EL TIPO DE ALIMENTACIÓN ARTIFICIAL SEGÚN EL OBJETIVO BUSCADO
La abeja por su propio proceso biológico y su interacción con
el medio ambiente, sabrá interpretar y utilizar los alimentos que nosotros le
suministremos, de acuerdo a las características de este alimento; reaccionando
a este manejo de distintas maneras.
No debemos de olvidar que la colonia de abejas requiere de reservas en todo momento. La cantidad de las mismas, dependerá de la
severidad de las condiciones ambientales donde deba sobrevivir, de la
disponibilidad natural de alimentos, y del tamaño de la colonia.
La alimentación suplementaria.
Objetivos.
En primer lugar, diremos que la alimentación suplementaria tiene por objetivo el de proporcionarle a
la colonia de abejas el complemento de materia prima necesaria para subsistir y
cubrir las necesidades nutritivas básicas, ya sea en períodos de escasez, o
de insuficiencia de aportes de alimentos por el medio ambiente.
Causas.
Normalmente este tipo de alimentación tiene su origen debido
a diferentes causas.
La primera de ellas, - y que en una apicultura racional y
técnica no debiera suceder -, es por el hecho de haber quitado más miel de la
debida a la colmena, y no haber dejado las reservas necesarias para el
mantenimiento de la población.
No debemos olvidar el hecho de que, algo tan importante como dejar una cantidad suficiente de reservas, es el de
realizar una adecuada organización de las mismas en la colmena. La bola invernal debe de
tener un amplio contacto con estas reservas durante todo el período de escasez
de ingreso de néctar y polen.
Es común encontrar colmenas que mueren de hambre a pesar de
tener varios kilos de miel de reservas. Se deberá corroborar que éstas estén en
contacto permanente con el racimo de abejas. La práctica de proveer a las abejas en otoño,
con las reservas adecuadas de alimentos, reduce los costos de mano de obra más
adelante en el invierno o principios de la primavera, disminuyendo los gastos
de una alimentación de emergencia.
La segunda causa, puede estar motivada por el hecho de que
económicamente justifique el retirar todas las reservas de la colmena en la
última cosecha, y alimentar artificialmente a la colonia con sustitutos más
baratos durante los períodos de escasez.
Evidentemente, esto estará supeditado al precio y características
nutritivas de los sustitutos en el mercado, costos de alimentación en sí,
duración del período de escasez, etc.
En estos casos sería más prudente llamarla alimentación sustituta y no
suplementaria.
Otra de las causas en
las que se justificaría una alimentación suplementaria, es en el caso de
colmenas utilizadas intensamente para polinizaciones sucesivas, y donde los
cultivos intervinientes no aportan los alimentos suficientes.
Si bien, en la mayoría de los casos en que tenemos que
suministrar alimentación suplementaria en invierno, las necesidades son
generalmente de energía; puede darse el caso de requerir aportes proteicos, los
cuales desarrollaremos más adelante al hablar de alimentos estimulantes.
Características del
alimento.
Evidentemente de acuerdo al objetivo de este tipo de
alimentación; nuestra intención será brindar un alimento lo más parecido física
y químicamente a la miel.
Al utilizar miel,
debemos tener presente el riesgo de transmisión de enfermedades que se puede
producir, así como las contraindicaciones que presenta la misma; de donde deberá
conocerse el origen y características de la miel a utilizar. Se
deberá utilizar un jarabe lo más concentrado posible a los efectos de inducir a
las abejas a acumularlo en las celdillas y utilizarlo como alimento de reserva.
Distintos alimentos
utilizados y su preparación.
En la alimentación suplementaria son utilizados una serie de
productos; siendo los más comunes y recomendables el azúcar refinada de caña o remolacha, los jarabes de alta fructosa y la
glucosa comercial.
Paralelamente, en muchos países y mercados existen una serie
de preparados comerciales que contemplan este tipo de alimentación. La mayoría de ellos, están formados en su
composición por los productos antes mencionados contando además, con el
agregado de complejos alimenticios que aportan importantes cantidades de
vitaminas, aminoácidos y distintas fuentes de proteínas.
