit: Conservación de la flora natural, protección de la biodiversidad y producción agrícola.
LA APICULTURA Y LA POLINIZACIÓN DE CÍTRICOS
En otros países las abejas son respetadas y consideradas como protectoras del Medio Ambiente, por esos probados beneficios antes mencionados. Sin embargo, lamentablemente en la Comunidad Valenciana, pionera en la apicultura española, en demasiadas ocasiones, la abeja es tratada como una ladrona de néctar y polen, y los apicultores casi como delincuentes, tal y como veremos a continuación.
La producción teórica de miel de azahar es de 6000 toneladas al año, sin embargo, durante las dos últimas campañas, la producción real anual de miel de azahar, se estima que difícilmente ha alcanzado las 1000 toneladas y las expectativas para la presente campaña 2002 son similares.
La crisis del Sector apícola viene de lejos y está motivada por múltiples causas. Pero, sin ningún género de dudas, la causa principal de este crítico descenso de producción ha sido la aplicación de la normativa restrictiva al respecto ( Decreto 33/2000 y 37/2001), que ha imposibilitado, en gran medida, la producción de miel de azahar en la Comunidad Valenciana y ha favorecido la entrada de mieles de importación. Esta normativa, ha obligado a los apicultores a un destierro forzoso, situando sus colmenas a más de 5 k.m lineales de las plantaciones de cítricos en floración y sufriendo las consecuencias de los tratamientos insecticidas en plena floración citrícola. Los apicultores, en el mejor de los casos, han debido buscar floraciones alternativas sobresaturadas, aumentando los costes de producción y disminuyendo considerablemente el rendimiento y rentabilidad de sus explotaciones, debiendo hacer frente a las recientes inversiones realizadas para la mejora y modernización de sus explotaciones.
Como consecuencia de la aplicación de estos Decretos, se produce un enorme déficit de polinizadores y se pierden esos efectos beneficiosos anteriormente indicados, causando un gran perjuicio sobre la biodiversidad y sobre ecosistemas amenazados. Debemos tener en cuenta que, por un lado están las abejas trasladadas voluntaria o involuntariamente, y por otro, el exterminio directo de polinizadores y otras especies, (algunas de ellas amenazadas) causado a través de pulverizaciones sobre los cítricos en floración, permitidas en los mencionados Decretos y con productos nada selectivos. Todo esto supone un grave atentado contra la biodiversidad y el ecosistema en general, precisamente este año 2002 que ha sido declarado por la Consellería de Medi Ambient, el año de la biodiversidad en la Comunidad Valenciana. No tiene sentido gastar miles de millones en promover la lucha biológica, declarar el año de la biodiversidad y por otro lado exterminar a todo bicho viviente con estos tratamientos nada selectivos.
La problemática de los asentamientos de colmenas en cítricos se inició hace casi una década, rompiendo la convivencia pacífica de cientos de años. Es a partir de los años 90, cuando empiezan a proliferar las plantaciones de variedades híbridas de mandarinas, con el objetivo de prolongar el periodo de producción de mandarinas y “desestacionalizar” la oferta, sin tener en cuenta el hecho, ya constatado con anterioridad, de que causaban problemas de semillas al producirse la polinización cruzada entre estos mandarinos y el resto de variedades cultivadas.
Estos híbridos, introducidos de modo clandestino, se fueron extendiendo y con ellos el polen “contaminante” causante del problema, sin pasar ningún periodo de experimentación. Desde entonces las distintas administraciones que han pasado por el Gobierno Valenciano, han coincidido en su invalidez manifiesta y en su incapacidad para solucionar el grave problema de la aparición de semillas en las mandarinas. Las únicas medidas puestas en marcha para tratar de limitar los efectos de la polinización cruzada entre plantaciones de cítricos, únicamente se han limitado a condenar inútilmente a las abejas, a los apicultores valencianos, al resto de cultivos y al ecosistema en general.
