Las Larvas de abeja influyen en la cantidad y
calidad del pecoreo
Investigadores
de la Universidad de Arizona, de Maryland y el Instituto Nacional de Investigaciones
Agrónomas de Francia descubrieron que las abejas adultas utilizan como guía las
señales de feromonas liberadas por las larvas para determinar su comportamiento
de pecoreo. Esta conducta podría tener repercusiones para los apicultores.
Las
larvas de las abejas de distintas edades tienen distintas necesidades y su manera de expresarlas es a través de las señales
químicas que influyen en el comportamiento de sus nodrizas.
A medida
que crecen las larvas, su alimentación va cambiando. Lo mismo sucede con las
señales que emiten. En una investigación publicada en la revista científica Behaviour, se demostró que las abejas adultas
pecorean alimentos basadas en los cambios de las señales de feromonas de las
larvas para ajustar que recursos nutricionales recolectar.
Las
abejas regresan a la colmena con polen más rico en proteínas cuando son
expuestas a larvas más juveniles en comparación con las más desarrolladas. Los
investigadores también descubrieron que significativamente pocas abejas
regresan sin alimento a la colmena, lo que podría tener un impacto en la polinización así como en la recolecta de
productos de la colmena.
Las
abejas nodrizas que están a cargo de alimentar a las larvas necesitan polen
para cumplir su función. Las proteínas del polen activan las glándulas que
produce el alimento para el desarrollo de las larvas. La calidad y cantidad de
ese alimento cambia de acuerdo a la edad y casta de las larvas.
Las
abejas nodrizas alimentan a la larva que será reina con una dieta rica en
proteínas y azúcar durante su desarrollo. Sin embargo, para la larva obrera,
las nodrizas dividen su alimentación en dos partes. A las larvas más nuevas, se
les alimenta con abundantes proteínas, mientras que a las larvas de mayor edad,
les son restringidas las proteínas a cambio de una mayor cantidad de azúcares ricos
en carbohidratos. La alimentación inicial con proteína permite que aumenten
rápidamente de peso, mientras que las larvas más desarrolladas necesitan de
carbohidratos para completar su desarrollo. Por lo tanto, cuando las nodrizas
no pueden acceder al polen pierden su capacidad de alimentar a las larvas
adecuadamente.
Las
larvas nuevas emiten un compuesto volátil llamado e-beta ocimeno. Cuando una
colonia es expuesta a esta feromona, más pecoreadoras dejan la colmena para
buscar alimento. En las colonias expuestas a este compuesto regresa el doble de
pecoreadoras con alimento (polen), aumentando significantemente la cantidad
recolectada en comparación con las colonias testigo.
Este
descubrimiento ofrece a los apicultores una nueva forma de mejorar los
servicios de polinización. Las colonias con larvas jóvenes o con feromonas podrían
recolectar de manera más activa el polen y visitar mayor cantidad de flores
mientras consiguen su alimento.
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