Existen otros productos, que muchas veces son utilizados por
el apicultor, y que NO son aconsejados
ya que pueden ocasionar serios disturbios nutricionales en la abeja. De éstos , los más utilizados son el azúcar rubia o
morena, jugos y barridos de industrias de dulces, melaza, etc. La miel vieja, oscura y/o recalentada; así
como aquella que ha empezado a fermentar, también son desaconsejables para
alimentar a nuestras abejas, ya que los productos del metabolismo de las
levaduras pueden resultar tóxicos para las abejas.
La sacarosa o azúcar
común
Esta puede
suministrarse bajo forma de jarabes, directamente seca o de consistencia
intermedia bajo forma de pastas o candi.
El jarabe elaborado en base a azúcar es el más tradicionalmente
utilizado por los apicultores; habiendo demostrado un excelente comportamiento
y una serie de ventajas frente a los demás productos. El mismo es fácil de preparar, aconsejándose
realizar una mezcla de dos partes de
azúcar con una parte de agua, disolviéndose el azúcar en el agua. A los efectos de facilitar ésta operación, se
puede calentar el agua hasta hacerla llegar a su punto de ebullición,
retirándola luego de la fuente de calor y agregando el azúcar. En este aspecto merece resaltar que si
nosotros mantenemos la preparación hirviendo, estaremos aumentando
considerablemente el nivel de hidroximetilfurfural (HMF) de la mezcla, con el
consiguiente perjuicio para las abejas. Distintos estudios han demostrado que
ya a niveles de HMF superiores a los 3 miligramos por cada 100 gramos , producen un
cierto grado de toxicidad en la abeja, con la consiguiente disminución de la
longevidad de su vida. Estos mismos
estudios, son los que han llevado a desaconsejar la inversión de la sacarosa a
través de distintos ácidos y calor; ya que por éstos procedimientos se eleva el
nivel de HMF en forma importante.
Paralelamente, al hacer hervir la mezcla del agua y el azúcar juntas, se
corre el riesgo de que se pueda producir la caramelización del azúcar, con lo
que disminuimos las buenas características de este alimento.
Se debe de esperar a
que el jarabe se enfríe para suministrárselo a las abejas, lográndose un más
fácil y rápido consumo del mismo, si se suministra tibio a las abejas.
En caso de que utilicemos el jarabe como vehículo para dar
algún medicamento a las abejas, se deberá esperar a que el mismo se enfríe,
para recién después agregar los medicamentos a la mezcla.
De acuerdo a la cantidad de azúcar utilizada, el jarabe puede
llegar a cristalizar; por lo cual, si no se va a utilizar inmediatamente se
aconseja agregarle una cucharada de ácido tartárico por cada 50 kilos de
azúcar. Para evitar la cristalización se
aconseja preparar los mismos con una concentración de azúcares no superior al
66%. Un aspecto importante con respecto
a estos jarabes, es que se deben de preparar el o los días previos a que se
utilizarán, no siendo posible almacenarlos más de 8 - 10 días, ya que fermenta.
Las abejas consumirán y almacenarán en las celdillas este jarabe,
agregando enzimas al mismo y dejándolo en condiciones de ser utilizado y
asimilado directamente. La cantidad de
jarabe a suministrar dependerá de la fortaleza y necesidades de las colmenas,
así como del tipo y capacidad del alimentador a utilizar. Si
hemos optado por sustituir las reservas invernales naturales de miel por algún
otro producto, esto lo debemos realizar una vez finalizada la temporada y
cuando todavía el clima es templado. De
esta forma estaremos facilitando el traslado y procesamiento del jarabe. De ser posible, este jarabe deberá ser
suministrado de una sola vez a los efectos de evitar la estimulación de la
postura de la reina. Al estimar los volúmenes de
jarabe, debemos recordar que la abeja consume alrededor de un 23% de los azúcares
para su traslado y procesamiento; siendo solamente el 77% restante el que
quedará como reserva. No olvidemos que la alimentación artificial
de las abejas es una tarea que nos lleva tiempo y dinero; de donde la misma
deberá ser planificada y prevista de antemano.