Además, al comparar la importancia socioeconómica de ambos sectores, la Conselleria siempre ha utilizado un argumento económico erróneo para justificarse (Sector citrícola= 45 % de la producción final agraria/ sector apícola=0´5 %), olvidando que el problema de la presencia de semillas sólo afecta a una parte del sector citrícola y el déficit de polinizadores está afectando negativamente a la mayoría de explotaciones citrícolas. El valor de la polinización de las abejas de la miel representa la cifra, nada despreciable, de unos 80.000 millones anuales y el valor económico de la producción de las variedades híbridas, diícilmente alcanza los 25.000 millones anuales.
Desde que se inició el problema de la aparición de semillas en las plantaciones de cítricos en la campaña 92-93, la opinión de La Unió de Llauradors i Ramaders-COAG viene siendo la misma, pensando que la solución definitiva a este problema pasa por una correcta reordenación y planificación de las plantaciones de cítricos presentes y futuras.
Los numerosos estudios científicos realizados desde hace más de 50 años en la amplia gama de agrios existentes, indican que, salvo contadas excepciones, la polinización provoca un incremento de la producción -aumentando el número y el tamaño de los frutos, un aumento importante del número de frutos cuajados y de la calidad del cuajado y también una mejora de la calidad de los frutos obtenidos.
Sirva de ejemplo destacable el interesante estudio publicado en la revista Levante Agricola (nº 352, 4º trimestre de 2001) sobre la polinización de la variedad “Fortune”, el híbrido de mandarino más abundante. En él se exponen dos conclusiones que evidencian el error cometido en la plantación de esta variedad y ridiculizan a los promotores de la idea de eliminar a los polinizadores de la zona citrícola: “Para obtener adecuados niveles de producción en Fortune sin problemas de semillas, sería necesario que las plantaciones estuvieran aisladas (...) de otras variedades compatibles. La introducción de insectos polinizadores en plantaciones aisladas de mandarina Fortune mejoraría la producción y calidad del fruto, al carecer éste de semillas
La Administración debería solucionar definitivamente el problema de la aparición de semillas en las plantaciones de cítricos, estableciendo una correcta planificación y reordenación de las plantaciones citrícolas presentes y futuras. De ese modo, se solucionaría el principal problema de la apicultura y se podrían recuperar los beneficios en polinización que se pierden año tras año.
En ecología el término MUTUALISMO, puede definirse como un tipo de asociación interespecífica en la que las dos especies implicadas obtienen beneficios mutuos y los individuos de cada una de sus poblaciones, crecen, y/o sobreviven, y/o se reproducen, con una tasa superior cuando se hallan en presencia de individuos de la otra especie mutualista. Y evidentemente los beneficios que aportan a cada socio superan los costes que pudieran ocasionar la mencionada asociación. A parte de los mutualismos asociados a la agricultura y ganadería del Homo sapiens, uno de los mutualismos ecológicos más espectaculares que existen en la naturaleza, es el mutualismo de polinización. Así es, la mayoría de las flores polinizadas por animales ofrecen néctar y/o polen como recompensa para sus visitantes.
La polinización cruzada es el transporte del polen desde las anteras de una planta, hasta el estigma del pistilo de otra planta distinta. En variedades compatibles se produce la fecundación y ese grano de polen en contacto con el estigma, emite el tubo polínico y penetra en el ovario, transformándose el ovario en fruto y el óvulo fecundado en semilla.
Al parecer el néctar, las formas, los colores y los aromas no tienen otro valor para la planta que el de atraer a los animales, y representa un coste que la planta hubiera podido utilizar para otros menesteres, sin embargo el beneficio que obtiene es el de la polinización a través de un vector animal del polen. En plantas cultivadas y silvestres la polinización provoca un incremento de la producción, (aumentando el número y el tamaño de los frutos) y el incremento de su diversidad genética. Así mismo provoca un aumento importante del número de frutos cuajados y de la calidad del cuajado, y también produce una mejora de la calidad de los frutos obtenidos.
