...
"¿No es asombroso que la colmena que vemos tan confusamente, desde lo
alto de
nuestro mundo, nos dé, a la primera mirada que a ella dirigimos, una
respuesta
segura y profunda?. ¿No es admirable que esos edificios llenos de
certidumbre,
sus usos, sus leyes, su organización, ... sus virtudes nos muestren
inmediatamente
el pensamiento o el Dios a que las abejas sirven ..., quiero decir
el
porvenir? ... "
..."Extraña
republiqueta, tan lógica y tan grave, tan positiva, tan
minuciosa
y tan económica, y sin embargo, víctima de sueño tan vasto y tan
precario.
Pequeño pueblo tan resuelto y tan profundo, alimentado de calor y de
luz, y de
lo más puro que hay en la Naturaleza: el alma de las flores, es decir, la
sonrisa
más estridente de la materia, y su esfuerzo más conmovedor hacia la
felicidad
y la belleza. ¿Quién nos dirá los problemas que has resuelto y que nos
quedan
por resolver, las certidumbres que has adquirido y que nos quedan por
adquirir?
Y si es verdad que has resuelto esos problemas, que has adquirido esas
certidumbres,
no con ayuda de la inteligencia, sino en virtud de algún impulso
primitivo
y ciego, ¿hacia qué enigma más insoluble aún nos empujas? Pequeña
ciudad
llena de fe, de esperanzas, de misterios ¿por qué aceptan tus cien mil
vírgenes
una tarea que ningún esclavo humano ha aceptado jamás? ..."
LA VIDA
DE LAS ABEJAS De
Maurice Mæterlinck, 1901
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