Hay apicultores que se inclinan a suministrar el azúcar
granulada seca directamente. La misma se
proporciona directamente sobre papeles arriba de los cabezales de los cuadros, o en alimentadores interiores que
permiten el fácil acceso de las abejas.
Algunos apicultores utilizan las entretapas agujereadas para
suministrarles el azúcar esparcido en ese lugar, donde las abejas tienen
acceso. Para suministrar el azúcar de
ésta forma, se deberá tener la precaución de que la misma no caiga al piso de
la colmena, ya que de ser así, las abejas la barrerán y retirarán fuera de la
misma.
Para la utilización del alimento bajo esta forma, es
necesario que exista una buena fuente de agua en las cercanías. En zonas o
inviernos muy húmedos, esta forma de alimento ayuda en cierta manera a
controlar la humedad interna de la colmena y es hasta más aconsejable que los
jarabes líquidos.
Las pastas o tortas, serán comentadas al hablar de
alimentación de estimulación, ya que, actualmente este sistema de alimentación
se esta generalizando en el uso de preparados comerciales, que suministran un
suplemento tanto energético como proteico a la colmena.
Jarabes de alta
fructosa.
En los últimos años ha aparecido en el mercado un producto
que se encuentra fácilmente disponible, y a un precio competitivo con el
azúcar. Estos son los jarabes de maíz de
alta fructosa, derivados de la hidrólisis del almidón del maíz. Los mismos contienen básicamente glucosa,
fructosa y agua, en proporciones muy similares a las de la miel.
Se comercializan en forma líquida y con distintas
proporciones de azúcares; siendo los más comúnmente utilizados por los
apicultores aquellos con 42 o con 55% de fructosa. Dadas sus características y concentraciones, no
requiere de preparación o mezclado alguno, siendo suministrado para el caso de
una alimentación suplementaria, directamente a las abejas tal como se
comercializa.
Los alimentadores a utilizar podrán ser los mismos que se
utilizar para cualquier jarabe. Es un
producto inodoro, lo cual facilita su manejo en el apiario, no generando
pillaje entre las colmenas.
Distintos estudios han demostrado la viabilidad de éstos
productos para complementar o suplementar las reservas energéticas de la
colonia, pudiendo inclusive llegarse a una sustitución total de la miel como
reserva invernal. La abeja lo consume y
lo transporta desde los alimentadores, almacenándolos y operculándolo en los
panales luego de disminuir su porcentaje de humedad y asemejar su composición
química a la de la miel.
Si estos productos son utilizados en invierno; pueden llegar
a cristalizar en los panales o en los alimentadores; sobre todo, si éstos son
de gran capacidad. Una forma de
disminuir las probabilidades de cristalización, es agregándole al producto un
cierto porcentaje de jarabe concentrado de azúcar común.
La alimentación estimulante.
Objetivos.
En primer lugar habría que recordar que toda alimentación que nosotros le proporcionemos a las colmenas,
significa un costo extra en nuestra explotación; de donde habrá que tener muy clara la relación
existente entre el costo de la misma y el beneficio que obtendremos de
ella.
A diferencia de la alimentación suplementaria, la estimulación de colmenas es una
herramienta de manejo que el apicultor posee.
Como todo manejo debe de resultar de una planificación y conocimiento de
la zona donde desarrolla su explotación.
No debemos olvidar que la
alimentación estimulante solo es aconsejada en determinadas circunstancias y
condiciones. Como mencionáramos anteriormente,
en muchos casos, con un manejo correcto de la colmena en la primavera, será
suficiente para obtener los resultados esperados.
El conocimiento de las floraciones existentes y de su
comportamiento, así como nuestros factores de producción; serán los que en
definitiva me determinarán la conveniencia o no de este tipo de alimentación.
