Los propóleos
El propóleo presenta una consistencia variable, dependiendo de su origen y de la temperatura. Hasta los 15°C. es duro y se torna mas maleable a medida que aumenta la temperatura. Su punto de fusión varía entre 60 a 70 °C, llegando en algunos casos hasta 100°C. Su color también es variable, de amarillo claro a marrón oscuro, pasando por una gran cantidad de tonos castaño.
Apis mellifera colecta resinas a partir de las yemas según sean sus necesidades y a partir de especies botánicas determinadas, luego de mezclarlas con otros agentes como polen y enzimas, procede a la elaboración del propóleo final. Materia resinosa, rojiza o parda, que emplean para tapar y reparar las grietas de la colmena y protegerla mejor de la intemperie, en este proceso intervienen enzimas de las glándulas de Apis mellifera, para evitar su adherencia. En la colmena con la carga, otras obreras le ayudan a descargar el própolis, misión que llega a durar varias horas. Si el material no es bastante maleable, la abeja colectora se instala en la piquera, donde espera a que el calor del sol ablande la carga y pueda desprenderse mejor de ella. El producto presenta como se sabe propiedades bacteriostáticas, antifungicas, anestésicas y cicatrizantes. Su composición es compleja, se han identificado cerca de 200 compuestos diferentes. La cosecha puede variar entre 100g y 400g por colmena y año. Actualmente utilizamos el propóleos por sus propiedades cicatrizantes particularmente en dermatología aunque todavía se busca conocer sus posibilidades.
3. Cosecha de propóleos
La recolección de los propóleos ha sido realizada casi siempre por simple raspado de los cuadros, método bastante engorroso. En el mercado existen rejillas para su recolección de propóleos que se colocan debajo de la tapa y que consisten en una lámina plástica con ranuras que las abejas se apresuran a rellenar con propóleos, lo que permite su fácil retirada y recolección. Posteriormente se congelan y una simple presión sobre las mismas permitirá que los propóleos se desprendan de las ranuras.
Se ha experimentado con éxito el empleo de mallas plásticas. El método consiste en cortar secciones de la malla del tamaño de la superficie de la colmena y colocarlos sobre la última alza, retirándolas y congelándolas también, sus defensores alegan que además de ser más económicas es más duradera ya que no se parte por los sucesivos cambios de temperatura a que es sometida. EL congelado se realiza durante 1 ó 2 horas. No todas las variedades de abejas propolizan con la misma intensidad, una misma colmena propolizará diferentes cantidades en distintas épocas y aún puede haber diferencias en las cantidades producidas en cada año, pues las abejas trabajan según sus necesidades y posibilidades. La apariencia externa de los propóleos puede variar de una extracción a otra, vale indicar que los propóleos sólo pueden retirarse de las col mellas cuando se cosechen por medio de raspado dos veces al año, esto por razones de protección de la misma colmena.
4. Elaboración y transformación
Los propóleos como todos los productos de la colmena, deben colectarse en lugares preferentemente limpios, manipulándolos con la máxima higiene, dentro de las operaciones de elaboración se debe considerar la fase que realiza Apis mellifera, a la cual prosigue la intervención del apicultor y finalmente la industria que realiza la transformación. La cantidad de propóleo recogida por A. mellifera, varia según sea la raza conforme a la flora disponible. En condiciones de explotación establecidas en bosques naturales, las abejas acumulan más propóleo respecto de aquellas establecidas en zonas de cultivo intensivo; en condiciones tropicales las abejas africanizadas propolizan durante todo el año, intensificándose su actividad en los periodos preliminares a las condiciones de helada que suelen afectar las zonas interandinas de alta montaña, aunque en valles intertropicales se presenta el mismo fenómeno. Una vez colectados deben almacenarse en frascos de vidrio y de preferencia a las bolsas de polietileno, aunque los apicultores por comodidad usan las bolsas, se sugiere no embalar más de un kilogramo para facilitar su análisis posterior. Su temperatura de conservación idónea es 15°C, a más de 20°C comienza a desactivarse y permite la reproducción de algunos parásitos. No deben emplearse nunca propóleos que tengan más de un año, pues su actividad biológica comienza a decrecer. La cantidad de propóleos va a estar básicamente determinada por la cantidad de principios activos que puedan extraerse de ellos. Una forma simple de determinar la calidad de una muestra consiste en oprimir una pequeña parte entre los dedos índice y pulgar, si sentimos consistencia terrosa la muestra es de poca calidad por la presencia de un exceso de mezclas mecánicas, si es demasiado maleable tendrá una cantidad excesiva de cera por lo tanto su calidad será también inferior. En ningún caso deberá colectarse el propóleo a partir de chapas o superficies metálicas, el carácter acido del, producto por lo general ha permitido la reacción de dicha superficie induciendo concentraciones indeseables. En Colombia el precio del producto es del orden de los 10 dólares el Kilo pero dependiendo de la calidad y procedencia puede lograr precios hasta de 15 dólares.
5 Análisis y control de calidad
Un análisis primario de cualquier muestra de propóleos permitirá determinar en líneas generales la presencia cera, que siempre estará íntimamente mezclada a los mismos, en proporciones relativamente altas (20-30%). Las muestras obtenidas por raspado de cuadros presentan mayores cantidades, resinas y bálsamos aromáticos (40-50%), aceites esenciales (5-10%), polen (4-5%) y mezclas mecánicas (10-30%), que se encuentran en los propóleos empleados con fines constructivos, donde al parecer han sido acondicionados para aumentar su consistencia.
La cera y las mezclas mecánicas constituyen casi siempre entre el 40 al 50% de la masa total, no habiéndose podido demostrar su actividad terapéutica; se debe señalar que los micro elementos detectados se encuentran en su mayor parte en las mezclas mecánicas, siendo precisamente el resto lo que corresponde a la parte biológicamente activa, la calidad de los propóleos estará determinada por su presencia y será inversamente proporcional a las cantidades de materias insolubles. Dos tercios de la materia activa corresponden a los poli fenoles de ácidos aromáticos y el resto estará compuesto principalmente por compuesto isoprenoideos. Dependiendo del origen vegetal puede presentar color pardo a negro. Su olor también es muy variable, generalmente es agradable, y en algunos casos recuerda a su origen vegetal, mientras que en otros casos posee olor predominante a cera.
Análisis Parámetros
Análisis macroscópicos Aspectos generales relativos a la textura, dureza, gomosidad, residuos de la colmena, astillas, residuos de abejas muertas, presencia de moho, presentación global, densidad.consistencia.
Análisis sensorial Aroma, color de la masa global, sabor, textura, aspecto
Análisis Químicos Masa mecánica total, Contenido de cera, solubles e insolubles en etanol, Humedad, sólidos fijos, actividad reductora, contenido de, fenoles totales, flavonoides e Isoflavonoides, espectro electrónico. Color de la solución alcohólica 0.5ml en 1000 partes de alcohol (Técnica del triestímulo).
Microbiológicos
Actividad biológica Presencia de hongos, coliformes totales. Mesófilos totales. Actividad biológica frente a S.aureus o E.coli, bajo condiciones específicas.
Determinaciones especificas para el contenido de polen y componentes específicos se realizan conforme a los métodos descritos en la literatura, como es el caso de ácidos grasos, alcoholes superiores en cera, por cromatografía de gases, siguiendo reacciones de hidrólisis y derivatización, contenido de flavonoides por cromatografía liquida de alta eficiencia (HPLC) entre otros, en este sentido han de considerarse los métodos establecidos en el manual analítico de la AOAC.
Los componentes identificados en las muestras de propóleos analizados permiten establecer relaciones directas con las propiedades medicinales que se le han atribuido, pues cada uno de los elementos aislados, tiene probadas actividades ya conocidas en la medicina alopática.
La actividad biológica de los propóleos permitirá clasificarlos como productos bioactivos capaces de establecer múltiples combinaciones sinergizándose entre sí. Siendo destacable que las sustancias acompañantes asocian estos componentes a través de enlaces polares y puentes de hidrógeno, asegurándoles protección química, una permeabilidad incrementada y un fortalecimiento de las actividades farmacodinámicas. Estas propiedades y características generan valores agregados a los propóleos provenientes de zonas geográficas definidas y a partir de flora específica. Se debe hacer énfasis en la composición química, solo así se podrá explicar algunas de estas propiedades. Los componentes de los propóleos dentro de la actividad farmacodinámica, contribuyen a la curación de anemias e incrementan las capacidades inmunológicas, reestructurando las alteraciones funcionales. Las propiedades antioxidantes estarán justificando por si solas las demás propiedades atribuidas a los propóleos, van a estar determinadas principalmente por la formación de ésteres del ácido benzoico, los de ácido fenilcarbónico del tipo anisado y los flavonoides con un nivel de oscilación de sus anillos aromáticos muy significativo. Todos los elementos aislados en los propóleos tienen en mayor o menor grado propiedades antibióticas. Estas actividades se potencian por la probada estabilización inmunológica del producto. El ácido benzóico y sus derivados así como la sacranetina y los estalibdenos tienen propiedades antimicóticas muy conocidas. Los radicales bencílicos y el acetoxibetunol tienen reconocidas propiedades antiparasitarias, influyendo en el metabolismo de numerosas especies la capacidad de inducir la fosforilización de oxidación. La presencia de ácidos grasos polinsaturados justificaría por sí sola las propiedades anticolesterolémicas. Este factor anterior y la presencia de zinc, magnesio y potasio pueden ayudar a disminuir la fragilidad capilar y controlar la tensión arterial tanto sistólica como distólica. Podríamos agregar que los propóleos tienen una marcada acción sobre el sistema neurovegetativo, determinada por la estimulación del efecto de la acetilcolina, especialmente sobre las estructuras colinérgicas, normalizando entre otros factores el peristaltismo intestinal. Mejora el esmalte de los dientes e impide la formación de canes dentales. Es espectacular su acción germicida y antinflamatoria en los pacientes afectados de gingivitis tratados con propóleos.
Consideraciones clínicas asociadas al uso de los propóleos
Alergología Asma bronquial; inmunodepresiones con manifestaciones alérgicas; dermatitis alérgica; neurodermatitis; rinofaringitis-laringitis alérgicas.
Angiología Ulcera en las extremidades inferiores de causa vascular
Colonproctología Hemorroides; fístulas anales y perianales; colitis ulcerativa.
Dermatología Acné; dermatitis seborreica; psoriasis; verrugas vulgares; verrugas plantares; condilonas; epiteliomas; pitiriasis; micosis; vitiligo.
Endocrinología Hipercolesterolemias; hipertriglicerclemias
Estomatología Gingivitis; alveolitis
Gastroenterología Parositósis, especialmente Giardiasi; úlceras pépticas; gastritis
Geriatría Ulceras decúbito
Inmunología Iinmunodepresiones
Oftalmología Conjuntivitis virales, bacterianas y alérgicas
Otorrinolaringología Rinitis bacteriana, viral y alérgica; faringitis y laringitis; post-operatorio de extirpación de pólipos nasales; hemostático en amigdolectomía.
Otros Artritis reumatoidea , osteomielitis, micosis vaginal; parasitosis; paiplomatosis, heridas sépticas de difícil cicatrización. lupus eritematoso, estrés; neurosis; demencia senil
En todas las especialidades los resultados clínicos corroboran más de un 80% de efectividad, siendo en algunas de ellas superiores a 90%. En los estudios contra testigo las evoluciones fueron iguales o superiores en los pacientes tratados con propóleos.
6. Operaciones de transformación
En el caso de las mieles propolizadas y enriquecidas por ejemplo, el proceso se inicia con la recolección de las materias primas en los apiarios y el bosque (para el caso del eucalipto), las partes aéreas de la planta se envasan usando bolsas plásticas de polietileno de alta densidad y se disponen en canecas plásticas para su transporte hasta la planta de proceso.
En la planta se revisan las materias primas en el momento del descargue, estas se indexan en los libros de ingreso de materia, donde se les asignan códigos de identificación según sea su procedencia. Una vez registrada y almacenada se procede a la selección y control de calidad conforme a los requerimientos del proceso, para ello se realizan los análisis correspondientes.
Uno de loa primeras etapas del proceso propiamente dicho en la elaboración del jarabe, consiste en la filtración y homogenización de la miel, al cual prosigue la adición del eucalipto y solución alcohólica de propóleo, realizando los controles de tiempo y temperatura para el proceso. Una vez finalizada la fase de mezcla se procede a la homogenización mecánica de los componentes del nuevo producto, es decir el jarabe de miel propolizado, luego se adelantan las operaciones de envasado, previo control de la calidad de los envases . Este procedimiento se conlleva condiciones de esterilización. Una vez empacados se sellan herméticamente y se encasillas en las bodegas del almacén para ser registrados en los libros de existencias e inventarios del producto. Otras operaciones asociadas a productos análogos se muestra en la figura 3 incluyendo las condiciones de cosecha a nivel de campo con revisión periódica de las colmenas.
jueves, 8 de noviembre de 2012
PRODUCCIÓN Y ALMACENADO DE PROPOLEOS
El propóleos es un producto compuesto básicamente por sustancias resinosas procedentes de distintas
especies vegetales, en líneas generales podemos considerar que su composición sería 50% de bálsamos y resinas, 35% de cera, 10% de aceites esenciales y un 5 % de polen. Ese 50% es el que contiene los principios activos, y en esa fracción se han logrado separar ya cerca de 200 compuestos, de los cuales prácticamente la mitad son compuestos fenólicos (principalmente flavonoides) a los que se les atribuyen propiedades curativas o farmacológicas.
A grandes rasgos podemos decir que los flavonoides son pigmentos vegetales con una importante acción antioxidante; absorben la radiación electromagnética en la zona UV –VIS, por lo que constituyen una protección natural para las plantas contra la radiación UV del sol (al propóleos se le atribuye entonces un efecto protector sobre la piel). Por otra parte, presentan una barrera química de defensa contra microorganismos ( hongos, bacterias y virus).
Estos compuestos, al igual que otros volátiles que forman parte del propóleo pueden perderse por la acción de la temperatura , así como a la prolongada radiación UV por lo que deberemos tener el máximo cuidado tanto en su producción y recolección como en su posterior manejo.
La caracterización del propóleo viene dada por sus características organolépticas, así como por diversos parámetros físico-químicos. En el primer caso se determinan normalmente el aspecto, consistencia, impurezas mecánicas, color, olor y sabor; en el segundo los análisis más habituales son: humedad, punto de fusión, contenido en ceras, propóleos e impurezas mecánicas; sustancias minerales, índice de oxidación, índice de yodo, índice de acidez, basicidad, ester y pH, así como el análisis cualitativo de flavonoides, y cuantitativo de fenoles totales.
El color dependerá de su origen floral, apareciendo tonalidades amarillas, pardas, verdosas, castañas, rojizas, negruzcas. En general los propóleos claros son los más apreciados. En cuanto al olor éste debe ser resinoso y más o menos suaves o aromáticos. El sabor debe ser básicamente picante.
La cera y las mezclas mecánicas no contienen principios activos y su elevada presencia depreciara el producto; una forma simple de determinar la calidad de una muestra en el campo consiste en oprimir una pequeña parte entre los dedos índice y pulgar. Si sentimos consistencia terrosa la muestra es de poca calidad por la presencia de un exceso de mezclas mecánicas, si es demasiado maleable tendrá una cantidad excesiva de cera por lo tanto su calidad será también inferior.
Aspectos de la producción.
El éxito tanto en calidad como en cantidad de propóleos obtenido depende de una interrelación de factores que juegan un papel fundamental en este tipo de producción:
1. Flora y clima
2. Raza de abeja que utilicemos
3. Métodos de recolección
4. Sanidad de la colmena
Flora y clima.
Las sustancias resinosas origen de los propóleos proceden de diversas especies vegetales (de los brotes, exudados resinosos, …), principalmente de álamos, castaños, abetos, sauces, pinos, abedules, etc. Por ello, es lógico que en las explotaciones establecidas en bosques naturales, las abejas acumulen mas propóleos que en aquellas establecidas en zonas de cultivos intensivos. Es importante también que los colmenares se ubiquen lejos de zonas donde existan cultivos en los que se apliquen tratamientos plaguicidas y lejos de vías de comunicación terrestre, ya que en algunos casos se han reportado contaminaciones con plomo.
Habrá que tener en cuenta que siempre será mayor la predisposición y almacenamiento en zonas frías y ventosas que en zonas cálidas (a excepción de la abeja africanizada en zonas tropicales que recolectan permanentemente).
Raza
Con respecto al tipo de raza de abeja, sabemos que la mas propolizadora es la Apis mellifera caucásica, la abeja gris originaria de las montañas del Cáucaso, que llega a producir en ocasiones una exagerada propolización lo que dificulta las visitas de aquellos que no abren sus colmenas regularmente. La abeja italiana (A. m. ligustica) es la menos propolizadora aunque en zonas ventosas y frías con bosques o alamedas son buenas productoras de propóleos. En el valla argentino de Río Negro, Neuquen y Mendoza, limite con Chile, se obtienen rendimientos de 300 a 500 gramos/colmena /año de propóleos de excelente calidad.