Las presiones evolutivas reciprocas han desembocado, en algunos casos, en una COEVOLUCIÓN en la que los mutualismos son tan estrechos que la interacción se ha dirigido hacia vías de especialización cada vez más restringidas y el mutualismo pasa a ser obligado, al menos para una de las dos especies implicadas. Los polinizadores de vida más prolongada, como son los murciélagos, los roedores, o las abejas con sus colonias de vida larga, es más probable que sean generalistas, visitando las flores de diferentes especies durante las distintas estaciones, o bien tomando alimentos diversos cuando no existe néctar disponible.
Diversos animales han establecido relaciones de polinización con las plantas en flor; entre ellos se encuentran los colibríes, los murciélagos e incluso algunos pequeños roedores y marsupiales. Sin embargo, los polinizadores por excelencia son indudablemente los insectos y por ello merece la pena profundizar en las características de su mutualismo su importancia y su problemática.
LA ABEJA DE MIEL, POLINIZADOR MAYORITARIO
Resulta indiscutible que el beneficio en polinización, llevado a cabo por las abejas y el resto de polinizadores, favorece la fecundación y fructificación, por lo que contribuye directamente en la conservación de especies amenazadas (animales y vegetales) y la diversidad biológica. De ese modo se garantiza la renovación y mantenimiento de la cubierta vegetal, reduciendo el riesgo de erosión, constituyendo una medida activa de protección. Desgraciadamente, no existen suficientes estudios científicos sobre el tema y sería necesario el desarrollo y puesta en marcha de programas de investigación que permitan evaluar y cuantificar los efectos beneficiosos producidos por los polinizadores en los ecosistemas.
Las conclusiones de los estudios de las últimas décadas, nos alertan de la tendencia creciente a la desaparición de los polinizadores y de las graves consecuencias que su déficit provoca. La causa principal de este crítico descenso se puede atribuir, directa o indirectamente, a la intervención de la especie humana. La aplicación de insecticidas de uso agrícola, las incesantes transformaciones de terrenos forestales en agrícolas y la urbanización intensiva, provocan la destrucción continua de los hábitats naturales de los polinizadores. Muchos de ellos anidan en el suelo, bien para reproducirse o para hibernar, y todas las operaciones que implican el movimiento del suelo eliminan inevitablemente una gran cantidad de individuos. Por otra parte, si se reducen las zonas con flora autóctona, también lo hacen las fuentes de polen y néctar, que son la base de la dieta de la mayoría de los polinizadores. Los incendios repetidos, la sequía prolongada, la pérdida de suelo a causa de las lluvias torrenciales, han acelerado el proceso de desertización de nuestras tierras.
La abeja mellifera, es el principal insecto polinizador que existe en la naturaleza, su abundancia puede variar entre el 60 y el 95 % de todos los polinizadores. Esta reconocido a nivel de la comunidad científica mundial, que la miel y el resto de productos procedentes del colmenar, son insignificantes en comparación con el principal beneficio que reporta la apicultura: la polinización de cultivos y especies vegetales silvestres. Este hecho, muchas veces ignorado, es de importancia crucial en un contexto general de deterioro ambiental. Según estimaciones de la F.A.O y de la Unión Europea, el valor de la polinización de las abejas, es de 20 a 30 veces superior el valor de la miel y el resto de productos apícolas. En un reciente sobre la importancia de los polinizadores en la Comunidad Valenciana, editado por La Unió de llauradors i Ramaders-COAG, se pone de manifiesto que el beneficio generado por los polinizadores supera los 100.000 millones de pesetas anuales, sólo en el sector agrario (el 30-40% de la producción final agraria). Y la parte correspondiente a la abeja de la miel ronda los 80.000 millones de pesetas.
La apicultura valenciana, ocupaba el primer puesto de la apicultura española hasta hace pocos años. Actualmente, ocupa el 2º lugar en producción de miel y censo de colmenas. Hay unos 1600 apicultores que se reparten unas 350.000 colmenas. De ellos, buena parte son profesionales que viven en gran parte de la venta de la miel, polen y cera. La producción de miel oscila entre los 7-8 millones de Kg., la de cera en torno a los 250.000, la de polen, que es muy variable, podríamos situarla en unos 150.000 Kg.. Esto supone un aporte a la producción final agraria de unos 15 millones de euros, pero como decíamos anteriormente, esta cantidad hay que multiplicarla por 30 para, en justicia, añadir el valor generado por la polinización de las abejas melíferas.
