Consanguinidad en las abejas
Determinación del sexo
La Reina a muy temprana edad sale en sus vuelos nupciales a
fecundarse lejos de su colonia con varios machos, de 10 a 17 zánganos, a los
que le extirpa sus órganos sexuales depositando las células germinativas o
espermas en un órgano llamado espermateca. Los espermas están en capas más o
menos mezclados y la reina los utiliza durante toda su vida útil para
fertilizar sus óvulos.
La colonia de abejas es considerada como una súper familia con
una madre común pero con muchos padres, cada uno de los zánganos con que se
apareó la reina. Las obreras hijas del mismo zángano representan una
subfamilia, habiendo tantas subfamilias como zánganos se aparearon con la
reina. Las obreras que componen una subfamilia son hermanas entre si, pero con
las de otra subfamilia son medio hermanas. Los zánganos son hermanastros de las
obreras y de las reinas jóvenes. De esta forma en un mismo momento en la
colonia hay obreras con diferentes grados de parentesco.
Normalmente los huevos de insectos y otros animales no se
desarrollan sino hasta que haya tenido lugar la fertilización. Sin embargo en
casi todos los insectos del orden Himenóptera (incluidas las abejas) los óvulos
no fecundados pueden dar origen a un adulto perfecto. Este tipo de reproducción
sin la intervención masculina se llama partenogénesis. Las hembras (obreras y
reinas) se desarrollan a partir de huevos fecundados conservando el número
diploide 2n de cromosomas de la especie (32 cromosomas), mientras que los
machos normales se desarrollan a partir de óvulos no fecundados, poseen
solamente el número haploide (n) de cromosomas, proveniente de la madre (16
cromosomas). De esta manera en los zánganos los genes que controlan un carácter
no se encuentran de a pares sino que siempre encontramos un alelo.
alelos sexuales |
Todos sabemos que las hembras vienen de los huevos fertilizados y
los zanganos normales de los óvulos
directamente, sin ser fertilizados por el esperma
Contemporáneamente la partenogénesis era considerada la base de
la determinación de sexo en abejas. La teoría era que si tenía un sistema de
cromosomas (haploides) era macho y si tenía dos sistemas de cromosomas
(diploides), era hembra. Mientras que esto es una explicación razonable, esta
teoría ahora se sabe que es falsa.
Los cromosomas contienen las unidades hereditarias llamadas los
genes y todas las formas de un gene que puede ocurrir en un lugar geométrico se
llaman los alelos.
El alelo significa una versión de un gen. Por ejemplo los genes
para los ojos azules y los ojos marrones son alelos del gene del color del ojo.
Los que controlan el sexo en abejas se llaman alelos del sexo.
Tanto las reinas como las obreras tienen dos pares de cromosomas,
ellos llevan dos alelos para cada gen, uno en cada miembro del par. Si ambos
alelos están del mismo tipo, la condición es homosigosis; si son diferentes, la
condición es heterozigosis. En algunas circunstancias heterozigoticas, un alelo
enmascarará la expresión del otro y se dice ser dominante. El alelo que tiene
su expresión enmascarada se dice que es recesivo. Los zánganos normales pueden
llevar solamente un tipo de alelo porque son haploides; así, los llaman
hemizigoticos.
Hay una regla muy simple para determinar el sexo en las abejas:
Si hay dos diversos alelos del sexo presentes, la abeja se
convertirá en una hembra, (una obrera o una reina). Si hay solamente un tipo de
alelo presente, la abeja se convertirá en un Zángano.
Hay solo dos posibilidades para que un solo tipo de alelo esté
presente;
Cuando nace de un óvulo no fertilizado, de modo que contenga
solamente un alelo del sexo, tenemos el caso de un Zángano Normal.
Pero puede ocurrir que si se fertiliza el óvulo tenga ambos
alelos del sexo iguales, el proveniente de la madre y del padre. Este huevo
fertilizado también se convertirá en un zángano, pero este zángano será anormal
porque es diploide, él contiene dos sistemas de cromosomas y no puede funcionar
como un zángano normal. Estos zánganos diploides son destruidos siempre por las
abejas obreras, que los matan tan pronto como nacen.
Se piensa que hay cerca de 19 diversos alelos del sexo. Hay
probablemente más, pero éste es hasta ahora los que se conocen. Éste es un
ejemplo muy claro de porqué es tan importante conservar la diversidad genética.
Cuantos más alelos del sexo tengamos en nuestra población de la abeja, cuantos
más sólidos serán los patrones de la cría, y habrá más abejas en la colmena
para recoger la miel.