En cuanto a la A. m. mellifera o abeja negra nativa o criolla tiene muy buenas aptitudes de propolización debido a su permanente agresividad y rusticidad, cualidades que influyen sobremanera en su instinto de sellar grietas y fijar partes de la colmena.
Con respecto a la raza cárnica es muy poco propolizadora a pesar de su gran capacidad de adaptación a todos los climas.
En definitiva a la hora de elegir debemos tener en cuenta la adaptación de la raza a nuestra zona de producción.
Método de recolección.
Raspado
Tradicionalmente se ha venido utilizando el sistema de raspado de cabezales, cajones, etc. Este método es cada vez más desaconsejable, debido a que el propóleo contiene mayores impurezas y posibles contaminantes (resultados de algunos estudios realizados sobre calidad desaconsejan este método de extracción).
Cuando se procede a recolectar propóleos por la técnica del raspado, es conveniente emplear elementos o espátulas de poco filo y de acero inoxidable; cuando se emplean elementos de hierro, este componente forma complejos con los principios activos del propóleos, disminuyendo su calidad.
También es importante tener en cuenta la ubicación del mismo en la colmena: el propóleos de piquera, a pesar de su fácil obtención y acceso, es un propóleos que ha perdido gran parte de sus propiedades, ya que al estar expuesto al medio ambiente, la acción del aire y el sol produce oxidaciones que disminuyen su calidad. También el propóleos de techo suele estar acompañado de mucha cera, mientras el propóleos de piso, contiene demasiadas impurezas.
Es conveniente tomar el propóleos depositado en las paredes internas de la colmena o de los laterales y cabezales de los cuadros, ya que poseen mayor concentración de resinas y se encuentra mas protegido.
Nunca raspar en las zonas donde haya pintura sobre la madera, ya que contaminaría el producto.
Mallas
La recolección debe ser efectuada mediante el empleo de mallas que optimicen el proceso y garanticen la obtención de un producto exento de impurezas y contaminantes.
Podemos optar entonces por el uso de mallas matrizadas plásticas en espacios de 4,5 mm. fabricadas específicamente para el almacenamiento de propóleos; éstas se utilizan sobre los cabezales de los cuadros debajo de la entretapa de la colmena. O bien la típica tela mosquitera plástica que tiene el mismo resultado (en pruebas realizadas en Argentina no se ha encontrado diferencias de rendimiento entre una y otra.).
Este último tipo de trampa es el más empleado en Argentina , se ubica igualmente en la parte superior de la última alza, por debajo del techo. Como la abeja propolizará los espacios intermarcos (refiriéndonos a colmenas Dadant o Langstroth) es bueno cortar la malla un poco mas ancha de la superficie de la colmena de modo que cuando sellen los primeros espacios podamos correrla y así completar toda su superficie. Es ideal contar con dos mallas por colmena para así efectuar el intercambio cuando realizamos la recolección. Sobre todo si no volveremos al colmenar por unos días.
La producción con mallas tiene la ventaja de no producir ninguna modificación en el resto de las producciones de la colmena, invitando a la abeja a propolizar sin alterar el funcionamiento normal de la misma. Con él contamos además con el propóleos suficiente para su protección y además un excedente para nuestra producción de mayor calidad.
Colector Inteligente de Propóleos.
En las últimas campañas se ha puesto en funcionamiento en Argentina y Brasil un nuevo sistema de recolección, el llamado C.I.P. (colector inteligente de propóleos).
Se trata, a grandes rasgos, de un dispositivo en forma de cajón del tamaño de la colmena pero cuyos laterales no son tablas de madera, sino un juego de listones de madera y “guías” móviles (con espacios para la propolización). El propóleo se
recoge de las aberturas mediante un cuchillo bien afilado o un punzón y a medida que éstas se van llenando se transfieren las guías (llevan un dispositivo de protección contra el sol y la lluvia). El CPI se puede colocar en sustitución de la cámara de cría, transfiriendo los cuadros, o bien sobre el mismo sustituyendo la primera alza.
A pesar de ser un dispositivo diseñado para producir propóleos en gran cantidad, algunas experiencias han mostrado efectos contrarios, las cosechas han sido bajas y se ha producido una importante pérdida de colmenas.
Para que funcione correctamente es necesario unas condiciones óptimas; es decir, contar con la abeja apropiada en la zona apropiada y con mucha oferta de propóleos. Por ejemplo, en abeja italiana utilizando el C.I.P. se ha visto en diversas situaciones que la estresa terriblemente y emigra.
El problema de este tipo de colectores o sistemas radica en la intención por parte del apicultor de obligar o forzar a la abeja a propolizar; sumándose a ello la baja calidad de propóleos obtenido debido a la permanente exposición del mismo al medio ambiente (a pesar de las protecciones), donde sufre deterioros por acción de la luz, aire y temperaturas. En este sentido es indiscutible la mejor calidad de propóleos del interior de la colmena.
Esta claro que al obligar a propolizar sacrificaremos sin lugar a dudas nuestra producción de miel y cera, lo cual va en contra de la formación o enseñanza apícola que hemos recibido. En definitiva pensando como apicultor y defensor de nuestras abejas, considero importante la actitud de invitar en lugar de obligar a nuestras abejas a propolizar.
Higiene y sanidad.
En cuanto al manejo adecuado de las colmenas que vamos a elegir para producir propóleos, es de suma importancia que se trate de colonias sanas y fuertes a los efectos de no tener que recurrir a curas con productos que generen residuos tóxicos.
Hay que tener en cuenta entonces los programas de tratamientos contra Varroa, loque, etc. para compaginarlos con la producción de propóleos. En Argentina, por ejemplo, al final de la temporada es cuando se produce la mayor entrada de propóleos y será necesario entonces evitar el tratamiento con oxitetraciclina Este es un gran problema al que se enfrenta el apicultor que trabaja la colmena de acuerdo a las necesidades para la producción de miel.
Recolección, almacenado y conservación.
En la manipulación del propóleos es importante cuidar del mismo cuando abrimos la colmena y retiramos la malla para hacer una revisión o bien la cosecha de miel. En este último caso, debemos tratar de no exponer la malla mucho tiempo al sol y lo que es fundamental, el cuidado al usar la bufadora para retirar a las abejas del alza melaria o piso, por posibles residuos de plomo que pueden producir las emanaciones del motor que llevamos como mochila. Será conveniente pues disponer de bandejas de plástico o de madera para depositar las mallas, tanto en las inspecciones como en las operaciones de recogida de las mallas.
La recolección, sobre todo en el caso del raspado, se deberá hacer con las manos y las espátulas limpias de restos de miel, tierra,… o cualquier otra sustancia que pueda contaminarlo.
Evitar en el momento de recoger el producto hacer grandes “bolas” de propóleos, que además de compactarlo y perder así calidad, hacen más difícil su posterior manipulación.
Una vez cosechado debe ser guardado en envases (de cartón, vidrio o plástico atóxico; evitar ubicarlo en envases de metal), que lo protejan de los gases de combustión del vehículo empleado para su traslado, del polvo y humedad ambiente y del sol.
Una vez en casa, procedemos a enrollar las mallas tipo diplomas y disponerlas dentro del congelador o freezer por espacio de 1 o 2 horas. En este lapso de tiempo el propóleos habrá obtenido un consistencia tal que al desenrollar las mallas se desprenderá de las mismas con gran facilidad.
Una vez obtenido el propóleos bruto es conveniente no apelmazarlo, para lo cual se recomienda no embalar mas de un kilogramo por partida.
Recordemos una vez más que debemos tener en cuenta protegerlo contra: la
absorción de humedad (la humedad excesiva en el propóleos, favorece el desarrollo de algunas especies de hongos (Aspergillus, Penicillium), en la superficie del mismo, lo que se manifiesta por la presencia de capas blancas y verdosas; estos hongos pueden generar toxinas que son perjudiciales para la salud) ; la temperatura ambiente excesiva; el contacto con el aire y la acción de la luz, (sobre todo radiación UV) y el ataque de insectos. Por todo ello lo conveniente sería almacenarlo en frascos de vidrio de color ámbar de preferencia a las bolsas de polietileno. Pero una opción aceptable son las bandejitas plásticas que se utilizan para productos alimenticios. No se debe envasar en cajas o envases que hayan contenido otros productos, (y menos si son pesticidas, plaguicidas, productos químicos, etc.), que pueden contaminar el propóleos. También se debe evitar emplear bolsas de polietileno con inscripciones, cuya tinta contenga metales pesados que pueden incorporarse al propóleos.
Los locales deben estar limpios, ventilados, libres de roedores e insectos, etc.
La temperatura idónea para su conservación es de 15º C, a fin de evitar las pérdidas de los componentes volátiles del mismo que contribuyen a sus propiedades.
Hay que tener en cuenta que el propóleo cosechado con exceso de cera, favorece el desarrollo de la polilla de la cera, lo que deteriora el producto. Al respecto, es necesario colocar el propóleos por 48 horas a –15ºC antes de envasarlo, para degradar los huevos de la polilla.
Resumiendo: su almacenamiento debe realizarse en un lugar seco, fresco y oscuro teniendo en cuenta los detalles antes descritos.
A grandes rasgos podemos decir que los flavonoides son pigmentos vegetales con una importante acción antioxidante; absorben la radiación electromagnética en la zona UV –VIS, por lo que constituyen una protección natural para las plantas contra la radiación UV del sol (al propóleos se le atribuye entonces un efecto protector sobre la piel). Por otra parte, presentan una barrera química de defensa contra microorganismos ( hongos, bacterias y virus).
Estos compuestos, al igual que otros volátiles que forman parte del propóleo pueden perderse por la acción de la temperatura , así como a la prolongada radiación UV por lo que deberemos tener el máximo cuidado tanto en su producción y recolección como en su posterior manejo.
La caracterización del propóleo viene dada por sus características organolépticas, así como por diversos parámetros físico-químicos. En el primer caso se determinan normalmente el aspecto, consistencia, impurezas mecánicas, color, olor y sabor; en el segundo los análisis más habituales son: humedad, punto de fusión, contenido en ceras, propóleos e impurezas mecánicas; sustancias minerales, índice de oxidación, índice de yodo, índice de acidez, basicidad, ester y pH, así como el análisis cualitativo de flavonoides, y cuantitativo de fenoles totales.
El color dependerá de su origen floral, apareciendo tonalidades amarillas, pardas, verdosas, castañas, rojizas, negruzcas. En general los propóleos claros son los más apreciados. En cuanto al olor éste debe ser resinoso y más o menos suaves o aromáticos. El sabor debe ser básicamente picante.
La cera y las mezclas mecánicas no contienen principios activos y su elevada presencia depreciara el producto; una forma simple de determinar la calidad de una muestra en el campo consiste en oprimir una pequeña parte entre los dedos índice y pulgar. Si sentimos consistencia terrosa la muestra es de poca calidad por la presencia de un exceso de mezclas mecánicas, si es demasiado maleable tendrá una cantidad excesiva de cera por lo tanto su calidad será también inferior.
Aspectos de la producción.
El éxito tanto en calidad como en cantidad de propóleos obtenido depende de una interrelación de factores que juegan un papel fundamental en este tipo de producción:
1. Flora y clima
2. Raza de abeja que utilicemos
3. Métodos de recolección
4. Sanidad de la colmena
Flora y clima.
Las sustancias resinosas origen de los propóleos proceden de diversas especies vegetales (de los brotes, exudados resinosos, …), principalmente de álamos, castaños, abetos, sauces, pinos, abedules, etc. Por ello, es lógico que en las explotaciones establecidas en bosques naturales, las abejas acumulen mas propóleos que en aquellas establecidas en zonas de cultivos intensivos. Es importante también que los colmenares se ubiquen lejos de zonas donde existan cultivos en los que se apliquen tratamientos plaguicidas y lejos de vías de comunicación terrestre, ya que en algunos casos se han reportado contaminaciones con plomo.
Habrá que tener en cuenta que siempre será mayor la predisposición y almacenamiento en zonas frías y ventosas que en zonas cálidas (a excepción de la abeja africanizada en zonas tropicales que recolectan permanentemente).
Raza
Con respecto al tipo de raza de abeja, sabemos que la mas propolizadora es la Apis mellifera caucásica, la abeja gris originaria de las montañas del Cáucaso, que llega a producir en ocasiones una exagerada propolización lo que dificulta las visitas de aquellos que no abren sus colmenas regularmente. La abeja italiana (A. m. ligustica) es la menos propolizadora aunque en zonas ventosas y frías con bosques o alamedas son buenas productoras de propóleos. En el valla argentino de Río Negro, Neuquen y Mendoza, limite con Chile, se obtienen rendimientos de 300 a 500 gramos/colmena /año de propóleos de excelente calidad.
En cuanto a la A. m. mellifera o abeja negra nativa o criolla tiene muy buenas aptitudes de propolización debido a su permanente agresividad y rusticidad, cualidades que influyen sobremanera en su instinto de sellar grietas y fijar partes de la colmena.
Con respecto a la raza cárnica es muy poco propolizadora a pesar de su gran capacidad de adaptación a todos los climas.
En definitiva a la hora de elegir debemos tener en cuenta la adaptación de la raza a nuestra zona de producción.
Método de recolección.
Raspado
Tradicionalmente se ha venido utilizando el sistema de raspado de cabezales, cajones, etc. Este método es cada vez más desaconsejable, debido a que el propóleo contiene mayores impurezas y posibles contaminantes (resultados de algunos estudios realizados sobre calidad desaconsejan este método de extracción).
Cuando se procede a recolectar propóleos por la técnica del raspado, es conveniente emplear elementos o espátulas de poco filo y de acero inoxidable; cuando se emplean elementos de hierro, este componente forma complejos con los principios activos del propóleos, disminuyendo su calidad.
También es importante tener en cuenta la ubicación del mismo en la colmena: el propóleos de piquera, a pesar de su fácil obtención y acceso, es un propóleos que ha perdido gran parte de sus propiedades, ya que al estar expuesto al medio ambiente, la acción del aire y el sol produce oxidaciones que disminuyen su calidad. También el propóleos de techo suele estar acompañado de mucha cera, mientras el propóleos de piso, contiene demasiadas impurezas.
Es conveniente tomar el propóleos depositado en las paredes internas de la colmena o de los laterales y cabezales de los cuadros, ya que poseen mayor concentración de resinas y se encuentra mas protegido.
Nunca raspar en las zonas donde haya pintura sobre la madera, ya que contaminaría el producto.
Mallas
La recolección debe ser efectuada mediante el empleo de mallas que optimicen el proceso y garanticen la obtención de un producto exento de impurezas y contaminantes.
Podemos optar entonces por el uso de mallas matrizadas plásticas en espacios de 4,5 mm. fabricadas específicamente para el almacenamiento de propóleos; éstas se utilizan sobre los cabezales de los cuadros debajo de la entretapa de la colmena. O bien la típica tela mosquitera plástica que tiene el mismo resultado (en pruebas realizadas en Argentina no se ha encontrado diferencias de rendimiento entre una y otra.).
Este último tipo de trampa es el más empleado en Argentina , se ubica igualmente en la parte superior de la última alza, por debajo del techo. Como la abeja propolizará los espacios intermarcos (refiriéndonos a colmenas Dadant o Langstroth) es bueno cortar la malla un poco mas ancha de la superficie de la colmena de modo que cuando sellen los primeros espacios podamos correrla y así completar toda su superficie. Es ideal contar con dos mallas por colmena para así efectuar el intercambio cuando realizamos la recolección. Sobre todo si no volveremos al colmenar por unos días.
La producción con mallas tiene la ventaja de no producir ninguna modificación en el resto de las producciones de la colmena, invitando a la abeja a propolizar sin alterar el funcionamiento normal de la misma. Con él contamos además con el propóleos suficiente para su protección y además un excedente para nuestra producción de mayor calidad.
Colector Inteligente de Propóleos.
En las últimas campañas se ha puesto en funcionamiento en Argentina y Brasil un nuevo sistema de recolección, el llamado C.I.P. (colector inteligente de propóleos).
Se trata, a grandes rasgos, de un dispositivo en forma de cajón del tamaño de la colmena pero cuyos laterales no son tablas de madera, sino un juego de listones de madera y “guías” móviles (con espacios para la propolización). El propóleo se
recoge de las aberturas mediante un cuchillo bien afilado o un punzón y a medida que éstas se van llenando se transfieren las guías (llevan un dispositivo de protección contra el sol y la lluvia). El CPI se puede colocar en sustitución de la cámara de cría, transfiriendo los cuadros, o bien sobre el mismo sustituyendo la primera alza.
A pesar de ser un dispositivo diseñado para producir propóleos en gran cantidad, algunas experiencias han mostrado efectos contrarios, las cosechas han sido bajas y se ha producido una importante pérdida de colmenas.