Pero la amenaza también se cierne sobre la abeja melífera, cuya población también disminuye. Las 8.800.000 colmenas europeas están acosadas por patologías cada vez más difíciles de tratar, también existen graves problemas de intoxicación y pérdida de colmenas por la aplicación de ciertos productos fitosanitarios, además hay que añadir los efectos que sobre los apicultores profesionales tienen las mieles de importación (el precio medio de las importadas es de 1,11euros/kgr, frente a 2,05 euros/kgr de las europeas ). En estas condiciones, el aumento de los costes de producción, la disminución del rendimiento y la dificultad de recuperar las colmenas perdidas, el desánimo hace mella entre los apicultores europeos, esta actividad ya no atrae a los jóvenes y el número de ellos que se incorporan ha disminuido drásticamente, a pesar de que constituye una alternativa para el delicado tejido rural y de que está bien integrada en el medio natural. La producción de miel europea cubre sólo el 50% de su demanda interna, pero aún siendo ésta una buena causa, la razón principal para garantizar la pervivencia de la apicultura es la de mantener una población mínima de polinizadores, antes de que resulte imposible solucionar los problemas derivados de su déficit: Conservación de la flora natural, protección de la biodiversidad y producción agrícola.
LA APICULTURA Y LA POLINIZACIÓN DE CÍTRICOS
En otros países las abejas son respetadas y consideradas como protectoras del Medio Ambiente, por esos probados beneficios antes mencionados. Sin embargo, lamentablemente en la Comunidad Valenciana, pionera en la apicultura española, en demasiadas ocasiones, la abeja es tratada como una ladrona de néctar y polen, y los apicultores casi como delincuentes, tal y como veremos a continuación.
La producción teórica de miel de azahar es de 6000 toneladas al año, sin embargo, durante las dos últimas campañas, la producción real anual de miel de azahar, se estima que difícilmente ha alcanzado las 1000 toneladas y las expectativas para la presente campaña 2002 son similares.
La crisis del Sector apícola viene de lejos y está motivada por múltiples causas. Pero, sin ningún género de dudas, la causa principal de este crítico descenso de producción ha sido la aplicación de la normativa restrictiva al respecto ( Decreto 33/2000 y 37/2001), que ha imposibilitado, en gran medida, la producción de miel de azahar en la Comunidad Valenciana y ha favorecido la entrada de mieles de importación. Esta normativa, ha obligado a los apicultores a un destierro forzoso, situando sus colmenas a más de 5 k.m lineales de las plantaciones de cítricos en floración y sufriendo las consecuencias de los tratamientos insecticidas en plena floración citrícola. Los apicultores, en el mejor de los casos, han debido buscar floraciones alternativas sobresaturadas, aumentando los costes de producción y disminuyendo considerablemente el rendimiento y rentabilidad de sus explotaciones, debiendo hacer frente a las recientes inversiones realizadas para la mejora y modernización de sus explotaciones.
Como consecuencia de la aplicación de estos Decretos, se produce un enorme déficit de polinizadores y se pierden esos efectos beneficiosos anteriormente indicados, causando un gran perjuicio sobre la biodiversidad y sobre ecosistemas amenazados. Debemos tener en cuenta que, por un lado están las abejas trasladadas voluntaria o involuntariamente, y por otro, el exterminio directo de polinizadores y otras especies, (algunas de ellas amenazadas) causado a través de pulverizaciones sobre los cítricos en floración, permitidas en los mencionados Decretos y con productos nada selectivos. Todo esto supone un grave atentado contra la biodiversidad y el ecosistema en general, precisamente este año 2002 que ha sido declarado por la Consellería de Medi Ambient, el año de la biodiversidad en la Comunidad Valenciana. No tiene sentido gastar miles de millones en promover la lucha biológica, declarar el año de la biodiversidad y por otro lado exterminar a todo bicho viviente con estos tratamientos nada selectivos.