La alimentación
estimulante tiene, conjuntamente con otras medidas de manejo, el objetivo de lograr que, en un lugar sin
estimulación natural, la colonia de abejas se desarrolle lo suficientemente
como para que al inicio de la floración principal, se encuentre con todo su
potencial productivo disponible.
Dicho en otras palabras, lo que el apicultor busca con este
tipo de alimentación, es el de fomentar el desarrollo de la cría en la colonia,
a través de una simulación de aporte nectarífero y/o polinífero del medio
ambiente, manejándose con un conocimiento de las floraciones de la zona, así
como del ciclo biológico de la abeja.
De esta forma al llegar la gran mielada, la colmena estará en
condiciones de producir miel antes, ya
que el néctar que recojan las abejas, se destinará a producir miel y no al
desarrollo de la población.
Evidentemente, y dados los objetivos de este tipo de
alimentación, debemos de tener muy presentes, no solo los requerimientos
energéticos, sino que además, los requerimientos proteicos necesarios para este
desarrollo.
Del análisis de los
aportes existentes en nuestra zona de influencia, determinaremos las
necesidades de estimulación energética, de estimulación proteica, o de ambas.
El momento de estimulación de una colmena debe ser fijado
cuidadosamente por el apicultor, y en base a las características de su zona y
de sus colonias. Si lo hacemos muy temprano, estaremos obligando a las abejas
de invierno a alimentar la cría con el consiguiente desgaste y mortandad;
disminuyendo sensiblemente la población pecoreadora de la colonia. Si
estimulamos muy sobre la floración, no obtendremos el desarrollo poblacional
esperado para la mielada.
No olvidemos aquí la ley de los 40 días y su aplicación. Como
regla se puede establecer que esta alimentación deberá ser gradual y con la
seguridad de que la misma, se complementará con un ingreso natural de néctar y
polen. De no producirse este acoplamiento, las colmenas se estresarán
suspendiéndose la postura, y probablemente quedarán en peores condiciones que
al principio de la incentivación.
Muchos apicultores destinan montos muy importantes de dinero
en alimentación energética estimulante; pensando que con ello solucionan su
problema, y olvidan, que el aporte de proteínas tiene tanta o más importancia
para el desarrollo de la colonia.
No olvidemos que la
abeja que va a trabajar en la mielada requiere de más proteína que la que vive
durante el invierno, y que el aporte de polen en primavera generalmente es
escaso.
Si bien los objetivos son los mismos (desarrollo
poblacional), existen manejos particulares (cría de reinas, preparación de
colmenas para polinización, producción de paquetes y núcleos tempranos) donde
la estimulación de colmenas es una herramienta imprescindible.
Causas.
Dados los objetivos de este tipo de alimentación; no podemos
decir que la misma sea esencial para la subsistencia de la colmena, sino que
está más relacionada al manejo e intereses económicos del apicultor.
Teniendo reservas suficientes, nada le sucederá a la colmena
si no la estimulamos, pero desde el punto de vista de una apicultura racional,
en zonas con floraciones particulares, no estaremos obteniendo de nuestra
explotación el máximo de beneficios.
Debemos tener presente, que este tipo de alimentación, es un "cuchillo de doble filo";
ya que, al pretender modificar las características del medio ambiente y
fomentar el desarrollo de la colonia, de no darse las floraciones para las
cuales estimulamos la colmena, tendremos grandes poblaciones pero no
alimentos.
Es entonces, sumamente
importante conocer la zona y su comportamiento, y saber, que una vez que
comenzamos con este tipo de alimentación, no la podemos abandonar hasta que se
de el equilibrio alimenticio tanto de miel como de polen, entre el consumo de
la colonia y el aporte de alimentos del medio ambiente.
Características del
alimento.