Para que funcione correctamente es necesario unas condiciones óptimas; es decir, contar con la abeja apropiada en la zona apropiada y con mucha oferta de propóleos. Por ejemplo, en abeja italiana utilizando el C.I.P. se ha visto en diversas situaciones que la estresa terriblemente y emigra.
El problema de este tipo de colectores o sistemas radica en la intención por parte del apicultor de obligar o forzar a la abeja a propolizar; sumándose a ello la baja calidad de propóleos obtenido debido a la permanente exposición del mismo al medio ambiente (a pesar de las protecciones), donde sufre deterioros por acción de la luz, aire y temperaturas. En este sentido es indiscutible la mejor calidad de propóleos del interior de la colmena.
Esta claro que al obligar a propolizar sacrificaremos sin lugar a dudas nuestra producción de miel y cera, lo cual va en contra de la formación o enseñanza apícola que hemos recibido. En definitiva pensando como apicultor y defensor de nuestras abejas, considero importante la actitud de invitar en lugar de obligar a nuestras abejas a propolizar.
Higiene y sanidad.
En cuanto al manejo adecuado de las colmenas que vamos a elegir para producir propóleos, es de suma importancia que se trate de colonias sanas y fuertes a los efectos de no tener que recurrir a curas con productos que generen residuos tóxicos.
Hay que tener en cuenta entonces los programas de tratamientos contra Varroa, loque, etc. para compaginarlos con la producción de propóleos. En Argentina, por ejemplo, al final de la temporada es cuando se produce la mayor entrada de propóleos y será necesario entonces evitar el tratamiento con oxitetraciclina Este es un gran problema al que se enfrenta el apicultor que trabaja la colmena de acuerdo a las necesidades para la producción de miel.
Recolección, almacenado y conservación.
En la manipulación del propóleos es importante cuidar del mismo cuando abrimos la colmena y retiramos la malla para hacer una revisión o bien la cosecha de miel. En este último caso, debemos tratar de no exponer la malla mucho tiempo al sol y lo que es fundamental, el cuidado al usar la bufadora para retirar a las abejas del alza melaria o piso, por posibles residuos de plomo que pueden producir las emanaciones del motor que llevamos como mochila. Será conveniente pues disponer de bandejas de plástico o de madera para depositar las mallas, tanto en las inspecciones como en las operaciones de recogida de las mallas.
La recolección, sobre todo en el caso del raspado, se deberá hacer con las manos y las espátulas limpias de restos de miel, tierra,… o cualquier otra sustancia que pueda contaminarlo.
Evitar en el momento de recoger el producto hacer grandes “bolas” de propóleos, que además de compactarlo y perder así calidad, hacen más difícil su posterior manipulación.
Una vez cosechado debe ser guardado en envases (de cartón, vidrio o plástico atóxico; evitar ubicarlo en envases de metal), que lo protejan de los gases de combustión del vehículo empleado para su traslado, del polvo y humedad ambiente y del sol.
Una vez en casa, procedemos a enrollar las mallas tipo diplomas y disponerlas dentro del congelador o freezer por espacio de 1 o 2 horas. En este lapso de tiempo el propóleos habrá obtenido un consistencia tal que al desenrollar las mallas se desprenderá de las mismas con gran facilidad.
Una vez obtenido el propóleos bruto es conveniente no apelmazarlo, para lo cual se recomienda no embalar mas de un kilogramo por partida.
Recordemos una vez más que debemos tener en cuenta protegerlo contra: la
absorción de humedad (la humedad excesiva en el propóleos, favorece el desarrollo de algunas especies de hongos (Aspergillus, Penicillium), en la superficie del mismo, lo que se manifiesta por la presencia de capas blancas y verdosas; estos hongos pueden generar toxinas que son perjudiciales para la salud) ; la temperatura ambiente excesiva; el contacto con el aire y la acción de la luz, (sobre todo radiación UV) y el ataque de insectos. Por todo ello lo conveniente sería almacenarlo en frascos de vidrio de color ámbar de preferencia a las bolsas de polietileno. Pero una opción aceptable son las bandejitas plásticas que se utilizan para productos alimenticios. No se debe envasar en cajas o envases que hayan contenido otros productos, (y menos si son pesticidas, plaguicidas, productos químicos, etc.), que pueden contaminar el propóleos. También se debe evitar emplear bolsas de polietileno con inscripciones, cuya tinta contenga metales pesados que pueden incorporarse al propóleos.
Los locales deben estar limpios, ventilados, libres de roedores e insectos, etc.
La temperatura idónea para su conservación es de 15º C, a fin de evitar las pérdidas de los componentes volátiles del mismo que contribuyen a sus propiedades.
Hay que tener en cuenta que el propóleo cosechado con exceso de cera, favorece el desarrollo de la polilla de la cera, lo que deteriora el producto. Al respecto, es necesario colocar el propóleos por 48 horas a –15ºC antes de envasarlo, para degradar los huevos de la polilla.
Resumiendo: su almacenamiento debe realizarse en un lugar seco, fresco y oscuro teniendo en cuenta los detalles antes descritos.
autor.
EL POLEN DE LAS MIELES
El polen delas mieles, un indicador de su procedencia botánica y geográfica.
Las propiedades de la miel, incluyendo su aroma, color y sabor dependen del néctar que le da origen. El estudio del polen que contamina el néctar y aparece en las mieles no solo tiene interés científico básico sino que permite tipifica
r las mieles de acuerdo con su origen, lo que incide en su valor comercial. Este tipo de estudios es escaso en la Argentina, a pesar de que nuestro país es el quinto productor y el tercer exportador mundial de miel.
La utilización de la miel en la alimentación se remonta a la prehistoria, el hombre primitivo la extraía de los panales de abeja que encontraba en troncos huecos o en las grietas de las rocas. Dan prueba de ello las imágenes encontradas en las pinturas rupestres de Altamira que datan de 15.000 a.C., y en Bicorp (Valencia) cuya antigüedad es de 7000 años a.C. (figura 1). Desde entonces, tanto la miel cuanto las abejas han sido fuente de inspiración para los poetas y objeto de investigación para los naturalistas. La miel fue el principal edulcorante disponible en la antigüedad clásica. Durante este período se la empleó también en la conservación de cadáveres. Es conocido que durante el traslado del cuerpo de Alejandro el Magno desde Babilonia hasta Alejandría en Egipto en el 323 a.C. y el de Agesilao, rey de Esparta, desde Egipto hasta su ciudad natal en el 360 a.C., se usó miel para evitar la descomposición. El efecto preservante de la miel se debe a su baja concentración de agua y es idéntico al que permite la prolongada conservación de los dulces y de las frutas en almíbar donde el alto contenido en azúcar disminuye el contenido de agua (véase “La actividad del agua. Un factor determinante en la preservación de los alimentos”, Ciencia Hoy, 18:6-9, 1992). En los pueblos celtas y anglosajones del centro y norte de Europa donde el cultivo de la vid no era posible, la miel fermentada (llamada por los romanos hidromiel) fue una de las primeras bebidas alcohólicas.
Las abejas productoras de miel fueron domesticadas durante el Neolítico (período que comenzó hace diez mil años) a medida que el ser humano aprendió a proteger, cuidar y controlar las colonias de abejas que encontraba en la naturaleza. Sin embargo en su forma moderna la apicultura recién se inició a mediados del siglo XIX cuando, en Estados Unidos, el reverendo Lorenzo Lorraine Langstroth inventó la colmena de cuadros móviles cuyo uso perdura hasta nuestros días. La colmena Langstroth, como se la identifica actualmente, permitió un fácil manejo de las colonias de abejas productoras de miel (abejas melíferas, Apis mellifera, véase “La abeja recolectora de néctar”, Ciencia Hoy, 12:34-41, 1991). De ese modo la miel, junto a otros productos de la colmena, adquirió importancia comercial. La colmena inventada por Langstroth, fundamental para la práctica de la apicultura, fue difundida en el continente europeo gracias a las publicaciones de Dadant, un promotor de esta actividad. A partir de ese momento, la introducción de las abejas melíferas se incrementó de tal modo en diversas partes del mundo que actualmente puede decirse que estos insectos son cosmopolitas.
Las abejas productoras de miel fueron domesticadas durante el Neolítico (período que comenzó hace diez mil años) a medida que el ser humano aprendió a proteger, cuidar y controlar las colonias de abejas que encontraba en la naturaleza. Sin embargo en su forma moderna la apicultura recién se inició a mediados del siglo XIX cuando, en Estados Unidos, el reverendo Lorenzo Lorraine Langstroth inventó la colmena de cuadros móviles cuyo uso perdura hasta nuestros días. La colmena Langstroth, como se la identifica actualmente, permitió un fácil manejo de las colonias de abejas productoras de miel (abejas melíferas, Apis mellifera, véase “La abeja recolectora de néctar”, Ciencia Hoy, 12:34-41, 1991). De ese modo la miel, junto a otros productos de la colmena, adquirió importancia comercial. La colmena inventada por Langstroth, fundamental para la práctica de la apicultura, fue difundida en el continente europeo gracias a las publicaciones de Dadant, un promotor de esta actividad. A partir de ese momento, la introducción de las abejas melíferas se incrementó de tal modo en diversas partes del mundo que actualmente puede decirse que estos insectos son cosmopolitas.
María C. Tellería
Facultad de Ciencias Naturales y Museo de La Plata, UNLP, CONICET
Facultad de Ciencias Naturales y Museo de La Plata, UNLP, CONICET
DE NÚCLEOS Y COLMENAS FUERTES
Creación de núcleos.
El apicultor se encuentra en plena tarea en el colmenar, y de acuerdo a los objetivos determinados
previamente, se encuentra realizando los mismos.
De tal manera, y una vez estabilizadas convenientemente las cámaras de cría, entre otras tareas, se encuentra preparando núcleos, tanto como para ampliar su colmenar, como para la venta de los mismos.
Habitualmente se realizan de 4 panales, conformados con una reina nueva, en postura, cría de todas las edades, abejas adheridas en los panales y suficiente miel y polen. Generalmente los núcleos que tienen como destino para la ampliación del colmenar, se realizan en colmenas para formación de núcleos, que son del mismo material y tipo de las colmenas convencionales, pero más pequeñas en lo que respecta a la capacidad de panales.
Cuando los núcleos se preparan para la venta, y con el fin de ganar tiempo, se hacen directamente en las jaulas de transporte, construidas en chapadur, teniendo la adecuada ventilación, tanto en el frente y el fondo de la jaula, como también en la tapa, la cual dispone de una malla metálica, y por donde, llegado el caso, se le puede suministrar durante el encierro de las abejas, agua con miel o azúcar.
Todo lo expresado hasta aquí, es sabido en mayor o menor medida por el apicultor, pero es conveniente tener en cuenta lo siguiente: debido al tiempo inestable que, en cierta forma se está padeciendo, es muy importante tomar los recaudos necesarios a fin de evitar hambre y mortandad en los núcleos, ya que los mismos, aún no desarrollados, no dejan de ser colmenas débiles.
Por tal motivo, hay dos puntos a los cuales el apicultor no debe dejar pasar: controlar permanentemente la alimentación, tanto miel como polen, y evitar el desequilibrio a nivel temperatura, a fin de no tener mortandad, tanto en las crías como en las abejas adultas, y para aquellos núcleos que son para la venta, asesorar convenientemente a sus clientes al respecto, para evitar futuros contratiempos.
Colmenas débiles y fuertes.
Hablando sobre organización y práctica en el manejo del colmenar, un tema al cual el apicultor no debe dejar de atender, es evitar por todos los medios, el tener colmenas débiles durante la temporada, a sabiendas que con el correr del tiempo, solo le provocará perjuicios y pérdida de tiempo.
La referencia es a tener y mantener colmenas que, en temporada, no logran desarrollarse al nivel de colmenas de producción, quedando por distintas causas, únicamente como cámaras de cría.
Todo comienza cuando el apicultor saca a sus colmenas de la invernada; en esa revisación, seguramente encuentra colmenas que invernaron muy bien, otras bien y otras regular.
A partir de esa primera revisación, el apicultor intenta, entre otras tareas, ir recuperando paulatinamente, aquellas colmenas que no han salido bien de la invernada. Para ello, trata de ir cubriendo las carencias de las mismas, ya sea a nivel de población como de alimento, para lo cual recurre a las colmenas, que ya a esa altura de la temporada, se encuentran bien desarrolladas, y en principio no les afecta mayormente, que les saquen población y miel.
Es en este punto donde el apicultor debe marcarse un lapso de tiempo límite para atender este tipo de colmenas; pues si aprecia que después de toda la ayuda que les brindó, las mismas no han conseguido recuperarse y desarrollarse, es el momento de tomar una decisión definitiva.
Esta decisión está referida a la desaparición de estas colmenas, por medio de la fusión de las mismas, ya que no tiene sentido seguir atendiendo estas colonias, que para lo único que sirven, es para demorar el trabajo del apicultor en el resto del colmenar.
En la práctica, el apicultor está perdiendo colmenas, porque con este sistema reduce su colmenar; pero cabe aclarar que lo que está haciendo es depurarlo, porque si el apicultor mantiene este tipo de colmenas, alas cuales no podrá extraerles producción, cuando llegue el momento de invernarlas, es muy probable, que las mismas no lleguen con vida a la próxima primavera, con el agravante que, por su escasa población, sean campo de cultivo, tanto para las enfermedades como para las polillas de la cera.
En cambio, con el simple hecho de fusionarlas, promediando la temporada, el apicultor aprovecha las abejas de esas colmenas y no permite que los panales, al darle utilidad, sean atacados por las polillas y teniendo colmenas fuertes, a corto plazo, recuperará aquellas que fusionó, haciendo divisiones o núcleos fortalecidos, utilizando el material que en su momento desactivó.
Columnista
Todomiel.com.ar
CUADROS MOVILES
cuadros moviles
• Piso: el piso está clavado o atornillado a la primera alza, y se denomina cámara de cría. el saliente del piso con respecto a la cámara de cría, se denomina tabla de vuelo. La abertura entre el piso y el alza, por donde ingresan las abejas, se denomina piquera.
• Alzas
o Cámara de cría: es la primera alza, normalmente estándar, en ella están los cuadros con panales
• Alzas
o Cámara de cría: es la primera alza, normalmente estándar, en ella están los cuadros con panales
de cría, con el piso de la colmena clavada a la misma.
o Alzas melarias: a continuación de la cámara de cría se colocan las alzas melarias (donde se acumula la miel), pudiéndose ser de tres tipos en cuanto a su altura; la Standard, la tres cuartos y las medias alzas. Dependiendo de la preferencia del apicultor, en virtud que en las estándares se acopian 22 ó 23 Kg. de miel, en las tres cuartos 15 Kg. y 11 Kg. en las medias alzas en promedio.
o Techo: en la parte superior está el techo. Existen básicamente dos tipos el denominado techo tipo europeo que es un recuadro de madera y como tapa tiene cartón prensado, recubierto por chapa zíncada. El americano que solo tiene reborde de madera en las puntas, está confeccionado con tablas de madera, pudiendo estar recubierto por chapa zíncada o no.
o Entretapa o entretecho: en los techos de tipo europeos, existe una entretapa entre el techo y la última alza. Su función es producir un mejor aislamiento generando una cámara de aire, esta entretapa produce el espacio abeja necesario entre los cabezales de los marcos y la misma. La entretapa no es necesaria en el techo tipo americano, al cual por ser de madera sólida, solo se le agrega un reborde para dar el espacio abeja.
• Cuadros móviles: en cada alza hay 10 cuadros. Existen de tres medidas estándares, tres cuartos y medios cuadros, según correspondan al tipo de alza. Los cuadros móviles son portadores de hojas de cera estampada, que es una hoja de cera a la cual se le imprimen los hexágonos, pudiendo en la actualidad ser de material plástico con hexágonos impresos y un baño de cera en la superficie. La cera estampada es adherida al cuadro por fusión a alambres longitudinales (generalmente), en otros casos verticales, por medio de calor producido mediante una resistencia eléctrica sobre estos alambres.
Materiales para la confección de colmenas
Tradicionalmente el material es la madera, en la actualidad podemos observar colmenas confeccionadas en materiales plásticos, cemento con arena volcánica (vermiculita), etc. La madera utilizada depende de la región o de la flora del país donde reside el apicultor. En Argentina las maderas más comunes utilizadas son las de Eucalipto (Eucaliptus saligna), Pinos, Araucaria, Álamo, Olmo, Paraíso, Acacia, entre las maderas exóticas cultivadas. Se utilizan maderas autóctonas de Quebacho blanco, Quebracho colorado, Algarrobo, Caldén, etc. En los pisos y techos es común utilizar maderas duras, mientras que en las alzas se utilizan maderas semi duras, y en la confección de los cuadros maderas semi duras y blandas. La madera es protegida con pinturas generalmente, y si son blandas las alzas suelen ser parafinadas lo cual se logra sumergiendo las mismas en parafina líquida a 110 ºC produciéndose una incrustación en la madera.
