Alojamientos naturales
En condiciones naturales las
abejas escogen un hueco en un árbol o en las rocas de la montaña para
resguardarse de las inclemencias del tiempo y allí comienzan a construir los
panales y se desenvuelve la vida de la colonia, através de las rendijas que
desde el interior les permite ver la luz alcanzan el exterior, y no tienen
preferencia sobre la orientación de aquellas, es posible ver como mueren muchas
abejas al llegar el atardecer de los días fríos que no pueden alcanzar el
interior especialmente si las entradas se hallan orientadas hacia el norte.
En tiempos remotos las abejas
no estaban establecidas en colmenas como las conocemos en la actualidad, pues
tan solo hace unos años que se emplean de forma corriente. Vivían alojadas en
cualquier hueco y el apicultor primitivo recogía la miel llegando hasta sus
nidos y cortando los panales, ver como las abejas formaban grupos que daban
nacimiento a nuevos asentamientos pudo ser la causa que favoreció el que fueran
alojadas en recipientes construidos a semejanza de sus huecos naturales en las
montañas y surgieron de barro, de cañas o cualquier otro podía ser usado y las
abejas lo aceptaban. Con el paso del tiempo aquellos fueron evolucionando procurando
adaptarse a las necesidades de las abejas y así aumentaron de volumen o se
modificaron en alguna medida. Es corriente aún encontrar colmenas rústicas que
están hechas del tronco de un castaño hueco u otro árbol donde las abejas
trabajan con entusiasmo, lo mismo en un lugar preparado por el hombre que si
ellas encontraron el tronco en un bosque. Estas formas iniciales dieron paso a
colmenas que aunque primitivas marcaron un primer intento de acercar las abejas
al hombre y así surgieron los truébanos o trobos construidos con tablas, son
cuadrados y reproducen lo que se ha visto en la naturaleza, esto es, un simple
recipiente hueco donde alojar un enjambre que encontramos. Pero no todos los
truébanos son iguales en tamaño, los hay desde pequeños hasta muy grandes
capaces de alojar grandes colonias.
Resulta curioso ver como en la
parte central se instalaba un listón que atravesaba la colmena, llamado
"juez" en algunos lugares y que era el sitio hasta donde se podía
llegar cuando se sacaban panales, es obvio destacar la imperfección de este
supuesto pues a pesar de la buen voluntad del apicultor, él no podía saber
nunca si por debajo de aquel listón había suficiente cantidad de miel para la
reserva invernal, sobretodo teniendo en cuenta que las abejas construirían
panales nuevos en la parte recortada que la reina usaría para poner
desplazándose toda la colonia hacia la parte superior donde se hallan las ceras
nuevas y abandonando la parte inferior, de todas formas se trata de un intento
muy bien intencionado de reservar alimento suficiente a las colonias para pasar
la invernada. Es de notar como en algunos lugares se dieron cuenta de este
hecho y recortaban los panales lateralmente e incluso por la parte inferior
para que la renovación fuese completa después de dos o tres años de corta,
realizando de este modo un importante avance dentro de las limitaciones que ese
sistema de colmenas tiene.
Los enjambres fugitivos
utilizan como refugio cualquier hueco en las casas que encuentren y que les
agrade, se asientan debajo de canalones, en huecos aislantes o desvanes
accesibles desde el exterior por pequeños agujeros que ellas encuentran de
forma admirable. En aquellos lugares en donde por algún tiempo vivieron las
colonias son escogidos para vivir por otras que se instalan en el mismo sitio y
ello puede ocurrir durante varios años, no pasa demasiado tiempo desde que
desaparece la colonia cuando un nuevo enjambre se instala en el mismo lugar, es
curioso como esto puede suceder en medio de un pueblo con muchas casas juntas
no siendo conocida cual es la causa que las impulsa a vivir allí. Cuando una
colonia fugitiva decide instalarse en un lugar no repara en que en él haya
panales en malas condiciones, si el sitio estuvo habitado, mas bien trata de
aprovechar lo que encuentra restaurándolo y no es frecuente que se desplace del
lugar donde se ha asentado a no ser que medie una incomodidad muy importante,
se trata por tanto de una fundación de asentamiento siendo desde el principio
muy reacias a abandonarlo, tan solo la lluvia o algún agente perturbador
logrará desalojarlas del sitio desplazándose el grupo o en casos muy contados
emprendiendo el vuelo hacia otro sitio dejando en el lugar los inicios de los
primeros panales.
Cuando las abejas están
conducidas por un apicultor es necesario para obtener una producción importante
alojarlas en un lugar mas conveniente a
su buen desenvolvimiento. Una buena colmena debe permitir un fluido movimiento
de abejas de modo que las pérdidas de tiempo en salvar obstáculos sea la menor
posible, debe permitir remover los panales sin tener el inconveniente de
hallarlos fuertemente pegados a las paredes o a los apoyos y debe además poder
ser ampliada o reducida con cuerpos adicionales, todo ello fácilmente
intercambiable para poder sustituir el material defectuoso y sobretodo dar
cobijo sin limitación de espacio a toda la puesta de una buena reina, junto con
su reserva alimenticia cotidiana de miel, el polen necesario para la cría y
todas las reservas necesarias a mas largo plazo.