En los animales y las plantas la cosa es diferente, cuando ambos
alelos sexuales son idénticos XX nace una hembra y cuando son distintos XY nace
un varón, el alelo Y determina la condición de varón y es dominante por lo
tanto cuando está presente enmascara al alelo hembra X siendo el XY un macho.
Dijimos que la abeja hembra es diploide (32 cromosomas), en
cambio el macho lleva solamente 16 cromosomas (haploide). Cada óvulo posee 16
cromosomas resultado de una meiosis normal. Los espermas son producidos a
través de una meiosis especial, en la cual todos los cromosomas van a una
célula sexual y ninguno a la otra.
Consanguinidad
Introducción:
Si bien es cierto que las abejas tienen recursos naturales para
evitar los cruzamientos consanguíneos no deja de preocupar el mismo por la
disminución del rendimiento de la colmena con síntomas de consanguinidad. Para
evitar la consanguinidad:
Las abejas al enjambrar emigran a gran distancia del nido que le
dio origen.
Los zánganos al formar los centros de apareamiento lo hacen lejos
de sus colonias de origen.
Las reinas al buscar los centros de fecundación lo hacen muy
lejos de su colonia.
La reina tiene apareamientos múltiples
Entre las abejas no pueden existir apareamientos entre:
Padre con la hija ya que el Zángano muere en el acto sexual
Hijo con la madre porque esta copula a los pocos días de nacer con varios
zánganos y después no copula mas.
Hermano con hermana ya que el zángano tiene solamente la mitad de
los cromosomas de la madre y son equivalentes a medio hermanos.
Los cruzamientos más cercanos en relación de parentesco que se
pueden dar entre hermanastros.
Pero la situación se complica porque debido a la partenogénesis
el zángano tiene la mitad del número de cromosomas y los millones de espermatozoides
que produzca serán idénticos.
Un resultado de esta uniformidad de genes en el zángano significa
que hay una mayor estabilidad en la herencia de la abeja que en otras formas de
vida. “Pero otra consecuencia de esta uniformidad es que la abeja es más
susceptible a la endogamia”. Es verdad que el acoplamiento múltiple actúa como
contrapeso a esto, pero solamente parcialmente.
Dijimos que: si hay dos diversos alelos del sexo presentes, la
abeja se convertirá en una hembra, (una obrera o una reina). Si hay solamente
un tipo de alelo presente, la abeja se convertirá en un Zángano.
En el caso de un individuo proveniente de un huevo fecundado pero
homocigótico para tales alelos del sexo (por ejemplo: X3/X3) será un macho
diploide que es eliminado por las obreras pocas horas después de eclosionar.
Esto presenta un limite en el mejoramiento genético pues al realizar
cruzamientos de individuos emparentados, se llega a altos grados de
consanguinidad y parte de la progenie no es viable a causa de esos machos
diploides. Por ejemplo, si usamos semen de un zángano para inseminar una reina
hermanastra o media hermana de este, es probable que el 50 % de la progenie sea
inviable dependiendo del genotipo del mismo.
El primer indicio de que nuestras abejas sufren este problema, es
la cría salteada, que no debe confundirse con ningún tipo de enfermedad de la
cría.
¿Cómo probar la viabilidad de la cría?
Ahora bien, ¿qué entendemos por cría salteada y en qué
porcentaje? Nos referimos a la observación del área de cría operculada, que hay
en un panal 13 días después de que la reina tuvo oportunidad de aovarlo. Se
entiende que para esta prueba, introducimos el día 0, un panal obrado vacío en
el centro de una cámara de cría, con lo cual la reina empieza a aovar 24 horas
después. Probablemente ambas caras del panal estarán totalmente aovadas hacia
fines del día 3. El día 13 retiramos el marco y medimos un área de 10 celdas X
10 celdas del centro del panal. De las 100 celdas que componen esta superficie,
debemos contar todas aquellas que no contengan cría operculada.
En el caso de contar 15 o más celdas que no contengan cría
operculada, podemos afirmar que hay un alto grado de consanguinidad en nuestras
abejas, y tanto más elevado cuanto menos cría operculada encontremos. Esta
simple prueba nos permite determinar el "porcentaje de viabilidad de la
cría" de la reina que fue testedada; Que debe ser del 85% o más para
considerarla bien apareada, lo que significa que de cada 100 huevos que ella
ponga por lo menos 85 deben terminar en abejas obreras.
Consecuencias de la
consanguinidad
La colonia con una reina con apareamientos consanguíneos y con
baja viabilidad de la cría podrá ser tan prolífica como la reina bien fecundada
pero la productividad de la colonia no va a ser la misma ya que las larvas
consanguíneas son retiradas a los pocos días de nacer..