Ventajas y desventajas de la colmena Langstroth
Esta colmena fue adoptada como la colmena perfección en prácticamente todo el mundo. Sus ventajas residen el cuadro móvil, que permite un adecuado manejo a la hora de dividir una colmena en dos, en virtud que podemos llevar cuadros con cría a otra cámara o núcleo. Esta colmena permite ir dando lugar a medida que crece la población de abejas, agregando nuevas alzas, para aumentar la cámara de cría o para aumentar el espacio necesario en la acumulación de miel. Al ser una colmena articulada el apicultor agrega material o quita el mismo al cosecharla, devolviendo las alzas vacías con sus cuadros intactos para que se produzca una nuevo llenado de los panales con miel. Esta colmena permite tener expuesta a las inclemencias del tiempo, parte del material, la cámara de cría y un alza melaria, pero se puede mantener el resto de las alzas melarias en lugares protegidos fueras del alcance de los meteoros durante el invierno. Entre las desventajas podemos citar el costo elevado que puede tener esta colmena en los países menos desarrollados, por ello ciertas organizaciones recomiendan el uso de colmenas horizontales. Es necesario un manejo adecuado, principalmente el de la cámara de cría (agrandándola) durante el desarrollo de la colmena. Por el contrario, es necesario achicar el espacio quitando alzas durante la invernada. En la trashumancia es fácil mover cámaras de cría, pero resulta muy engorroso mover colmenas con un alza melaria arriba.
Núcleos o núcleos Langstroth
El núcleo (núcleo en España) es una colmena tipo langstroth reducida en su ancho, pueden ser de tres, cuatro, o cinco marcos móviles, utilizados para dividir parte de la población de abejas a los fines de generar una nueva colonia. Como la población o núcleo original para dar comienzo a una nueva colonia es normalmente reducida se busca una casa más chica, que permita una mejor termorregulación de la colonia. La división de una colonia se logra colocando dentro de un núcleo 2 o 3 cuadros con cría operculada, uno o dos de miel y una reina fecundada o en su defecto una reina virgen o una celda real por nacer. En unos días la nueva reina comienza la postura y así obtenemos una nueva colmena, cuando trasvasamos el contenido del núcleo a una nueva cámara de cría, donde completamos los 10 cuadros móviles.
Cuantas veces deseamos construir una entretapa, un divisor u otro elemento para nuestras colmenas y no recordamos las medidas? La solución se encuentra acá.....
Decimos Medidas Reales porque el material apícola se acerca a las medidas LANGSTROTH pero no son exactas, nosotros medimos los materiales para desarrollar otros componentes adaptados a esas medidas. Posiblemente muchas construcciones se deban adaptar a otras regiones.
La entretapa se construye con un marco de eucalipto o pino, encastrado, con un canal, en el cual se coloca un panel de cartón prensado o madera contrachapada. En muchos casos, por razones económicas, va solo el cartón prensado, pero tiene poca duración.El agujero central sirve para que se realice una pequeña circulación de aire, dentro de la colmena, para una eliminación de la humedad.
Dimensiones de un alimentador de alza
El alimentador de alza esta construido de chapa fina de aluminio entre maderas, coincidiendo en sus medidas de ancho con un cuadro normal, esto es 3.5 cm. Comprados, vienen con una tablilla que flota en el jarabe, para evitar que las abejas se ahoguen. Hay que calafatearlos con parafina u otro elemento para que queden impermeables.En estos últimos años están viniendo de material plástico, pensamos que es un gran avance; permitiendo colocar cuadros con cera dentro. Las abejas tienen un mejor soporte para tomar el jarabe.
Tablilla para TOP BAR HIVE
Hay un tipo de colmenas que se desarrolla en EEUU por apicultores aficionados llamada TBH, algo así como colmena de barras, muy populares. Es una colmena que sustituye los cuadros por barras que se colocan como cuadros. Las abejas construyen el panal pegado a la barra como una colmena natural. Nosotros la utilizamos en nuestras colmenas y núcleos.
Núcleo para 4 cuadros
Los núcleos son cajones más pequeños que un alza normal. Permite la colocación de cuadros de alza estándar, pero 3 ó 4, los cuales pueden contener una pequeña colmena en formación llamado núcleo. El contenedor de dimensiones más pequeñas permite a las abejas menor esfuerzo para mantener caliente el núcleo. La entrada más reducida elimina la necesidad de un mayor cuidado en la protección y reduce el pillaje, el robo de miel por parte de abejas de colonias más fuertes. También existen cajones núcleos de traslado, los cuales se realizan con materiales más livianos y económicos.
o Alzas melarias: a continuación de la cámara de cría se colocan las alzas melarias (donde se acumula la miel), pudiéndose ser de tres tipos en cuanto a su altura; la Standard, la tres cuartos y las medias alzas. Dependiendo de la preferencia del apicultor, en virtud que en las estándares se acopian 22 ó 23 Kg. de miel, en las tres cuartos 15 Kg. y 11 Kg. en las medias alzas en promedio.
o Techo: en la parte superior está el techo. Existen básicamente dos tipos el denominado techo tipo europeo que es un recuadro de madera y como tapa tiene cartón prensado, recubierto por chapa zíncada. El americano que solo tiene reborde de madera en las puntas, está confeccionado con tablas de madera, pudiendo estar recubierto por chapa zíncada o no.
foto Corona apicultores |
o Entretapa o entretecho: en los techos de tipo europeos, existe una entretapa entre el techo y la última alza. Su función es producir un mejor aislamiento generando una cámara de aire, esta entretapa produce el espacio abeja necesario entre los cabezales de los marcos y la misma. La entretapa no es necesaria en el techo tipo americano, al cual por ser de madera sólida, solo se le agrega un reborde para dar el espacio abeja.
• Cuadros móviles: en cada alza hay 10 cuadros. Existen de tres medidas estándares, tres cuartos y medios cuadros, según correspondan al tipo de alza. Los cuadros móviles son portadores de hojas de cera estampada, que es una hoja de cera a la cual se le imprimen los hexágonos, pudiendo en la actualidad ser de material plástico con hexágonos impresos y un baño de cera en la superficie. La cera estampada es adherida al cuadro por fusión a alambres longitudinales (generalmente), en otros casos verticales, por medio de calor producido mediante una resistencia eléctrica sobre estos alambres.
Materiales para la confección de colmenas
Tradicionalmente el material es la madera, en la actualidad podemos observar colmenas confeccionadas en materiales plásticos, cemento con arena volcánica (vermiculita), etc. La madera utilizada depende de la región o de la flora del país donde reside el apicultor. En Argentina las maderas más comunes utilizadas son las de Eucalipto (Eucaliptus saligna), Pinos, Araucaria, Álamo, Olmo, Paraíso, Acacia, entre las maderas exóticas cultivadas. Se utilizan maderas autóctonas de Quebacho blanco, Quebracho colorado, Algarrobo, Caldén, etc. En los pisos y techos es común utilizar maderas duras, mientras que en las alzas se utilizan maderas semi duras, y en la confección de los cuadros maderas semi duras y blandas. La madera es protegida con pinturas generalmente, y si son blandas las alzas suelen ser parafinadas lo cual se logra sumergiendo las mismas en parafina líquida a 110 ºC produciéndose una incrustación en la madera.
foto Corona apicultores |
Ventajas y desventajas de la colmena Langstroth
Esta colmena fue adoptada como la colmena perfección en prácticamente todo el mundo. Sus ventajas residen el cuadro móvil, que permite un adecuado manejo a la hora de dividir una colmena en dos, en virtud que podemos llevar cuadros con cría a otra cámara o núcleo. Esta colmena permite ir dando lugar a medida que crece la población de abejas, agregando nuevas alzas, para aumentar la cámara de cría o para aumentar el espacio necesario en la acumulación de miel. Al ser una colmena articulada el apicultor agrega material o quita el mismo al cosecharla, devolviendo las alzas vacías con sus cuadros intactos para que se produzca una nuevo llenado de los panales con miel. Esta colmena permite tener expuesta a las inclemencias del tiempo, parte del material, la cámara de cría y un alza melaria, pero se puede mantener el resto de las alzas melarias en lugares protegidos fueras del alcance de los meteoros durante el invierno. Entre las desventajas podemos citar el costo elevado que puede tener esta colmena en los países menos desarrollados, por ello ciertas organizaciones recomiendan el uso de colmenas horizontales. Es necesario un manejo adecuado, principalmente el de la cámara de cría (agrandándola) durante el desarrollo de la colmena. Por el contrario, es necesario achicar el espacio quitando alzas durante la invernada. En la trashumancia es fácil mover cámaras de cría, pero resulta muy engorroso mover colmenas con un alza melaria arriba.
Núcleos o núcleos Langstroth
El núcleo (núcleo en España) es una colmena tipo langstroth reducida en su ancho, pueden ser de tres, cuatro, o cinco marcos móviles, utilizados para dividir parte de la población de abejas a los fines de generar una nueva colonia. Como la población o núcleo original para dar comienzo a una nueva colonia es normalmente reducida se busca una casa más chica, que permita una mejor termorregulación de la colonia. La división de una colonia se logra colocando dentro de un núcleo 2 o 3 cuadros con cría operculada, uno o dos de miel y una reina fecundada o en su defecto una reina virgen o una celda real por nacer. En unos días la nueva reina comienza la postura y así obtenemos una nueva colmena, cuando trasvasamos el contenido del núcleo a una nueva cámara de cría, donde completamos los 10 cuadros móviles.
Cuantas veces deseamos construir una entretapa, un divisor u otro elemento para nuestras colmenas y no recordamos las medidas? La solución se encuentra acá.....
Decimos Medidas Reales porque el material apícola se acerca a las medidas LANGSTROTH pero no son exactas, nosotros medimos los materiales para desarrollar otros componentes adaptados a esas medidas. Posiblemente muchas construcciones se deban adaptar a otras regiones.
La entretapa se construye con un marco de eucalipto o pino, encastrado, con un canal, en el cual se coloca un panel de cartón prensado o madera contrachapada. En muchos casos, por razones económicas, va solo el cartón prensado, pero tiene poca duración.El agujero central sirve para que se realice una pequeña circulación de aire, dentro de la colmena, para una eliminación de la humedad.
Dimensiones de un alimentador de alza
El alimentador de alza esta construido de chapa fina de aluminio entre maderas, coincidiendo en sus medidas de ancho con un cuadro normal, esto es 3.5 cm. Comprados, vienen con una tablilla que flota en el jarabe, para evitar que las abejas se ahoguen. Hay que calafatearlos con parafina u otro elemento para que queden impermeables.En estos últimos años están viniendo de material plástico, pensamos que es un gran avance; permitiendo colocar cuadros con cera dentro. Las abejas tienen un mejor soporte para tomar el jarabe.
foto Corona apicultores |
Tablilla para TOP BAR HIVE
Hay un tipo de colmenas que se desarrolla en EEUU por apicultores aficionados llamada TBH, algo así como colmena de barras, muy populares. Es una colmena que sustituye los cuadros por barras que se colocan como cuadros. Las abejas construyen el panal pegado a la barra como una colmena natural. Nosotros la utilizamos en nuestras colmenas y núcleos.
Núcleo para 4 cuadros
Los núcleos son cajones más pequeños que un alza normal. Permite la colocación de cuadros de alza estándar, pero 3 ó 4, los cuales pueden contener una pequeña colmena en formación llamado núcleo. El contenedor de dimensiones más pequeñas permite a las abejas menor esfuerzo para mantener caliente el núcleo. La entrada más reducida elimina la necesidad de un mayor cuidado en la protección y reduce el pillaje, el robo de miel por parte de abejas de colonias más fuertes. También existen cajones núcleos de traslado, los cuales se realizan con materiales más livianos y económicos.
ESTRÉS EN LAS ABEJAS
¿Qué es el estrés de las abejas?
En términos de medicina humana el estrés podría definirse como la alteración física o psíquica de un individuo por exigir a su cuerpo un rendimiento superior al normal. En general se manifiesta por cambios de conducta, nerviosismo e inquietud. Pero para aplicarlo a las abejas es mejor definirlo como: estado próximo a la enfermedad que present
a un organismo o una de sus partes por haberles exigido un rendimiento muy superior al normal. Pedro Viñoles
Nosotros sufrimos de estrés después de estar expuesto a algún esfuerzo o sufrimiento por un tiempo prolongado y se manifiesta con síntomas muy dispares, a veces contradictorios.
Convengamos que un sufrimiento momentáneo o esfuerzo por mas grande que fuera si no se prolonga en el tiempo no produce estrés, entonces podríamos ampliar la definición de estrés de Pedro Viñoles así:
El estrés es un estado próximo a la enfermedad que presenta un organismo o una de sus partes por haberles exigido un esfuerzo o sometido a un sufrimiento superior al normal, por un tiempo prolongado.
Todos los seres vivos en algún momento de sus vidas soportan esfuerzos o dolores intensos pero si estos esfuerzos o sufrimientos intensos no se prolongan en el tiempo no se produce estrés.
Situaciones vinculadas al Estrés
Es muy difícil que una colmena fuerte, bien manejada, -con abundante reservas, reina prolífica, relación optima de cría y abejas nodrizas, abundante espacio, buena ventilación y aireación, en la que las abejas estén cómodas- contraiga enfermedades. Veamos algunas situaciones que pueden provocar estrés:
1. Poca ventilación y aireación de la colmena acompañada de intenso calor
Los nidos de cría de las colonias de abejas debe mantenerse a temperatura constante que varía con las razas de 34º a 38º pero en cada caso en más o en menos hay un grado. Lo mismo ocurre con la humedad que se mantiene constante en un 80% .Las abejas tienen sensores de temperatura en sus antenas, verdaderos termómetros que hacen variar su conducta con el cambio de la temperatura, si aumenta comienzan a ventilar y hacen circular aire dentro de los panales, si se eleva mas juntan agua colocan pequeñas gotitas sobre los panales para que se evapore con la ventilación y de esa forma la evaporación retire calor de la colonia. Si el calor sigue en aumento, como las abejas liberan humedad y calor por la combustión de los alimentos, un grupo de ellas sale de la colmena colocándose fuera y por debajo para sombrearse. Si continúa el calor salen más abejas y comienzan a ventilar desde fuera de ella a toda la colmena. Con calores prolongados e intensos ventilan hasta por la noche.
En esta situación de gran esfuerzo se debilitan las abejas. Como deben concentrarse en ventilar y refrescar la colmena abandonan otras tareas muy importantes como ser el control sobre los depredadores, parásitos y otros, que hacen las abejas sanitarias.
Si a pesar del gran esfuerzo desplegado por la colonia no se logra bajar la temperatura muere deshidratada la cría, la reina corta la postura, se derriten los panales y se paraliza la colonia.
Una colmena expuesta al sol, en lugares donde la ventilación es prácticamente nula por la presencia de malezas, pastizales altos, u otros obstáculos, no puede desarrollarse normalmente y evitar una situación de estrés por calor y falta de aireación.
A las colmenas hay que colocarlas en lugares ventilados todo el año, libre de malezas, pueden colocarse sobre el piso pero con el pasto cortito. Lo ideal, aunque contradiga algunos consejos de los libros clásicos, hay que largarles las vacas, caballos, ovejas etc., que corten el pasto hasta muy cerca de la colmena y de esa forma se evita el problema de recalentamiento del nido. Nosotros manejamos colonias algo agresivas y es interesante ver como los animales pastan hasta muy cerca de las piqueras sin que las abejas las molesten en lo mas mínimo No importa que estén expuestas al sol si tienen doble techo pintado de blanco que refracte el calor, y una abertura superior a forma de chimenea. Puede ser una rendija entre la tapa y el alza. Esta abertura hace de chimenea y facilita la expulsión del aire caliente. Lo más importante es la ventilación pero una adecuada ventilación externa de la colmena si no es acompañada de una adecuada aireación interna de nada sirve. Para conseguir una adecuada aireación conviene dejar 9 cuadros en la cámara de cría con un paso de 36 mm o 10 panales con un paso de 33 mm, para las colmenas tipo Langstroth. De esta forma queda una rendija entre el último panal de cada lado y las paredes internas del alza.
Conviene dejar todo el año a las medias alzas sobre las colmenas para que las abejas las cuiden de las polillas y de paso les sirve de columna de aireación.
Además conviene dejar como mínimo una media alza siempre sobre la cámara de cría con miel.