Es un punto muy importante en
la apicultura activa el disponer de sitio suficiente para la puesta de la
madre. Piénsese que la metamorfosis de una abeja dura veintiún días y por tanto
su celdilla solo estará disponible al final de ese plazo y es nuestra prioridad
el facilitar otras vacías colocando en la colmena panales suficientes para
evitar toda limitación.
En los albores de la
apicultura movilista surgieron muchas colmenas con muy variables disposiciones
en cuanto a su volumen, con el paso del tiempo tan solo unos pocos modelos
demostraron con excelentes cosechas de miel y enjambres populosos superar las
cualidades de las demás, proporcionando alojamiento útil a colonias potentes
capaces de generar una reserva muy importante de miel o acarrear una provisión
suficiente de polen para alimentar las miles de larvas y reparar y construir
los panales y efectuar un largo número de tareas cotidianas.
Una de las condiciones más
importantes que debe tener una buena colmena es respetar las medidas del
llamado "espacio de la abeja" que es la medida del intervalo o
distancia entre dos piezas del interior de la colmena de modo que se puedan
cruzar dos abejas sin dificultad y que se estima entre 8 mm . y 10mm. si la distancia
es menor causando dificultad al paso de las abejas ellas procederán a taparlo
con cera y propóleos inutilizándolo, fijando fuertemente las dos partes, esto
nos causa un problema innecesario para despegarlas e indirectamente provocamos
agresividad. En ocasiones sucede lo contrario, al colocar nuevas alzas o elementos
puede llegar a quedar un espacio excesivo entre los dos cuerpos y nos
encontramos con que al ir a retirarlas tienen varios panales construidos debajo
lo que ocasiona problemas con la miel que gotea y que puede provocar pillajes
de forma inmediata, si estas alzas son sometidas a revisiones ocasionamos la
muerte de muchas abejas aplastadas por los mismos panales que se han roto al
ser retiradas los cuerpos. Después de conocer la importancia del "espacio
de la abeja" es fácil comprender que la colmena es un instrumento muy útil
cuando trabajamos con las abejas, de su correcta conformación depende que
nuestro trabajo sea agradable y cómodo y sobretodo causando el menor
contratiempo en la colonia.
Aunque es básico que las
colmenas como contenedores de los panales sean de las medidas apropiadas al
número que se colocarán dentro se debe prestar la mayor atención al panal en
sí, siendo como es el objeto que será sacado y vuelto a colocar muchas veces
debe reunir todas las condiciones para poder usarlo con comodidad. En principio
tendrá la medida correcta según sea su modelo y dispondrá de separadores
apropiados para mantener la distancia con el vecino, algunos tienen separadores
en la parte inferior asegurando que no se arrime, esto tiene una dificultad,
será propolizado en ese lugar haciendo dificultosa su extracción, en cualquier
caso lo separadores serán muy reducidos en la zona de contacto para disminuir
el pegado. Aquellos que no disponen de ellos, pueden en alguna ocasión
arrimarse por la parte inferior y para sacarlos se hará subiendo los dos a la
vez, se despegan sobre los otros y se colocan dando a uno de ellos la vuelta
quedando así corregido el problema, suele ser debido a curvaturas de la madera
y no es frecuente que suceda ni en panales industriales.
La necesidad de mantener con
toda rotundidad la correcta posición de los panales nace del hecho de causar
gran contratiempo hallar panales intermedios construidos cuando la distancia es
grande, los que hay que destrozar para recuperar la armonía del nido y ello
supone destruir cría, cuando esto suceda siempre es posible darla a alguna de
las colonias que tenemos como almacén, colocándola de pie al lado de los otros
panales, las abejas en pocos minutos fijan los pedazos y permiten que las
abejas que contienen nazcan sin dificultad, una vez ha sucedido los retiramos.
Sucede alguna vez que a pesar
de mantener las distancias correctas mediante los separadores el hecho de
alternar alguna lámina de cera hace que durante una buena cosecha se agrande
mucho la parte superior del panal con miel haciéndolo tan grueso que invade el
sitio del vecino ocupando el lugar que debería tener el recién colocado, en
estos casos la única posibilidad es cortar con el cuchillo un trozo por la
parte de arriba para conseguir mantener la distancia, es interesante hacerlo
pues de otro modo al sacar el nuevo nos encontramos sin sitio arrastrando las
abejas que resultan muertas, esta deficiencia debe ser siempre corregida para
que todos los manejos sobre los nidos se puedan hacer con facilidad y
molestando lo menos posible a las abejas.
Otra causa de problemas es
olvidar colocar un panal en una colonia potente y que en unos días ha obrado
totalmente el espacio libre, inmediatamente de conocer el fallo se retirarán
los panales obrados aprovechando los de cría, incluso se puede llegar a
colocarlos de la misma forma que se hace en un trasiego, para restituir todo
correctamente.