El primer estímulo que recibe la colonia de abejas para
sobrealimentar a la reina y que ésta aumente su postura, es el aporte externo
de néctar. Es así, que una alimentación
energética estimulante, deberá tener las características lo más parecidas al
néctar; de donde la concentración de azúcares de este alimento serán mucho
menores que en el caso de una alimentación suplementaria.
En la medida que reina
comience a ampliar su postura, las necesidades proteicas de la colonia serán
cada vez mayores. Este tipo de
alimento deberá estar presente en la colmena o de lo contrario, no se
producirán los resultados esperados. Es así, que en esta etapa debemos tener
presente tanto los requisitos energéticos como proteicos, y no olvidar que
podrá haber abundancia de uno o de otro, pero, de no existir en forma
simultánea, no obtendremos el desarrollo poblacional esperado.
No olvidemos que para poder estimular una colonia, deberán
existir las reservas adecuadas para que la nueva cría se desarrolle. Ante nuestra duda sobre el nivel de
recursos se aconseja suministrar jarabe
de alimentación y no jarabe de estimulación.
El mejor sustituto del
polen es el propio polen; de donde de tener en depósito o de más en alguna otra
colmena, se completarán los requisitos con este.
Distintos productos
utilizados y su preparación.
Estimulación energética
Los productos utilizados para la estimulación energética de
la colonia son exactamente los mismos a los utilizados en la alimentación
suplementaria; con la única diferencia de que aquí lo que pretendemos es de que
el alimento se asemeje al néctar, motivo por lo cual, lo que varía son las
concentraciones de los jarabes.
La preparación del jarabe con azúcar es igual pero utilizando
partes iguales de agua y azúcar
(40-50%).
Para el caso de los jarabes de alta fructosa, los mismos se
utilizarán diluidos en agua al 50%; o sea una parte de jarabe con una parte de
agua.
Muchos apicultores utilizan la miel quemada o la proveniente
del escurrido de opérculos para esta función.
Si bien el uso de miel da excelentes resultados en el estímulo de las
colonias, el hecho de que la misma presente el olor característico de la miel,
obliga al apicultor a tener que manejarse con muchas precauciones en lo
referente al pillaje.
No debemos olvidar que normalmente
en los momentos en que suministramos jarabes estimulantes no hay flujo de
néctar y las abejas están muy propensas a provocar pillaje. Otro aspecto que debemos corroborar antes de
utilizar miel como alimento, es el origen de la misma, ya que en esta tarea
podemos estar realizando una diseminación de enfermedades por los
apiarios.
Si para preparar el jarabe estimulante se utiliza la miel o
jarabes de fructosa, la proporción de agua debe de ser algo menor que con
azúcar, ya que la miel contiene hasta un 20% de agua. Es común encontrar apicultores que utilizan
una mezcla de miel y azúcar. Hay que
tener la precaución de preparar cualquiera de los jarabes estimulantes el día
en que se van a utilizar, o el anterior, ya que por su alto contenido en agua, los mismos empiezan a fermentar y
descomponerse al cabo de dos o tres días.
A diferencia de la alimentación suplementaria, la
estimulación con jarabes debe de realizarse en cantidades que le permitan a la
abeja consumirlo todo antes de que el
mismo se empiece a descomponer. Asimismo, debemos tener presente que una
colonia no puede criar más larvas que la capacidad de crianza de sus nodrizas.
Esto evidentemente implica que los volúmenes de estímulo irán en aumento,
acordes al tamaño de la población.
Dependiendo de la fortaleza de la colmena, del tipo de
alimentador a utilizar y sistema de manejo del apicultor; los volúmenes a
suministrar pueden variar considerablemente. La primer estimulación no será
mayor al equivalente de 1
litro de jarabe por semana por colonia. Nuestro
objetivo en este momento NO será el de que la abeja almacene este alimento,
sino de que lo vaya consumiendo en la medida en que se le va suministrando.