2. Poca ventilación y aireación del nido acompañado de frío y alta humedad
Las abejas son expertas para mantener la temperatura más alta que el medio ambiente en épocas de mucho frío. Algunas razas hasta suspenden la postura y se quedan sin cría ya que esta requiere de más calor y humedad para sobrevivir que una abeja adulta. Si baja la temperatura comienzan a juntarse formando una piña que se va compactando a medida que baja la temperatura ambiente. Con pequeñas vibraciones liberan calor que se conserva dentro de la piña o racimo. El calor es producto de la combustión de los alimentos La combustión libera dióxido de carbono y agua La colonia es muy probable que no sufra frío pero le es muy difícil el control de la humedad ya que esta no se evapora con facilidad y mas bien tiende a condensarse dentro de la colmena, A mayor cantidad de abejas con relación al espacio disponible mayor la condensación de humedad y si la colmena no tiene una debida ventilación externa y aireación interna, la situación se agrava. Si además está en la sombra en lugares de poca ventilación y alta concentración de humedad la combinación es explosiva derivando en una permanente situación de estrés de la colonia y un ambiente muy favorable para el desarrollo de algunas enfermedades como la ascoferósis, nosemiasis, o la loque europea.
La costumbre actual de retirarle toda la miel, de compactar el nido reduciendo el espacio a una sola cámara; pensando que de esta forma a las abejas les resulta mas fácil mantener la temperatura del nido y de paso economiza combustible (miel) para producir calor: Provoca la situación descripta anteriormente de poca aireación y alta humedad entre los panales.
Hay que colocar las colmenas en lugares parcialmente soleados o soleados, sin malezas, con el pasto corto, con buena ventilación y una buena aireación. Se debe dejar prácticamente todo el año las medias alzas sobre las colmenas y siempre suficiente miel de reserva.
3. Alto ingreso de néctar acompañado de:
Intenso Calor, Alta humedad atmosférica, Mala ventilación y aireación de la colmena y falta de espacio para colocar y procesar el néctar
Cuando se corta la entrada de néctar las abejas se vuelven pilladoras y algo agresivas, pero cuando ingresa mucho néctar, combinado con mucho calor, alta humedad atmosférica, poca ventilación del colmenar por malezas y otros obstáculos, mala aireación interna de la colmena y falta de espacio para colocar el néctar y procesarlo se produce una sobrecarga de trabajo de día y de noche que agota a las abejas dejándolas prácticamente histéricas. Con abejas algo agresivas llega a ser muy peligroso manipular las colmenas en estas condiciones.
En estas condiciones de gran esfuerzo prolongado de las abejas, una verdadera situación de estrés, se produce un alto requerimiento de proteínas ya que baja rápidamente la tasa de proteína corporal de la abeja con la consecuente disminución de su longevidad. Si el polen consumido no tiene un alto porcentaje de proteína o es deficiente en algún aminoácido esencial la situación se vuelve traumática porque la cantidad de proteínas necesarias aumenta aún más.
El debilitamiento de las abejas, sumado a la pérdida de longevidad deja expuesta a la colonia a sufrir el acoso de los parásitos que encuentran más propicio el medio para invadir o contraer cualquier enfermedad. El mismo desconcierto que produce el gran esfuerzo de la colonia hace de que las abejas defensoras o sanitarias de la colonia, al tener que colaborar con la ventilación, la colecta de néctar o de polen, abandonen sus tareas habituales, dejando a la colonia expuesta al acoso de parásitos, bacterias, hongos o virus.
Si además se pretende cosechar o trasladar a las colmenas en estas condiciones la situación se puede volver incontrolable por el maltrato que reciben las abejas y lo tremendamente agresivas que se ponen. La única solución pasa por dar más espacio, si, mucho espacio en la colmena donde colocar el néctar, tres, cuatro y cinco alzas o media alzas si fuera necesario para facilitar la aireación interna de la colonia y dotar de espacio suficiente para colocar gran cantidad de néctar que esta ingresando. Igualmente las colmenas deben estar en un lugar ventilado sin malezas. Si las colmenas cumplen con estos requisitos de buena ventilación, mucho espacio y buena aireación, simplemente hay que dejarlas trabajar y cosechar cuando pase el intenso flujo de néctar.
Muchos aconsejan colocar una nueva alza melaria después que se llenó la primera y dejan a la colmena permanentemente sin suficiente espacio para acopiar néctar, pierden la posibilidad de cosechar mas, molestan continuamente a la colonia la que se estresa por tanto acoso y falta de buena aireación y espacio para procesar el néctar.
Una variante parecida a esta situación se produce cuando se tienen periodos largos de veranillos en invierno con buen ingreso de néctar pero con pólenes deficientes como las floraciones tardías del eucalipto grandis o glóbulus. El apicultor logra cosechar algo de miel fuera de temporada a costa del debilitamiento de las abejas que terminan exhaustas y debilitadas por el intenso trabajo sumado al consumo de pólenes deficientes en el aminoácido isoleusina o de pólenes con bajo tenor de proteínas.
4. Pocas nodrizas en el nido para tanta cría
Al fin del invierno las colmenas comienzan lentamente el incremento de la postura de sus reinas, manteniendo una relación equilibrada entre crías y abejas nodrizas -encargadas de alimentar las crías con jalea real producida de sus glándulas hipo faríngeas-. Cuando el apicultor en el afán de adelantar la producción de abejas y salir mas temprano en la mielada, estimula la postura de la reina con jarabe diluido, las abejas nodrizas no alcanzan para aportar con suficiente jalea y tienen que colaborar las abejas mas viejas, que abandonan el pecoreo para alimentar crías. Al no haber pecoreadoras falta el ingreso de polen para las nodrizas y merma la producción de jalea real, baja rápidamente la proteína corporal de las abejas disminuyendo la longevidad de las mismas. En consecuencia mueren más abejas de las que nacen, y las que nacen son cada vez más débiles, quedando expuestas a contraer enfermedades como en el caso anterior.
Algo parecido se da cuando descuidamos mantener el equilibrio en la relación nodrizas cría al hacer nuestros núcleos.
Si retiro muchas crías abiertas y pocas nodrizas se resiente el núcleo y si retiro las nodrizas con cría cerrada dejo a la colmena madre en desequilibrio.
Es fundamental mantener el equilibrio de la colonia en todo momento y en especial al despegar en el inicio de la temporada. No hay que apresurarse para estimular a la reina, si se deja buena cantidad de reservas de miel las abejas sabrán estimular gradualmente a su reina a fin de despegar correctamente en primavera.
5. Prolongado trabajo de mantener la organización del nido y de los panales después de excesivas y continuas revisiones
El solo hecho de ahumar la colmena hace que las abejas abandonen la habitual rutina y se precipiten a cargar el buche de miel. Si es lo único que se hace la interrupción dura poco tiempo, tal vez horas hasta que todas las abejas descarguen la miel y vuelvan a sus tareas normales, pero es probable que se nos ocurra abrir las colmenas para ver vaya a saber que: La postura, polen, panales bloqueados, sanidad o alimentar. Si todo se deja en el mismo lugar resulta menos traumático para las abejas, no obstante puede llevar un día reparar los panales desgarrados, limpiar la cría que sin querer se lastimó, volver a dejar todo ordenado. Si además de revisar se nos ocurre retirar algunos cuadros o cambiarlos de lugar el desorden es mayor, ordenarlo y adaptarse a la nueva disposición llevará de unos días a la colonia. Pero tuvimos que volver a abrir la colmena para alimentar. Curar, desbloquear, etc. Tanto manoseo hace que continuamente las abejas estén dedicadas a reparar los daños causados por la intervención del apicultor, que cree que está ayudando a la colonia y en realidad le está trayendo un trabajo extra y preocupación al tener que reordenar y reestructurar continuamente su nido. Es lógico que este esfuerzo continuo le produzca estrés. El mayor esfuerzo hace bajar las proteínas corporales, la longevidad y la vitalidad de la colonia. Además cada vez que las abejas tienen que abandonar sus tareas habituales descuidan la defensa de la colonia del ataque de depredadores, parásitos, bacterias, hongos, virus, etc.
Hay que molestar lo menos posible a las colmenas. Por lo general, los manejos que están de moda buscan rendimientos altos de cada colonia, para ello, el apicultor debe manipular excesivamente la colmena, hace muchas tareas que bien podrían dejar que lo hagan las abejas. En el afán de mejorar el rendimiento toquetea tanto las colmenas que termina estresándolas.
6. Falta de agua con altas temperaturas
Otro elemento imprescindible para la supervivencia, a parte de los nutrientes, es el agua. Los 2/3 de la mayor parte de los organismos vivos son agua (en algunos más). El agua interviene en las reacciones químicas que mantienen la vida, como disolvente y también como refrigerante. En todas las reacciones se produce calor, y si este no es eliminado, la temperatura corporal iría subiendo poco a poco hasta “freír” a las abejas por dentro: las proteínas se coagulan por encima de los 45º C y pierden sus funciones. Las abejas tienen en sus antenas unos termo receptores, termómetros, conectados a nervios, que se activan cuando la temperatura sube o baja y envían mensajes a los ganglios cerebrales que provocan determinados comportamientos (ventilación, agrupación, acarreo de agua...)
Si la temperatura sube las abejas salen a por agua, la vierten en gotas en los panales y ventilan para que se evapore, esto “roba” calor y la temperatura baja a su nivel normal. Si no pueden controlara así, salen de la colmena y se sitúan bajo esta, a la sombra, para evitar que su actividad dentro eleve más la temperatura.
Si no pueden mantener constantemente en alguna zona del panal una temperatura de 35 ±1º C y una humedad relativa de alrededor del 80%, cesa la cría (esta se deshidrata con facilidad a través de su fina piel). Por ello se ven abejas recogiendo ávidamente agua al inicio de la cría, en primavera temprana, pues si falta agua en la colonia, la cría se paraliza.
Otro elemento que necesita agua es la respiración, el aire que entra en los sacos respiratorios se carga de humedad interna de las abejas, humedad que estas deben reponer. La excreción de residuos también consume agua. Si falta agua en el organismo de la abeja, porque no haya aportes, este intenta recuperarla de donde sea. Primero utilizará los tejidos que tienen mas agua: la hemolinfa (sangre), que se espesará. Esto mueve a su vez agua de los tejidos a la sangre. Los organismos vivos tienen prioridades, por lo que el flujo interno de agua se desvía hacía los órganos más importantes: el tejido nervioso y el respiratorio, sacándola de otros menos importantes: los músculos, los intestinos... Si este proceso sigue, la hemolinfa se vuelve tan espesa que el corazón ha de hacer más esfuerzo para bombearla, y circula mal por los capilares, lo que genera más calor, lo que consume más agua para regular la temperatura...
En estas condiciones las abejas se vuelven extremadamente sensibles a cualquier problema, y acaban pereciendo si el proceso no se detiene con el aporte de agua.
En lugares donde no hay agua cerca para las abejas es conveniente colocar bebederos para que jamás le falte agua. Los que tenemos muchas lagunas cerca no valoramos la importancia del agua en la colonia de abejas pero hay lugares donde no se puede hacer apicultura sin colocar bebederos cerca de los apiarios.
7. Falta de reservas de alimentos calóricos
Mi padre, un poco por costumbre y seguramente, como producto de su basta experiencia, siempre insistía en cortar la cosecha antes del 10 de abril de cada año y dejar a la colmena como mínimo, a esa fecha; un medio alza lleno de miel. Yo pensaba que el viejo exageraba, que desperdiciaba la oportunidad de cosechar más miel y que nuestros inviernos son muy leves y por lo tanto no necesitaban de tanta reserva, y después de todo, si faltara alimento, se lo daría en forma de jarabe. El resultado es que mi padre sin suplementar tenia un mejor desarrollo primaveral pudiendo inclusive cosechar miel de azahar y yo tenia que suplementar a partir de los primeros días de agosto para que las colmenas lentamente se desarrollen y me den una efímera producción de miel de una especie florar que la llamamos “flor de primavera”, por florecer en plenitud en los inicios de la estación. Mi padre jamás curó a sus colmenas, no fue necesario a pesar de que tampoco renovaba los cuadros con regularidad. Yo tuve varios brotes de nosemosis, cría yesificada, varroa y loque europea.
Amigos apicultores, yo aprendí que debemos seguir el curso de la naturaleza y no renegar de ella.
Cuando las abejas tienen suficientes reservas mantienen un comportamiento relajado y no trabajan tanto en invierno, pero si dejamos a la colmena desprovista de reservas salen desesperadas a buscar alimentos, y si pueden, a robarle a otra colmena su reserva. Además las colmenas que no tienen reservas de alimento en cualquier época del año, son mucho más pilladoras que si tienen panales con miel operculada en una cámara melaria.
Es muy difícil que una colmena bien dotada, populosa, con mucho espacio y con suficientes reserva de miel y polen; se enferme. ¿Alimentar con miel o con jarabe? Mejor dejar reservas.
En conclusión, es evidente que por alimentar con jarabes de mala calidad, por mantener muy húmedas las cámaras de cría, provocar pillaje, incomodar y dar trabajo extra a las abejas generando estrés a las colmenas, estas se enfermen y el apicultor se vea obligado a utilizar fármacos que contaminan. Para que esto no ocurra, retira la reserva natural y reemplaza por alimento chatarra que debilita y le quita longevidad provocando un lento despegue primaveral que obliga otra vez a alimentar y suplementar con multivitamínicos (extracto de hígado).
Las abejas, después de sobrevivir millones de años sin la necesidad de la ayuda del hombre, más bien defendiéndose de éste depredador, lograron un sistema de auto inmunidad y se curan solas, hay que dejarlas hacer lo que ellas saben hacer y muy bien.
¿Que pasa si no dejamos reservas de miel y por alguna razón no podemos auxiliar a tiempo con sustitutos a las colmenas?
Cuando las abejas padecen falta de miel, falla el suministro de hidratos de carbono no pueden producir energía, sobre todo calorífica, y disminuye su capacidad de mantener 35º C constante, ± 1º C, en la zona de cría, es decir, se paraliza la cría. Si el problema continúa y se hace más grave, la temperatura de los panales que ocupan va disminuyendo, lo que vuelve más lentas todas las reacciones químicas de sus cuerpos; las trasmisiones eléctricas de los nervios (lo que ralentiza sus movimientos y su coordinación), la respiración, los movimientos musculares (lo que acentúa la disminución de la temperatura). Finalmente, cuando se llega a la frontera aproximada de los 12º C, las abejas quedan totalmente paralizadas por el frío y mueren, formando un grupo arracimado, introducidas de cabeza en las celdillas, en un intento desesperado de conservar mejor sus últimas calorías. Casi todos lo hemos visto alguna vez.
Hasta llegar a esa situación, el organismo de las abejas ha intentado producir energía calorífica de cualquier manera: primero, quemando sus reservas de grasa, que almacenaba en las células vacías de la espalda (al nivel del 2º anillo abdominal), y cuando estas escasean, quemando proteínas de los músculos, de los tejidos (intestino...). Se puede decir que el cuerpo se come a sí mismo. Esto provoca una disminución del peso corporal, que puede llegar a un 50% de su valor normal. Finalmente, solo quedan las proteínas de los órganos vitales y un mínimo de grasa que es imprescindible para el mantenimiento del nivel de las principales hormonas y el aislamiento de las terminaciones nerviosas que transmiten impulsos entre los tejidos, los órganos y los ganglios cerebrales. En este estado, las abejas pueden desaparecer con facilidad en el campo un día que puedan salir. Las que quedan en la colmena pueden presentar los mismos síntomas de falta de proteínas y destrucción de tejidos digestivos que si hubieran estado parasitadas por nosema, que es otra manera de perder proteínas.
8. Deficiente alimentación proteica
Proteína corporal de la abeja:
El polen provee a la colonia de abejas de toda la proteína necesaria para el desarrollo del cuerpo y su normal funcionamiento. Las abejas utilizan la proteína existente en el polen fundamentalmente para el desarrollo de los músculos, glándulas y demás tejidos corporales.
Estas proteínas del cuerpo de la abeja pueden ser trasladadas de un lugar a otro de los tejidos de la misma. Por ejemplo, cuando una abeja deja de producir jalea real, la proteína pasa de las glándulas hipo faríngeas a las glándulas cereras y luego a los músculos de vuelo. A su vez la abeja tiene capacidad de almacenar proteínas a nivel de los cuerpos grasos.
Cuando se da un periodo de bajo ingreso de polen con ingreso de néctar las abejas nodrizas no pueden desarrollar correctamente las glándulas hipo faríngeas y por lo tanto no pueden alimentar a las larvas con jalea real. En estos casos son las abejas viejas las que traslocan proteínas de los cuerpos grasos a las glándulas hipo faríngeas y alimentan transitoriamente a las crías. Esto se puede dar por un corto tiempo. La intensidad de trabajo de la abeja nodriza determina mayor desgaste y a su vez la longevidad de la abeja. Cuanto mayor es el contenido de proteínas del cuerpo de la abeja mayor será la vida útil de la misma. Un caso extremo en las necesidades de polen se puede dar frente a cortes repentinos de flujo y aportes, cuando las abejas reducen el nido de cría rápidamente, llegando a utilizar en casos de escasez las larvas de zánganos y las de los bordes de los nidos como fuente proteica. Es en estas situaciones extremas en que se produce este tipo de canibalismo entre las abejas.