La problemática de los asentamientos de colmenas en cítricos se inició hace casi una década, rompiendo la convivencia pacífica de cientos de años. Es a partir de los años 90, cuando empiezan a proliferar las plantaciones de variedades híbridas de mandarinas, con el objetivo de prolongar el periodo de producción de mandarinas y “desestacionalizar” la oferta, sin tener en cuenta el hecho, ya constatado con anterioridad, de que causaban problemas de semillas al producirse la polinización cruzada entre estos mandarinos y el resto de variedades cultivadas.
Estos híbridos, introducidos de modo clandestino, se fueron extendiendo y con ellos el polen “contaminante” causante del problema, sin pasar ningún periodo de experimentación. Desde entonces las distintas administraciones que han pasado por el Gobierno Valenciano, han coincidido en su invalidez manifiesta y en su incapacidad para solucionar el grave problema de la aparición de semillas en las mandarinas. Las únicas medidas puestas en marcha para tratar de limitar los efectos de la polinización cruzada entre plantaciones de cítricos, únicamente se han limitado a condenar inútilmente a las abejas, a los apicultores valencianos, al resto de cultivos y al ecosistema en general.
Además, al comparar la importancia socioeconómica de ambos sectores, la Conselleria siempre ha utilizado un argumento económico erróneo para justificarse (Sector citrícola= 45 % de la producción final agraria/ sector apícola=0´5 %), olvidando que el problema de la presencia de semillas sólo afecta a una parte del sector citrícola y el déficit de polinizadores está afectando negativamente a la mayoría de explotaciones citrícolas. El valor de la polinización de las abejas de la miel representa la cifra, nada despreciable, de unos 80.000 millones anuales y el valor económico de la producción de las variedades híbridas, diícilmente alcanza los 25.000 millones anuales.
Desde que se inició el problema de la aparición de semillas en las plantaciones de cítricos en la campaña 92-93, la opinión de La Unió de Llauradors i Ramaders-COAG viene siendo la misma, pensando que la solución definitiva a este problema pasa por una correcta reordenación y planificación de las plantaciones de cítricos presentes y futuras.
Los numerosos estudios científicos realizados desde hace más de 50 años en la amplia gama de agrios existentes, indican que, salvo contadas excepciones, la polinización provoca un incremento de la producción -aumentando el número y el tamaño de los frutos, un aumento importante del número de frutos cuajados y de la calidad del cuajado y también una mejora de la calidad de los frutos obtenidos.
Sirva de ejemplo destacable el interesante estudio publicado en la revista Levante Agricola (nº 352, 4º trimestre de 2001) sobre la polinización de la variedad “Fortune”, el híbrido de mandarino más abundante. En él se exponen dos conclusiones que evidencian el error cometido en la plantación de esta variedad y ridiculizan a los promotores de la idea de eliminar a los polinizadores de la zona citrícola: “Para obtener adecuados niveles de producción en Fortune sin problemas de semillas, sería necesario que las plantaciones estuvieran aisladas (...) de otras variedades compatibles. La introducción de insectos polinizadores en plantaciones aisladas de mandarina Fortune mejoraría la producción y calidad del fruto, al carecer éste de semillas
La Administración debería solucionar definitivamente el problema de la aparición de semillas en las plantaciones de cítricos, estableciendo una correcta planificación y reordenación de las plantaciones citrícolas presentes y futuras. De ese modo, se solucionaría el principal problema de la apicultura y se podrían recuperar los beneficios en polinización que se pierden año tras año.
Enrique Simó Zaragoza
Biólogo y veterinario
Técnico del sector apícola
Unió de Llauradors i Ramaders - COAG
domingo, 15 de septiembre de 2013
viernes, 6 de septiembre de 2013
jueves, 5 de septiembre de 2013
miércoles, 4 de septiembre de 2013
EL PAN DE ABEJA
Pan de abeja
El pan de abeja se
forma por la acción de tres tipos de microorganismo: hongos del azúcar, levaduras y lactobacterias.
