Si una colonia está bien organizada tan solo en ella
encontramos abejas obreras, machos y una reina, en alguna ocasión muy concreta
pueden convivir dos reinas o bien una reina fecunda y varias no fecundas. De forma
temporal y ante la ausencia de una reina fértil pueden las abejas obreras
iniciar la puesta de algunos huevos durante el tiempo en que la reina fecunda
está para iniciar su puesta, pero si la ausencia de reina se hace definitiva y
las abejas no disponen de medios para procurarse otra y en ocasiones aunque
dispongan de esos medios, cuando ya ha transcurrido mucho tiempo, son varias
las obreras que estimulan los ovarios atrofiados hasta entonces que tienen y
ponen algunos huevos de forma desordenada y así podemos encontrar larvas de
diferentes edades en la misma celdilla o larvas y huevos juntos, o una cantidad
de diez o doce huevecillos colocados en la misma celda, toda esta puesta como
procede de abejas que no han sido nunca fecundadas y atendiendo al proceso de
descendencia llamado partenogénesis dará lugar al nacimiento de machos, y al
ser las celdillas donde nacen las propias de las obreras alargadas ellos nacen
más pequeños en tamaño corporal y se puede suponer que esa tara los hará no
aptos para la fecundación siendo totalmente inútil su presencia en el colmenar.
Las colonias de este tipo crían estos machos en el centro de los panales
normales lugar donde con mayor frecuencia se reúne el grupo, en principio puede
parecer que todos los que han usado quedan inhabilitados para continuar la cría
de obreras pero lo cierto es que al ser las mismas celdillas alargadas las
abejas las recortan y las dejan en la medida apropiada, es un caso poco
frecuente pero las mismas abejas de la colonia cuando cesa totalmente la puesta
de las ponedoras durante el invierno las recortan llevadas de su instinto y
quedan con la longitud apropiada.
Si se observan con detalle algunas celdillas nos encontramos
con que tienen una provisión de jalea muy superior a lo normal, incluso llegan
a realizar realeras que por su procedencia solo pueden dar lugar al nacimiento
de otro macho, cosa que no suele ocurrir.
Todas las colonias de este tipo están por lógica condenadas
a desaparecer, no puede ser de otra manera al no haber los necesarios
nacimientos de reemplazo de las viejas abejas que van desapareciendo con la
edad, tan pronto son detectadas debemos aprovechar las abejas que tengan
reuniéndolas y reservando los panales para otras colonias.
Intentar que se den otra reina cuando ya están organizadas
en torno de las obreras ponedoras y a las cuales las abejas pueden considerar
como verdaderas reinas es muy difícil y muy pocas veces merece la pena si
tenemos en cuenta la escasa población que tienen, cuando deberíamos iniciar el
manejo de dotarlas de cría joven para que formen realeras, la reunión es el
método más apropiado para resolver esta situación.
Como una característica de la puesta anormal de estas
colonias es el hallar varios huevos en las mismas celdillas debemos considerar
que los bloqueos bruscos de una reina en activo, ocasionada por ejem, al
llevárnosla en un núcleo, puede dar lugar al hallazgo de algunos huevos juntos
lo mismo que ocurre al inicio de la puesta de una joven reina aunque en este
caso es debido a una puesta de abejas, en ambos desaparecerá por si misma y
nunca llegará a pasar de algo puramente ocasional y que el apicultor ve casi de
casualidad. El problema de obreras ponedoras esta planteado cuando hallamos
puesta como la descrita, parte debidamente operculada, los panales alterados
por esas celdas y una escasa población.
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