Falta de despegue en primavera, esto es colmenas que no crecen al
ritmo de las demás.
Las Colmenas con reinas de apareamientos consanguíneos son más
susceptibles a contraer enfermedades.
Tienen dificultades para pasar la invernada.
Ineficiencia en la pecorea, es decir, abejas haraganas.
La presencia de la cría libera feromonas que estimulan la
recolección de polen. Como las crías consanguíneas son retiradas antes de los
tres días, producen estímulo que hace que las obreras pecoreadoras recolecten
el polen, que no es consumido ya que este es utilizado por las larvas mayores
de tres días. Esta es una de las consecuencias del bloqueo con polen en
colmenas con reina con apareamientos consanguíneos.
Con menos pecoreadoras deben recolectar polen como si fuera una
colonia normal, por lo tanto son menos las pecoreadoras que pueden dedicarse a
la colecta de néctar.
Las reinas con apareamientos consanguíneos, si son prolíficas, no
son reemplazadas por las obreras porque producen mucha sustancia real por la
abundante postura. Recién cuando la postura se vea afectada por el bloqueo con
el polen, las obreras perciban algún defecto en la reina y la reemplacen.
A toda colmena que presente síntomas de cría salteada, conviene
sustituirle la reina. Estos son los casos de excepción en la determinación del
índice de ingreso de polen en la piquera. A pesar de tener un alto índice de aporte de polen, no tienen una buena reina.
Reducción de riesgos
Por lo explicado, es sencillo darse cuenta que la consanguinidad
dentro del colmenar es sumamente perjudicial, ya que al elevar el número de
reinas y zánganos hermanos aumenta la posibilidad que se sumen alelos iguales
llegando el caso de superar hasta un 50% de nacimientos de machos diploides,
por lo que la colmena no avanzará ya que no habrá nacimientos de obreras.
Existen algunas técnicas para reducir el riesgo de consanguinidad
en la cría de reinas; algunas de las formas más sencillas son:
Trabajar con más de una línea genética, es decir tener más de una
madre.
Intercambiar material con otros productores apícolas que sean de
confianza.
Nunca criar y fecundar en el mismo apiario, es decir tener un
lugar para la cría y otro
para los núcleos de fecundación.
¿Cómo evitar el parentesco con solo 3 (Tres Gametos)?
Normalmente encontramos en la literatura especializada de que hay
necesidad de centenares de enjambres para evitar el riesgo del parentesco. De
hecho si la apicultura que sea practicada sin planificaciones no serán
centenares y ni miles de enjambres que impedirán eventuales consanguinidades
que podrían inviable hasta un 50% de la postura de las reinas.
En teoría sería posible evitar el parentesco con sólo 03 (tres)
gametos: dos para la reina y más uno para la espermateca - para mantener
indefinidamente un enjambre sin que este se extinga y sin que sea inviable su cría.
Así el apicultor auxiliado por los equipamientos de fertilización - para reducir
trabajos - podría mantener indefinidamente sin consanguinidad una colonia y
usando los zánganos que nazcan dentro de la misma sin la necesidad de tener que
mantener centenares de enjambres.
Para facilitar la comprensión hagamos de cuenta que la reina
inicial fuera una carnica italianizada y fecundada por zánganos nórdicos apis
mellifera syluvarum de las rarísimas tribus amarillentas =“K1I1-Na1”. El
zángano carnico(“K1”) es bastante oscuro y vamos a llamarlo de “negro”. El nórdico
de la tribu mencionada (“Na1”) tiene uno o dos anillos del abdomen amarillentos
y el restante “negro” como el Cárnico. El italiano(“I1”) es anaranjado y bien
claro. Son colores bien distinguidos y facilitarían la planificación.
Los zánganos que se utilicen serían siempre los nacidos en la
propia colmena y no ocurriría el incesto(*) como superficialmente podría
aparentar.
Observación: aquí en este ejemplo están siendo creados zánganos
que se reconocen con toda la facilidad. En la práctica no es nada fácil – como ejemplo
- distinguir un cárnico de un africano de las a.m scutellata si el
europeo no fuere muy negro.
Si la princesa nace oscura, sin embargo con tono de amarillo en
el 1º anillo del abdomen - entonces
sería una “K1Na1” (Cárnica Nordicizada) y los zánganos que sean usados en una inseminacion serían los italianos (“I1” = anaranjados y bien claros);
Si nace una bien amarillenta, es señal de que es “I1Na1”
(Italiana Nordicizada) y los zánganos adecuados serían los bien oscuros (“K1” =
cárnicos).