La fermentación acidoláctica tiene cuatro fases de actividad microbiológica,
dura 12 horas y hay desarrollo de las bacterias: comienza con la aparición de
las lactobacterias, levaduras y algunas bacterias aerobias. Se desarrollan las bacterias lactoácidas (estreptococos),
aumenta la acidez de los granos de polen y se incrementa el contenido de
vitamina B. Desaparición de los estreptococos y desarrollo de los lactobacilos.
Como se forma
A finales del séptimo día y
hasta el día 15, se produce la desaparición de las lactobacterias y de algunos
tipos de levaduras; la acidez alcanza un pH entre 4 y 4,2. En el pan de abejas,
la miel humecta
a la exina y la resquebraja, estabilizando luego el delicado contenido interior
del grano con su gran poder conservante. Por esta razón una pequeña cantidad de
miel con polen otorga más resultado que dosis mucho mayores de polen seco.
Además de mejorar la asimilación y la conservación, la mezcla de miel con polen
y propóleo otorga beneficios extras, derivados del sinergismo de
estos productos y muy superiores a la suma de las partes.
Manejo realizado por las
abejas
Las abejas llegan a las colmenas
cargadas de polen, desprenden el polen dentro de celdillas, normalmente en la
periferia de la zona de cría. Este polen es compactado con la cabeza de la
abeja, una vez formado una capa de polen se coloca una fina capa de miel y
vuelven a colocar otra capa de polen, así hasta que se llenan las celdillas.
Una vez cubierta toda la celda de miel y polen se dará lugar a una fermentación
láctica de la mezcla, este proceso químico conlleva una serie de cambios en la
composición bioquímica del polen, las características generales son:
Un incremento de las
proteínas solubles.
Un incremento de los
aminoácidos libres.
Una mejor conservación
del producto debido a la acidificación producida por el ácido láctico.
Todas estas
características también hacen que la miel sea más digerible para las abejas así
como eleva su aporte energético. Este pan de abeja tiene distintas funciones:
como alimento a las abejas jóvenes, como alimento a las crías y como
ingrediente de la jalea real.
Composición del pan de abeja
Es rico
en vitaminas del complejo B, aminoácidos esenciales
y ácidos grasos. Los carbohidratos son las sustancias principales
de los gránulos de polen, que llegan a alcanzar un 49%. El polen contiene un
20-40% de azúcares reductores y 0-20% de no reductores. En el pan de abejas
después de la hidrólisis fermentativa del almidón, la sacarosa y otros
polisacáridos así como otros glucopéptidos, glupolípidos que constituyen las
partes de las células vegetales, flavonoles y otras combinaciones sacaríferas,
se recopila gran cantidad de monosacáridos y azúcares etílicos. En el pan de
abejas han sido determinados la fructosa, glucosa, galactosa, sacarosa,
maltosa, rafinosa, inosina así como una serie de combinaciones no
identificadas. El contenido total de azúcares y sustancias sacaríferas es de
43-70% y de ácido láctico 0,7-1,1%. El elevado contenido de ácido láctico hace
deducir que otros microorganismos, a excepción de los bacilos de la leche
ácida, prácticamente no se desarrollan aquí y el producto se conserva. Un
contenido más alto de disacáridos en algunas muestras se caracterizan por la
baja presencia de ácido láctico. Por eso, se puede afirmar que conjuntamente
con la hidrólisis fermentativa de polisacáridos tiene lugar la ácida. De los
azúcares la mayor parte son monosacáridos. En el pan de abejas hay 12,5-20,0%
de fructosa, 18,5-29,0% de glucosa, 0,0-3,4% de galactosa con un contenido más
estable de inosina. Se detectan trazas de sacarosa, 3,0-7,8% de maltosa. En la
miel se puede encontrar la maltosa en las mismas cantidades. Se encuentra
rafinosa sólo el pan de abejas. La miel contiene fructosa y glucosa casi en la
misma medida que el pan de abejas; a su vez, en el pan de abejas la correlación
de la fructosa/glucosa es de 0,63-0,72, es decir, predomina considerablemente
la glucosa. Conjuntamente con la hidrólisis fermentativa de los polisacáridos
de los gránulos de polen tiene lugar la ácida. El pan de abejas es un producto
natural con propiedades más integrales que el polen.