Contrariamente a lo que se cree, se ha demostrado que las abejas cuando nacen, todavía no han completado su desarrollo fisiológico y requieren de una alimentación proteica para el inicio del funcionamiento de las glándulas para alimentar a la cría, los cuerpos grasos y otros órganos como las glándulas cereras. Las abejas inician el consumo de polen a partir de las dos horas de nacer y tienen el máximo requerimiento a los 5 días para disminuir notablemente a los 8 a 10 días, para suspender casi totalmente a los 15 a 18 días cuando se prepara para realizar las tareas fuera de la colmena. La cantidad de polen consumido por la abeja nodriza depende de la época del año y de la cantidad de cría a alimentar. Los momentos de máximo consumo se dan al inicio del flujo de néctar cuando está muy desarrollado el nido de cría. La cantidad de polen que consume anualmente una colmena es variable pero oscila entre 20 y 50 Kg.
Cuando la abeja realiza un esfuerzo en condiciones normales consume hidratos de carbono, pero cuando este esfuerzo es máximo como en las mieladas de eucalipto, el aporte de aminoácidos esenciales y de proteínas para sostener y reponer adecuadamente todo el desgaste muscular, es de suma importancia. En este momento es fundamental la concentración de proteína cruda del polen que consume la colmena y los niveles de aminoácidos esenciales del mismo. Los pólenes de eucalipto difieren en cuanto a su composición proteica. Los hay con muy baja concentración de proteína cruda y muy bajos niveles de Isoleucina particularmente.
Esta composición y sobre todo los niveles de proteína cruda, son fundamentales en la fase de preparación de la colmena (pre-mielada), pues afectan significativamente la longevidad de la abeja, llegando hasta disminuir en un 50% la misma. Este hecho es muy importante porque impide llegar a grandes poblaciones en la colmena; y lo que es más, cuando la abeja llega a pecoreadora le quedan ya unos pocos días de vida. En consecuencia, se disminuye en mucho la capacidad de pecoreo de la colmena. Los niveles bajos de Isoleucina a su vez potencian estos efectos.
Las abejas necesitan pólenes con por lo menos 20% de proteína cruda. La mayoría de los pólenes de eucalipto presentan niveles de proteína entre el 18% al 30 %, dependiendo de la especie, localización, condiciones climáticas, etc. El polen de eucalipto maculata tiene de 25 a 33% de proteína por lo que es considerado muy bueno para el crecimiento, desarrollo y mantenimiento de la colonia en periodo de máximo esfuerzo como normalmente es un periodo de alto flujo de néctar de eucalipto. El polen de los pinos tiene del 5 al 7% de proteínas por lo que es una fuente de alimentos nutritivamente pobre.
Las abejas pueden llegar a tener altos niveles de proteína corporal con porcentajes de proteína cruda superiores a los 80%. Cuando llegan a este nivel son fuertes, longevas y con gran capacidad para pecorear mucha miel. Paralelamente podemos encontrar colonias con un porcentaje inferior al 30% de proteína corporal, siendo en este caso abejas de corta vida, susceptibles de contraer loque europea, nosema y son muy malas productoras de miel.
El nivel de proteína corporal es muy importante durante el otoño de manera tal que las abejas puedan controlar bien a nosema, invernar en condiciones saludables y desarrollar rápidamente la colonia en la primavera siguiente.
El nivel de proteína corporal se reduce con la producción de miel, de cera, en clima muy caluroso o muy frío y especialmente con el desarrollo de la cría en primavera. Esta proteína cruda se incrementará en la medida que entre polen con más de 20% de proteína cruda digestible y que las abejas no estén estresadas por un gran flujo de néctar, o condiciones adversas del clima. Ref.: Apicultura en Eucalipto PREDEG Uruguay
Hambre de Proteínas:
Cuando las abejas padecen falta de polen, bien porque no haya, o porque el que hay no tiene los nutrientes adecuados (por sequía, polen de eucalipto, gramíneas, pino, por ejemplo), las reacciones químicas de formación de grasa a partir de los hidratos de carbono no se dan y no pueden acumular suficiente cantidad de ésta en su cuerpo.
Si tienen hidratos de carbono, miel, pueden quemarlos para producir calor, pero les faltarían elementos necesarios para la producción de hormonas y enzimas que controlan procesos importantes: la fabricación de jugos digestivos, el sistema inmunológico, el aislamiento de los conductos nerviosos, la producción de jalea real (con lo que paralizarán la cría), la producción de cera...
La falta de polen, también provoca en el organismo de las abejas “hambre de proteínas”, que tratan de solucionar extrayendo proteínas de donde las haya, fundamentalmente del músculo y los intestinos. Esta situación puede provocar daños celulares en estos tejidos, con la consiguiente disminución del peso corporal, y la posible observación de tejidos dañados (como el digestivo) que deja de producir jugos digestivos y queda con daños que pueden confundirse con lesiones de parasitosis por nosema.
Paralelamente a ese proceso orgánico hay un aumento del instinto de recolección de polen, lo que hace que, si no lo encuentran, recolecten cualquier cosa que se le parezca (harina, polvo de paja, polvo de los piensos para ganado, e ¡incluso aserrín de madera!). Algunas de estas sustancias pueden alimentarles algo (como el pienso de lechones), otras poco o nada (paja, aserrín...).
Todos los seres vivos tienen mecanismos de comportamiento semejante, recuerden si no a Chaplin en “La quimera del oro”, comiéndose su bota guisada, los cordones como si fueran espagueti y la suela como si fiera un filete.
Todo esto hace que las abejas se vuelvan mucho más sensibles a cualquier problema que pueda afectar a su supervivencia: enfermedades, intoxicaciones por plaguicidas, meteorología desfavorable.
Es muy importante mantener a las abejas con alto contenido de proteína corporal al inicio de la mielada y en casos de máxima exigencia como podría ser la producción de miel en el eucalipto puede llegar a ser muy útil suplementar las colmenas con polen o sustitutos a fin de mantener alto el nivel de proteínas corporales ya que de ello depende la longevidad de las abejas y su futuro despegue primaveral.
9. Colmenas mal diseñadas y mal ubicadas
Ubicación de la colmena fuera de las zonas geopáticas; b) Incorrecta orientación de los panales fuera del N-S; c) Inadecuada posición de los panales según Housel; d) Celdillas muy grandes en la cera estampada; e) Mucho o poco espacio entre panales de cría.
Las colonias ubicadas en colmenas en las condiciones expuestas en el título de este apartado viven en un permanente estado de estrés. Son más agresivas y susceptibles a parasitarse o enfermarse.
Las abejas en la naturaleza eligen los lugares en el que asentarán su nido y no siempre concuerda con lo que nosotros creemos que es mejor para ellas. Parece caprichoso, muchas veces noté que en vez de entrar el enjambre en una colmena vacía armada con 10 cuadros limpios labrados, optan por ocupar un cajón vacío contiguo, roto y lleno de mugre. Todos los años dejo al costado de un viejo camino vecinal núcleos viejos con cuadros labrados para cazar los enjambres migratorios de estación, a los pocos días controlo los que están cargados para retirarlos luego. Ocurrió que en un sector, después de haber ingresado los enjambres, unos 10 aproximadamente en un recorrido de unos 100 metros, cuando fui a retirarlos ya no estaban, se fueron y dejaron vacío el lugar. En ese trayecto de 100 metros no quedó ninguno.
“Yo no creo en las brujas pero haberlas hay las”, le contesté a una niña que me preguntó si yo creía en las líneas de Hartmann y Curry. Algo hay que influye en las colonias y que hace que las mismas prosperen un lugar y en otro no. Hay alguna razón para que los enjambres prefieran la caja vacía y no una con panales labrados. Seguramente que debe haber alguna explicación a la huida de los enjambres que entraron en las cajas y después en forma masiva las abandonaron. Hay lugares preferidos para anidar por los enjambres y otros donde jamás bajan ¿Serán las fuerzas magnéticas como dicen Hartmann y Curry? Hay algo que influye sobre la abeja para que esta se sienta más cómoda en un lugar que en otro. Podrán ser las fuerzas magnéticas o no, pero lo importante es saber detectar los lugares preferidos por las abejas en forma natural, antes de ubicar nuestros colmenares.
Dicen que en la naturaleza las abejas construyen los panales en sentido norte sur magnético y no de este a oeste como acostumbramos colocar los apicultores, y a decir verdad casi todas las colonias silvestres que observé tienen esa posición norte sur de sus panales al menos en el nido de cría.
Muchas veces le reclamé a mi proveedor de cera estampada que me estaba vendiendo una cera de mala calidad porque las abejas me la rechazaban, hacían un panal pegado a cada cara de la cera estampada y no estiraban las celdillas, pero después de leer a Ed y Dee Lusby llegué a la conclusión que las abejas naturales capturadas son mas chicas y no pueden estirar las celdillas artificiales mas grandes que tiene la cera estampada. O tal vez no respeté la posición correcta de colocar los panales según Michael Housel. En parte mi padre solucionaba este inconveniente colocando una tira de cera junto al cabezal y dejaba que las abejas labren los panales a su gusto.
Siguiendo el pensamiento de Ed y Dee se me ocurrió medir el tamaño de 10 celdillas de los panales del nido de las colonias silvestres y para sorpresa encontré que tienen alrededor de 4.9mm, lo que significa que las celdillas son significativamente más pequeñas que las que trae la cera estampada.
Medí también la separación entre panales de cría y ¡...! ¡Mas sorpresas!, Midieron entre 3.3 cm y 3.4 cm de distancia entre sus ejes, contra 3.6 cm que tienen mis cuadros. Yo que siempre observé la naturaleza y traté de imitarla estaba manejando colonias con cera estampada cuya celdilla es mas grande que las que tienen las mismas colonias en estado natural, si bien a la mayoría de los cuadros se le colocó una tira de cera estampada y no la totalidad de la plancha permitiendo a las abejas labrarlas al tamaño de su instinto. Pero la distancia entre panales, ¿Cómo se me pasó? Leí que algunos sugieren utilizar 9 cuadros en la cámara de cría y sin embargo respetando la distancia natural que tienen los panales podría utilizar 11 cuadros en la cámara de cría.
Poco después buscando más información sobre el paso de la abeja y distancia entre panales, leí un artículo de Ed y Dee sobre la posición que había observado Michael Housel de los panales en las colmenas salvajes y realmente comprendí mi gran desconocimiento de muchos de los secretos que guardan las abejas en sus estructuras naturales que todavía debemos estudiar. Michael Housel de Orlando Florida descubrió que hay una constante en la posición de la “Y” que se forma en el fondo de las celdillas de los panales. Todas las caras que miran hacia fuera tienen la “Y” con la abertura hacia arriba y las caras que miran hacia adentro las tienen en posición invertida “A”. La cera estampada respeta este principio observado por Housel y podemos ver que de un lado están con la “Y” hacia arriba y del otro para abajo. Michael Housel observó además que las colmenas salvajes labran al comienzo un panal central con las “Y” en ambas caras mirando hacia abajo. ¿Cuan lejos estamos de los principios naturales que rigen la conducta instintiva de las abejas al labrar sus nidos? ¿Cómo nos alejamos tanto? Cuando hace más de 100 años, los apicultores percibieron que hay que respetar la posición de las “Y” al fabricar las ceras estampadas, ¿Cómo no se dieron cuenta de que en las formaciones naturales hay que respetar una posición determinada?.
Todas estas situaciones se dan en nuestras colmenas y sin excepción, todas producen en mayor o menor medida; molestia, incomodidad, fastidio, mayor esfuerzo, falta de resistencia a las enfermedades, etc.
Las colonias que no cumplen con esas condiciones que impone la naturaleza, que viven a contramano de las leyes naturales; son más agresivas, cambian seguido su reina, o enjambran, se llenan de parásitos, y/o enfermedades. En una palabra, viven en un estado de estrés permanente.
Esto en parte explicaría por si solo el porque una colonia que se instala a voluntad en el bosque no sufre de enfermedades y las colonias que nosotros cuidamos son muy propensas a parasitarse o enfermarse.
10. Una reina deficiente
No se si se puede incluir como estado de estrés en la colmena situaciones muy parecidas a las anteriores, que también son la antesala a las enfermedades de la colonia, pero que no producen un dolor o sufrimiento aparente de las abejas, me refiero a las reinas deficientes,
aquellas que por alguna razón ya no ponen tantos huevos y no son tan atractivas para las abejas. Puede ser que ya sea vieja o que se haya fecundado con pocos zánganos, tal vez no tuvo una buena alimentación en su estado larvario, etc. Los antibióticos al igual que la intoxicación con insecticidas disminuyen el rendimiento de la reina al 50 %.
Una colonia con una reina deficiente se mantiene siempre débil, desganada, con muy poca capacidad para defenderse de los depredadores, con frecuencia cargada de polen en exceso en los panales o miel cerca del nido que no es retirada por las abejas para dar lugar a la postura de la reina. Una reina deficiente libera menos feromonas y la falta de feromonas indica a los enemigos que esa colonia es débil, con pocas defensas, hace que los depredadores estén al asecho, (polilla, algunas hormigas, incluso las abejas para pillar o saquear). El ingreso de enemigos -parásitos, enfermedades, depredadores, saqueadores, etc. -en la colmena, se ve favorecido por un estado de estrés o de reina deficiente. A su vez, la presencia de parásitos, depredadores, saqueadores abre las puertas al ingreso de virus, bacterias, hongos, y otros.
Pero sin lugar a dudas todo comienza al someter a la colonia a una situación de estrés o permitir por mucho tiempo la presencia de una reina deficiente.
Comentario final
Siempre pensé que deberíamos respetar las reglas que nos impone la naturaleza. Que el hombre en su afán por superarse casi siempre quiere imitar a Dios, en cierta forma se siente un poco Dios; Creador, inventor, transformador, dueño de la vida, patrón del universo. Pero en su afán por sentirse un poco Dios, se olvida que las cosas en la naturaleza no están hechas por azar, que cada especie ocupa su lugar en la rueda de la vida, que cada vida tiene un rol a desempeñar y para poder cumplir con ese rol, necesita que se respete su forma de vida adaptada al medio por millones de años, en el caso que nos ocupa, la vida de la colonia de abejas.
El hombre busca utilizar los recursos que le brinda la naturaleza en su beneficio y no está mal que se intervenga en cierta medida en el ciclo natural, pero siempre que respete el equilibrio interno elemental para la vida del organismo y el externo, en su relación con el medio ambiente. Ref. ¡Volver a lo natural! del Autor.
¡Cuán lejos están nuestros manejos de la colmena, de la forma de criar que tiene la naturaleza! ¿Por qué no respetar la evolución natural que en millones de años seleccionó colonias adaptadas al medio, capaces de defenderse solas sin la ayuda del hombre
Nosotros sufrimos de estrés después de estar expuesto a algún esfuerzo o sufrimiento por un tiempo prolongado y se manifiesta con síntomas muy dispares, a veces contradictorios.
Convengamos que un sufrimiento momentáneo o esfuerzo por mas grande que fuera si no se prolonga en el tiempo no produce estrés, entonces podríamos ampliar la definición de estrés de Pedro Viñoles así:
El estrés es un estado próximo a la enfermedad que presenta un organismo o una de sus partes por haberles exigido un esfuerzo o sometido a un sufrimiento superior al normal, por un tiempo prolongado.
Todos los seres vivos en algún momento de sus vidas soportan esfuerzos o dolores intensos pero si estos esfuerzos o sufrimientos intensos no se prolongan en el tiempo no se produce estrés.
Situaciones vinculadas al Estrés
Es muy difícil que una colmena fuerte, bien manejada, -con abundante reservas, reina prolífica, relación optima de cría y abejas nodrizas, abundante espacio, buena ventilación y aireación, en la que las abejas estén cómodas- contraiga enfermedades. Veamos algunas situaciones que pueden provocar estrés:
1. Poca ventilación y aireación de la colmena acompañada de intenso calor
Los nidos de cría de las colonias de abejas debe mantenerse a temperatura constante que varía con las razas de 34º a 38º pero en cada caso en más o en menos hay un grado. Lo mismo ocurre con la humedad que se mantiene constante en un 80% .Las abejas tienen sensores de temperatura en sus antenas, verdaderos termómetros que hacen variar su conducta con el cambio de la temperatura, si aumenta comienzan a ventilar y hacen circular aire dentro de los panales, si se eleva mas juntan agua colocan pequeñas gotitas sobre los panales para que se evapore con la ventilación y de esa forma la evaporación retire calor de la colonia. Si el calor sigue en aumento, como las abejas liberan humedad y calor por la combustión de los alimentos, un grupo de ellas sale de la colmena colocándose fuera y por debajo para sombrearse. Si continúa el calor salen más abejas y comienzan a ventilar desde fuera de ella a toda la colmena. Con calores prolongados e intensos ventilan hasta por la noche.
En esta situación de gran esfuerzo se debilitan las abejas. Como deben concentrarse en ventilar y refrescar la colmena abandonan otras tareas muy importantes como ser el control sobre los depredadores, parásitos y otros, que hacen las abejas sanitarias.