Algunos apicultores, en el afán de no tener que realizar
varias alimentaciones sucesivas, utilizan alimentadores de 4 o 5 litros ; obligando a las
abejas a almacenar este producto; el cual, de estar muy próximo al flujo de
miel, no siempre es utilizado en el desarrollo de la colonia. Muchas mieles adulteradas
tienen su explicación en este mal manejo de los jarabes estimulantes. Esto se puede agravar aún más cuando en la
alimentación estimulante se utilizan medicamentos para las abejas.
Un buen manejo de
incentivos significa transformar hasta la última gota de éstos en abejas y no
en reservas de la
colmena.
Es preferible una alimentación lenta y
constante que aquella en que las abejas almacenan el producto.
A continuación se incluyen algunas de las tantas fórmulas de
jarabes estimulantes a utilizar en primavera, y que se pueden encontrar en la
mayoría de los manuales de apicultura:
Fórmula 1 Fórmula
2
Azúcar 1 parte Miel
50%
Agua 2 partes Agua
50%
Fórmula 3 Fórmula
4
Azúcar 3 partes Jarabe
de fructosa 50%
Miel 1 parte Agua
50%
Agua 4 partes
El agregado de hasta 6 gramos de algún complejo poli vitamínico por
litro de jarabe estimulante, ha demostrado tener efectos positivos en el
desarrollo de cría.
Alimentación sustituta y
suplementaria de polen.
Como hemos mencionado, hay zonas o regiones donde con una
alimentación proteica a la colmena, se logran excelentes resultados en el
desarrollo de la
población. No debemos
olvidar que son más comunes las carencias de polen que de néctar, y de que por más flujo que exista, si no hay un
aporte proteico, no habrá un desarrollo poblacional.
También hemos mencionado, que el mejor sustituto del polen es
el propio polen; pero normalmente cuando tenemos carencias de este elemento en
una colmena, generalmente el resto de las colmenas de ese apiario también lo
tendrán. Paralelamente, el apicultor
difícilmente tiene polen almacenado para los momentos de escasez.
Reiteramos, que el
polen siempre debe estar disponible en la colmena, y más aún, en momentos
de gran desarrollo de la cría.
A los efectos de encarar este tipo de alimentación; diferenciaremos
entre lo que llamamos un "sustituto
de polen" y un "suplemento
de polen". Un sustituto no contiene polen en la mezcla
de ingredientes, mientras que en un suplemento agregaremos polen a la
misma.
Se debe dejar bien claro que ni los sustitutos ni los suplementos igualan al polen natural en su
efectividad.
Las carencias de polen
se pueden dar en cualquier momento en el correr del año; debiendo el apicultor
estar al tanto de esta situación, y verificar la cantidad de reservas
existentes y necesarias para las distintas épocas. Es muy común observar a pecoreadoras
recolectando raciones animales o harina de distintos granos; los cuales, si
bien pueden tener un cierto valor alimenticio, generalmente no sustentan el
desarrollo de cría y denotan una escasez severa de polen en la colmena.
El tamaño y la calidad
de la población de abejas que sale de la invernada es directamente proporcional
a la reserva otoñal de polen; y la existencia de abundante polen en la primavera
garantiza una reposición rápida de abejas en ésta época.
No olvidemos que las
reservas de polen en los panales, a diferencia de las de miel, no son
trasladadas dentro de la colmena sino que las abejas la consumen directamente,
quedando las mismas fácilmente fuera del alcance de la bola invernal.
Paralelo a esto, es muy común que las inclemencias del tiempo
puedan impedir la recolección de polen a pesar de existir un aporte
importante.
Dentro de los sustitutos de polen encontramos algunas
fórmulas que se suministran en forma de polvo seco, y que se suministran sobre
el nido de cría, en los cabezales o sobre papeles. Las fórmulas en las que se
incluya miel o jarabe en cantidad suficiente como para formar una pasta o
candi, son las más tradicionalmente utilizadas. La consistencia del candi
debería ser tal, que le permita permanecer encima de los cabezales de los
cuadros sin deslizarse hacia abajo.
