Regulando la temperatura en la colmena
Científicos australianos dicen que
las abejas melíferas tienen una sofisticada manera de acondicionar el aire de
sus colmenas, que depende de diversidad genética.
Los especialistas destacaron que
la diversidad genética en las colmenas, es resultado del hecho de que la abeja
reina se ha acoplado con numerosos zánganos, y desempeña un papel en la
asignación de tareas tales como la recolección de néctar y polen.
Por ejemplo, las abejas obreras
con diversos genotipos sólo recogerán el néctar una vez que alcance cierto
umbral de concentración.
Pero, hasta ahora no se sabía nada
sobre el papel de la diversidad genética en la extraordinaria capacidad de las
abejas de la miel de mantener la temperatura de sus colmenas relativamente
constante, especialmente en primavera y verano.
Las abejas utilizan una variedad
de métodos para manejar el frío o calor en una colmena.
Sacuden sus alas para expulsar el
aire caliente, ponen gotas del agua en la colmena para que se refrigere por
evaporación y evacuan cuando está demasiado caliente.
Cuando hace frío, se
arraciman alrededor de las crías en forma de una pelota, presionando su tórax
contra la tapa de las celdas de cría, e incluso generando calor metabólico al
contraer y aflojar sus músculos del vuelo, pero sin mover sus alas.
Pero, los investigadores,
destacaron que la capacidad de las abejas de mantener la temperatura estable de
la colmena significa que ellas tienen que haber desarrollado un sofisticado
sistema de control de la temperatura, de modo que no comiencen a refrescar o a
calentar la colmena todas al mismo tiempo.
Es como regular la temperatura del
agua para una bañera, que no se puede lograr la temperatura ideal simplemente
abriendo un poco el agua caliente y el agua fría. Se necesita una regulación
controlada y varias pruebas para lograrlo.
En consecuencia, monitorearon la
temperatura de ocho colonias de abejas durante una semana. Cuatro de las
colmenas tenían una reina que se había acoplado normalmente con una cantidad de
zánganos, de modo que tenían colonias genéticamente diversas.
Las otras cuatro
colmenas tenían una reina inseminada artificialmente, por lo que tenían una
población de abejas genéticamente uniforme.
Los investigadores vieron que las
colonias con diversidad genética mantuvieron más estables las temperaturas que
las colonias uniformes genéticamente.
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