Si a pesar del gran esfuerzo desplegado por la colonia no se logra bajar la temperatura muere deshidratada la cría, la reina corta la postura, se derriten los panales y se paraliza la colonia.
Una colmena expuesta al sol, en lugares donde la ventilación es prácticamente nula por la presencia de malezas, pastizales altos, u otros obstáculos, no puede desarrollarse normalmente y evitar una situación de estrés por calor y falta de aireación.
A las colmenas hay que colocarlas en lugares ventilados todo el año, libre de malezas, pueden colocarse sobre el piso pero con el pasto cortito. Lo ideal, aunque contradiga algunos consejos de los libros clásicos, hay que largarles las vacas, caballos, ovejas etc., que corten el pasto hasta muy cerca de la colmena y de esa forma se evita el problema de recalentamiento del nido. Nosotros manejamos colonias algo agresivas y es interesante ver como los animales pastan hasta muy cerca de las piqueras sin que las abejas las molesten en lo mas mínimo No importa que estén expuestas al sol si tienen doble techo pintado de blanco que refracte el calor, y una abertura superior a forma de chimenea. Puede ser una rendija entre la tapa y el alza. Esta abertura hace de chimenea y facilita la expulsión del aire caliente. Lo más importante es la ventilación pero una adecuada ventilación externa de la colmena si no es acompañada de una adecuada aireación interna de nada sirve. Para conseguir una adecuada aireación conviene dejar 9 cuadros en la cámara de cría con un paso de 36 mm o 10 panales con un paso de 33 mm, para las colmenas tipo Langstroth. De esta forma queda una rendija entre el último panal de cada lado y las paredes internas del alza.
Conviene dejar todo el año a las medias alzas sobre las colmenas para que las abejas las cuiden de las polillas y de paso les sirve de columna de aireación.
Además conviene dejar como mínimo una media alza siempre sobre la cámara de cría con miel.
2. Poca ventilación y aireación del nido acompañado de frío y alta humedad
Las abejas son expertas para mantener la temperatura más alta que el medio ambiente en épocas de mucho frío. Algunas razas hasta suspenden la postura y se quedan sin cría ya que esta requiere de más calor y humedad para sobrevivir que una abeja adulta. Si baja la temperatura comienzan a juntarse formando una piña que se va compactando a medida que baja la temperatura ambiente. Con pequeñas vibraciones liberan calor que se conserva dentro de la piña o racimo. El calor es producto de la combustión de los alimentos La combustión libera dióxido de carbono y agua La colonia es muy probable que no sufra frío pero le es muy difícil el control de la humedad ya que esta no se evapora con facilidad y mas bien tiende a condensarse dentro de la colmena, A mayor cantidad de abejas con relación al espacio disponible mayor la condensación de humedad y si la colmena no tiene una debida ventilación externa y aireación interna, la situación se agrava. Si además está en la sombra en lugares de poca ventilación y alta concentración de humedad la combinación es explosiva derivando en una permanente situación de estrés de la colonia y un ambiente muy favorable para el desarrollo de algunas enfermedades como la ascoferósis, nosemiasis, o la loque europea.
La costumbre actual de retirarle toda la miel, de compactar el nido reduciendo el espacio a una sola cámara; pensando que de esta forma a las abejas les resulta mas fácil mantener la temperatura del nido y de paso economiza combustible (miel) para producir calor: Provoca la situación descripta anteriormente de poca aireación y alta humedad entre los panales.
Hay que colocar las colmenas en lugares parcialmente soleados o soleados, sin malezas, con el pasto corto, con buena ventilación y una buena aireación. Se debe dejar prácticamente todo el año las medias alzas sobre las colmenas y siempre suficiente miel de reserva.
3. Alto ingreso de néctar acompañado de:
Intenso Calor, Alta humedad atmosférica, Mala ventilación y aireación de la colmena y falta de espacio para colocar y procesar el néctar
Cuando se corta la entrada de néctar las abejas se vuelven pilladoras y algo agresivas, pero cuando ingresa mucho néctar, combinado con mucho calor, alta humedad atmosférica, poca ventilación del colmenar por malezas y otros obstáculos, mala aireación interna de la colmena y falta de espacio para colocar el néctar y procesarlo se produce una sobrecarga de trabajo de día y de noche que agota a las abejas dejándolas prácticamente histéricas. Con abejas algo agresivas llega a ser muy peligroso manipular las colmenas en estas condiciones.
En estas condiciones de gran esfuerzo prolongado de las abejas, una verdadera situación de estrés, se produce un alto requerimiento de proteínas ya que baja rápidamente la tasa de proteína corporal de la abeja con la consecuente disminución de su longevidad. Si el polen consumido no tiene un alto porcentaje de proteína o es deficiente en algún aminoácido esencial la situación se vuelve traumática porque la cantidad de proteínas necesarias aumenta aún más.
El debilitamiento de las abejas, sumado a la pérdida de longevidad deja expuesta a la colonia a sufrir el acoso de los parásitos que encuentran más propicio el medio para invadir o contraer cualquier enfermedad. El mismo desconcierto que produce el gran esfuerzo de la colonia hace de que las abejas defensoras o sanitarias de la colonia, al tener que colaborar con la ventilación, la colecta de néctar o de polen, abandonen sus tareas habituales, dejando a la colonia expuesta al acoso de parásitos, bacterias, hongos o virus.
Si además se pretende cosechar o trasladar a las colmenas en estas condiciones la situación se puede volver incontrolable por el maltrato que reciben las abejas y lo tremendamente agresivas que se ponen. La única solución pasa por dar más espacio, si, mucho espacio en la colmena donde colocar el néctar, tres, cuatro y cinco alzas o media alzas si fuera necesario para facilitar la aireación interna de la colonia y dotar de espacio suficiente para colocar gran cantidad de néctar que esta ingresando. Igualmente las colmenas deben estar en un lugar ventilado sin malezas. Si las colmenas cumplen con estos requisitos de buena ventilación, mucho espacio y buena aireación, simplemente hay que dejarlas trabajar y cosechar cuando pase el intenso flujo de néctar.
Muchos aconsejan colocar una nueva alza melaria después que se llenó la primera y dejan a la colmena permanentemente sin suficiente espacio para acopiar néctar, pierden la posibilidad de cosechar mas, molestan continuamente a la colonia la que se estresa por tanto acoso y falta de buena aireación y espacio para procesar el néctar.
Una variante parecida a esta situación se produce cuando se tienen periodos largos de veranillos en invierno con buen ingreso de néctar pero con pólenes deficientes como las floraciones tardías del eucalipto grandis o glóbulus. El apicultor logra cosechar algo de miel fuera de temporada a costa del debilitamiento de las abejas que terminan exhaustas y debilitadas por el intenso trabajo sumado al consumo de pólenes deficientes en el aminoácido isoleusina o de pólenes con bajo tenor de proteínas.
4. Pocas nodrizas en el nido para tanta cría
Al fin del invierno las colmenas comienzan lentamente el incremento de la postura de sus reinas, manteniendo una relación equilibrada entre crías y abejas nodrizas -encargadas de alimentar las crías con jalea real producida de sus glándulas hipo faríngeas-. Cuando el apicultor en el afán de adelantar la producción de abejas y salir mas temprano en la mielada, estimula la postura de la reina con jarabe diluido, las abejas nodrizas no alcanzan para aportar con suficiente jalea y tienen que colaborar las abejas mas viejas, que abandonan el pecoreo para alimentar crías. Al no haber pecoreadoras falta el ingreso de polen para las nodrizas y merma la producción de jalea real, baja rápidamente la proteína corporal de las abejas disminuyendo la longevidad de las mismas. En consecuencia mueren más abejas de las que nacen, y las que nacen son cada vez más débiles, quedando expuestas a contraer enfermedades como en el caso anterior.
Algo parecido se da cuando descuidamos mantener el equilibrio en la relación nodrizas cría al hacer nuestros núcleos.
Si retiro muchas crías abiertas y pocas nodrizas se resiente el núcleo y si retiro las nodrizas con cría cerrada dejo a la colmena madre en desequilibrio.
Es fundamental mantener el equilibrio de la colonia en todo momento y en especial al despegar en el inicio de la temporada. No hay que apresurarse para estimular a la reina, si se deja buena cantidad de reservas de miel las abejas sabrán estimular gradualmente a su reina a fin de despegar correctamente en primavera.
5. Prolongado trabajo de mantener la organización del nido y de los panales después de excesivas y continuas revisiones
El solo hecho de ahumar la colmena hace que las abejas abandonen la habitual rutina y se precipiten a cargar el buche de miel. Si es lo único que se hace la interrupción dura poco tiempo, tal vez horas hasta que todas las abejas descarguen la miel y vuelvan a sus tareas normales, pero es probable que se nos ocurra abrir las colmenas para ver vaya a saber que: La postura, polen, panales bloqueados, sanidad o alimentar. Si todo se deja en el mismo lugar resulta menos traumático para las abejas, no obstante puede llevar un día reparar los panales desgarrados, limpiar la cría que sin querer se lastimó, volver a dejar todo ordenado. Si además de revisar se nos ocurre retirar algunos cuadros o cambiarlos de lugar el desorden es mayor, ordenarlo y adaptarse a la nueva disposición llevará de unos días a la colonia. Pero tuvimos que volver a abrir la colmena para alimentar. Curar, desbloquear, etc. Tanto manoseo hace que continuamente las abejas estén dedicadas a reparar los daños causados por la intervención del apicultor, que cree que está ayudando a la colonia y en realidad le está trayendo un trabajo extra y preocupación al tener que reordenar y reestructurar continuamente su nido. Es lógico que este esfuerzo continuo le produzca estrés. El mayor esfuerzo hace bajar las proteínas corporales, la longevidad y la vitalidad de la colonia. Además cada vez que las abejas tienen que abandonar sus tareas habituales descuidan la defensa de la colonia del ataque de depredadores, parásitos, bacterias, hongos, virus, etc.
Hay que molestar lo menos posible a las colmenas. Por lo general, los manejos que están de moda buscan rendimientos altos de cada colonia, para ello, el apicultor debe manipular excesivamente la colmena, hace muchas tareas que bien podrían dejar que lo hagan las abejas. En el afán de mejorar el rendimiento toquetea tanto las colmenas que termina estresándolas.
6. Falta de agua con altas temperaturas
Otro elemento imprescindible para la supervivencia, a parte de los nutrientes, es el agua. Los 2/3 de la mayor parte de los organismos vivos son agua (en algunos más). El agua interviene en las reacciones químicas que mantienen la vida, como disolvente y también como refrigerante. En todas las reacciones se produce calor, y si este no es eliminado, la temperatura corporal iría subiendo poco a poco hasta “freír” a las abejas por dentro: las proteínas se coagulan por encima de los 45º C y pierden sus funciones. Las abejas tienen en sus antenas unos termo receptores, termómetros, conectados a nervios, que se activan cuando la temperatura sube o baja y envían mensajes a los ganglios cerebrales que provocan determinados comportamientos (ventilación, agrupación, acarreo de agua...)
Si la temperatura sube las abejas salen a por agua, la vierten en gotas en los panales y ventilan para que se evapore, esto “roba” calor y la temperatura baja a su nivel normal. Si no pueden controlara así, salen de la colmena y se sitúan bajo esta, a la sombra, para evitar que su actividad dentro eleve más la temperatura.
Si no pueden mantener constantemente en alguna zona del panal una temperatura de 35 ±1º C y una humedad relativa de alrededor del 80%, cesa la cría (esta se deshidrata con facilidad a través de su fina piel). Por ello se ven abejas recogiendo ávidamente agua al inicio de la cría, en primavera temprana, pues si falta agua en la colonia, la cría se paraliza.
Otro elemento que necesita agua es la respiración, el aire que entra en los sacos respiratorios se carga de humedad interna de las abejas, humedad que estas deben reponer. La excreción de residuos también consume agua. Si falta agua en el organismo de la abeja, porque no haya aportes, este intenta recuperarla de donde sea. Primero utilizará los tejidos que tienen mas agua: la hemolinfa (sangre), que se espesará. Esto mueve a su vez agua de los tejidos a la sangre. Los organismos vivos tienen prioridades, por lo que el flujo interno de agua se desvía hacía los órganos más importantes: el tejido nervioso y el respiratorio, sacándola de otros menos importantes: los músculos, los intestinos... Si este proceso sigue, la hemolinfa se vuelve tan espesa que el corazón ha de hacer más esfuerzo para bombearla, y circula mal por los capilares, lo que genera más calor, lo que consume más agua para regular la temperatura...
En estas condiciones las abejas se vuelven extremadamente sensibles a cualquier problema, y acaban pereciendo si el proceso no se detiene con el aporte de agua.
En lugares donde no hay agua cerca para las abejas es conveniente colocar bebederos para que jamás le falte agua. Los que tenemos muchas lagunas cerca no valoramos la importancia del agua en la colonia de abejas pero hay lugares donde no se puede hacer apicultura sin colocar bebederos cerca de los apiarios.
7. Falta de reservas de alimentos calóricos
Mi padre, un poco por costumbre y seguramente, como producto de su basta experiencia, siempre insistía en cortar la cosecha antes del 10 de abril de cada año y dejar a la colmena como mínimo, a esa fecha; un medio alza lleno de miel. Yo pensaba que el viejo exageraba, que desperdiciaba la oportunidad de cosechar más miel y que nuestros inviernos son muy leves y por lo tanto no necesitaban de tanta reserva, y después de todo, si faltara alimento, se lo daría en forma de jarabe. El resultado es que mi padre sin suplementar tenia un mejor desarrollo primaveral pudiendo inclusive cosechar miel de azahar y yo tenia que suplementar a partir de los primeros días de agosto para que las colmenas lentamente se desarrollen y me den una efímera producción de miel de una especie florar que la llamamos “flor de primavera”, por florecer en plenitud en los inicios de la estación. Mi padre jamás curó a sus colmenas, no fue necesario a pesar de que tampoco renovaba los cuadros con regularidad. Yo tuve varios brotes de nosemosis, cría yesificada, varroa y loque europea.
Amigos apicultores, yo aprendí que debemos seguir el curso de la naturaleza y no renegar de ella.
Cuando las abejas tienen suficientes reservas mantienen un comportamiento relajado y no trabajan tanto en invierno, pero si dejamos a la colmena desprovista de reservas salen desesperadas a buscar alimentos, y si pueden, a robarle a otra colmena su reserva. Además las colmenas que no tienen reservas de alimento en cualquier época del año, son mucho más pilladoras que si tienen panales con miel operculada en una cámara melaria.
Es muy difícil que una colmena bien dotada, populosa, con mucho espacio y con suficientes reserva de miel y polen; se enferme. ¿Alimentar con miel o con jarabe? Mejor dejar reservas.
En conclusión, es evidente que por alimentar con jarabes de mala calidad, por mantener muy húmedas las cámaras de cría, provocar pillaje, incomodar y dar trabajo extra a las abejas generando estrés a las colmenas, estas se enfermen y el apicultor se vea obligado a utilizar fármacos que contaminan. Para que esto no ocurra, retira la reserva natural y reemplaza por alimento chatarra que debilita y le quita longevidad provocando un lento despegue primaveral que obliga otra vez a alimentar y suplementar con multivitamínicos (extracto de hígado).
Las abejas, después de sobrevivir millones de años sin la necesidad de la ayuda del hombre, más bien defendiéndose de éste depredador, lograron un sistema de auto inmunidad y se curan solas, hay que dejarlas hacer lo que ellas saben hacer y muy bien.
¿Que pasa si no dejamos reservas de miel y por alguna razón no podemos auxiliar a tiempo con sustitutos a las colmenas?
Cuando las abejas padecen falta de miel, falla el suministro de hidratos de carbono no pueden producir energía, sobre todo calorífica, y disminuye su capacidad de mantener 35º C constante, ± 1º C, en la zona de cría, es decir, se paraliza la cría. Si el problema continúa y se hace más grave, la temperatura de los panales que ocupan va disminuyendo, lo que vuelve más lentas todas las reacciones químicas de sus cuerpos; las trasmisiones eléctricas de los nervios (lo que ralentiza sus movimientos y su coordinación), la respiración, los movimientos musculares (lo que acentúa la disminución de la temperatura). Finalmente, cuando se llega a la frontera aproximada de los 12º C, las abejas quedan totalmente paralizadas por el frío y mueren, formando un grupo arracimado, introducidas de cabeza en las celdillas, en un intento desesperado de conservar mejor sus últimas calorías. Casi todos lo hemos visto alguna vez.