Si hacemos tortas de candi de aproximadamente medio kilo,
(cantidad recomendable como dosis por colmena), las mismas deberían envolverse
en papel parafinado o encerado a los efectos de evitar que el candi se seque,
perforando la envoltura con algún objeto puntiagudo para que las abejas tengan
acceso al mismo. Al secarse queda menos atractivo para las abejas; pudiendo
inclusive, ser rechazado y eliminado.
Frente a los conocidos problemas de aceptación de los
suplementos de polen, es aconsejable ubicarlos lo más próximo posible al nido
de cría. A los efectos de mejorar la atractividad para las abejas, algunos
autores aconsejan agregar aceite de hinojo o de anís, o esencia artificial de
miel a las fórmulas.
A continuación se incluye la fórmula de Haydak como sustituto
de polen, la que se puede encontrar en la mayoría de los manuales de
apicultura:
Fórmula 5 (Haydak)
Harina de soja desgrasada 3 partes
Levadura de cerveza 1 parte
Leche descremada en polvo 1 parte
Jarabe de azúcar o miel hasta lograr
una pasta
En esta fórmula, la harina de soja constituye la fuente
proteica, mientras que la levadura de cerveza es la fuente mayoritaria del
complejo vitamínico B. La harina de soja a ser utilizada se aconseja que sea
tostada, con no más del 7% de grasas y con alto contenido proteico (45-60%).
Si bien, los contenidos de polen en la miel son bajos, en la
preparación de alimentos para la abeja, se aconseja utilizar mieles cosechadas
en momentos de abundancia de polen; ya que en las mismas encontraremos mayor
contenido proteico.
Las abejas prefieren y
consumen con mucha mayor avidez los suplementos que contienen polen frente a
los sustitutos. Estos suplementos, son más
atractivos para la abeja cuanto mayor porcentaje de polen contengan.
La presencia del polen en los suplementos, transforma a estos
alimentos en más palatables y nutritivos para la abeja.
El polen se obtendrá, o bien de panales de colmenas
que tengan en exceso o, de la cosecha que nosotros realicemos en momentos de
buen ingreso.
Es muy común el hecho de que los apicultores al cosechar
polen por medio de trampas, obtengan como resultado del procesado del mismo, un
polvillo de escaso valor comercial. El
mismo puede ser utilizado con excelentes resultados en la preparación de
suplementos. Ya que el polen va
perdiendo sus características nutritivas con el tiempo, no se aconseja utilizar polen con más de un año de recolectado en la
formulación de los alimentos.
La fórmula de suplementos de polen más comúnmente utilizada
esta formada por polen y harina de soja.
Evidentemente en la medida que aumentemos el porcentaje de polen de la
misma, mejores serán los resultados.
Fórmula 6
Polen seco 1 parte
Harina de soja desgrasada 3 partes
Agua 2
partes
Azúcar 4 partes
Preparados comerciales
Hoy día, existen en la mayoría de los países productos
comerciales ya elaborados y que generalmente contemplan la mayoría de los
requisitos alimenticios de la
abeja. A los mismos
además normalmente se le han agregado complejos vitamínicos y en algunos casos
hasta medicamentos.
Existen sustitutos y suplementos de polen comerciales. Asimismo, hay una serie de preparados que
cumplen una doble función de estimulación y suplementación de la colonia.
Antes de adquirir este
tipo de preparados debemos tener bien claro cuales son los requisitos de
nuestras colonias.
De más esta decir, que a
la hora de utilizar este tipo de alimentos, debemos seleccionar aquellos
elaborados por casas de reconocida seriedad y trayectoria en el mercado.
Debemos además, tener presente las fechas de vencimiento de
los mismos y las formas de aplicación recomendadas por el fabricante.
Ing. Agr. Daniel Bazzurro
UNA PREGUNTA: EL AZUCAR BLANCA PUEDE ACARREAR ENFERMEDADES? PUES POSEE MUCHOS AGENTES ARTIFICIALES Y QUIMICOS NOCIVOS Y SULFITOS. MUCHAS GRACIAS.
ResponderEliminar