Consumo
Cuando
la miel se recolectaba prensando los panales en lugar de centrifugándolos,
mascar panales con polen en ellos era una costumbre en el día en el que se
“castraban” los panales. Esos panales contenían en algunas de sus celdas polen
preparado por las abejas y apisonado con la cabeza, el llamado Pan de Abejas.
En la actualidad se consumen los trozos de panal que lo contienen junto con su
cera que tiene que estar libre de toda contaminación por tratamientos.
Propiedades
Es un suplemento dietario de altísima calidad, que
permite suplir las carencias de la moderna alimentación refinada, contrarrestar
los efectos de la contaminación ambiental y atenuar el desgaste psicofísico que
produce el estrés. Además es aconsejado para personas sujetas a exigencias
puntuales de todo tipo: intelectuales, chóferes, trabajadores nocturnos, etc.
Del mismo modo, los individuos asténicos y de tercera edad obtienen gran
beneficio de este preparado, recuperando rápidamente energías físicas, mentales
y sexuales, incrementando el vigor, la resistencia al esfuerzo y el bienestar
general.
En los
deportistas se aprecian los siguientes resultados: mejora la performance, la
capacidad de trabajo y la voluntad de entrenamiento, retarda la aparición del
cansancio físico y psíquico, incrementa la masa muscular sin alterar el tejido
adiposo, y aumenta el potencial oxireductor celular y la respuesta
cardiovascular. Todo ello sin los efectos colaterales de los productos químicos
a los cuales reemplaza.
EL PECOREO NÉCTAR Y POLEN
Pecoreo
Conducta de las abejas
obreras que recolectan polen y néctar de
la flora apícola de
un determinado lugar geográfico. También suele llamarse conducta de
forrajeo o forrajeadoras a las abejas obreras recolectoras que desarrollan esta
actividad. La casta obrera al nacer pasa por diferentes estadios durante los primeros
días dentro del nido o colmena. Limpian, alimentan a las larvas, producen cera
para los panales y, por último, después de 20 días aproximadamente de los
trabajos descritos se convierten en las pecoreadoras o forrajeras que traen el
alimento a la colmena. Se dice normalmente que una obrera tarda 21 días en
nacer, pasa 21 días en el interior de la colmena y luego como pecoreadora vive
otros 21 días.
Recolección de néctar
La abeja succiona el néctar
de los nectários de las flores y éste es depositado en el buche melario que
tiene en la región torácica. Este néctar tiene una alta concentración de agua y
azúcares diluidos. Es el alimento energético de la abeja, el cual es depositado
en las celdas hexagonales de los panales de cera y lentamente es sometido a un
proceso de deshidratación hasta alcanzar el 18 por ciento de humedad, dando
lugar a la miel. La recolección del néctar se realiza durante todo el día,
siguiendo los patrones horarios de entrega de las diferentes especies de plantas.
Recolección de polen
El polen contiene
sustancias grasas, minerales y proteínas necesarias
para la nutrición de
las abejas. Es el elemento básico de su dieta. Cuando la flora comienza la
entrega de polen podemos inferir que las abejas comienzan su temporada de cría,
en virtud que es necesario para la alimentación de las obreras y las larvas que
darán lugar a las mismas y a los zánganos. El polen es depositado en los
panales de cera, conjuntamente con una serie de enzimas que
la abejas segregan, tras un periodo de fermentación, se convierte en lo que se
denomina pan de las abejas. No todos los pólenes tienen la misma calidad
proteica, los hay con promedios del 18 al 30 por ciento de proteínas crudas,
por ello algunos permiten un rápido desarrollo de la colmena
y otros no. Hay muchos con buen porcentaje de proteínas, pero con deficiencias
de aminoácidos
esenciales, por lo cual suele ser suplementada la dieta de las colmenas por los apicultores, con tortas de
polen, levadura y harinas vegetales proteicas.
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