Hasta llegar a esa situación, el organismo de las abejas ha intentado producir energía calorífica de cualquier manera: primero, quemando sus reservas de grasa, que almacenaba en las células vacías de la espalda (al nivel del 2º anillo abdominal), y cuando estas escasean, quemando proteínas de los músculos, de los tejidos (intestino...). Se puede decir que el cuerpo se come a sí mismo. Esto provoca una disminución del peso corporal, que puede llegar a un 50% de su valor normal. Finalmente, solo quedan las proteínas de los órganos vitales y un mínimo de grasa que es imprescindible para el mantenimiento del nivel de las principales hormonas y el aislamiento de las terminaciones nerviosas que transmiten impulsos entre los tejidos, los órganos y los ganglios cerebrales. En este estado, las abejas pueden desaparecer con facilidad en el campo un día que puedan salir. Las que quedan en la colmena pueden presentar los mismos síntomas de falta de proteínas y destrucción de tejidos digestivos que si hubieran estado parasitadas por nosema, que es otra manera de perder proteínas.
8. Deficiente alimentación proteica
Proteína corporal de la abeja:
El polen provee a la colonia de abejas de toda la proteína necesaria para el desarrollo del cuerpo y su normal funcionamiento. Las abejas utilizan la proteína existente en el polen fundamentalmente para el desarrollo de los músculos, glándulas y demás tejidos corporales.
Estas proteínas del cuerpo de la abeja pueden ser trasladadas de un lugar a otro de los tejidos de la misma. Por ejemplo, cuando una abeja deja de producir jalea real, la proteína pasa de las glándulas hipo faríngeas a las glándulas cereras y luego a los músculos de vuelo. A su vez la abeja tiene capacidad de almacenar proteínas a nivel de los cuerpos grasos.
Cuando se da un periodo de bajo ingreso de polen con ingreso de néctar las abejas nodrizas no pueden desarrollar correctamente las glándulas hipo faríngeas y por lo tanto no pueden alimentar a las larvas con jalea real. En estos casos son las abejas viejas las que traslocan proteínas de los cuerpos grasos a las glándulas hipo faríngeas y alimentan transitoriamente a las crías. Esto se puede dar por un corto tiempo. La intensidad de trabajo de la abeja nodriza determina mayor desgaste y a su vez la longevidad de la abeja. Cuanto mayor es el contenido de proteínas del cuerpo de la abeja mayor será la vida útil de la misma. Un caso extremo en las necesidades de polen se puede dar frente a cortes repentinos de flujo y aportes, cuando las abejas reducen el nido de cría rápidamente, llegando a utilizar en casos de escasez las larvas de zánganos y las de los bordes de los nidos como fuente proteica. Es en estas situaciones extremas en que se produce este tipo de canibalismo entre las abejas.
Contrariamente a lo que se cree, se ha demostrado que las abejas cuando nacen, todavía no han completado su desarrollo fisiológico y requieren de una alimentación proteica para el inicio del funcionamiento de las glándulas para alimentar a la cría, los cuerpos grasos y otros órganos como las glándulas cereras. Las abejas inician el consumo de polen a partir de las dos horas de nacer y tienen el máximo requerimiento a los 5 días para disminuir notablemente a los 8 a 10 días, para suspender casi totalmente a los 15 a 18 días cuando se prepara para realizar las tareas fuera de la colmena. La cantidad de polen consumido por la abeja nodriza depende de la época del año y de la cantidad de cría a alimentar. Los momentos de máximo consumo se dan al inicio del flujo de néctar cuando está muy desarrollado el nido de cría. La cantidad de polen que consume anualmente una colmena es variable pero oscila entre 20 y 50 Kg.
Cuando la abeja realiza un esfuerzo en condiciones normales consume hidratos de carbono, pero cuando este esfuerzo es máximo como en las mieladas de eucalipto, el aporte de aminoácidos esenciales y de proteínas para sostener y reponer adecuadamente todo el desgaste muscular, es de suma importancia. En este momento es fundamental la concentración de proteína cruda del polen que consume la colmena y los niveles de aminoácidos esenciales del mismo. Los pólenes de eucalipto difieren en cuanto a su composición proteica. Los hay con muy baja concentración de proteína cruda y muy bajos niveles de Isoleucina particularmente.
Esta composición y sobre todo los niveles de proteína cruda, son fundamentales en la fase de preparación de la colmena (pre-mielada), pues afectan significativamente la longevidad de la abeja, llegando hasta disminuir en un 50% la misma. Este hecho es muy importante porque impide llegar a grandes poblaciones en la colmena; y lo que es más, cuando la abeja llega a pecoreadora le quedan ya unos pocos días de vida. En consecuencia, se disminuye en mucho la capacidad de pecoreo de la colmena. Los niveles bajos de Isoleucina a su vez potencian estos efectos.
Las abejas necesitan pólenes con por lo menos 20% de proteína cruda. La mayoría de los pólenes de eucalipto presentan niveles de proteína entre el 18% al 30 %, dependiendo de la especie, localización, condiciones climáticas, etc. El polen de eucalipto maculata tiene de 25 a 33% de proteína por lo que es considerado muy bueno para el crecimiento, desarrollo y mantenimiento de la colonia en periodo de máximo esfuerzo como normalmente es un periodo de alto flujo de néctar de eucalipto. El polen de los pinos tiene del 5 al 7% de proteínas por lo que es una fuente de alimentos nutritivamente pobre.
Las abejas pueden llegar a tener altos niveles de proteína corporal con porcentajes de proteína cruda superiores a los 80%. Cuando llegan a este nivel son fuertes, longevas y con gran capacidad para pecorear mucha miel. Paralelamente podemos encontrar colonias con un porcentaje inferior al 30% de proteína corporal, siendo en este caso abejas de corta vida, susceptibles de contraer loque europea, nosema y son muy malas productoras de miel.
El nivel de proteína corporal es muy importante durante el otoño de manera tal que las abejas puedan controlar bien a nosema, invernar en condiciones saludables y desarrollar rápidamente la colonia en la primavera siguiente.
El nivel de proteína corporal se reduce con la producción de miel, de cera, en clima muy caluroso o muy frío y especialmente con el desarrollo de la cría en primavera. Esta proteína cruda se incrementará en la medida que entre polen con más de 20% de proteína cruda digestible y que las abejas no estén estresadas por un gran flujo de néctar, o condiciones adversas del clima. Ref.: Apicultura en Eucalipto PREDEG Uruguay
Hambre de Proteínas:
Cuando las abejas padecen falta de polen, bien porque no haya, o porque el que hay no tiene los nutrientes adecuados (por sequía, polen de eucalipto, gramíneas, pino, por ejemplo), las reacciones químicas de formación de grasa a partir de los hidratos de carbono no se dan y no pueden acumular suficiente cantidad de ésta en su cuerpo.
Si tienen hidratos de carbono, miel, pueden quemarlos para producir calor, pero les faltarían elementos necesarios para la producción de hormonas y enzimas que controlan procesos importantes: la fabricación de jugos digestivos, el sistema inmunológico, el aislamiento de los conductos nerviosos, la producción de jalea real (con lo que paralizarán la cría), la producción de cera...
La falta de polen, también provoca en el organismo de las abejas “hambre de proteínas”, que tratan de solucionar extrayendo proteínas de donde las haya, fundamentalmente del músculo y los intestinos. Esta situación puede provocar daños celulares en estos tejidos, con la consiguiente disminución del peso corporal, y la posible observación de tejidos dañados (como el digestivo) que deja de producir jugos digestivos y queda con daños que pueden confundirse con lesiones de parasitosis por nosema.
Paralelamente a ese proceso orgánico hay un aumento del instinto de recolección de polen, lo que hace que, si no lo encuentran, recolecten cualquier cosa que se le parezca (harina, polvo de paja, polvo de los piensos para ganado, e ¡incluso aserrín de madera!). Algunas de estas sustancias pueden alimentarles algo (como el pienso de lechones), otras poco o nada (paja, aserrín...).
Todos los seres vivos tienen mecanismos de comportamiento semejante, recuerden si no a Chaplin en “La quimera del oro”, comiéndose su bota guisada, los cordones como si fueran espagueti y la suela como si fiera un filete.
Todo esto hace que las abejas se vuelvan mucho más sensibles a cualquier problema que pueda afectar a su supervivencia: enfermedades, intoxicaciones por plaguicidas, meteorología desfavorable.
Es muy importante mantener a las abejas con alto contenido de proteína corporal al inicio de la mielada y en casos de máxima exigencia como podría ser la producción de miel en el eucalipto puede llegar a ser muy útil suplementar las colmenas con polen o sustitutos a fin de mantener alto el nivel de proteínas corporales ya que de ello depende la longevidad de las abejas y su futuro despegue primaveral.
9. Colmenas mal diseñadas y mal ubicadas
Ubicación de la colmena fuera de las zonas geopáticas; b) Incorrecta orientación de los panales fuera del N-S; c) Inadecuada posición de los panales según Housel; d) Celdillas muy grandes en la cera estampada; e) Mucho o poco espacio entre panales de cría.
Las colonias ubicadas en colmenas en las condiciones expuestas en el título de este apartado viven en un permanente estado de estrés. Son más agresivas y susceptibles a parasitarse o enfermarse.
Las abejas en la naturaleza eligen los lugares en el que asentarán su nido y no siempre concuerda con lo que nosotros creemos que es mejor para ellas. Parece caprichoso, muchas veces noté que en vez de entrar el enjambre en una colmena vacía armada con 10 cuadros limpios labrados, optan por ocupar un cajón vacío contiguo, roto y lleno de mugre. Todos los años dejo al costado de un viejo camino vecinal núcleos viejos con cuadros labrados para cazar los enjambres migratorios de estación, a los pocos días controlo los que están cargados para retirarlos luego. Ocurrió que en un sector, después de haber ingresado los enjambres, unos 10 aproximadamente en un recorrido de unos 100 metros, cuando fui a retirarlos ya no estaban, se fueron y dejaron vacío el lugar. En ese trayecto de 100 metros no quedó ninguno.
“Yo no creo en las brujas pero haberlas hay las”, le contesté a una niña que me preguntó si yo creía en las líneas de Hartmann y Curry. Algo hay que influye en las colonias y que hace que las mismas prosperen un lugar y en otro no. Hay alguna razón para que los enjambres prefieran la caja vacía y no una con panales labrados. Seguramente que debe haber alguna explicación a la huida de los enjambres que entraron en las cajas y después en forma masiva las abandonaron. Hay lugares preferidos para anidar por los enjambres y otros donde jamás bajan ¿Serán las fuerzas magnéticas como dicen Hartmann y Curry? Hay algo que influye sobre la abeja para que esta se sienta más cómoda en un lugar que en otro. Podrán ser las fuerzas magnéticas o no, pero lo importante es saber detectar los lugares preferidos por las abejas en forma natural, antes de ubicar nuestros colmenares.
Dicen que en la naturaleza las abejas construyen los panales en sentido norte sur magnético y no de este a oeste como acostumbramos colocar los apicultores, y a decir verdad casi todas las colonias silvestres que observé tienen esa posición norte sur de sus panales al menos en el nido de cría.
Muchas veces le reclamé a mi proveedor de cera estampada que me estaba vendiendo una cera de mala calidad porque las abejas me la rechazaban, hacían un panal pegado a cada cara de la cera estampada y no estiraban las celdillas, pero después de leer a Ed y Dee Lusby llegué a la conclusión que las abejas naturales capturadas son mas chicas y no pueden estirar las celdillas artificiales mas grandes que tiene la cera estampada. O tal vez no respeté la posición correcta de colocar los panales según Michael Housel. En parte mi padre solucionaba este inconveniente colocando una tira de cera junto al cabezal y dejaba que las abejas labren los panales a su gusto.
Siguiendo el pensamiento de Ed y Dee se me ocurrió medir el tamaño de 10 celdillas de los panales del nido de las colonias silvestres y para sorpresa encontré que tienen alrededor de 4.9mm, lo que significa que las celdillas son significativamente más pequeñas que las que trae la cera estampada.
Medí también la separación entre panales de cría y ¡...! ¡Mas sorpresas!, Midieron entre 3.3 cm y 3.4 cm de distancia entre sus ejes, contra 3.6 cm que tienen mis cuadros. Yo que siempre observé la naturaleza y traté de imitarla estaba manejando colonias con cera estampada cuya celdilla es mas grande que las que tienen las mismas colonias en estado natural, si bien a la mayoría de los cuadros se le colocó una tira de cera estampada y no la totalidad de la plancha permitiendo a las abejas labrarlas al tamaño de su instinto. Pero la distancia entre panales, ¿Cómo se me pasó? Leí que algunos sugieren utilizar 9 cuadros en la cámara de cría y sin embargo respetando la distancia natural que tienen los panales podría utilizar 11 cuadros en la cámara de cría.
Poco después buscando más información sobre el paso de la abeja y distancia entre panales, leí un artículo de Ed y Dee sobre la posición que había observado Michael Housel de los panales en las colmenas salvajes y realmente comprendí mi gran desconocimiento de muchos de los secretos que guardan las abejas en sus estructuras naturales que todavía debemos estudiar. Michael Housel de Orlando Florida descubrió que hay una constante en la posición de la “Y” que se forma en el fondo de las celdillas de los panales. Todas las caras que miran hacia fuera tienen la “Y” con la abertura hacia arriba y las caras que miran hacia adentro las tienen en posición invertida “A”. La cera estampada respeta este principio observado por Housel y podemos ver que de un lado están con la “Y” hacia arriba y del otro para abajo. Michael Housel observó además que las colmenas salvajes labran al comienzo un panal central con las “Y” en ambas caras mirando hacia abajo. ¿Cuan lejos estamos de los principios naturales que rigen la conducta instintiva de las abejas al labrar sus nidos? ¿Cómo nos alejamos tanto? Cuando hace más de 100 años, los apicultores percibieron que hay que respetar la posición de las “Y” al fabricar las ceras estampadas, ¿Cómo no se dieron cuenta de que en las formaciones naturales hay que respetar una posición determinada?.
Todas estas situaciones se dan en nuestras colmenas y sin excepción, todas producen en mayor o menor medida; molestia, incomodidad, fastidio, mayor esfuerzo, falta de resistencia a las enfermedades, etc.
Las colonias que no cumplen con esas condiciones que impone la naturaleza, que viven a contramano de las leyes naturales; son más agresivas, cambian seguido su reina, o enjambran, se llenan de parásitos, y/o enfermedades. En una palabra, viven en un estado de estrés permanente.
Esto en parte explicaría por si solo el porque una colonia que se instala a voluntad en el bosque no sufre de enfermedades y las colonias que nosotros cuidamos son muy propensas a parasitarse o enfermarse.
10. Una reina deficiente
No se si se puede incluir como estado de estrés en la colmena situaciones muy parecidas a las anteriores, que también son la antesala a las enfermedades de la colonia, pero que no producen un dolor o sufrimiento aparente de las abejas, me refiero a las reinas deficientes,
aquellas que por alguna razón ya no ponen tantos huevos y no son tan atractivas para las abejas. Puede ser que ya sea vieja o que se haya fecundado con pocos zánganos, tal vez no tuvo una buena alimentación en su estado larvario, etc. Los antibióticos al igual que la intoxicación con insecticidas disminuyen el rendimiento de la reina al 50 %.
Una colonia con una reina deficiente se mantiene siempre débil, desganada, con muy poca capacidad para defenderse de los depredadores, con frecuencia cargada de polen en exceso en los panales o miel cerca del nido que no es retirada por las abejas para dar lugar a la postura de la reina. Una reina deficiente libera menos feromonas y la falta de feromonas indica a los enemigos que esa colonia es débil, con pocas defensas, hace que los depredadores estén al asecho, (polilla, algunas hormigas, incluso las abejas para pillar o saquear). El ingreso de enemigos -parásitos, enfermedades, depredadores, saqueadores, etc. -en la colmena, se ve favorecido por un estado de estrés o de reina deficiente. A su vez, la presencia de parásitos, depredadores, saqueadores abre las puertas al ingreso de virus, bacterias, hongos, y otros.
Pero sin lugar a dudas todo comienza al someter a la colonia a una situación de estrés o permitir por mucho tiempo la presencia de una reina deficiente.
Comentario final
Siempre pensé que deberíamos respetar las reglas que nos impone la naturaleza. Que el hombre en su afán por superarse casi siempre quiere imitar a Dios, en cierta forma se siente un poco Dios; Creador, inventor, transformador, dueño de la vida, patrón del universo. Pero en su afán por sentirse un poco Dios, se olvida que las cosas en la naturaleza no están hechas por azar, que cada especie ocupa su lugar en la rueda de la vida, que cada vida tiene un rol a desempeñar y para poder cumplir con ese rol, necesita que se respete su forma de vida adaptada al medio por millones de años, en el caso que nos ocupa, la vida de la colonia de abejas.
El hombre busca utilizar los recursos que le brinda la naturaleza en su beneficio y no está mal que se intervenga en cierta medida en el ciclo natural, pero siempre que respete el equilibrio interno elemental para la vida del organismo y el externo, en su relación con el medio ambiente. Ref. ¡Volver a lo natural! del Autor.
¡Cuán lejos están nuestros manejos de la colmena, de la forma de criar que tiene la naturaleza! ¿Por qué no respetar la evolución natural que en millones de años seleccionó colonias adaptadas al medio, capaces de defenderse solas sin la ayuda del hombre
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