Con el mismo raciocinio y ojo de apicultor el enjambre podría ser
mantenido indefinidamente siempre usando los propios zánganos nacidos dentro de
esta colmena y sin registrarse ningún fallo en las crías. No se sabe por cuanto
tiempo esto sería posible, sin embargo experiencias análogas están siendo
hechas ya casi un Siglo. (Claudio Mikos).
Es importante notar que en una colmena como esta nacen
un 50% de los zánganos cárnicos (“K”) y un 50% de italianos (“I”). Sería un
error afirmar que ellos son hermanos! (*). Puede haber algún intercambio de genes, pero no tendría la capacidad de causar
los males de la consanguinidad: que
parte del desove de una reina fuera inviable.
Nota: ocasionalmente pueden aparecer otros casos de inviabilidad
del desove donde esta no llega a prosperar por problemas de otra índole como
hambre, insuficiencia de polen o defectos mismos en la reina.
En el caso de mantener bancos
genéticos de una sólo raza la situación es más compleja – pueden no existir
colores tan contrastantes - y entonces son usados diversos artificios. Pueden
ser anotados los pequeños detalles perceptibles en las reinas y en los zánganos
como una mayor o menor presencia de vellos o sus pequeñas variaciones en el
color tendiendo para el gris o para el marrón, zánganos con más o menos
presencia del color amarillo o anaranjada, pintas, acastañados en las partes
laterales del abdomen, etc... y si ni esto
fuera posible debido a un patrón muy estable, las princesas son fecundadas con el esperma
recolectado de un único zángano y aquellas que no presentaran problemas de
viabilidad en las crías pasan a ser reinas
matrices. En la base de la coincidencia se escapa del parentesco (Claudio
Mikos).
Las ventajas y las desventajas de la endogamia
Inbreeding o Acoplamientos entre parientes se puede considerar
como la piedra angular de la selección genética. Es el método imprescindible de
intensificar, de fijar y de estandardizar las características deseables y al
mismo tiempo expulsar los factores no deseados. La endogamia se emplea en todas
las formas de criar en el mundo animal y de las plantas. De hecho, en plantas
la autopolinización es la forma más intensiva de endogamia. Por otra parte, en
la cría de abejas en la naturaleza esta práctica es evitada para prevenir los
efectos negativos de la endogamia. Esto se demuestra claramente por los
acoplamientos múltiples y porque los zánganos se aparean muy lejos de su
colmena hasta diez kilómetros.
Una experiencia práctica demuestra que el resultado más serio de
la endogamia es repetidamente otra vez, la pérdida progresiva de vitalidad.
Esta pérdida de vitalidad afecta todas las actividades esenciales de las abejas
e incluso amenaza la misma existencia de muchas colonias. Las pérdidas
devastadoras sobre las cuales oímos tanto son debidas, en gran parte si no
enteramente, a esta pérdida de vitalidad. Es una deficiencia insidiosa e
ilusoria que se acentúa siempre principalmente en las condiciones climáticas
desfavorables contra las cuales una constitución debilitada no tiene ninguna
resistencia. La carencia de la vitalidad se acentúa también una capacidad
reducida de multiplicar la cría, la inhabilidad para la autodefensa y sobretodo
en una susceptibilidad creciente a la enfermedad. Sin duda en la crianza de la
abeja es un requisito indispensable el control para evitar los acoplamientos entre
parientes consanguíneos “Endogamia” La experiencia ha demostrado que sin este
cuidado incluso las capacidades más productivas de abejas se pueden arruinar en
algunas generaciones.
Cuando se cruzan dos individuos de distintas razas de la misma
especie la progenie normalmente tiene mucho mas vitalidad que cualquiera de los
dos padres, a este hecho se lo denomina heterosis o vigor híbrido. Este
cruzamiento da lugar a muchos más genes que llevan diversos alelos. El
apareamiento de padres sin relación da lugar a muchos más genes con alelos
diversos o heterocigóticos. Un aumento generalizado de la heterocigosis es
responsable de producir heterosis. El estado opuesto es cuando los genes llevan
dos alelos iguales. Estos organismos serían homocigóticos con una notable
reducción de la heterosis.
Una reducción de la heterosis ocurre con la endogamia o
cruzamiento entre parientes, mientras que el porcentaje de genes homocigóticos
aumenta es menor el vigor híbrido. Esto da lugar a: Una pérdida inesperada de
vitalidad, inactividad de la colonia, pérdida de resistencia a la enfermedad,
disminución de la producción y menor longevidad de la abeja en invierno.
Orlando
Valega